Contenido C.I. de Los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús Bicentenario del nacimieto de San Juan Bosco Apariciones de Jesús a Beata Madre Encarnación Rosal en Beatas de Belén Santo Domingo de Guzmán Nuestra Señora de la Asunción Bibliografía
Fotografía: Pablo Santiago Fotografía de Portada: C.I. de Los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús Fotografía de Contraportada: Bicentenario de Don Bosco, Pablo Santiago Agradecimientos
Luigi Castillo Director Arte
Comunidad Beatas de Belén
Jonathan Castillo Director Editorial
Con el apoyo de
inciensoyaserrin@gmail.com
editorial “Jesús se aparece resucitado y vivo en Beatas de Belén”. Nos encontramos en una nueva edición, damos gracias a Dios por permitirnos presentarla en este mes dedicado a Los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús. Beata Madre Encarnación Rosal relata “me ofrecí al Señor prometiéndole que pasaría por vergüenzas y trabajos para promover esta devoción”. Jesús se hace presente en Guatemala para recordarnos que los hombres no celebran los Dolores de su Corazón amoroso. Católico asiste el próximo 25 de agosto a la festividad de Los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús. Esperamos esta edición sea de su agrado y les damos las gracias por seguir siendo nuestros lectores.
Consagrada Imagen de Los Dolores Internos del Sag
E
n el mundo existe una amplia devoción al Corazón de Jesús, y es en Guatemala donde surge la devoción a Los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús impulsado por la Beata Madre Encarnación Rosal. En Beatas de Belén en la ciudad de Guatemala es donde se venera una imagen única en el mundo, que representa la manifestación que tuvo la Beata Madre Encarnación Rosal. La Imagen de Los Dolores Internos, muestran a Jesús resucitado con las llagas de su crucifixión en manos y pies. Sobre el pecho está el corazón flameante con la quinta llaga coronada de espinas y diez dardos que lo atraviesan, siete a su alrededor y
tres al centro, que revelan el quebrantamiento de los diez mandamientos. La Imagen venerada en las Beatas de Belén es de mediados del siglo XIX de autor desconocido. Está tallada en madera presumiblemente de cedro, tiene 1.75 de alto. Su encarnado fue aplicado con pigmentos, aceites y secantes, trabajada con la técnica del vejigado, esta es una tradición muy antigua y elaborada que esfuma las pinceladas y funde los colores de la carnación con las sombras y frescores o zonas sonrosadas por medio del frote de una vejiga de origen animal. El color de su piel es morena clara, sus mejillas más intensas y labios tímidamente rosados. Se yergue con la cabeza suavemente girada, exalta su majestad, pero al mismo tiempo transmite su dulzura, mientras que el movimiento otorgado por los goznes de hombros y codos que le permite adaptarse a las posiciones requeridas por sus vestidores. El rostro muestra un semblante sereno, con ojos avellanados intencionalmente grandes y casi desproporcionados, que conjugados con sus cejas arqueadas resaltan la mirada profunda y el semblante pacifico.
Fotografía: Pablo Santiago
Su nariz es refinada, recta y bien definida, con quiebre del entrecejo poco pronunciado, detalle también propio del orden clásico, y con las fosas pequeñas pero alargadas, mientras que la punta es suavemente redondeada y de color más rosado. El bigote es de líneas con suaves curvas y se separada de la barba. Crea así dos el.
La barba es ensortijada pero no tan tupida, se parte muy poco en la punta, rasgo que estaba bien definido en el barroco. La cabellera es menos abigarrada que las de las épocas anteriores, los bucles se dividen a los lados para formar las patillas que dejan ver apenas una porción de los lóbulos orejas. El resto son rizos aún bien marcados, aunque más suavizados. Las manos y los pies muestran las llagas de la crucifixión. Sus pies están descalzos y sus manos se mueven delicadamente, donde sobresalen el trabajo de la talla en los nudillos, definición de los dedos y detalle de las uñas. La mano izquierda intenta sujetar su corazón para mostrarlo y la derecha con la reminiscencia de la mano que bendice con el índice y el medio un poco más levantado.
