STAFF Directores Aylen Escamilla y Rodrigo Bússolo Periodistas Camilo Santoni, Mauro Laben y Manuel Maliandi Fotógrafos Julián Calvete y Carolina Perea Diseñadores Nicolás Acha & Juan Ignacio Santillan Ilustraciones Zorro
PRÓLOGO "Pasión" es un término que suele usarse con frecuencia en distintos ámbitos de la vida. El diccionario la define como: Emoción intensa. Sentimiento muy fuerte, que engloba el entusiasmo o deseo por algo. Se suele utilizar para hablar de lo que sentís por la persona que amás, para hablar del placer y de lo que se disfruta hacer. La Pasión tiene una principal característica (que no aparece en ninguna definición): Dejar todo y entregarse con fervor a eso que elegís día a día. Y qué elegirías por el resto de tu vida. Porque si encontrás algo que disfrutas hacer y lo hacés con Pasión, nunca va a ser una rutina. Algo rutinario, es algo aburrido. La Pasión hace que vos realmente creas que no existiría otra cosa que te haga feliz como hacer "eso". Y es así, no hay nada que disfrutemos más que hacer lo que amamos. Que tu viejo te lleve por primera vez a la cancha. Las palpitaciones que sentís cada domingo, al ir subiendo de a uno los escalones que te llevan a la tribuna. Gritar un gol hasta reventarte la garganta y abrazar a todos los que tenés alrededor. Llorar cuando a tu equipo le va mal. El pibe que hace sus primeros pasos en inferiores. El adolescente que debuta en Primera en el club donde se formó. El primer penal atajado. El primer gol convertido. La primera gambeta. El jugador que da la vuelta con el equipo de sus amores. El experimentado que regresa del viejo continente sabiendo que va a dar sus últimos pasos. Todos esos detalles hacen a la Pasión. De la que nosotros nos empapamos para hacer esto. Por la que nosotros escribimos, discutimos, planificamos y soñamos. Todos esos momentos que se describieron, son de los que vamos a hablar. Cada vez que lean una nueva página, sepan que la Pasión nuestra, de ustedes y de cada uno de los protagonistas que formaron parte de nuestros relatos, está latente.
SUMARIO 5.6
7.8
9.14
15.16
17.26
27.30
31.32
33.42
43.47
48.54
55
56
57.60
60
CABEZA DE POTRERO
HUGO LAMADRID
RAMÓN CABRERO
SUEÑOS DE GLORIA
DIEGO MILITO: DESPEDIDA
PALABRA AUTORIZADA
EDUARDO DOMINÉ
CONOCIENDO EL ASCENSO
JONATHAN BOTINELLI
FEDERICO VIETTO
PABLO GERMADE ROCKA
ARIEL SCHER
HOMENAJEADO
CORTAS Y AL PIE
CABEZA DE POTRERO ¿Qué es el fútbol? Cualquier persona que no sea fanática de este deporte podría decir que el fútbol es “un deporte de 11 contra 11 en el que gana el que hace más goles”. Pero vos y yo sabemos que, sin duda alguna, es muchísimo más que eso. Sin entrar en exactitudes ni estrategias, no encontré mejor explicación de “qué es el fútbol” que la que dio Dante Panzeri. Por significado y por poder de síntesis: “Fútbol, dinámica de lo impensado.” Porque es obvio que el fútbol no son once tipos corriendo. A lo sumo, con 10 tipos corriendo. Bah, 9, contando el arquero. Pero hay uno que no. Hay uno que no corre. No le hace falta. Porque, correr, corren los caballos. Yo juego. Ese que no corre, ese que está parado, el que quizás, tiene menos estado físico que los demás, porque no le hace falta. El del 10 en la espalda. Ese tipo, como los otros -pocosde su especie, no necesita correr. Porque “ese” tiene la cancha en la cabeza. Sabe cuanto mide, a cuanto tiene el arco, sabe si tiene perfil, sin tener que prestar mucha atención a ello. Incluso, sabe con cuanta fuerza tiene que tirar la pelota para el costado para que le caiga al pie al 4 que viene como piña. Esos tipos suelen tener “Cabeza de Cancha”. Son muy pocos. Y cada vez hay menos. Ahora, ¿qué pasa si, por esas casualidades, aparece un tipo con “Cabeza de Potrero”? ¿Qué es un “Cabeza de Potrero”? El Cabeza de Potrero suele tener otras características. Cabezas de Cancha quedan pocos, pero el Cabeza de Potrero fue único en su especie. El que le da “a colocar”, porque si le pega fuerte y va medio alta se va de la vecina, que ya está cansada de devolver pelotas, y ahora adquirió un nuevo método para devolver los balones: Los levanta ensartados en un cuchillo. Además, sabe que no hace falta pegarle fuerte. Sabe que con que vaya esquinado, ya entra. Sabe que el arquero de potrero suele ser el gordo del grupo, que no se tira a menos que le digan que la pelota se transformó en albóndiga. También sabe, este Cabeza de Potrero, que si da pases muy largos, la pelota suele picar mal, en alguna piedra o en algún yuyo, y sale para cualquier lado. Por lo tanto, tiene que gambetear él. ¡Y vaya si lo hace! Si parece que viene desde la casa, pasando entre árbol y árbol, con su fiel compañera, pegada a él, mitad por habilidad, y mitad porque ella, la caprichosa, sabe que en ningún pie va a estar mejor que en el suyo. Sabe distinguir su botín aún con los ojos cerrados. Sus golpeci son untadas de queso crema que la hacen relajarse y dejarse llevar. A comparación de los otros 21 en cancha, queparece que se la llevaran puesta. No saben. No tienen comparación.
Pero hay veces en las que el Cabeza de Potrero se ve rodeado. Incluso hasta el más habilidoso se ve en aprietos. Y ahí es cuando le dice chau. ¡Ma qué chau! Le dice “Hasta Luego”. Porque sabe que van a volver. Siempre vuelven. Y es ahí cuando el 10 la despide con una caricia, y se la deja al compañero en un lugar en el que es gol aunque patee con rollers. Pero que no se vaya a ir larga, porque se va a la calle y vuelve reventada por la rueda de algún auto. Suele jugar con una desfachatez sobradora. Se divierte. Contrariando al Cabeza de Cancha, que juega a ganar, el Cabeza de Cancha juega a divertirse. Y así fue como hizo que la caprichosa se enamorara, y elija su botin al de cualquier otro. Y nada de jugar a una hora, o a dos, o a 5. Juegan hasta que el dueño de la pelota se cansa de ver tanta magia, la pide y se la lleva. Y la mayor cualidad del Cabeza de Potrero es que podes meterlo a jugar a una cancha, contrariando al Cabeza de Cancha, que no podría, ni por asomo, jugar en un potrero. Y si Cabezas de Cancha hay pocos, poquísimos, cada vez menos y cuando no haya más se van a extrañar, al Cabeza de Potrero se lo extraña hace 10 años. Lo extrañan en Peña y Arenales. Lo extrañan en Blanco Encalada. Lo extrañan en Rodney y Maganasco. Si hasta la señora que le devolvía todas las pelotas reventadas lo extraña. ¿Cómo no lo iban a extrañar los clubes a los que les regaló su magia? Así es, señores. Cabezas de Potrero hubo uno solo. El que jugaba en La Bombonera como jugaba en el potrero. Hasta mejor. El que le daba a colocar y entraba inflando la red, como si le diera a colocar para que no pase por arriba la remera que hacía las veces de palo, y no te quisieran primerear el gol con que “fue palo”. Y obvio, con un arquero mucho mejor preparado, pero haciendolo quedar igual o peor que aquel gordo. El que no la largaba, ya no por miedo a que pique mal, si no por miedo a que no se la devuelvan más. Y, además, porque, cambió la caprichosa, pero no cambió el botín. Y sea la pelota que sea, iba a elegir su bota de terciopelo a cualquier otra. Y se siguió viendo en aprietos, como en el potrero. Y la siguió poniendo ahí, solita y sola, para que venga el 9 y la sople. Y todos festejando. Como siempre. El que gambeteaba y gambeteaba, como si estuviese yendo de su casa al potrero, pasando entre árbol y árbol. Cambió el potrero por cancha, y los compañeros de andadas que “usaba” de rivales, por jugadores profesionales y muchísimo más preparados. Y muchísimo más rústicos. Pero lo que no cambiaba era el desenlace: La pelota, en los pies de Garrafa.
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Conociendo el Ascenso
CLUB ATLÉTICO PUERTO NUEVO En la esquina de San Luis y Colón, en la ciudad de Campana, un grupo de jóvenes se juntaban a hablar de fútbol. Debatían sobre ese deporte que tanto los apasionaba. También de otros temas que les generaban interés, como por ejemplo, de películas. Hacía unos años habían ido al cine a ver "Puerto Nuevo", un film argentino que pegó fuerte en estos amigos (que también estaba formado por tres hermanos: Carlos, Julio y Demóstenes Vallejos). Sus charlas comenzaron a convertirse en ideas y sueños: Querían participar de los campeonatos barriales de la ciudad. Así fue como el 12 de octubre de 1939, fundaron el Club Atlético Puerto Nuevo. Lograron superar sus metas al máximo y su sueño trascendió a algo casi imaginado por estos muchachos. Su club estuvo 36 años en la Liga Campanense de Fútbol y fue campeón en el 56. Obviamente no les alcanzaba con esto y decidieron volar más alto. Tres largos años de gestión e insistencia fueron los que tuvieron que atravesar para lograr la afiliación en AFA. Conseguir un plazo en la Primera División D fue un paso muy importante para la historia del club. Su primer partido oficial fue de visitante en San Miguel contra el club Juventud Unida. El primer equipo que compitió en esa categoría estaba formado por: Von Zeschau; Julio Raboni, Omar Pichinelli, Luis Sténico, Aquino, Mauro; Guizzarelli, Fabre, Jacobo Malaszuk, Moreno y Pissinis. El resultado fue negativo, perdió 2 a 1. El azul y amarillo siempre caracterizaron su camiseta, no así su nombre. De 1984 a 1991 pasó a ser "Puerto Italiano", debido a una unión con el círculo italiano de Campana. En medio de este cambio, logró ser subcampeón en 1988, a un punto del primero. Once años después de este hecho, se hizo un convenio con la Liga de Fútbol Profesional Boliviano. Este incluía una cláusula donde debían modificar su denominación a "Puerto Nuevo Boliviano", iniciativa que no llegó a formalizarse. En 1990 la Municipalidad de Campana donó al club 4 hectáreas de tierras fiscales, ubicadas en Viale 159, a 300 metros del cruce entre la Ruta Provincial Nº 6 y la Ruta Nacional Nº 9, para la construcción de su estadio, que se inauguró en 1997. Hasta ese entonces, el auriazul fue local en el Estadio Municipal de Campana y en terreno de Villa Dálmine. La cancha lleva el nombre de Carlos Vallejos, miembro del grupo fundador. Desde la afiliación, en 1975, Puerto Nuevo sólo consiguió un as-
censo. Fue campeón invicto del Apertura 1993, con 15 victorias y 5 empates. Por lo que en 1994 logró subir a la Primera C, tras ganar una final de dos partidos ante Cañuelas. El primero fue el 30 de abril, en Villa Dálmine, que terminó 1 a 1. La definición fue en Laferrere, el 8 de mayo, con una goleada (4 a 1). Dos años militó en esa categoría, hasta que volvió a Primera D. Luego de eso, todo se volvió oscuro para el equipo de Campana, no pasaban de mitad de tabla para abajo. El sueño de esos amigos que se reunían cada tarde en la esquina, se vino abajo en tres oportunidades. Aunque ya había sido desafiliado en 1983, el club sufrió mucho más las últimas porque fue una seguidilla que empezó en el Torneo de 2009/10, siguió con 2011/12 y, por último, en 2013/14. Dentro de esta época negra, también tuvo dos participaciones fugaces por la Copa Argentina. En 2012 jugó dos partidos y quedó afuera en la segunda etapa eliminatoria y, en 2014, fue eliminado en la primera. Algo muy distinto ocurre con el fútbol femenino. Puerto Nuevo está jugando en la máxima categoría desde el Torneo Femenino Inicial 2013. En los tres campeonatos estuvo ubicado entre los puestos 7mo y 9no. Y jugó en los octavos de final de la Supercopa Argentina de Fútbol Femenino de 2015.
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ADN DE VOLANTE CENTRAL HUGO LAMADRID
Siempre caracterizado por ser un tipo multifacético. Zaguero en inferiores, debutó jugando de 9 (hasta hizo un gol ese mismo día) y terminó jugando de volante central. Afuera de las líneas de cal se convirtió en todo un personaje. Se puso una panadería, hace Stand Up y es un tuitstar. Hoy trabaja en la ESMA, lugar donde llevamos a cabo la charla...
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¿Cuál es tu tarea en la ESMA? Trabajo en la Secretaría de Derechos Humanos en el Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas, traducido, es el Registro de Chicos perdidos de Nación. A nosotros nos llegan las denuncias de todos los chicos que se pierden. La tarea nuestra arranca cuando recibimos la denuncia, así nosotros podemos intervenir. Lo que hacemos, en rasgos generales, es articular información. Tenemos comunicación con distintos registros de distintas provincias. ¿Tuviste otros trabajos después de tu retiro? Me retiré y puse un negocio, allá por el año 2001. Una panadería que todavía está, la tengo alquilada. Un visionario el tipo, puse el negocio y voló el país. Tuve escuela de fútbol en Berazategui, aunque hay muchos jugadores que quizás viven con las escuelitas de fútbol, es bastante complicado tener que lidiar con los padres, porque lo que a mí me interesaba era enseñarle a los pibes, no competir. El padre quiere que el pibe juegue torneos, gane... Entonces dejé y empecé a trabajar un tiempo para un grupo financiero, con el tema de seguros de vida y seguros de inversiones. Después de eso, y mediante la relación personal que tenía con parte de la familia de mi jefa, por Racing, me comentó lo de la ESMA, tuve una entrevista y entré.
"En el ascenso estuvo la base del equipo que ganó la Supercopa."
¿Cómo fue tu debut en Primera? Yo debuto en el segundo año de la B. Era muy difícil, sobre todo para un pibe, jugar un torneo de esas características siendo Racing. Todos nos querían ganar. Se le sumaba un desmanejo institucional muy grande, que en Racing fue moneda corriente mucho tiempo. Recuerdo que me hace debutar Cayetano Rodriguez, que dura dos o tres fechas y después viene el Coco. Fue una época muy complicada en lo deportivo y en lo personal. Ninguno de los pibes estábamos preparados para eso. Tuvimos que aprender más rápido de lo común. ¿Con qué vestuario te encostraste? Tuve la suerte de que, dentro del vestuario, me formaran tipos como Fillol, Olarticochea, Walter Fernández, Colombatti, Ruben Paz y el Toti Iglesias. Una banda de muchachos que tenían más edad que yo. Al margen de lo económico, que no eran momentos donde uno ganaba mucho dinero, como lo es ahora. Lo más importante en ese vestuario fue lo que uno pudo aprender de la táctica y de la estrategia. A mí me ordenaba el Pato Fillol desde el arco. Yo lo escuchaba que me ordenaba a mí, jugando en el medio. No creo haber tenido otro vestuario como el de esos años.
Y ese plantel se ganó la Supercopa... En el ascenso estuvo la base de ese equipo que ganó la Supercopa. Muchos se acuerdan de volver a jugar la Libertadores después de 20 años, de pelear los torneos locales, pero pocos prestan atención a que ese equipo se armó con Racing en la B. Fue un proceso de cuatro o cinco años, que hoy son casi imposibles de lograr en un club. Vinieron jugadores importantes, de renombre, a los que se le sumaron muchos que ya estaban. Se armó un plantel de treinta jugadores que podían tranquilamente jugar en el equipo titular. ¿Qué diferencias tenían esos equipos con los de ahora? Todos los equipos jugaban de la misma forma, no existía el 4-4-2. Eran equipos que se formaban a largo plazo, no existían las exigencias de mercado que hay hoy. Donde un pibe te aparece con 17 años y a los seis meses se fue. Para irte a Europa tendrías que haber sido jugador de selección nacional. No había mercados como hoy podés tener Turquía, China, Armenia, Azerbaiján, Rusia o Islandia. Los jugadores se iban a España, Italia, Francia o Inglaterra. En cambio hoy, cualquier muchacho del Nacional B, tiene la suerte de irse de un club de acá a jugar a un equipo de Israel o Grecia y terminar jugando una copa europea.
