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El Alzheimer en diferentes escenarios
La condición de Alzheimer y la familia
Las personas encargadas de la atención del paciente se encuentran con una carga pesada que puede crear estrés emocional, físico, y económico. La atención a un paciente que padece de la condición de Alzheimer puede requerir sacrificios, cambios en prioridades, y tal vez cambios en los roles que cumplen otros miembros de la familia.
En tales circunstancias, es común que surjan desacuerdos o conflictos familiares o que, si los hubiere, se intensifiquen. Se pueden presentar tensiones conyugales, asi como conflictos entre cónyuge del paciente y los hijos adultos relacionados con la atención que se debe suministrar al paciente y quien debe hacerlo.
Muchas de estas dificultades pueden superarse o su impacto puede disminuir aprendiendo o incorporando más información sobre la condición de Alzheimer y los servicios disponibles a las familias de los pacientes. Con relación a esto, muchas familias y las personas encargadas de la atención del paciente han encontrado que los grupos de apoyo son de gran utilidad. Al tener conocimiento de los servicios disponibles y al consultar al médico de cabecera, muchas familias pueden hacer planes aceptables para todos sus miembros.
El hogar o una institución
El paciente puede ser atendido en el hogar, siempre que exista un equilibrio saludable entre la atención del paciente y las demás responsabilidades de la persona encargada de su atención. Esto es esencialmente valido con respecto a la propia salud de la persona que los atiende, ya que no podrá esperar brindar una atención adecuada al paciente si no se encuentra en buen estado de salud.
Eventualmente, llegará el momento en que la persona encargada de la atención del paciente ya no pueda manejarlo, aun con apoyo adicional. En este punto, la persona encargada de la atención del paciente deberá considerar instituciones de atención a largo plazo o geriátricos que provean una atención profesional e ideal.
Cuando trate a una persona con Alzheimer tome en consideración estos consejos:
• Pare - piense lo que va a hacer y evalúe cual es la mejor manera de hacerlo. planifique y explique, quien es usted; que pretende hacer; por qué pretende hacerlo, etc.
• Sonría - la persona que toma su indicación imitará su lenguaje corporal y tono de voz relajado y positivo.
• Con calma - usted tiene muchas cosas que hacer y anda de prisa, pero la persona de la que cuida no. ¿cómo se sentiría si alguien entra a su habitación, le arranca las sábanas y lo halan de la cama sin haberle dado tiempo a levantarse?
• Dele su espacio - invadir su espacio puede aumentar el riesgo de ser golpeado y recuerde que proveer cuidado es invadir su espacio. Por eso, hay que ser cauteloso.
• Váyase - si la persona está agresiva o resistente y no le está causando daño a nadie ni a sí mismo, deje a la persona en paz. dele tiempo a tranquilizarse y luego intente de nuevo.
• A un lado - siempre atienda a la persona por el lado, nunca por el frente, ya que podría ser golpeado, pateado, etc.
• Distráigalo - háblele a la persona de cosas de la cual él/ella disfrutaba hacer en el pasado. mientras atiende a la persona, permítale agarrar una toalla o algo que lo distraiga.
• Shhhhh - asegúrese no haya mucho ruido y de haberlo, redúzcalo si es posible. trate de mantener apagado el televisor y el radio.
• No discuta - ellos están bien y usted está mal. Un cerebro con demencia siempre dice estar bien y nunca mal.
• Conózcalo - ajústese a sus alrededores. Si la persona se molesta por esta realidad, valide y esté de acuerdo con su sentimiento en vez de continuar causándoles molestia.
Colaboración de la Asociación de Alzheimer de Puerto Rico