El corazón de esta imagen es de la misma época, es una pieza hecha por aparte, que se ensambla en el pecho, del mismo emergen una serie de flamas con apariencia de moverse con el viento y sobresale una pequeña cruz en plata sobredorada. Una delicada corona de espinas y los dardos que atraviesan el corazón. Su vestimenta característica es una túnica blanca que simboliza la pureza de su naturaleza y la santidad de su vida, y un manto de color rojo, el color de la sangre en relación con su flamante corazón, símbolo de su amor. Esta indumentaria en tiempos modernos ha variado, tomándose la licencia de vestirlo con otros colores, siempre relacionados a su realeza y divinidad.
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grado Corazón de Jesús
Bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco
S
an Juan Bosco, el Santo de los jóvenes nació en en Murialdo, poblado de Castelnuovo de Asti (Italia), el 16 de agosto de 1815. Él Consagró toda su vida a los jóvenes y todos sus pensamientos, fuerzas, oraciones y deseos iban dedicados a los jóvenes y, sobre todo, a aquellos que no tenían nada. Su madre, Margarita Occhaiena, se encargó de la primera educación del pequeño Juan, la cual estuvo siempre muy marcada por un gran amor y mucha disciplina. Junto a ella aprendió a rezar, el catecismo, la presencia de Dios. Como eran muy pobres, todos tenían que trabajar y a Juan le tocó cuidar el ganado.
Cuando tenía doce años tuvo que marcharse de casa porque él quería estudiar, fue hasta Turín pidiendo limosna. “El sueño de los 9 años” y otros sueños que se vinieron sucediendo, aunque no fueron comprendidos en un principio, se hacen realidad en cada una de las obras que Juan Bosco emprende en favor de tantos jóvenes como son los oratorios, la apertura de los talleres y su preocupación constante por su educación teórica y espiritual. La “Sociedad de la alegría” es la primera expresión de esta preocupación educativa, sobre todo en valores. El 29 de marzo de 1841 recibe el Sacramento del Diaconado y el 5 de junio de ese mismo año es ordenado sacerdote.
Fotografías: Pablo Santiago
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San Juan Bosco dedica su vida a los jóvenes, escribe muchos libros, impulsa la creación de talleres, escuelas, oratorios y plantea un nuevo sistema educativo: el Sistema Preventivo. Este sistema resume la filosofía educativa de Juan Bosco en tres palabras: Razón, Religión y Amor. Para él es imposible educar a un joven por medio de la razón, si no se lo ama, se entiende sus problemas y se lo apoya a resolverlos, con la ayuda y la iluminación de Dios. En 1872, funda, conjuntamente con María Mazzarello, la Comunidad de las Hijas de María Auxiliadora. Congregación que desempeñará un trabajo similar al de San Juan Bosco, pero con mujeres. Para 1875, es decir tres años más tarde, envía el primer grupo de misioneros a la Argentina y los años siguiente, los misioneros seguirán siendo enviados a varias partes del mundo Se puso siempre bajo la protección de la Virgen María Auxiliadora y a ella encomendó toda su obra. Él decía que todo lo había hecho la Virgen. Murió en Turín, muy enfermo y desgastado por tanto trabajo, el 31 de enero de 1888. Fue canonizado por Pío XI en 1934. Fue declarado “Padre y Maestro de la juventud” por Juan Pablo II, 100 años después de su muerte. Texto: Yo Cucurucho
Apariciones de Jesús a Beata Madre Encarnación Ro
G
uatemala Jueves Santo, 9 de abriel de 1857, la Beata Madre Encarnación Rosal se ha entregado a Cristo con amor y servicio, para ese entonces era Priora del Beaterio. Ella misma relata que desde que entro de superiora se dio más a la oración y a la penitencia. Es Semana Santa unos días en los que el Cristiano contempla y revive las manifestaciones supremas de amor de Cristo, en esos días la Madre Encarnación va a recibir luces, confidencias y encomiendas que comprometieron de ahí en adelante todo su corazón y su vida. La ciudad de Guatemala está tranquila, en la huerta del Beate-
rio los grillos cantan. La Madre Encarnación Rosal atraviesa los amplios corredores del convento que la llevan al Coro Bajo, según su costumbre quiere acompañar a Jesús Sacramentado. Entre dos y tres de la madrugada, entrando al coro como de costumbre, al hincarse sintió que le halaban el velo que la cubría, no hizo caso de ello. Escuchó el sonar de una campanilla como de oro o metal muy fino porque su voz (o tañido) era muy suave y delgada, tampoco hizo caso de ello y comenzó su oración, tomando la traición de Judas y lo que el corazón de Jesús sentiría al ver esa traición.