“Quedó como una deuda pendiente dirigir.”
Entonces, ¿fútbol de antes o de ahora? Hay quienes eligen el fútbol de ahora, y quienes, como yo, eligen el de antes. El fútbol antes era duro pero no era tan malaleche como ahora. Era leal porque nadie pedía una amarilla, ninguno se levantaba del piso con la manito arriba pidiendo una tarjeta. Había que enfrentarse a tipos como Giunta, como Hrabina, como el Tolo Gallego, Passarella, Ruggieri. ¡Eran asesinos seriales esos muchachos! Pero existía otra convivencia, se jugaba solamente los domingos, muchos de los que vos enfrentabas te los encontrabas a la noche en algún boliche, era distinto. Tuviste un breve paso como DT... Sí, cuando dejé el fútbol dirigí en Douglas. Pero para dedicarte de lleno a esto tenés que estar las 24 horas del día con el fútbol. Cuando me retiré no tenía un buen pasar económico. Seguir jugando era para generar más deudas, porque en aquel momento todo el país venía mal. El pre 2001. Así que tuve que empezar a laburar, no hubo tiempo para ir a ver un partido, para ir a la cancha donde el técnico está ahí tecleando. De a poco el tiempo fue pasando y quedó como una deuda pendiente dirigir. ¿Cuál es el dibujo táctico del equipo de Lamadrid? Hay dos cuestiones, una es la que a mí me gusta y la otra es lo que hay que hacer para que no te peguen una patada en el orto a los tres partidos. Me gusta jugar con tres en el fondo, dos volantes por afuera, que se conviertan en 5 cuando perdés la pelota, más el volante en el medio. Así pude jugar en Douglas cuando fui técnico, hace 15 años atrás. Pero hoy no se puede jugar así, no hay jugadores con esas características. Hoy agarrás cualquier defensa y no ves jugadores como para jugar con línea de tres. Tienen que tener determinada estatura, no ser demasiado pesados. A mí me sigue gustando jugar con el 4-3-1-2 donde el volante suelto, o enganche, forme parte del medio cuando se pierde la pelota. La mayor parte de los partidos que vos ves, se define por una cuestión matemática en el medio. Yo te pongo tres, vos me pones cuatro, yo te pongo cuatro, vos me pones cinco. Son nueve o diez jugadores en el medio y termina pasando la pelota por arriba, porque es más fácil.
“Yo veía los botines negros, ahora veo botines fluorescentes . No veía un peinado con gel, era el pelo largo.”
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Si viene un equipo de Primera a ofrecerte un puesto como técnico o Racing a ofrecerte un cargo, ¿dónde vas? Me voy a Racing, eso está claro. El tema es que no creo que pase ni una cosa, ni la otra. Un equipo de primera no va a venir, a no ser que podamos implementar algo a través de Twitter, algo revolucionario. Primera División lleva otro tipo de conducta, pero quizás en otra categoría se podría hacer algo que tenga que ver con implementar las redes sociales. En Racing estoy cercano a los dirigentes desde el año 2008, me saludan, me abrazan, pero nadie me propone nada.
“Yo no quiero sueldo, quiero hacer lo que yo sé.” ¿Por qué creés que no llega ninguna propuesta? Creo que tiene que ver con la historia que tengo con Blanquiceleste. Creó en muchos dirigentes una mala imagen. Tuve la oportunidad de pegarle a uno de los del órgano fiduciario de ese momento, en AFA, pero no lo hice. Si tuve que agarrarme a trompadas con la policía, me agarré. Me quedó esa imagen de tipo de mecha corta. Me invitan a las filiales, voy, como (mucho). Entiendo cuando los dirigentes no se te quieren pegar mucho. Yo no sé si me quieren sentado en la mesa de la comisión directiva. Hay elecciones el año que viene, si no me encuentran dentro de Racing haciendo algo por el club, es porque mi ciclo va a estar cerrado. ¿Armaste algún proyecto? Propuse hacer un laburo con algunos muchachos en particular. Yo no quiero sueldo, quiero hacer lo que yo sé, que es estar con los jugadores, hablar con ellos. Un día le planteo a Blanco, si él sabía dentro de su plantel cuántos eran casados, cuántos solteros, cuántos tenían hijos, cuántos estaban divorciados. Me dijo que no. Y eso es lo primero que tenés que saber, no podés manejarte de la misma manera con Saja que tiene treinta y pico de años y una familia constituída, que con Brian Fernández, que viene de Defensa y Justicia, se bajó del 148 y se subió a un BMW. Te ves lejos de Racing desde lo institucional, pero ¿qué relación tenés con los hinchas? La gente de Racing tiene conmigo, y con toda esa generación de jugadores, un gran reconocimiento y cariño. Los más grandes te dice que ese plantel fue mejor aún que el que ganó el torneo del 2001, por los nombres que tuvo. Me nombraron padrino de una filial. Más allá de todo eso, cada jugador tiene una impronta, que tiene que ver con ese paso con el gerenciamiento en Racing. ¿Vas a la cancha? Siempre voy a la cancha a ver a Racing, voy a platea porque a la popular no me dan las tabas, ya no puedo estar parado. Generalmente voy con mi señora y mi hija más chiquita. Mis hijos van a popular, no quieren estar conmigo. ¿Qué utilidad le das al twitter? Lo uso como campo de prueba para después llevarlo al stand up. A veces tiro algunas cuestiones para ver como prende en la gente, porque estoy escribiendo para armar algo que tenga que ver con el fútbol a nivel humorístico. Muchas veces choreo algunas respuestas porque a veces son más ingeniosas que lo que vos tirás. Eso me sirve para el ida y vuelta. Trato, en la medida de lo posible, de estar viendo que es lo que va pasando en Twitter, sobre todo en los temas futbolísticos. Y poner algo sobre el tema de ese momento.
Por ejemplo... No sé que jugador fue que dijo que habían tenido una charla con la barra, que no había pasado nada, que habían venido a hablar distintos temas. Entonces yo copié la declaración de él y digo “Debe leerse: Al próximo que salga en una foto en chota, lo matamos”, una cosa así. Ahora los jugadores se sacan fotos en pelotas, se creen que son todas novias las chicas. El quilombo en Twitter es el mejor tema. Yo trato de no meterme mucho, como hacía al principio.
partido, me agarra un viejito de subcomisión directiva, Fontán se llamaba y me dice: “Lamadrid, no vino más, ¿que pasó?”. Le metí la excusa de que no quería estar con el técnico que estaba. Y me dijo que vaya igual, que empezaba a entrenar con la otra categoría, yo estaba en 6ta. Volví, termino de entrenar con la 5ta lo que quedaba de ese año, y en un entrenamiento viene el que veía a los pibes para las selecciones juveniles de Bilardo y Pachamé. Nos llamó a seis para hacer una prueba. ¿Cómo termina esto? Yo volviendo al club, jugando en 3ra al poco tiempo y en la selección juvenil del 85.
¿Cómo manejás el ida y vuelta con tus seguidores?
La mejor patada de Hugo Lamadrid
No puedo estar peleando porque ya logré algo que es muy díficil: que nadie te salga a bardear porque sí. Al principio sí, me peleaba con uno, con otro, lo invitaba a pelear. Las reglas las pongo yo. Cuando alguno te boludea o te forrea, ni le contesto, ya no bloqueo a nadie. Le agarré la mano. Si te enojás, perdés. Tengo una parte que hablo de los códigos, a mí me cuesta mucho hacer humor con los jugadores, porque tengo muchos amigos y conocidos. Tipos de códigos inquebrantables como Orión, Ameli o Icardi. Ahora a Orión lo tengo que sacar, no lo puedo poner...
Di una patada muy linda, estética. (Todos recuerdan goles, yo recuerdo patadas). Era un partido muy complicado por Copa Libertadores en Perú contra Sporting Cristal. Empieza el partido, partido de Copa de los 80, bravo... En una jugada queda mano a mano un peruano con el Pato Fillol, él sale y el peruano le va a definir, patea y le pega un pelotazo en la mandíbula que lo dejó medio “bobi”. El Pato la saca afuera y llama al árbitro para que lo atienda. No lo atiende, deja que siga y nos hacen el gol en esa jugada. El árbitro medía 1,40, un poquito más alto que la mesita de luz que tengo en casa. Le dije que íbamos a empezar a pegar... Hay una jugada, en mitad de cancha, en una salida media sucia de los peruanos, queda una pelota a un metro, metro y medio viniendo hacia mí. Uno que la viene a buscar y yo que la voy a rechazar. Le rechacé pelota, pie, cabeza... Es muy linda porque el peruano da una vuelta en el aire. Está en Youtube, porque la subí yo.
#ElVolanteCentral... Lo que yo encuentro en Twitter es un personaje, que es el volante central, que es el tipo que hoy está desaparecido. Vos no ves un volante central dentro de una cancha, son todos doble 5. El volante central lo que logra en Twitter es que mucha gente que vio fútbol de los 80 diga: “¡Puta, era esto!”. Yo veía los botines negros, ahora veo botines fluo. No veía un peinado con gel, era el pelo largo. No había estas cuestiones de moda, que no digo que estén bien o que estén mal, sino que era distinto. ¿Queda alguno de esos en el fútbol de hoy? Los 5 de marca tienen las características de siempre del volante central, porque en inferiores se forman con dibujos tácticos diferentes a los de Primera División, tal vez te juegan con tres volantes en el medio, uno central y un enganche un poquito más adelante. El ADN histórico del volante central, que se paraba en el medio, como Suñé, Rattín y Merlo, sigue estando. Como Videla o Ponzio, por ejemplo, que tienen todas esas condiciones.
Etapa de Rugbier -¿Empezaste jugando de 2?
RACING ALQUILADO A MENDOZA En Racing cuando ascendemos en diciembre del 85, el campeonato arrancaba en junio del 86, entonces quedaban esos seis meses en los que no había actividad profesional. Central, que fue el club al que le pasó lo mismo, dió a sus jugadores a préstamo a otros equipos. Racing tomó la denigrante decisión de alquilar el equipo completo, de llevarlo a jugar a un torneo local de Mendoza, con la excusa de pagarnos los sueldos. Allá teníamos que tratar de pasar el tiempo lo más rápido posible. Nosotros viajábamos los viernes o los jueves a la noche y volvíamos los domingos. Fue un torneo muy duro porque imaginate que vaya Racing con los jugadores de la primera a jugar un torneo local, no sólo los rivales jugaban en contra, si no que los árbitros, la gente, el periodismo. Fue muy difícil, terminamos con muchos lesionados, jugando con chicos de Mendoza. (Esto va en “En el ascenso estuvo la base del equipo que ganó la Supercopa”).
- Si -Dejaste de ser 2 para ser 9...
¿Le mostrás a tus hijos videos tuyos?
-Si
No hay muchos videos míos jugando. Yo tengo todo grabado en VHS. Ahora no tengo más la video, tendría que digitalizarlos todos. Mis hijos a medida que van creciendo le dejaron de dar pelota a eso. De chiquitos los engañás un poco. Mi nena más chiquita me preguntaba si yo podía volver a jugar al fútbol, es chiquita viste.. Ellos después crecen y ven la realidad.
-Dejaste de ser 9 para ser 5... -Si -Dejaste de ser futbolista... ¿¡Para ser rugbier!? -Si, iba al Comercial de Avellaneda y tenía cuatro o cinco compañeros que jugaban al rugby. Se hace un Seven de todos los colegios de Avellaneda y me invitan. Yo no conozco el reglamento, pero me dijeron: “Vos te parás acá, nosotros te damos la pelota y vos corrés para adelante”. Lo ganamos por afano y me gustó. Sin dejar el fútbol empiezo a entrenar con ellos a la noche. Un domingo me fui a jugar con ellos, al segundo domingo ya no fui más a Racing y me fui a jugar al rugby. Mi viejo me quería matar, porque tenía 17 años y estaba ahí. Un día voy a la cancha a ver un
TÉCNICO, BANDA O STAND UP El stand up lo hago. Mal, pero lo hago. Pero vení a decirme algo. Si vos me das a elegir esas cosas y eligiría ser técnico. El tiempo sigue pasando. La banda, si no es de rocanrol, tocaré tango dentro de 10 años. La música te espera siempre. (Esto en “Quedó como una deuda pendiente dirigir).
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JONATHAN BOTINELLI
CAPITÁN AL RESCATE ¿Cómo se dio tu debut?
¿Te queda como una deuda pendiente la Selección Mayor?
Había pasado mucho tiempo en el club, luchando por el sueño de poder jugar en Primera. Me agarró en un momento en el que yo estaba en la juvenil. Vuelvo de un viaje con el Sub 20 y ese mismo día me entero que tenía que estar concentrado para jugar contra River. Además justo me tocó jugar un partido en el que debutaba un amigo, Hernán Mattiuzzo, que hicimos todas las inferiores juntos, la misma carrera y teníamos la suerte de jugar los dos ese partido.
No sé si deuda pendiente. Me tocó estar. Quizás no tuve las suficientes oportunidades para poder mostrar lo que era como jugador. Me han tocado algunos partidos salteados, pero uno tiene que aprovechar las pocas chances que tiene y yo no pude terminar de convencer. Es lo que pasó, ya está. Uno piensa para adelante. Me siento bien hoy. Estoy contento con mi presente y nada más. No miro para atrás.
En el año que debutaste, San Lorenzo salió campeón de la Sudamericana, ¿qué características tenía ese equipo? Ese equipo jugaba muy bien. Tenía a Romagnoli en un momento impresionante, Astudillo, Beto Acosta... Tenía jugadores de mucha jerarquía, y creo que fue un justo Campeón. Uno siempre tiene que aprender, mirar a los más grandes, tratar de copiar las cosas buenas y después llevarlas a cabo para adquirirlas el día de mañana. Me enseñaron varios jugadores. Tuve la suerte de jugar con Luis Medero, Coco Capria, Paolo Montero, el Gallego Mendez... todos ellos me han dejado cosas que hoy las llevo a cabo y que me han potenciado como jugador. Te fuiste a Europa con San Lorenzo campeón del Clausura 2007... Si, fue muy lindo. Lo disfruté mucho más que la Sudamericana porque jugué casi todos los partidos. Jugué con mi hermano. Tuve la chance de dar la vuelta con él en cancha y eso es algo único. Es una de las grandes alegrías que me dio el fútbol. ¿En cuánto influyó en ese plantel que el técnico sea Ramón Díaz? Cuando salimos campeones, él absorbía toda la presión. Nosotros veníamos de un semestre muy malo y él puso la espalda. Aguantaba todo y nos liberó a los jugadores. Nos daba mucha confianza. Yo llegué a la Selección con él de técnico en CASLA. Me ha potenciado mucho. Tuviste un paso muy bueno por la Sampdoria...
¿Pensás ser DT cuando te retires? Sí. Lo voy a ser. O voy a intentar serlo. Pero hoy disfruto del día a día del jugador. Quiero jugar mucho tiempo más, así que lo dejo ahí, a un costado. No tan latente. Sé que con lo poco o mucho que sé puedo llegar a ser entrenador. Hay que tratar de llevar a cabo y transmitir lo poco o mucho que uno sabe a los jugadores. Y eso es lo más difícil de ser entrenador. ¿Qué técnicos te marcaron? En las juveniles terminé el aprendizaje de los conceptos básicos que se tienen que tener para llegar a Primera. Eso me lo dieron Tojo y Tocalli cuando me llevaron a la Sub-20. Después Ruggeri y Simeone me marcaron mucho. Me dieron muchas cosas para incorporar al fútbol, el día de mañana, cuando uno sea entrenador y para manejarse dentro de un grupo. Mencionaste a Tocalli, ¿no te parecía que era su momento de volver? Tocalli ha hecho un trabajo excepcional. La última camada de la Selección que pasó por juveniles es la que está ahora en la Selección mayor. Después, si está bien o mal designado el técnico de hoy, o si lo tendrían que haber elegido a él, creo que no debo opinar de eso, porque no estoy en el lugar ni soy quien tenga que hacerlo. En 2016 pasaron por dos procesos de cambio de técnico, ¿por qué pensás que no se dio con ninguno?
Tuve un paso por Italia, en un club hermoso. Mi sueño siempre fue ir a Europa. A Italia precisamente. Era un fútbol que me seducía más por una cuestión táctica del defensor, porque en ese momento la Serie A tenía los mejores defensores del Mundo.
Hubo varios factores para mí entender. Jugadores nuevos; mucho tiempo de pretemporada para empezar el campeonato; no pudimos llevar a cabo la idea de Rondina con las nuevas incorporaciones y el nivel de los que ya estábamos no fue el mismo del semestre pasado. Hubo algunos lesionados que no nos permitieron repetir el 11, que eso es importante también en un equipo...
¿Cómo fue tu estadía en River?
¿Y hoy Arsenal para qué está?
Me tocó pasar un momento lindo. Poder ir a uno de los dos equipos que se denominan los más grandes de Argentina. Me tocó jugar en un momento en el que políticamente, el club estaba revuelto, porque había elecciones. Estaba Passarella, que era muy resistido. Almeyda como técnico también. Eso era medio complicado a la hora de jugar. Había mucho morbo. Pero he hecho grandes amigos. Sigo hablando con muchos ex compañeros. Hicimos una gran relación y nada más. Después, jugué treinta y pico de partidos. Creo que lo hice bien. Podría haber sido mejor, pero el tiempo no me lo permitió.
Para sumar. Quedan pocas fechas y necesitamos sacar la mayor cantidad de puntos para poder ir tranquilos a la segunda rueda. Nos falta un poco de confianza para que empecemos a ganar y ahí uno va a poder creciendo como equipo. Uno siempre piensa positivo y trata de aportar esperanza a lo que viene. La confianza viene de la mano de los resultados, pero eso no garantiza tampoco que te de confianza.
¿Te sirve de experiencia para transmitirlo en Arsenal? Sí... son diferentes clubes, diferentes situaciones, diferentes momentos de uno en la carrera. Uno está preocupado, pero sabe que la única forma de salir de este momento es trabajando más de lo que lo veníamos haciendo, porque no alcanza.
El defensor central, actualmente capitán en Arsenal, es uno de los referentes del plantel. “Boti” nos habla sobre su carrera futbolística, que lejos de terminarse, se puso en claro una meta: Rescatar al club, que no está atravesando uno de sus mejores momentos.
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·Ramón Cabrero·
EL LIDER DE LA REVOLUCIÓN Hay héroes y villanos en el fútbol. Los reconoces con sólo mirarlos. Cuando ves que un tipo nada en contra de la corriente para alcanzar un único objetivo, comprendés que ese es quien lidera la revolución. Esta es la historia de un Señor Técnico, que en un equipo que venía mal, que peleaba en las últimas posiciones con jugadores grandes, puso a los juveniles y salió campeón del torneo por primera vez en su historia. En el club de sus amores, el que lo vió nacer. No puede hilvanar una frase sin nombrar a su querido Lanús.
F I CH A TÉ CNICA
· Nombre completo ·
Ramón Armando Cabrero Muñiz · Nacimiento ·
11 de noviembre de 1947. Santander (Cantabria), España. · Debut Deportivo ·
1965 - Lanús · Posición ·
Centrocampista · Retiro futbolístico ·
1982 - Independiente Rivadavia
/HISTORIA/ Cabrero nació en Cantabria (España), pero se fue a vivir a la Argentina cuando tenía 4 años de edad. En 1965 comenzó a jugar profesionalmente en Lanús como mediocampista. En 1969, luego de un breve paso por Newell’s Old Boys, regresó a su país natal para jugar en el Atlético de Madrid. Luego jugó también en el Elche CF y el RCD Mallorca. En 1976 regresó a la Argentina para jugar en dos equipos mendocinos, San Martín e Independiente Rivadavia.
/ENTREVISTA/
sin ningún tipo de dudas, es un técnico muy inteligente. Eso no se puede discutir. La virtud del Cholo es que sabe que el Real Madrid y el Barcelona tienen mejores jugadores. Y no hay dudas de eso, el mejor jugador del Mundo juega en el Barcelona y el segundo mejor en el Real Madrid. Una de las mejores virtudes de un técnico es saber las limitaciones que tiene, saber los jugadores que tiene y saber competir con un equipo que es superior.
“El mejor jugador del mundo juega en el Barcelona y el segundo mejor en el Real Madrid”
¿Qué recordás de tu paso por el Atlético?
¿Qué preferís? El fútbol argentino o el fútbol español?
Futbolísticamente, en aquella época (yo estuve entre el 71 y el 77) el Atlético era mucho más que el Barcelona. Estaba entre el Real Madrid y el Atlético. Fue una etapa hermosa. Fue una época de las que más recuerdo de mí vida. De hecho, allá tengo muchos amigos. El Atlético guarda en mí un lugar muy importante. Yo soy español de nacimiento. Es mí lugar en el Mundo, sin dudas. Me han invitado cuando cum-
Actualmente hay una diferencia muy grande de plata. Como todo en la vida, la plata maneja las mejores situaciones. Es muy difícil en el fútbol argentino mantener a los buenos jugadores. Y los técnicos podemos influir en una parte, los dirigentes otro tanto... pero los que juegan son los jugadores.
plieron los 100 años. Me invitaron cuando se cumplió un aniversario de la Copa Intercontinental del 73, contra Independiente, que no la quiso jugar el Bayern Münich y la jugamos nosotros. ¿Qué ves en el Atlético actualmente? El Atlético, con mucho menos a nivel de potencial de jugadores, ha competido con el Real y el Barcelona de igual a igual. Rompió la hegemonía de que ellos dos ganaban todo. El Real Madrid y el Barcelona son superiores al Atlético en jugadores, y cuando los ves en un partido, no se nota tanto. El Cholo hizo una revolución,
¿Por qué crees que se da esto? Allá los equipos se forman a largo plazo, hay más tranquilidad. Desgraciadamente, el fútbol no le escapa a lo que es Argentina: vida o muerte. No veo en ninguna parte del Mundo que vayan 10 partidos y hayan echado 4 técnicos. ¡Una cosa de locos! En Colombia estuve en Atlético Nacional, que es un equipo muy grande de allá. ¡Es como River y Boca juntos! Cuarenta, cincuenta mil personas por partido. Muy exigente. Siempre juegan los mejores jugadores. Yo estuve un año y realmente no tuve las presiones del fútbol argentino. Y estamos hablando de Colombia... Si vas a Uruguay, es lo mismo. Nosotros somos muy especiales.
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¿Cuál es el mejor DT que tuviste? El mejor fue Miguel Ángel Juarez. Cuando Lanús me vende a Newell’s, él era el técnico y Menotti el ayudante. En ese entonces el Flaco tenía 33 años. Y creo que si le preguntas a mucha gente de mi época, incluidos Menotti, que es mayor que yo, te van a decir que el mejor DT fue el Gitano Juarez. Él fue uno de los primeros técnicos que me dejaron cosas.
Todos te recuerdan por lo que hiciste con Lanús. Pero vos también ascendiste a Italiano... En el 86 fui a Italiano y ascendimos a Primera. Como logro histórico, a mí me gusta mucho más lo de Lanús, porque soy una persona del club. Pero haber ascendido a Primera, fue una cosa profesionalmente impagable. La gente de Italiano me recuerda muy bien. Cada aniversario me llaman. Fue muy importante lo que conseguimos con Italiano. No se le dió mucha imporancia porque en ese tiempo no había tantos programas deportivos y, justo cuando ascendimos, Argentina salió campeón del Mundo del 86. Entonces, se le dio mucho menos trasendencia. También estuviste en otros clubes del ascenso y hasta pensaste dejar todo... Sí, primero perdí un a Semifinal con Lanús, ante Racing, en cancha de Independiente. Un partido donde hicieron patear un penal 3 veces (el referí no pudo volver a dirigir nunca más). Ahí estuve un año. Después volví a Lanús, en el 87. Yo siempre había dirigido en el Nacional B: Colón; Ctral. Córdoba; Maipú de Mendoza. Hasta el 92, que dirigí Los Andes. Después me puse un local de ropa con mi señora y ahí me alejé por 10 años. Pensé en dejar todo. Realmente fue mucho tiempo. Del 93 al 2004, que volví nuevamente acá, a Inferiores, fue mucho tiempo, y tenía pensado trabajar en inferiores. Después se dio todo muy rápido y comenzó mi segunda etapa como técnico, que ya la conocen todos.
Nos hablabas recién de tu paso por Nacional. ¿Qué recordas de tu experiencia en Colombia? Mi paso por Nacional fue bueno. “Bueno”, a ver... “Bueno” en Nacional es salir campeón. Nosotros salimos segundos a dos puntos de Independiente de Medellín, que tenía un equipazo. Y para mí, fue bueno, porque salir segundo no es malo futbolisticamente. Después salís en una foto, esa es la realidad. Pero para mí fue una experiencia hermosa. De hecho, me agarró a los 61 años de mi vida. Si me hubiese agarrado más joven, era para quedarse un tiempo largo. ¿Podrías elegir al mejor jugador que hayas dirigido? Creo que Blanco fue uno de los mejores, sin dudas. Giovanni Moreno fue otro, Toto Salvio fue otro. Después diría que el Laucha, que lo tuve de chiquito, también fue un jugador desequilibrante. Y después nombraría a Cardona. La vez pasada, con el tema de las Selecciones Juveniles, hablaba con Bauza de Blanco, y me dice “Ramón, ¿qué le puedo decir yo a Blanco? Si hace todo bien. Hasta corre más de lo que tiene que correr. A veces le tenía que decir que no corra tanto”. Esos jugadores te facilitan las cosas.
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y le dije: “Escuche un poquito, Flaco. Usted pasa por encima a los jugadores, a todos. Hace lo que usted quiere: patea el banco, se enoja... En definitiva, le está faltando el respeto a sus compañeros. La próxima vez que lo hace, no juega más. No es que “lo saco”, ¡directamente no lo pongo!. Lo importante de todo eso es que le pidió disculpas a sus compañeros. Cuando vos tomás una decisión equivocada a nivel de disciplina, te están mirando 23 jugadores más. Con un dirigente es lo mismo. Acá me ha pasado que, en el 06, todavía sin salir campeones, viene Nicolas Russo a traerme un refuerzo que ya había firmado y todo, a decirme “ya está lo de fulano, pero quiere hablar con vos, porque quiere ser titular”. Ahí nomas le dije “andá y rescindile el contrato”. Y me dice “Pero no, Ramón...”, “andá YA y rescindile el contrato. No lo quiero”. Porque va a perder el club y vamos a perder nosotros. ¿Cómo voy a traer un jugador que me quiere hablar porque quiere ser titular? ¡Vas a ser titular si sos mejor que el otro! Entonces lo agarré a Nicola y le dije: “¿Sabes qué pasa? Vas a perder la plata. Porque si no anda bien, y yo lo saco, te va a hacer quilombo”.
¿Te podrías definir como DT? Mucha gente decía que yo era un DT tranquilo. Nada más errado. Yo soy un manojo de nervios dirigiendo. Por eso no me puedo sentar. Si yo me sentaría, a los 15 días me tengo que ir. Me la pasaría diciendo barbaridades y los jugadores que están al lado dirían que estoy loco. Vos solo, parado, te desahogas, puteas al aire. Yo tengo una personalidad muy fuerte y eso me ha hecho bien en el fútbol. Acá no podes ser blando. Tenés que ser sincero y fuerte. Yo salía de mi casa y los vecinos me puteaban porque ponía a Bossio. Y para mí tenía que atajar Bossio. Nos podemos equivocar en poner un jugador o no, o en poner un plantel o no. Pero no nos podemos equivocar en lo que es disciplina. Esto es fundamental. ¿Tuviste conflictos con algún jugador por tu personalidad? Yo tenía un cariño muy especial por Archubi. Un día no quiso ir al banco y le dije “Conmigo no jugas más”. Y no jugó más. Me acuerdo que un partido lo sacamos al flaco Leto y le pegó una patada al banco, pateó una botella de agua... Después lo vi por televisión. Lo agarré el martes adelante de todos los compañeros
Es el tipo más grande de la historia por lo que fue como jugador, por lo importante que fue el título del 2007. Fue una pieza clave en el cambio que tuvo el club en cuanto a lo que eran las inferiores, por la oportunidad que le dio a todos los chicos, es el principal sostén de ellos. Junto al Laucha y a Pepe, en la historia moderna, es una de las personas más importantes del club. A mí me dio mucha confianza en un momento en el que yo la necesitaba. Ese Lanús jugaba bien al fútbol, era un equipo muy agresivo que tenía transiciones muy rápidas, que era muy eficiente, era muy dificil para los rivales. Ramón Cabrero por Maximiliano Velázquez -
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¿Siempre fuiste temperamental? En ese tipo de cosas yo siempre fui muy contundente. Nunca dudé. Desde que empecé. Yo empecé a dirigir acá con Lanús en Primera B, en el año 84. Recién había subido de inferiores a primera, como en 06, y Lanús tenía un jugador que era la figura del equipo: un chico que se llama Labonia. Un día lo saqué de un partido y me puteó. Llegó al vestuario y le dije “Conmigo no jugas nunca más.” Y le habían dado más plata que a cualquiera... y así y todo no jugó nunca más. Tuvimos la suerte de que no jugó nunca más porque casi salimos campeones nosotros. Si no, a mí me mandaban a cortar el pasto o a que vuelva a Inferiores. Pero de eso nunca dudé. Ni a los 34, ni mañana. Nunca dudé. En Colombia tuve un problema con Edwin Cardona. Él estaba con las Selecciones Juveniles y se iba 20 días al mes. Y yo lo tenía 10 días. Entonces un día, dije públicamente “Yo no puedo poner de titular un jugador que lo tengo 10 días al mes”. Y después de eso, consensuaron los dirigentes. Me lo dieron 20 días a mí y los otros 10 se iba. Los técnicos tenemos que saber que cuando vos hablás con los jugadores, hay 23 tipos mirándote. No te podés equivocar, no podés tener doble discurso. ¿Qué ves en el fútbol de hoy que no veías cuando vos eras DT? Cada día, los jugadores hacen más declaraciones, ¿viste? ¡El jugador se tiene que dedicar a jugar, en vez de hablar! Que el sistema de juego, que el técnico... pero bueno, es el país que vivimos también. Vos fijate que en Europa, por citarte un ejemplo, el partido que el Barcelona le metió 4 al equipo de Guardiola, al Manchester, y se dan la mano los técnicos cuando termina el partido. Acá sería impensado. Acá se saludan antes del partido. Fijate cuantos se saludan después... Eso te da la pauta de la sociedad en la que vivimos. ¿Qué crees que se perdió? Todo pasa por el respeto. Del técnico a los jugadores y de los jugadores al técnico. Pero este es un país muy especial, donde normalmente se le dan más importancias a algunas cosas, que realmente no la tienen, pero es lo que gusta y es lo que vende. Quieren que vos digas “jugamos bien” si jugaste mal, que le bajes la caña a un jugador o algo de eso. Eso es lo que acá vale. Entonces, cuando van tipos como Guillermo o Gallardo, que los cortan de una, los tipos no se animan a preguntarle. Agarran técnicos como es mi caso, o el técnico de Sarmiento de Junín o el de Defensa y Justicia, y a esos sí les dan. ¡Andá a decirle a Guillermo, Bianchi o Gallardo algo de eso! A ellos les tienen miedo. ¿Tenés ganas de volver a dirigir? No. Estuve a punto de ir a Cerro Porteño hace 8 meses, me daban lo que quería en Temperley hace dos meses... Es un problema. Primero, familiar: Cuando fui a Colombia no querían que dirija más. La realidad es que antes era por mi familia, pero ahora soy yo también. Los años pasan. Uno tiene que disfrutar lo que tiene: la familia, los nietos, un buen trabajo, soy un tipo muy querido en el club. Mi hijo me dijo hace dos meses, cuando ya tenía todo arreglado con Temperley: “Papi, ¿qué? ¿te queres comprar dos departamentos más? ¿Para que te hacen falta? ¡Tenés que disfrutar la familia!”.