Estando en su oración tan profunda y nuestro Padre complacido de tanto amor y cariño, en ese momento escuchó una voz interior que le dice “No celebran los Dolores de mi Corazón”, la Madre seguro guardo esas palabras en lo más profundo de su ser. Pasando unos días Jesús Hostia se hace presente, la Madre acabando de comulgar, nuevamente escucha esa misma voz interior que le dice “No celebran los Dolores de mi Corazón”, ella responde Señor yo no soy digna, hay religiosas mejores que yo, Capuchinas, Teresas, yo soy pecadora. La misma voz le dijo “Porque no hay otra más baja que tú”, ella se estremeció en un dulce
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osal en beatas de belén llanto sin saber qué hacer. Se lo comunica a su confesor y director pero no le prestan la debida atención. En aquel año el país era azotado por una epidemia de cólera, en el Beaterio esa epidemia ya había cobrado vidas y otras hermanas gravemente enfermas. La Madre una de esas noches sentía amargura de corazón, y pensó en promover celebrar los Dolores Internos del Corazón de Jesús, se lo ofrece al Señor y a ella regreso la tranquilidad. Esto mismo le sucede dos noches siguientes y ella ofrece al Señor pasar por cualquier vergüenza, contradicción, dificultad y trabajo para promover esta devoción. Ella lo comunica a su confesor y director. Monseñor Piñol le da la autorización, el Padre Toboada le dice que haga lo que su confesor le permita y el Padre Miguel muñoz le responde que comience, ya que si ello es de Dios, todo ira caminando para bien. La Madre Encarnación ya respaldada comenzó a pedir limosnas para organizar la festividad en honor de Los Dolores Internos del Corazón de Jesús el próximo 25 de agosto. Ella solicitó licencia del Señor Arzobispo, que primerio la dio de palabra y luego por escrito y la amplió para los días 25 de cada mes. Desde ese mismo 25 de agosto los azotes de la peste fueron disminuyendo, y en el Beaterio solo murió una hermana después que había varias gravemente enfermas. Ya organizada la devoción para los días 25, la Madre recuerda que el principal fin es pedir por la conversión de los pecadores y
que hay que pedir al Eterno Padre, por Los Dolores del Corazón de su hijo y que se apiade de nosotros. El Señor inspira a la Madre Encarnación Rosal y le da luces para determinar cómo debe ser la imagen de Jesús, con un corazón transverberado por diez dardos, siete alrededor y tres al fondo. La Madre Encarnación enseguida manda a pintar una imagen del Sagrado Corazón, tal y como a ella lo había visto, y la mostró al ilustrísimo Monseñor Piñol, su confesor y al Padre Muñoz que da el visto bueno y mandó a esculpir una imagen conforme a la pintura. Y el ilustre Canónigo Manuel Espinosa, mandó a esculpir una imagen de mayor tamaño, la que fue colocada en la Capilla del Beaterio de Belén y al parecer es la que se venera hoy en Beatas de Belén en la Ciudad Capital.
V.I. de Santo Domingo de Guzmรกn
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V.I. de Nuestra Se帽ora de la Asunci贸n
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Comunidad Beatas de Belén. (2012 Año de la Fe). Encarnación Rosal Una vida, un compromiso. Nueva Guatemala de la Asunción. Muñoz, L. (2010). La Imagen de Los Dolores Internos del Sagrado Corazón de Jesús . Revista Resucitado y Vivo, p. 20-25.
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bibliografia