“Si en ningún lugar del Mundo pasa lo que pasa acá, o está equivocado el Mundo, o estamos equivocados nosotros. Creo que nosotros, porque hace 25 años que no ganamos nada.”
Para el club es una de las personas más importantes. Tuvo mucho que ver en el cambio que hizo Lanús en la última década. En el crecimiento del club fue una de las personas más decisivas. Es una persona muy sencilla, muy humilde, con mucha personalidad para tomar decisiones sobre todo. En el torneo del 2007 hubo una conjunción de un montón de cosas, pero Ramón fue la pieza más importante. En lo personal, lo aprecio muchísimo por todo lo que vivimos, por la calidad de persona que demostró que es. Lanús jugaba muy bien, con muchos chicos del club, que nos conocíamos hace mucho, apostó por nosotros en un momento muy difícil. Cuando asumió estábamos a cuatro o cinco puntos del descenso. Esa es una de las cosas por las que digo que fue un gran acierto tomar decisiones importantes en momentos difíciles. Ramón Cabrero por Agustín Pelletieri -
En estos tiempos se viene dando una nueva camada de DTs jóvenes. ¿Cómo ves eso? Hay un montón de chicos que son muy capaces. Todos arrancamos a ser técnicos de jóvenes. Lo que sí, creo que en Argentina hay una abundancia de técnicos jóvenes, que no se da en el Mundo. Vos agarras cualquier liga o cualquier campeonato Mundial y el promedio de técnicos es de 50 a 70 años. Hubo un Mundial hace poco. Estaban Pekerman, Tabarez, Scolari, Capello. Había, no menos, de 10 técnicos que tenían entre 60 y 70 años. Acá se llegó a decir que Gallego estaba grande para dirigir, ¡tiene 60 años el Tolo! Nosotros tenemos dos técnicos campeones del Mundo, como Menotti y Bilardo. ¿Sabés lo que es ser campeón del Mundo? Y hace 15 años que ninguno de los dos dirige. Entonces, si en ningún lugar del Mundo pasa lo que pasa acá, o está equivocado el Mundo, o estamos equivocados nosotros. Creo que nosotros, porque hace 25 años que no ganamos nada. ¿Creés que la experiencia es fundamental? Yo siempre hago salvedades en eso, los jugadores de primerísimo nivel, como Guillermo, como Passarella, no creo que tengan que ir a dirigir inferiores. Pero otros dicen: “Bueno, fenómeno. Dejó
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de jugar, no dirigí ni la 5ta de nadie”, pero van y dirigen Primera. Una experiencia tenés que tener. Porque esos tipos tienen que demostrar si son capaces. Técnicos entre 60 y 70 años, ¿cuántos hay dirigiendo en primera división? El otro día le preguntaron al presidente de la AUF qué pensaba de Tabarez, que tiene 73 años y un problema en la cadera, la contestación fue sencilla: “Está muy bien de la cabeza”. Después si tiene que caminar con un bastón tendrá tres ayudantes que tiraran los centros y patearan al arco. Son modas en Argentina. Tiene cosas distintas a todos, en todo sentido. ¡Hay un campeonato de 30 equipos! ¿Vos viste en algún lugar del mundo un campeonato con treinta equipos? No hay. ¿Vos viste en algún lugar del mundo un campeonato donde normalmente el 80, 90% de los técnicos tengan menos de 45 años? No hay. “La palabra equilibrio es fundamental. Para que un equipo juegue bien, tiene que saber atacar y defender.” ¿Qué cosas crees que tiene que tener un equipo para que le vaya bien? Equilibrio. La palabra “equilibrio” es fundamental. Para mí, juega muy mal Independiente, River... porque no tienen equilibrio. El fútbol, de que se inventó el ataque, se defiende. Entonces, para que un equipo juegue bien, tiene que saber atacar y defender. Yo no entiendo un equipo que sea mejor que el otro, a nivel individualidades, y divida el partido de igual a igual. ¡No! Si yo soy mejor que vos, normalmente, en 90 minutos, tengo que tener muchas más posibilidades que vos. No tengo que dividir el partido. El equilibrio es la es la mayor virtud de un equipo. “No sólo es importante para el club lo que vos vendés. Promocionar jugadores poniéndolos en Primera o en el banco, es un ahorro muy grande.” Desde que estás vos, ¿cuál fue la mejor época de Lanús en inferiores? Nosotros tuvimos una época (entre el 06 y el 09) que salieron jugadores como Valeri, Acosta, Leto, Fritzler, Blanco, Salvio... ¡Todo primer nivel! Hemos vendido a Marchesín, Izquierdoz, el Pulpo Gonzalez y a Pizarro, no hace mucho tiempo. Ahora no estamos en el momento que sacamos 5 o 6 jugadores brillantes. Hay una gran diferencia, de los jugadores brillantes a los buenos jugadores. Cuando se abrió el mercado de pases ahora, que el club estaba en una situación bastante difícil, el primer jugador que se vendió fue Junior Benítez. Seguir, seguimos sacando. No en la cantidad de antes. ¿Se está muy lejos de volver eso? Vamos sacando siempre. No sólo es importante para el club lo que vos vendés. Promocionar jugadores poniéndolos en Primera o en el banco, es un ahorro muy grande. Si vos, de repente, sacás jugadores como Marcelino Moreno, que, si no juega, está en el banco. Eso no te sale 400.000 dólares. Es alguien que vos sacás, que es joven y que tiene futuro. En eso, el club está bien, está tranquilo, hace las cosas bien. No siempre saca jugadores brillantes. Hay momentos que las camadas de jugadores son inferiores. “Argentina tiene el mejor equipo del Mundo de mitad de cancha en adelante, porque lo tiene a Messi.” RAMON CABRERO · EL LIDER DE LA REVOLUCIÓN
¿Ves a la Selección?
Algo impensado...
¿Cómo no la voy a ver? Argentina mereció salir Campeón del Mundo. Perdió dos finales de Copa América que te da mucha bronca. Yo no tengo ninguna duda que Argentina entra al Mundial de Rusia cómodo, y que lo va a pelear. Argentina tiene mejor equipo del Mundo de mitad de cancha en adelante, porque lo tiene a Messi. Tiene un equipo competitivo de mitad de cancha para atrás. Son dos equipos distintos. Y los equipos se hacen de once jugadores. Lo peor que hay para Argentina son estas Eliminatorias, porque siempre tiene la obligación. “¡Eh, jugas con Paraguay! ¡Le tenes que ganar!” Y la realidad es que te pelea cualquiera. Cualquiera te complica. Nos hemos convencido todos de que Argentina es un equipo sin Messi y otro equipo con Messi, no hay dudas.
Creo que esa fue la liberación del club. Como que te alejaste de esa famosa “promoción”, que uno siempre estaba cerca. Un montón de esos jugadores se liberaron y jugaron mucho más tranquilos, sin esa mochila. Yo siempre digo que es mucho más difícil jugar para salir último que para salir primero. La mochila esa de jugar con una calculadora. Después fue todo más conocido. Ya apareció la otra camada, de Blanco, del Laucha, Salvio. Todos muy buenos jugadores. La realidad es que en los últimos 10 años, Lanús, al margen de los títulos que ganó, nunca bajó de un quinto puesto.
¿Tuviste la chance de dirigir alguna Selección?
Sí. Y nos eliminan de una manera insólita. Fue con el Vasco da Gama en Brasil. Habíamos ganado 2 a 0 acá, el Pepe había errado un penal... y allá nos patearon cinco veces al arco y nos hicieron tres goles.
Nicola (Nicolás Russo) me ofreció la chance de dirigir a la Sub20. No agarré porque yo trabajo en esto por dinero y porque me gusta. Y a cierta altura de mi vida... para ir a la Sub-20 y ganar lo mismo que gano acá, me quedo acá. Yo cuando me fui a Colombia, me tuve que alejar, a los 63 años, de mis nietos y de mi familia, pero me redituaba económicamente. A cierta altura de tu vida vos trabajas porque te gusta y por dinero. Y la Selección Argentina no es para ganar dinero, es para ganar prestigio. A mí ya no me sirve el prestigio. No me interesa. ¿Qué te parece la designación de Úbeda para DT de Inferiores? Es buena la designación de Úbeda. Yo sé por el Panadero Díaz que ha trabajado con él en Racing. El tipo es muy capaz, pero hay gente con más experiencia. Micó me parece perfecto. Tiene treinta años de divisiones inferiores. En inferiores hace falta eso, experiencia, gente que ha trabajado ahí y conoce. En una reunión que tuvimos con Armando Pérez, le pidieron una carpeta a Tocalli. ¿¡Cómo le vas a pedir una carpeta a Tocalli!? Si Argentina tuvo 10 años de fútbol juvenil brillante. Acá se desechó la mejor época del fútbol juvenil hace 10 años. Nadie sabe por qué. De repente se fue Tojo, se fue Tocalli. Hace 10 años no eran grandes, eh...
LANÚS: “Nada es igual a salir campeón” ¿Cómo empezó tu segunda etapa en Lanús? Junto con Luis (Zubeldía) agarramos 4 o 5 partidos antes del 2005, y después nos confirmaron para 2006. Lanús siempre hacía campañas de 24 o 25 puntos. Un día, antes de que nos confirmen, fui con Luis a almorzar y le dije “Escuchame un poquito, Luis. Con jugadores como Leto, Valeri, Fritzler, Archubi, -que teníamos la suerte de conocerlos a todos de inferiores- ¿vamos a sacar mucho menos de 25 puntos?” Y por suerte no fue así, sacamos muchos más. ¿Dudaste en algún momento si estabas preparado para el desafío? Cuando empezó el campeonato, la primer rueda nos costaba un montón. Con Biglieri, con Lagos, con todos lo que nombramos. Muchas veces pensé si habíamos tomado la decisión acertada. La verdad es que pensaba que no, porque uno decía “25 puntos...” y no era tan fácil sacar 25 puntos, con este famoso tema de los empates. Hasta que en la segunda rueda de ese campeonato, por suerte, se nos dio la razón a nosotros y hubo una explosión en el club que sigue hasta hoy. Explotó el flaco Leto, explotó Valeri, empezamos a jugar a un nivel muy bueno. Archubi jugó un campeonato espectacular y terminamos saliendo segundos con 35 puntos.
Terminaron jugando la Copa Libertadores...
Y, como no hay mal que por bien no venga, ese era el preámbulo del Lanús Campeón En ese momento era el noveno partido del campeonato local, vamos a jugar a cancha de Arsenal. Un partido que lo ganamos faltando 5 para el final, jugando más o menos. Ya ahí faltaban 10 partidos y estaríamos a 5 puntos. Y el equipo empezó a jugar bien, ganaba... Faltando 6 partidos apareció Sebastián Blanco, que nosotros lo pusimos en lugar de Aguirre. Le dio una frescura distinta al equipo, y terminamos saliendo campeones jugando muy bien. ¿Viste que te pasa eso? Fijate el equipo de Almirón... ¿Cómo? ¡Claro! Arranca el campeonato y vos, viendo los primeros 5 partidos, decías: “Este equipo no puede salir campeón”. Vos lo veías ganándole a Estudiantes sobre la hora, el partido con Temperley... Hasta que viene el partido con Newell’s, que Lanús le metió cuatro. Los jugadores empezaron a andar bien y ¡zas! salió campeón con un fútbol brillante. Bueno, a nosotros en el 2007 nos pasó algo parecido. A nosotros nos daba la sensación de que era muy difícil ganarle a Lanús y que te podía ganar tranquilamente. En esto, el fútbol es muy incierto. Yo me acuerdo cuando fuimos a jugar con Central faltando dos partidos. Central tenía 12 puntos. Iba muy mal. Y, como siempre, en la cancha de ellos, parece que están jugando una final. Y nosotros, ese partido, que lo arrancamos perdiendo, lo terminamos ganando 4-1 con una solvencia terrible. ¿Fue el mejor partido de ese 2007? Si, hubo un antes y un después. Faltaban 4 partidos para terminar el campeonato. Estábamos a un punto o dos de Tigre, y dimos vuelta un partido con una contundencia tremenda. Yo creo que ese fue el mejor de todos a nivel de juego y a nivel de expectativas de poder salir campeón. Se te puede escapar, ¿no? porque el fútbol es incierto. Pero terminó jugando muy bien ese Lanús. ¿Cómo era ese vestuario? Fue un vestuario de mucha alegría, porque acá, una cosa que se sabe poco es que Pelletieri, Blanco, Valeri, Acosta y Archubi, todos salieron de infantiles. Crecieron en este club, desde los 10 años. Y haber salido campeón con el club que crecieron fue una cosa especial. No se da normalmente. Ahora los veo todos los días. Yo sé que me quieren mucho. Y yo los quiero mucho a ellos, porque me dieron lo más importante de mi vida. Muchos están acá, y la relación es muy buena, porque yo creo que, lo que hicimos con Luis, fue consolidar a dos o tres jugadores que en el club eran poco queridos. Uno de ellos fue Maxi Velázquez, que nosotros teníamos mucha fe en él. Y lo consolidamos y siempre nos agradece. Para un técnico, lo más difícil, es animarse a poner jugadores. No es tan fácil poner un pibe como el Laucha, poner un
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pibe como Blanco... Y nosotros tuvimos la suerte de conocerlos de inferiores y ponerlos. Y eso ellos lo reconocen. Zubeldía también tuvo un rol importante en ese Lanús Campeón ¡Sin dudas! Luis es un chico muy capaz. Los ayudantes de campo no son como hace 30 años, que vos le decías “traé cinco pelotas y pateale al arquero”. Hoy por hoy, participan. El técnico del equipo era yo, pero en cualquier participación, idea, o elección de jugadores, yo le decía: “Luis, ¿qué te parece? ¿qué hacemos?” Y un montón de veces, las decisiones las tomaba Luis. Me decía “Mirá, Ramón, yo prefiero poner a Fulano y no a Mengano”. ¿Institucionalmente también hubo un antes y un después? Institucionalmente, el club pegó un crecimiento impensado. Si vos venías a este club hace diez años y lo ves ahora, decís: “Acá pusieron una bomba e hicieron una cosa nueva”. Acá, vos decías “Mirá, hay que poner una puerta allá” Sacaban esta que estaba puesta acá, para ponerla allá. Y nos encontramos de golpe, siendo campeones, vendiendo al Laucha Acosta por diez millones de dólares; Leto, seis millones; Blanco, ocho millones; Sand, nueve millones... Te encontraste en un año y medio, dos años, que vendiste jugadores por 40 millones de dólares. Entonces, al club le vino todo muy bien. Fue un compacto de cosas. Yo me fui a Colombia en Octubre del 08, que siguió Luis. Y se perdieron dos campeonatos increíbles, sacando 76 puntos. Salió subcampeón dos veces. Schurrer se fue del club sacando 36 puntos...
¿Qué es Lanús para vos? Me formó como jugador. Me dio la posibilidad de mi vida, la de ser jugador de fútbol. No es poco. Y después, todavía, a los 33 años, cuando yo ya había dejado de jugar al fútbol, me dio la posibilidad de ser técnico de la Primera División, y en mi barrio. Para mí es todo. Yo crecí acá de los 4 años. Imaginate lo que es. La mejor definición la dio Menotti: “No hay cosa más linda que salir campeón con el club del barrio”. Y es verdad. Es una cosa distinta a lo demás. Yo salí Campeón con Italiano. Puedo salir campeón con River también, sí. Pero salir campeón con el equipo de tu barrio es distinto. Salir campeón con el equipo de tu primo, de tu amigo, de tu vecino... eso no tiene precio. Y todo eso me lo dio Lanús. ¿Qué pensas que sos para Lanús? Yo creo que la gente me tiene mucho cariño, lo veo día a día. El mismo que yo les tengo a ellos. Creo que el cariño me lo he ganado porque soy un tipo respetuoso, que normalmente trato bien a la gente. Es imposible que salga ahora y me paren cinco personas a sacarse una foto y yo no me la saque. Hay mucha gente que me agradece, porque nunca lo había visto campeón. Me acuerdo que yo me iba a Mar del Plata, y había un hombre que cumplía 80 años, al cual la hija me había pedido que si podía ir a verlo al cumpleaños. Y fui... Creo que eso soy, un tipo humilde, en esta profesión es fácil dejar de serlo.
¿Qué cambió en Lanús? Acá, de repente, ibas a entrenar a la cancha y tenías que correr las piedras. Lanús tuvo la revolución futbolística con un poder económico a nivel de ventas... De esos 25 puntos que se festejaban, el club pasó a ser otra cosa. Hoy, si salís tercero o cuarto, la gente no está conforme y es una locura. Pero bueno, yo les doy la razón, tienen que exigir. Es lógico eso. Pero también te tenés que dar cuenta que salir tercero o cuarto es una cosa muy buena. Siempre hay que tener memoria y recordar lo que éramos del 06 para atrás. Era difícil. Era jugar con una calculadora para ver quién ganaba, quién perdía, a cuánto quedamos, qué promedio teníamos... Un campeonato lo podes perder. Te vas al descenso y... no es fácil. Quedás marcado. Y el no tener la presión de ser uno de los cinco grandes... En esta profesión, la tranquilidad es fundamental. Tranquilidad económica y deportiva. Acá, el jugador que viene, no se quiere ir más. Está muy tranquilo, es un club que tenes que pedir lo que necesitas y lo tenés. Y eso vale mucho. Yo creo que el club sigue con esa voluntad. Mucho influye en eso que nunca hay grandes problemas políticos. Vos fijate que, de repente, o Marón o Russo, en una elección, dejan de lado todo y antes que nada, está el club. Por más que no estén de acuerdo en un montón de cosas. Eso creo que también le ha hecho muy bien al club. No es un club politizado. ¿Es Lanús el equipo que mejor juega en el fútbol argentino? ¿Hoy? Sí. Por ejemplo, hoy está jugando bien San Lorenzo, pero van cuatro partidos. Pero San Lorenzo, hace cosa de 10 días jugaba un partido con Rafaela, que ganaba 2 a 0, y casi termina perdiéndolo. Yo creo que Lanús es más sólido que San Lorenzo. Son momentos. Momentos que algunos jugadores anden bien, que no se te lesione un jugador importante... Lanús no es lo mismo si no juega Almirón y Acosta. Yo creo que está entre Lanús y San Lorenzo. Vos a Lanús lo ves jugar, y cuando juega regular, te da la sensación que te gana igual. Y cuando juega bien, te gana. Cuando juega regular vos decís “no jugó bien Lanús”, pero fue más que el contrario. Y ya hoy Lanús es muy reconocido. Fijate que, de hecho, pasa algo muy parecido al 07, y los equipos a Lanús le tiene miedo.
Es muy importante para mi carrera, porque fue quien me trajo a Lanús y pude disfrutar de ser campeón. Ahí empezó mi carrera. Todo lo bueno que hice fue gracias a él. Lanús era un equipo que jugaba mucho al contra golpe, con muchos jugadores que salían rápido. Ese torneo lo ganamos muy bien, con grandes jugadores. Fue el primer técnico que ganó un torneo, algo muy importante que quedó marcado e hizo crecer al club. Ramón Cabrero por José Gustavo Sand -
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- ¡Ramón! ¡Venga! ¿Sabe que estoy haciendo? Ellos están haciendo un especial de usted. ¿Los conoce? Me preguntaron por Ramón Cabrero y no sabía qué decir. - ¿Qué les dijiste? ¿Qué soy el mejor? - Obviamente. Les dije que usted fue el que tuvo las agallas de poner a los chicos en una situación complicada, que es lo que no saben muchos y hacerlos jugar, darles rodaje. Venían de una situación en la que jugaba mucha gente grande, Pipo había traído muchos jugadores de afuera. Se fueron todos esos jugadores y acá Ramón con mucho huevo nos puso a todos. No quería decir huevos, pero bueno, es la realidad. Fue un maestro para todos, nos enseñó muchísimo, le puso el pecho a toda la situación. El club se reordenaba y le puso el pecho con los resultados. Después terminó formando lo que fue el equipo campeón de ese torneo, que deriva en lo que hoy es el club, le dio el prestigio que hoy tiene el club. ¿No? ¿No es así Ramón? - Sí, por supuesto. Muchas gracias. Ramón Cabrero por Lautaro “Laucha” Acosta -
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CON APELLIDO DE CRACK. ·Federico Vietto·
Cabizbajo, tono tímido y hombros encogidos. El Federico Vietto que se ve fuera de la línea de kal es la total antítesis del que se deja ver gambeteando rivales, con el arco entre ceja y ceja. Racing. El sueño de jugar con su hermano en El Cilindro. La pensión y las salidas. Sparring de la Selección mayor. Úbeda y la Sub-20. Zielinski y la importancia que le da a las inferiores. -
¿Viniste a Buenos Aires con el propósito de jugar en Racing? Hice varias pruebas. Tuve la posibilidad de venir a Racing, o de ir a otro club, y por suerte elegí Racing. ¿Qué es para vos jugar acá? Es un orgullo jugar en este club, en uno de los cinco más grandes de Argentina. Tengo el sueño intacto, que siempre tuve, de jugar acá en la Primera. ¿Debutar en Racing e irte afuera o debutar en Racing, ganar algo e irte? Debutar en Racing y ganar algo. Dejarle algo lindo después de todo lo que me brindó el club a mí. Después irme afuera. ¿Cómo llevas eso de extrañar? Cuando era más chico viajaba más a mi casa, pero ahora que vas subiendo de categoría... Estoy en la Reserva, los tiempos son menos para irnos. Tenemos que estar enfocados, ser profesionales. ¿Cómo es la vida en la pensión? Viví tres años, los más lindos que me tocaron en mi vida. Es algo inexplicable: Los mates, las charlas, todo lo que se vive. Cosas lindas, como cosas feas. ¿Reciben visitas de los jugadores del plantel? Sí, en cumpleaños. Cada tanto hacen cosas. Este año vinieron de primera a contar cuentos, anécdotas. Tenemos muchas charlas. Siempre tiran algunas palabras para alentarte, para que no bajes los brazos, porque se viven muchas cosas lindas y muchas cosas feas, como extrañar a la familia. ¿Cómo se manejan con el tema de las salidas? Es un tema complicado, por el que más se discutía en la pensión con Cecilia Contarino, la encargada, que es como la mamá de todos los chicos. Al principio te costaba adaptarse a los horarios, pero con el paso del tiempo te das cuenta que te servía mucho para ser un jugador profesional y no de chico tener tanta salida y tener que andar de noche como lo hace mucha gente. ¿El tema “colegio” también era complicado? Nos insistían también con ese tema, eso me ayudó mucho. Te hace formarte en los entrenamientos como jugador. Y en la pensión, Cecilia y el resto de la gente que trabaja ahí, te hace formarte como persona.
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¿Te da consejos?
¿Vale la pena el esfuerzo? Estar citado a la Selección, poder jugar en el estadio, estar en el plantel de Reserva... Te ponés a pensar y ves como todo el esfuerzo que hiciste va dando sus frutos y de a poco vas por más. ¿Cómo es jugar en la Reserva? Saltar de la categoría a la Reserva es un gran paso. Es diferente fútbol, diferente ritmo. Tuve la posibilidad de jugar en el Cilindro, dos o tres veces. Y se va sintiendo el ambiente de Racing. ¿Es otra la consideración? Si, la Reserva es un paso que tenés que hacer antes de saltar a Primera. Es una etapa de adaptación, que necesitás para estar preparado para jugar en Primera.
Siempre. Siempre me escribe y hablamos de temas de la posición, de que esté tranquilo, de que entrene para jugar en Primera, que entrene siempre para mí, para estar bien. Siempre quiere lo mejor de mí, como yo quiero lo mejor de él. ¿Te gustaría jugar con él? Ese es un sueño que tenemos los dos. Tanto yo, como mi hermano, y mi familia. Sería muy lindo. Lo ideal sería jugar en Racing, mi hermano salió de acá y si me toca jugar a mí debutar acá y hacer una linda carrera, lo lindo sería que juguemos los dos acá. Antes del Sudamericano con el Sub 17, vos tuviste una lesión muy dura... Me rompí los ligamentos antes de ir al Sudamericano, fue un golpe duro que me tocó justamente a mí, como le puede tocar a cualquiera, ahora le tocó a Leandro Grimi. Fue una de las peores cosas que me pasó en la vida.
¿Qué opinión tenés sobre que se jueguen los partidos de preliminares? Estoy a favor, influye mucho en el jugador jugar con público, sentir el murmullo de la gente, el aliento, los gritos. Es el paso antes de jugar en Primera. Cambia muchísimo en el marco, jugar en un estadio, en una cancha preparada de Primera División, cambia completamente. ¿Sentís que se vino todo muy de golpe? Lo llevo muy tranquilo. Intento entrenar, dar el máximo y aprender día a día. Tuve la lesión que me tuvo parado un año, pero me ayudó mucho a fortalecer de la cabeza y como se diría en casa: “Bajarme un poco del pony” y sentar los pies sobre la tierra. ¿Cuál es la opinión que tenés de Úbeda como técnico de la Sub-20? Es un gran técnico, me dio la posibilidad a mí de formar parte del plantel de Reserva. Me dio muchos minutos. Ahora me estoy asentando como titular en Reserva. Él sabe las condiciones que tengo y lo que puedo llegar a dar. Es un técnico que me marcó mucho, en esta última etapa de mi carrera, para seguir creciendo. Tanto él, como Juan Fleita. Sos sparring de la selección, ¿cómo fue esa experiencia? Me tocó compartir la Copa América de Chile 2015. Fue algo inolvidable. Una de las mejores cosas que me pasó en la vida, compartir cancha, entrenamiento, reuniones. Jugar al fútbol formal con esos jugadores, es algo increíble. Compartimos asados. En el avión viajamos juntos, compartimos el mismo hotel.
¿Sentís que eso “ayudó” a que hoy estés acá?
Siempre se acercaban y nos hablaban. Todas las mañanas saludaban como si fuéramos uno más. Con Messi no hablé mucho, pero si saludaba correctamente y entrenaba a la par de nosotros.
Todo ayuda. Me corrigió muchos temas que a esa edad tenía en mente. Me creía otra cosa, pensaba que ya había cumplido, que ya había llegado y eso fue un golpe duro. Pero a la vez me hizo abrir la cabeza para sentar los pies sobre la tierra, darme cuenta que no había hecho nada todavía.
¿Cuál es tu referente?
¿Te gustaría jugar al lado de Bou y del Licha?
Referente de élite, Luis Suárez y mi hermano. De acá, que también es de elite, Licha López, que hizo una gran carrera, una gran trayectoria, es un gran jugador. Lo crucé en reducidos, en fútbol formal, cuando juega la Primera contra la Reserva.
Sería algo muy lindo, jugar con esos grandes jugadores, referentes en mi puesto y en el club. Laburo día a día para tener la posibilidad de estar al lado de Gustavo o de Lisandro.
¿Tuviste relación con los jugadores?
¿Te gusta como juega tu hermano? Mi hermano es un jugador inteligente, tiene mucha clase para jugar y trato de copiar muchos movimientos de él.
¿Zielinski le da importancia a los juveniles? (Duda) Qué pregunta esa... La verdad que me sorprendió con lo que dijo de no traer un delantero y darle posibilidad a los chicos, como Lautaro y Brian que están teniendo muchos minutos. Eso
FEDERICO VIETTO · CON APELLIDO DE CRACK
“Mi hermano es un jugador inteligente, tiene mucha clase para jugar y trato de copiar muchos movimientos de él.”
“Paso a paso, sin saltar los tiempos”
amigos. Compartimos tantos momentos, tantas prácticas, partidos, selección, comidas, y muchas cosas más. ¿Qué pensás de que vengan clubes de afuera a ver a los chicos? Pasó en varios casos y en varios clubes que sin debutar ya se los llevan a Europa. Es algo que depende de cada uno, a mí me gustaría primero debutar acá, darle un poco de todo lo que me dio el club y después, si llega a darse, dejarle una buena plata al club. ¿Estás al tanto de los sondeos del Sevilla? es bueno para el club, para mostrar a los jugadores y para seguir subiendo. Es el ciclo que programaron todos, Zielinski y la dirigencia, para lo que viene. Seguir dándole importancia a los juveniles. Justamente, se vienen dando debuts de chicos de inferiores, como es el caso de Lautaro Martínez, Brian Mansilla… ¿cuánto sentís que te falta? Le estuvieron dando mucha importancia a los juveniles. Después de mucho laburo, tanto Brian como Lautaro o Fer Valenzuela, tuvieron la suerte.. más que suerte, laburo, de debutar. También laburaron de chicos, como vengo haciendo yo, para tener su posibilidad. En cuanto a mí, yo vengo trabajando y aprendiendo de todo lo que me dicen, para estar al 100% cuando me toque y dar lo mejor. ¿Qué relación tenés con ellos?
Formal no hubo nada. Pero he leído varios comentarios de que me tenían visto. Siempre dije: “Paso a paso, sin saltar los tiempos”. Cuando llegue el momento, se hablará y después se analizará. Pero en mi cabeza está jugar en Racing y hacer las cosas bien día a día. ¿Cómo te definís como jugador? Soy un centro delantero, vivo del gol. Tengo muy buenos movimientos en el área, que los sigo corrigiendo día a día y aprendo de cada uno que me aporte. ¿Cuál fue tu mejor gol? Por rival, el que le hice a Independiente este año. La agarro en tres cuartos de cancha del sector izquierdo, lo engancho al 6 para adentro y de afuera del área le apuntó al primer palo de arriba al arquero.
Son un año más grandes que yo. Más que compañeros, ya somos FEDERICO VIETTO · CON APELLIDO DE CRACK
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A
sí salen de a uno por el túnel mágico. Es algo angosto, de paredes blancas. A penas unos rayos de luz iluminan su oscuro camino hasta el campo de batalla, donde se harán gigantes ante cualquiera que intente vencerlos en su territorio. Donde el Capitán da sus últimas palabras a sus compañeros de batalla. Donde merodean fantasmas de terror y de esperanza. Donde se siente la presión de un nuevo combate, del que hay que salir vencedores como sea. Yo no me atrevería a pasar por allí. Todas esas sensaciones se apoderan de tu cuerpo y te contagian de algún frenesí psicótico del que, si no estás preparado, te puede dejar con un chaleco blanco atando tus manos, tirado en el suelo de algún manicomio. Muchos dirán que sólo una semana estuvieron preparándose para este día, pero la realidad es que hace muchos meses que esperan este momento. Un variación climática estacional, de la cual estamos acostumbrados, trajo consigo el verano. Y a su vez, un raro cambio de estado emocional de los más viejos integrantes del grupo. Una sonrisa cada mañana y una grandeza en el pecho que les hacía sentir que era el momento de triunfar. A los de mediana edad, los encontraba con la preparación mental y física suficiente. A los más jóvenes, al ver estos raros y nuevos mátices, les crecía de a poco la fe y las ganas de destacarse. A los que recién llegaban para suplantar a los caídos en desafíos anteriores, los hicieron sentir acogidos, protegidos y confiados. El aire era otro, se respiraba cuando comenzó a fomarse esto que tanto se anhela. Y se respira hoy. En cada rincón de las tribunas de cemento, hay millones de sentimientos que corren y se abrazan por los escalones y los asientos. Las banderas flamean, la gente grita, canta y no se puede callar ni aunque un juez, medio fanfarrón y maligno, toque todas las veces que quiera ese aturdidor silbato que te rompe los tímpanos. Pero estas personas que tengo al lado mío, se olvidan de lo que sufrieron para llegar a estar acá. Llegar a disputar la última de las batallas, la batalla final, no es nada fácil. Para nosotros y para ellos, que detrás
de una pelota y la fuerza de sus piernas y de sus corazones, lograron dejarnos a 90 minutos de la gloria máxima. Tenemos que ganar o ganar, no hay otra alternativa. Un empate no sirve. Estamos a dos puntos del puntero, que terminó de jugar hace media hora. Me hice la cabeza toda la semana para no estar pendiente de ese partido, pero mis nervios me insistieron para que, al menos, lo escuche mientras iba camino a la cancha. Ese que nos comió los talones todo el torneo, fue nuestro máximo rival. El vecino de en frente, el que siempre nos hizo la vida imposible, que festejó todas nuestras derrotas, ese que odiamos hasta el último día. ¿Entienden ahora lo condicionados que estamos? Una derrota sería inaguantable y nos llevaría a todos al borde del colapso mental. Estamos con los pelos de punta. Se ve en la cara del Pocho, mi amigo. Que me acompaña a todos lados desde que nací, que me trajo por primera vez a mi segunda casa ¿qué digo segunda? la única. No para un segundo de saltar, la panza le rebota en la pera. Los rebotes que dan sus piernas cortitas contra el escalón de cemento de la popular, hace que salte a la par de él sin siquiera moverme. Hasta hace una semana, nos veíamos sólo los domingos. Nos encontramos en el bar de la esquina del estadio, ya sea para entrar cuando jugamos de local o para mirar los partidos de visitante. Pero estos últimos siete días prácticamente vivimos juntos. Miramos videos, parecíamos técnicos. Los nervios y la ansiedad no nos invaden solo a nosotros. Se ven en los gestos del técnico, que llegó hace menos de cuatro meses y está con más miedo que todos nosotros. Esto lo puede consagrar o condenar a lo peor de su carrera: el odio de veinte mil personas. En la mirada del arquero, que intenta confundir al rival de que será invensible, pero desde acá veo como tiene los ojos nublados. En los pies del 10, nuestro enganche, nuestro crack, que se entompercen un poco y le cuesta hasta lo que mejor sabe hacer, gambetear. El 2 y el 6, se miran entre ellos y no entienden muy bien qué CUENTO · SUEÑOS DE GLORIA
es lo que va a pasar después de que este partido termine. El 5 se cuida, los nervios lo pueden llevar a meter una patadita de más. El único que no se deja influenciar por nada es el Capitán. Corta su camiseta con una cinta en el brazo, contrario al de su zurda hábil. El 9 en su espalda, flamea cada vez que se acerca al área contraria. “¿Qué va a tener miedo éste?” - susurra el Pocho. Desde mi ángulo, puedo divisar una sonrisa en su rostro. Sí, sonríe. Sonríe en el momento más trabado del partido. De no creer. Pero todos sabemos que si sus labios se estiran y se abren, dejando ver sus dientes blancos, es porque todo va a salir bien. Estuvimos 90 minutos tratando de hacer un gol, pero la pelota no quería entrar. El árbitro adicionó 2 minutos, aunque el arquero rival se echó varias siestas con la pelota en la mano, el 8 de ellos se tiró infinidades de veces como si le hubieran fracturado tibia y peroné cuando ni lo habían tocado y al único delantero que pusieron lo echaron por simular penal en tres ocasiones. Creo que faltaban milésimas de segundos para que termine, cuando nuestro capitán acarició la pelota con la pierna de derecha en el área chica y la metió adentro de los tres palos, por arriba de las manos del arquero rival, que quedó tirado en el césped, mirando a sus compañeros. Mirá si no será el ídolo máximo, que le está dando a su club la gloria con la “pata de palo”. Por fin pude stabilizarme, después de una avalancha que me dejó abajo de la panza de mi amigo, con la pera apoyada contra un escalón. Pregunté cuánto faltaba, nadie me respondió. El, perdonen la palabra, forro del árbitro adicionó un minuto más. Y un gordo con cara de pocos amigos empezó a amenazarlo con que no se iba vivo de la cancha. Un pelado empezó a aplaudir y todos lo seguimos. No sé si quedarme quieto, si saltar, si gritar, si insultar a Pocho que me está empujando para todos lados, diciéndome: “Somos campeones”, faltando una eternidad para que esto termine. Así que opté por insultarlo primero. Después por mirar los gestos de los jugadores. Me acuerdo de su salida a la cancha y empiezo a creer que cualquier tipo de cábala es válida. El árbitro se aburrió de que la gente le pida que marque la campanada final y lo hizo. Me tiré al piso, extendí los dedos mirando al cielo, me hice la señal de la cruz, miré a mi al rededor, di tres saltos de alegría, miré al horizonte y me toqué el pecho, con la frente en alto. Sin darme cuenta, esas eran señales de lo que iba a suceder cuando una voz se atreva a gritar que, por fin, éramos campeones.
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·Pablo Germade·
Hace 10 años, en el sur del conurbano nacía esta banda de amigos. Quilmes es testigo de su crecimiento. “Descubrí en una canción una forma de vivir, aposté mi porvenir por creer en mi ilusión”, dice Pablo Germade en Estandarte, un tema de su segundo disco, Catarsis. Cantante y compositor, nos habla de su pasión por la música y el fútbol. Los amigos, el barrio, el under, la cumbia y el rock.
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/ENTREVISTA/
¿Te acordás de alguno en particular?
¿Por qué un nombre tan largo? “Vamos a hacer un invento. Vamos a decir que Fontana estaba en un viaje de hongos y soñó que Garcé levantaba la Copa y se levantó y dijo “Rock a la Orden”. Y se pegó un saque.” No. La historia es muy pedorra. La banda se llamaba “La Orden”. Tuvimos un problema legal, bah, no legal, pero nos intimaron de manera “muy amistosa” para que le cambiemos el nombre a la banda, porque ya había una banda que se llamaba “La Orden”. El cantante era la “remake” de Arjona -risas-. De verdad, no te rías. Era el hijo de Arjona. Y tuvimos que cambiarla. Pero como somos todos vagos, ninguno quiso gastarse mucho en pensar. A parte, era nuestra oportunidad para cambiarle el nombre pedorro que teníamos. “La Orden”, música pop para caretas. ¿Y por qué “La Orden”? Porque, en realidad sí hubo una historia medio graciosa. Nosotros cuando arrancamos, teníamos -por cuestiones de la vida, porque nos tocó... todo en esta vida nos cayó del cielo, nunca fue que buscamos.- un batero que nos doblaba en edad. Literal. Nosotros teníamos 18, 19, y el chabón tenía casi 40. Y era cartonero. Posta. Vivía con los padres... Pero ¿¡cómo aprendió a tocar la batería!? Pegandole a los tachos. ¿Cómo va a aprender? Old school. Y uno de nuestros amigos del barrio, de la vida, decía que éramos “La Orden del Orly”. Algo así como una secta alrededor de él. Y quedó “La Orden del Orly”. Hasta que el día que teníamos que salir a tocar por primera vez en vivo, el chabón nos cuenta que tenía pánico escénico. Creo que fue una semana o dos antes del show. Imaginate nuestras caras. 17-18 años mirando un chabón de 40 que nos estaba diciendo en ESE momento que tenía pánico escénico. Yo no sabía si cagarlo a piñas o empezar a reír hasta el llanto. Opté por reírme. Le dijimos al chabón que no tocaba más y así empezaron a pasar más bateros que técnicos en Huracán.
Sí. Había uno que era amigo de un ex-guitarrista de la banda, de Yamil, un villero hermoso. Divino. Le encantaba la cumbia. De hecho, después se hizo una banda de cumbia santafesina. Este había venido de una banda de punk, que no me puedo acordar el nombre. Buen pibe. Re copado. De hecho, con el tiempo, el bajista de esa banda terminó siendo profesor suplente mío de inglés en el secundario. Pero tenía una particularidad: cada vez que venía a ensayar, venía con una novia que era flaca mal. Muy muy flaca. Popotitos mal. Y la mina se ponía la silla al lado de él en la batería y todo el ensayo estaba mirándolo al chabón. Decí que el pibe era temporal. Pero me daba miedo esa mina. Igual sí. Nosotros de baterista tuvimos cada cosa... Hasta que arrancó Leo. Esto fue en 2007. Fue al toque. Imaginate que todos estos bateros pasaron en un año. Nuestro primer show fue en 2006. Y en febrero de 2007 se suma Leo. Ni un año fue todo este proceso de todos estos bateros. Y en ese tiempo, mirá, el Orly no llegó a tocar; el de la novia paranoica tampoco; él sin batería tocó tres o cuatro shows con nosotros... Y Leo entra el mismo día que entra Matías a la banda. El día de mi cumpleaños fue el primer ensayo. 14 de febrero de 2007 fue el primer ensayo de los dos. ¿Cómo se forma la banda? Ya te dije. Todo culo. En realidad, toda la historia de Rock a la Orden es muy graciosa. No hay un detalle que no sea gracioso. La banda se forma porque yo fui a comprar leche y Fontana estaba en el garage de la casa con El Orly, tocando temas de Creedence -muy mal, obviamente. No era Creedence, era la banda del Chavo, pero haciendo Pop para divertirse-. Ahí medio que se forma. Imaginate que yo no sabía a quién decirle, y fui a decirle a un chabón que tocaba cumbia para que toque Rock. Que fue Yamil. Ahí ya teníamos dos guitarristas, el batero y yo, que siempre me gustó la fácil, fui a ser cantante, que es el puesto más rasca de toda banda. Más allá que es el que se lleva toda la presión, es el más rasca. No lleva una mierda. Ni el micrófono, que llegas y está. Creo que el rol de cantante en este país es el más mentiroso del mundo.
MUSICA · PABLO GERMADE - ROCK A LA ORDEN
¿Por qué? Porque son muy pocos los que realmente son cantantes. Los demás “cantan”. En realidad es que, como vivimos en un país que no valora al que realmente se esfuerza por superarse, si no que avala muchísimas cosas que “están”. O sea, si hay alguien que ladra, no importa. Posiblemente en este país tenga más éxito un tipo que no canta, a un chabón que va y estudia. O que ni estudie. Que intente superarse día a día. Por eso digo. Es la posición en la que más podes mentir. Vos, si sos batero, no podes mentir. Quedas expuesto. Si sabes tocar, sos el mejor de la banda. Porque llevas la banda al frente. Si no sabes, quedas expuesto. Sos el primero que queda a la intemperie de que la banda es una poronga. No llevas el ritmo de la banda. No vas a tempo. No das bien los golpes. Si vos te perdes, el bajista se pierde, y se arma la cadena. Se empiezan a perder todos. ¿Por qué se da eso? Porque estamos en un país que le da más bola a la lírica que a la música. Por eso, quizás es un país que vive tanto el pasado. Porque, primero, que no se da lugar a conocer bandas nuevas. Es una sociedad que se arraiga mucho con el pasado, porque entienden en el inconsciente colectivo que “todo pasado fue mejor” y sumado a eso, no salieron grandes cosas, superadoras a los grandes íconos del rock que ya había. Te doy un ejemplo. ¿Vos que avalás de Charly? ¿O qué es lo que más resaltas de Charly? Que se tiró de un noveno piso, que es un falopero... Nadie dice que Charly con 5 años tocaba el piano, que tenía oído absoluto, que le dijo a Falú que tenía una cuerda desafinada... Vivimos en un país que avala eso, lo bizarro. Le gusta eso, que un tipo se tire del noveno piso. No que un tipo a los 5 años sea casi maestro de piano. ¿Pensas que una banda puede tener más éxito por lo bizarro más que por lo que hace? Y, posiblemente sí... ¡Ojo, que no se malinterprete! Porque, de he-
cho, nosotros de bizarro tenemos un montón. No estoy desmereciendo. Particularmente, después de todos estos años, me di cuenta que no me gusta el mensaje que se le dio durante todo este tiempo a la juventud. Fui parte de esa juventud. Pero por suerte me alejé y no me gusta el mensaje que se le da a esos pibes. ¡Está mal! Cuando hay una intención de cambiar ese discurso y mostrar algo distinto volvemos a lo mismo. Al Diego no se lo sigue queriendo porque le metió un gol a los ingleses de mitad de cancha. Lamentablemente, todo el mundo está esperando que el Diego salga a hablar para reírse de él. Para ver qué boludez dice, para ver si está bien, si está mal, si se peleó con las hijas o no... Vivimos en un Reality constante y a la gente le gusta eso. Garpa más el morbo. Entonces, todo el tiempo compran eso. A ver cuando se muere este artista, a ver cuanto se falopea, a ver si sale drogado o no, a ver si se coge a tal, si es puto, si le gustan los trabas, si le gusta la política, si es hincha de tal o cual club... En vez de analizar si la música es buena o mala -que de hecho debería ser algo momentáneo eso. Si te gusta, te gusta. Si no, déjalo pasar-... ¿Pensas que eso pasa con la cumbia? Y... ¡Mirá qué contradictorio! Porque la cumbia, así y todo, yo creo que es una propuesta musical muchísimo más elaborada que el rock. No es fácil formar una banda de cumbia. Y así y todo, estamos demostrando que, hoy en día, cualquiera puede hacer una banda de cumbia. Esto te lo digo participando de la Big Band Cumbia. Esa es la gran ironía. Con la banda de cumbia nunca ensayamos. Nunca. Nos subimos al escenario y decimos 'esto está en este tono' y vamos para adelante, porque conocemos los temas. Nada más. Pero es una gran ironía. Hoy cualquier boludo se calza el nombre de cumbiero. Pero no es fácil hacer una banda de cumbia. Si fuera así, desmerecemos a La Nueva Luna, a Damas Gratis, a Los Charros... Y mismo, expresiones de la "Cumbia Villera" que fueron mucho más nobles que lo de ahora. Yo estoy contento que El Pepo, El Polaco, todas esas expresiones de cumbia de mi época, hoy están entrando en otros ámbitos de la sociedad. Porque demuestran que la cumbia, en realidad, es un movimiento social. Hablan de cosas que suceden en la marginalidad. Y es un poco contradictorio ver que un pibe que no proviene de la mar-
MUSICA · PABLO GERMADE - ROCK A LA ORDEN
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ginalidad, hablándome de la cumbia. Si queres decirle "Música de joda" está todo bien. Pero no le digas cumbia porque es una falta de respeto a todas estas bandas que en realidad son cumbia, y que han vivido muchísimas cosas y que en realidad dan un mensaje. ¿Cómo? ¿Qué es "lo otro"? Lo otro son covers en modo cachengue. Eso es lo que hacemos con la Big Band, y lo demostramos cada vez que nos subimos a los 'Jueves Valientes'. Es música para joder. Por lo menos, yo tengo esa postura. Lamentablemente me sumo a lo de "todo tiempo pasado, fue mejor". Para mí, cumbia era la de antes. Lo que hay ahora, es interés de generar plata, vendiendole a los pibes música que pasan y pasan todo el tiempo en los boliches. Pero la realidad es que ninguno de esos temas te dejan un mensaje. Es muy contradictorio al rock en ese sentido. Porque la cumbia se fue formando, y hoy se deformó. En cambio, el rock es como que tiene sus raíces y lo deformaron completamente desde el comienzo. El rock, en Argentina, fue una forma de expresarse ante el aparato represivo, los gobiernos... Está bien, hoy estamos en democracia. Pero siguen desapareciendo pibes por la policía, el sistema sigue cagando gente, hay gente que está afuera del sistema, que no come, que no llega a fin de mes... Y lamentablemente, en vez de ser la voz de esa gente, durante mucho tiempo se creyó que el rockero de verdad era el que hacía una canción diciendo "tomo falopa, me tomo un vino y está todo bien. Rocanrol." Atrasa 20 años eso. Es retrógrado. Si vos queres ofrecerle eso a los pibes, hacelo. Yo hoy prefiero ofrecerle otra cosa a los pibes. ¿Se lo sacó a la cumbia villera eso? ¡No! En este país, el rock y la cumbia son movimientos que se rebelan contra lo establecido, el estatus quo, los gobiernos... A su manera cada uno, pero el sentido es ese. Si vas a hacer música por el simple hecho del cuento de la banda de rock y "sexo, drogas y rocanrol" eso es anecdótico. Si le queres mostrar eso a la gente, vamos mal. Porque esa fue uno de los estigmas que sufrieron los chicos de Callejeros. Que eran una banda de drogadictos, que tiraban pirotecnia... En vez de mostrar que era una banda que tenía un mensaje clarísimo contra la policía, contra la iglesia, contra el gobierno... Y así fue juntando voluntades y llegando a estadios. Después, podemos entrar en el terreno de las responsabilidades, pero la culpa no es de los pibes. Pero la estigmatización social, la recibieron. Vos hoy hablas con la señora en su casa, recibiendo la información de la tele todo el tiempo, y le preguntas por el Pato, y te va a decir "Y, ese es un asesino". ¡Porque te venden eso! Sacando el tema de Callejeros. A vos te preguntan '¿Qué sos?' - 'Músico' - 'Ah. ¿Y de qué trabajas?... No te lo toman como algo en serio. Realmente se perdió eso de que sea un trabajo. De que sea algo verdadero donde vos estás expresando tus mensajes. ¿Y por qué se da eso? Eso es un proceso que el Mainstream sigue empujando para que esté el mensaje de '¡Ehh! ¡La joda, el reviente, el rocanrol!' Y ellos te lo venden. Te lo meten en todas las radios. Vos estás escuchando todo el tiempo en cualquiera de las radios en su hora pico, y escuchas siempre lo mismo. Es así. Entonces se hace muy difícil luchar contra todo ese aparato. Abrieron mucho el panorama las redes, pero es difícil. Uno intenta. De última, después, yo siempre digo, no sé si en algún momento voy a lograr algo como el éxito material con la banda. Porque el "éxito éxito" es otra cosa. El éxito es si el día de mañana, yo me morí y los pibes dicen "che, loco, esta banda al final estaba re buena". A Luca le pasó. Vamos a ser sinceros. Sumo, en vida, le costaba un huevo llevar gente. Nadie le daba pelota. Pero postmortem todos entendieron el mensaje de Luca y Sumo es una de las bandas emblema del rock nacional. Entonces, yo prefiero eso hoy a decir "quiero llenar un estadio". Obvio, uno quiere tocar para muchísima gente. Pero MUSICA · PABLO GERMADE - ROCK A LA ORDEN
'¿a costo de qué?' es la pregunta. Si vas a tocar para mucha gente porque hiciste un tema que hable del reviente y de la joda o porque hiciste un tema que le dejó algo a los pibes. Qué sé yo... Recién hablabas de la música comercial... ¿Qué es la música comercial? ¿Qué tan lejos están de eso? En un Mundo capitalista, comercial es todo. Desde que vos vendes un disco, comercial es todo. Cuando nos referimos a lo comercial, nos referimos a lo que es el Mainstream, que son las bandas que están con algún sello discográfico y son las que tienen el aval para rotar en los grandes medios de comunicación. Ya te dijo: lejos estás desde el mensaje que vos quieras dar. Si a vos te pagan y te dicen 'hacé este tipo de canciones' creo que no tiene mucha gracia que digamos. Ahí está el espíritu de cada uno. Si vos, por 25 lucas por mes, empezas a decir que te gusta el reviente y el rocanrol, y "joda joda", y está todo bien, buenisimo. Es un mambo tuyo y cada cual hace lo que quiere. Todos son libres de trabajar con quien quiera y donde se les pinte en el momento. Pero en este momento, Rock a la Orden no tiene pensado trabajar de esa manera. De hecho, el primer disco salió de nuestro bolsillo, el segundo salió de nuestro bolsillo, y el tercero saldrá de nuestro bolsillo. ¿Lo vamos a comercializar? Sí. No porque tengamos que comer, porque la verdad que no nos deja ni dos mangos esto. Pero sí porque tenemos que pagarle a otra gente y tenemos que pagar lo que grabamos, las réplicas... Nada es gratis en este mundo. Entonces, creo que hoy, Rock a la Orden está lejos. Ya te digo. Yo no voy a ser quien liquide ni quien ponga en la silla interrogatoria a quien decida trabajar de esa manera. Cada cual es libre. Yo elijo que no. ¿Les llegó chances de trabajar con una discográfica? Como tener, tuvimos. No fueron grandes ofertas, pero tuvimos. De hecho, este último año fue más de acomodamiento. Elegimos trabajar lo más noble posible y de manera más humilde. O sea, la realidad es que no vamos a cagar más alto que el culo. No podes pretender que te venga a buscar Sony. Tampoco lo queremos. Pero, por eso, la banda, cuando tuvo esas oportunidades, dijo que no. Insisto, no fueron gran cosa. Pero en el caso, si hubiese venido en ese momento, tampoco le hubiésemos dicho que sí. ¿Es una idea grupal, o de mayoría? A mi sorpresa, sí. Es idea grupal. Porque, una anécdota fue, cuando estábamos grabando el disco, estábamos ensayando y un amigo que estaba ahí desliza la posibilidad, porque justo hablábamos de la guita que había que poner para el disco. "¿Y no pensaron en firmar un sello discográfico?" A lo cual, no fui yo quien saltó, sino que fueron otros integrantes de la banda que dijeron "No. Preferimos pagarlo nosotros y después se verá." Pero, ya te digo, es una idea grupal. No es algo unipersonal.
“Uno quiere tocar para muchísima gente. Pero '¿a costo de qué?' es la pregunta. Si vas a tocar para mucha gente porque hiciste un tema que hable del reviente y de la joda o porque hiciste un tema que le dejó algo a los pibes”
¿Cuales fueron las distintas conformaciones de la banda? Uhhhhh... Sacando a los bateros, que fueron 500... La primera que subió a tocar era: Matías, el baterista; Yamil Cano era uno de los guitarristas; Pablito Fontana era el violero; Esteban (que no te dije la historia de cómo llegó a la banda, pero también es muy graciosa) en el bajo; el hermano de Esteban estaba en la armónica -que, más que armónica, era un llanto constante-, y el primer tecladista de la banda era Lucas De la Fuente. Después, se va Lucas y llega Lauti (otra historia muy graciosa). No, si yo te digo que Rock a la Orden es un chiste... Se va Yamil, medio por desgaste. Eramos chicos y ellos eran más grandes que nosotros. En ese momento entra Mati, que lo conozco de toda la vida. En un principio, antes de conocerlo a Fontana, yo había tenido un proyecto de hacer una banda con Matías. Entonces, le digo a Mati que se venga a tocar la guitarra. Total, crack fue siempre. Entra él en la viola. Un tiempo después vuelve Lucas De la Fuente. Con el tiempo lo fuimos al hermano de Esteban, porque decidimos que no íbamos a usar más armónica. Mati en un momento se va con la banda Beatle y lo conocimos por cuestiones de la vida a Liotta. Por amigos en común damos con él. Recién arrancaba con la viola. Nada del otro mundo. Como ahora. -Risas-. Le dijimos -¿querés tocar?. Y dijo que en ese momento no le gustaba la banda. ¿No le gustaba? Sí, se creía Jimmy Hendrix el boludo. Hasta que en un momento dijo -Che, está buena-. O capaz que estaba muy al pedo, o muy drogado, y dijo 'Bueno, toco.' Y entró Pablito. Tuvimos en un momento al Topo, muy amigo mío. Lo amo. No sabes lo que era ese muchacho. Un pibe retacón, con un saxo gigante, que era más grande que él. Igual lo amo al Topo. Después, vuelve el perro arrepentido. El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen: Mati. Igual, Yo tengo una postura con la banda. El que se va de Rock a la Orden, no hay chance de que vuelva. No hay chance. Para mí, te vas y no volves, por más que seas no sé... Pero en este caso, se rompió la regla, porque era Mati. Pero también porque era importante. En realidad, Mati es como mi mano derecha para la composición. No para las pajas, pero sí para la composición. Y el último en entrar a la banda fue Lauti (Rombolá). Hace tres años que entró Lauti ya. ¿Y en qué cambia la banda con el ingreso de Matías? En mucho. Es el jugador distinto del fútbol. Es el Gago de los últimos partidos de Boca. El jugador de buen pie te potencia hasta al más picapiedra. Hasta cierto punto. En la música es lo mismo. Cuando tenes un chabón distinto, te potencia todo. Ahora, si en el momento de meter el gol, no lo metés, ya es tema tuyo. Básicamente, Mati es eso. No en la banda, sino en la vida. Un tipo que
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es tan virtuoso... pero no desde lo técnico, sino, virtuoso desde el don. Él es virtuoso desde el don. En su puta vida estudió él. Todo lo que logró en la música fue por experiencia. Por haber agarrado un instrumento y haberle dado, haberle dado, haberle dado... Ningún instrumento que el toque, lo estudió. Entonces, ahí tenés el caso de un distinto. Ojalá algún día él se siente y estudie. Porque, seguramente, cualquier persona que, además de tener ese don, lo potencias estudiando... Yo creo que, de ser así, Matías podría estar solo haciendo música. Quizás hoy elige estar con nosotros porque lo que le falta a Mati, quizás lo tengo yo, o algún otro integrante de la banda. Es un poco así. Quizás, yo no tengo la facilidad que tiene Matías para expresar rápidamente la idea en el instrumento. Por eso, yo a veces le digo 'che, esto, esto y esto.' y él lo reproduce en el instrumento. Entonces, es medio fácil. Yo siempre digo que él es como mi traductor. Porque yo tengo la idea, se la paso a él, y él la logra traducir, al instrumento y a la banda.
en pelotas. Y eso no te puede pasar en un lugar así. Entonces, yo creo que la banda está en ese momento.
¿Todavía son under o ya salieron un poco de eso?
¿Pensas que se estaban encandilando?
¡Naaah! Somos recontra under. ¡Recontra under! No somos una banda masiva.
¡No! No tiene nada que ver con eso. Creo que la banda, no sé si musicalmente, sino que el grupo humano, en algún momento, perdió un poco el eje de lo que fue en un comienzo. Más que nada, por esto que te digo. Por ser cauteloso y no buscar el crecimiento por el mero crecimiento. Quiero que el crecimiento cuantitativo vaya de la mano con el crecimiento cualitativo. Quiero que el número crezca con la calidad de la banda. Y ahí está la diferencia entre los que algunos te ofrecen y otros no. Está genial. ¿Vos queres sonar como el orto y tocar en la luna? ¡Está genial! Es tu elección. Es válida. Es noble. Es tu esencia. Rock a la Orden no. No elige esa intención. Nosotros elegimos que si vamos a crecer, que sea porque ofrecemos algo musicalmente bueno a la gente. Que valga lo que están pagando. No hablo de ser la mejor banda del Mundo, ni de ser perfectitos. Pero por lo menos, subirnos a un escenario y decir 'hoy la rompemos' con confianza. ¿Entendés? Es el famoso equipo de memoria. Vos entrenas y entrenas para que, si haces un cambio de frente, el 4 arranque por la banda. Una cosa así. Y el ensayo es lo mismo. Vos de memoria tenes que saber lo que va a pasar. Le podes dar lugar a correrte un poco de lo establecido. Variar un poco. Tampoco que sea todo re estructurado. 'Vamos, tocamos de tal tema hasta tal tema, todo relojito y nos bajamos'. No. Digo que lo que vamos a tocar en ese momento, esté sabido, más allá de lo que surja. ¿Tiene que ver esto con el tema de cerrar el año en Club Tucumán, en vez de cerrarlo en un lugar más grande?
¿Cuando se sale del under? ¿Qué sé yo? Creo que hoy, en este país, medimos todo por quien lleva más gente. Si yo puedo tirar un Groove por mes y estoy tranquilo que lo agoto, seguramente que muy under, no soy. Ahora yo, para hacer un groove, tengo que trabajarlo con tiempo. ¿Si lo puedo hacer? Lo puedo hacer. Pero tengo que trabajarlo con tiempo. Por ahí, en las redes, a nosotros nos va muy bien. Pero las redes no son la realidad. No toda esa gente que 'te sigue' va a ir a todos los shows. Porque algunos son de Jujuy, otros de Buenos Aires, otros de Neuquén, otros de Rosario, otros de Córdoba... ¿Y están lejos de eso? Ya te digo. Este año fue un año raro para la banda. Porque a mitad de año dijimos 'frenemos la bocha. Vamos a bajar un cambio y empecemos de nuevo.' Porque fue muy vertiginoso el crecimiento de la banda. Y no lo pudimos disfrutar. Y tampoco pudimos hacer el proceso para mejorar en virtud al crecimiento que iba teniendo la banda. Y tampoco nos parecía seguir con esa paranoia de 'Hagamos un Groove, hagamos Trastienda, sigamos con esa', si nosotros, cada vez que nos bajabamos del escenario, no nos bajabamos contentos, diciendo 'Este fue el mejor show de la banda'. De hecho, los mejores shows de la banda habrán sido los últimos del año. No los primeros. Entonces, yo, hoy, prefiero bajarme tranquilo del escenario, que la rompí. Aunque haya sido en calle Florida. Pero prefiero bajarme del escenario diciendo 'Hoy la banda la rompió. Sonó compacto. Yo hice lo que se me cantó el orto con la voz. Todos tocaron bien. Cada uno hizo lo que quiso con su instrumento y quedó bien.' Hoy, creo que la banda quiere eso. Y más, por el disco que está buscando la banda. Para mí, hoy, la banda arrancó otra vez. Yo lo veo así, por lo menos. Yo veo que hoy, Rock a la Orden eligió arrancar otra vez, pasando todas las cosas que no pasó todo este tiempo. Dedicándose a meterse en un estudio a ensayar, ensayar, ensayar, ensayar; a ver qué estaba mal; que sonaba mal; si hay que comprar un instrumento nuevo, se compra; si uno tiene que ir a estudiar canto, estudia. Cosas en ese sentido. Yo, hoy prefiero decir 'La gente pagó $150 ó $200, pero se fue diciendo que la banda la rompió. Es un bandón.' y no robarle 200 mangos a la gente y sonar como el ojete, pero tocando en Groove. Porque es la verdad. Yo, hoy, prefiero eso. Pero cada cual es dueño de su vida, de su culo y elige lo que quiere. ¡Ojo, que no lo digo por otra banda! Lo digo por el mismo caso de Rock a la Orden. Yo prefiero no hacer un Groove, porque, quizás, no estoy preparado musicalmente para hacerlo, que seguir con la vorágine de hacer lugares grandes, por el simple hecho de meter más gente, y no estar ofreciéndole a la gente un buen show. Después la gente capaz que viene y te dice 'Che, ¡qué buen show el Groove del año pasado!' que pasó eso. Que tuvimos ese culo que se cortó la luz y la gente cantó el tema. Si no, quedábamos
¿Y por qué llegas a eso? ¿Vos te bajabas de Groove o de La Trastienda y no estabas contento? En particular, yo soy un tipo muy exigente. O sea, yo, particularmente, hasta cuando hago videitos acá para subir a Instagram. Capaz estoy con mi novia y me dice 'Che, estuvo buenísimo eso.' y yo 'No. No me gustó' -¿Por qué? - 'Porque calé una nota.'. Estoy en ese momento de paranoia también con la música. No me permito el error. A veces está bien el error, porque es parte de uno. ¡Porque uno es humano! Si no, sería Freddie Mercury. Igual, calculo que alguna vez en su vida, Freddie Mercury habrá calado una nota. No digo que desafinar, porque eso sí que sería imposible. Pero calculo que habrá calado alguna notita.
En realidad, la decisión de tocar en el Tucumán, va por dos lados. En primer lugar, porque, con esta cuestión de bajar la pelota un poco, fue que elegimos Circus y Tucumán. Y además, porque también estamos en el proceso de grabación de un disco. Entonces, es como que no me quiero quemar, ni matarme pensando en un lugar grande, donde tengo que estar pensando en todas las cuestiones de prepararme para ese show, de invitar gente... boludeces. "Blá blá blá". Toda la parafernalia que tiene alrededor un show grande. Prefiero estar más tranqui. Que venga el que quiera a un show más chico, más íntimo, tocando temas que no tocamos hace bocha y decir 'Vamos a despedir el año entre amigos, más tranquilos, en el barrio'. Antes que Capital, que es un quilombo. Este año elegimos eso. Bajar un toque. Hay algo que le debe haber pasado a toda banda que pasa de ser 'under' a ser conocida: '¡Estos se subieron al Pony!' ¿Cómo se lleva la banda con eso? En realidad, la gente también es un poco mala. Si te quiere, te aporrea un poco. Cuando la gente siente que vos le dejaste de pertenecer, ahí te empieza a matar. Por el simple hecho de matarte. ¡Se agarran de cualquier cosa! A mí me ha pasado. He leído que alguno que otro que nos venía a ver dice que perdimos la humildad. Qué sé yo... Será porque me vine a vivir a Capital. No sé. Capaz que están de novios y lo tiran de los bigotes; o envidia... Realmente, no lo sé. Nunca le negué una foto a nadie, nunca traté mal a alguno que me vino a pedir algo. Si me piden un video, se lo doy; si me piden un audio, se lo doy... ¿Cuelgo? Bocha. Eso
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seguro. Soy re colgado. ¡Pero no de malo! Simplemente me cuelgo. Estoy laburando; estoy con la banda; estoy yendo a jugar al fútbol... tengo mis cosas... ¡Tengo mi vida! No tengo porqué estar siempre respondiendo a todo el mundo. El caso de otras bandas no lo sé, porque no estoy en el lugar de las otras bandas. Yo te hablo del caso nuestro y qué sé yo. No es que me la creí, pero yo vivo en Capital. ¿Qué cambiaste? No puedo ir al Nudo a tomar una birra todos los fines de semana. Cuando estoy ahí, iré, pero... Además, ¡ya tengo casi treinta años! No tengo diecisiete. Cuando era pibe, iba a Cronos, por ejemplo, que era un bolichito de Quilmes. Yo llego a entrar a Cronos hoy y me preguntan 'Señor, ¿usted viene a buscar a su hija?'. Entonces, va por ese lado también. Uno crece, se pone más viejo y a veces los gustos cambian. La última vez que fui a un boliche era el único con barba. Imaginate lo que sentía. Estábamos todos apretados. Yo digo '¿Por qué no me dejan de romper los huevos, se corren y me dejan tomar una birra tranquilo?' ¡Yo quería tomar una birra nada más! No quería estar bailando 'Te chorrea la babosa'. Entonces, cuando vienen y te dicen '¡Ay, qué careta, no va más al bar!' ¡Y no, flaco! ¡Tengo 30 años! ¡No tengo 15 como vos, que estás al reverendo pedo y podes darte ese lujo! A tu edad también lo hice, y seguro que también fui un pelotudo que le habré dicho 'careta' a alguno. ¿Antes era distinto? En realidad, en esa época, como no existía las redes y tampoco me interesaba qué carajo hacían los músicos de las bandas que me gustaban, jamás se me hubiera ocurrido decirle 'careta' a algún músico que yo seguía. No sé dónde iban a tomar nada ni los esperaba a la salida para la foto. Yo iba, compraba mi entrada, veía a la banda que me gustaba y me volvía a mi casa. Me chupaba tres huevos si el cantante era hincha de Boca o de River; si medía 1,80 o 1,79; si tenía novia o no; si se falopeaba o no... Me chupaba todo tres huevos. Por eso me sorprenden a veces algunos gestos buenos de los pibes que te vienen a pedir una foto y te cuentan su historia. Siempre con respeto. Y eso me parece muy lindo. Ahora, cuando vienen y te dicen 'Te la creíste porque...' ¿Por qué? ¿Porque no voy más al bar? ¿Porque no me ves más en un bar tomando una birra? Y no, pibe. No voy a ir a un bar de pibes de 17 años, cuando yo tengo casi 30. Además, ya no me da el cuero para salir todos los días. Es la verdad. Entonces, uno trata
de, cada tanto... A veces, cuando salgo y qué sé yo, voy a tocar a un Jueves Valiente: voy, toco y me vuelvo a mi casa. Al otro día laburo. Ni siquiera me quedo ahí de joda. Y además porque tampoco curto esa onda. ¿Qué sería ser "careta"? Sería si iba a tomar birra a La Barra (Quilmes) y hoy voy a Rosebar o Ink (Palermo) a ser algo que no soy. Capaz que eso sería ser "careta". O elegir cambiar la música que hago para vender un tema más, porque la está pegando una banda y hacer un tema parecido a esa banda para pegarla. A mí, me encantaría que el público que nos viene a ver le chupe tres huevos lo que yo haga o deje de hacer. Venga, disfrute del show y se vaya a su casa con una sonrisa de oreja a oreja porque le gustó lo que hicimos. De hecho, es algo que uno tiene que 'soportar' digamos. Por eso te decía que el cantante tiene la presión más grande. Porque es la cara de la banda. A mí me chupa un huevo. Si pudiera no ser la cara de la banda, encantado. Si lo conocieran más a Fontana que a mí, sería el tipo más feliz del mundo. Subo, canto y a la mierda, me voy a mi casa.
"Yo veo que hoy, Rock a la Orden eligió arrancar otra vez, pasando todas las cosas que no pasó todo este tiempo. Dedicándose a meterse en un estudio a ensayar, ensayar, ensayar, ensayar; a ver qué estaba mal; que sonaba mal; si hay que comprar un instrumento nuevo, se compra; si uno tiene que ir a estudiar canto, estudia."
DEL ESCENARIO A LA CANCHA Volviendo al tema de "antes era mejor": ¿El fútbol también era el de antes? El fútbol es un caso distinto. En realidad, lo que vos ves dentro de una cancha, es fútbol. Por lo menos, quiero creer en la nobleza de los jugadores que entran a romperse el alma porque su equipo gane. Después, son interpretaciones. Yo no tengo 60 años para hablarte del fútbol de antes y del de ahora. Yo tengo uso de razón recién con el Boca de Bilardo, y vi muchísimas veces jugar a Boca. Que hablo de Boca porque soy hincha, pero así y todo vi mucho fútbol. Y yo creo que la esencia en realidad no ha variado tanto. Siempre vas a tener al distinto, el crack, el que la rompe; va a estar el burro que pega... El problema es lo que rodea al fútbol, no el fútbol en sí. El negocio fue lo que cambió y que quizás ahora se destapa con todos los sucesos que fueron aconteciendo en los últimos años. El problema es el negocio. Yo te puedo decir que cuando era pibe, había un jugador en Boca que era crack: Adrián Guillermo. Se perdió. No sé qué mierda le habrá pasado. Pero cracks he visto un montón. Leche Lapaglia, Román, mi ídolo máximo... Y he visto otros equipos jugar muy bien. ¿Qué estilo de juego te gusta?
sea. Pero no. Evidentemente, mientras los mismos salames sigan manejando el fútbol, las cosas van a ser igual. Siguen entrando los mismos a la cancha. Siguen manejando los clubes como se les canta el orto. Venden entradas porque tienen negocio con los dirigentes... Eso está mal del fútbol. Eso cambió. Porque antes iba la familia a ver los partidos de fútbol. Ahora, entre el negocio de los dirigentes y los chanchullos de la barra, ¿vos irías a ver a tu equipo con tus hijos?... ¿Rock a la Orden es una banda relacionada con el fútbol? Hoy, te diría que si una persona no está relacionada con el fútbol, es medio raro. Es un país futbolero. Ojo, "raro" no en el mal sentido. Si no que no podes estar muy afuera. Creo que hasta el más eunuco del deporte sabe algo del fútbol y está interiorizado. De hecho, hace un rato estábamos viendo si ensayamos o jugábamos al fútbol, imaginate. Y a veces he metido cosas futboleras a los temas. A mí me gusta muchísimo el fútbol. De hecho, recién vengo de jugar al fútbol. Pero sí, somos una banda muy futbolera. A pesar que a los dos guitarristas no les gusta el fútbol. Y al batero ni te cuento... Los guitarristas son de Quilmes y el batero es de River, así que... Los demás, somos todos de Boca.
El Newell's de 2004 tuvo momentos de fútbol muy buenos. A mí me gusta mucho el fútbol bien jugado, pero hay otros entrenadores que eligen otra táctica y son fieles a eso. Por ejemplo, Falcioni es un técnico austero y medio amarrete, pero lo tuvimos en Boca y no le puedo decir nada, porque fue el Boca con la valla menos vencida. 6 goles en todo un torneo. Una locura. Teníamos una gran defensa. Entonces, mucho no le puedo decir. Te puede gustar o no. A mí no me gusta para nada. Soy las antípodas de Falcioni. Así y todo, el técnico más ganador de la historia de Boca era un técnico más parecido a Falcioni, pero su jugador emblema fue Juan Román Riquelme. Por eso te digo. El fútbol no cambió tanto. Si vos tenes un jugador que es crack, por más que metas a todo tu equipo atrás, ese crack va a querer ir para adelante. Pasó hace cien años, pasa ahora y va a pasar dentro de cien años. Siempre van a aparecer ese jugador que te dé ese toque de clase y a salir del molde. El fútbol en realidad no cambió. Siempre va a aparecer alguien. Brasil siempre saca cracks, Argentina siempre saca cracks, en Europa siempre, alguno que otro, aparece... Quizás ahora, por cuestiones de dinámica, el fútbol sea un poquito más físico, se corra más, las canchas son muchísimo mejores. Pero la esencia del potrero no se pierde. ¿Donde ves "esencia de potrero"? Lo tenes a Tévez para ver eso. El gol que le mete a Racing fue gol de potrero. Fue, pecheó a uno, le ganó la pelota... Eso es potrero. No se ve en otro lado. No fue táctica, no fue algo premeditado. Fue un chabón que se avivó, le ganó la posición a un defensor que estaba dormido, gol. Listo. Por eso te digo. Por más que pasen los años, la esencia del fútbol es la misma. Los pibes que entran a jugar, entran con la intención de jugar al fútbol. Después, todo lo que hay alrededor, es negocio. Como en todos lados. El fútbol es el fiel reflejo de lo que somos nosotros como sociedad. Somos violentos, somos corruptos, somos ventajeros... Yo, por lo menos, me hago cargo. Sacando a los empresarios o los dirigentes, que son todos chorros, si no hiciste nunca una cagada dentro de una cancha de fútbol... Si viste alguna vez a alguien haciendo eso dentro de una cancha, sos complice. Entonces, lamentablemente, el fútbol es el fiel reflejo de lo que somos nosotros. A mí me dio mucha tristeza el partido de Independiente-River, con los jugadores homenajeando al Chapecoense y la barra queriendo matar a los jugadores. Entonces, no aprendimos nada. Yo esperaba que, algo así, haga que se bajen los humos un tiempo aunque MUSICA · PABLO GERMADE - ROCK A LA ORDEN
"Vivimos en un país que no valora al que realmente se esfuerza por superarse, si no que avala muchísimas cosas que están"
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DE PRINCIPE A REY La despedida de Diego Milito
Llegó la hora de desempolvar el traje de Príncipe, que en 2003 había guardado en su caja más preciada, la única que cuidaba como si fuera un tesoro y la primera que guardaba antes de cada viaje para asegurarse que no se extravíe. Ese cuadrado de cartón con la inscripción de "frágil" recorrió lugares quizás impensados, pero deseados por cualquier persona humilde que sólo quiere triunfar haciendo lo que ama. Recorrió Italia. Primero pisó suelo genovés, hogar de Cristóbal Colón. De aquel que logró conquistar territorios con su valentía y entusiasmo, al cual quiso imitar y lo logró. Ese fue el principio de una historia en la que fue protagonista, luchando hasta coronarse como conquistador del Mundo, aunque para Él no sería tan importante como lo que vino después. Luego, se instaló en España, en la capital aragonesa. No consiguió formar parte de las mejores generaciones de Zaragoza, donde todo era triunfo tras triunfo, donde gigantes hacían de sus pasos una marca en la vida de esa ciudad. No fue un "Alifante", ni un "Magnífico", pero continuó con su Principado, con la voz de mando intacta y compartiendo su poder a quienes venían de derrotas, para que logren ser triunfadores. Empezaba a acariciar la corona de Rey, cuando logró llevar a una ciudad, poco acostumbrada a disputar este tipo de batallas, a la final de la Copa de España en 2006. Aunque no alcanzaba, todavía, a superar su mayor conquista hasta ese momento. Media década antes, escribió su nombre en la historia de Argentina, dejando asentado que luego de 35 años de caídas, Él podía ganar cualquier guerra, aún siendo un joven de 22 años (número que representa la locura y que quedaría para siempre guardado en la cabeza de millones de fieles que creían que su frenesí era majestuoso).
"Estar aquí es especial. Significa mucho para mí, porque Milito lo merece. Es un personaje en el que los jóvenes pueden identificarse ". Nicolás Burdisso
Retornó al que luego se transformaría en su segunda casa, con pocos brillos pero con el traje de Príncipe intacto, sin ninguna mancha y con alguna que otra distinción nueva. Fue una decisión de corto plazo la de mudarse a Milán, ya que transcurrió tan sólo un año de su vuelta a Génova. Bastó con apoyar un pie en el verde césped del Giuseppe Meazza para arrancar la transición. Dejar su cargo para pasar a ocupar el trono Real. El 2010 fue su momento, siguiendo las indicaciones de su supremo José Mourinho y el apoyo de su tropa, dominó Italia, Europa y viajó a Emiratos Árabes, para hacerse líder del Mundo. Con su traje azul y negro, obtuvo cinco medallas de guerra en aquellos 12 meses dorados de su vida.
"Es emocionante estar aquí. Milito merece el amor que la gente da. Estoy feliz de acompañarlo esta tarde." Ivan Cordoba
limpiaba para que no acumule polvo, en ciertas ocasiones la abría y observaba los objetos que le refrescaban la memoria y le aguaban los ojos, que combinaban con el color de aquel cubo de cartón (celestes como el cielo y blancos como las nubes). Pero un día fue diferente y especial, cuando sacó las vestimentas que estaban en el interior de ese cofre de fantasía, las miró fijamente, se las volvió a poner y se enfrentó al espejo. Cuando el reflejo le devolvió la imagen de aquel jovencito que levantaba su primer trofeo, sintió ganas de dejar todo y volver a su país. Un día de los enamorados, 14 de febrero de 2013, sufrió una lesión que le imposibilito mover la rodilla. Muchos creían que este era el fin, que no podría seguir batallando, ni conquistando tierras ajenas. Pero allí fue cuando se le cruzó por la cabeza lo que le pasó ese día, dos años atrás. Y sintió que era su deber terminar su carrera de Príncipe en Italia para convertirse en Rey en Avellaneda, donde triunfó por primera vez, donde su cabeza estuvo siempre. Llegaba la hora de que su cuerpo también lo esté, de volver a pisar ese suelo que lo vio crecer, donde festejó y alzó su copa más preciada. A pesar de la tristeza de quienes lo admiraban, que pensaban que no volvería a correr atravesando el pasto y las líneas de kal que delimitaban el terreno del que Él era dueño. Tomó todas las fuerzas que le quedaban y decidió no rendirse. No podía dejar de hacer lo que amaba, le era imposible tirar la toalla en el momento en que su corazón latía más fuerte y su mente se llenaba de ideas casi descabelladas. Todas las noches, al dormir, soñaba con volver a casa, soñaba con un mundo donde Él triunfará al retornar a su primer amor que, ciertamente, nunca olvidó. Por eso se levantó, respondió a todos sus tratamientos y mejorar día a día. Se recuperó y volvió. Las plegarias de algunos esperanzados se hicieron hecho. Pisó nuevamente el campo de batalla y luchó, como lo hizo toda la vida. Luego de algunos meses, tomó la decisión. Todo giraba en torno a su coronación en Buenos Aires. Y así fue, sólo un par de horas en avión, algunas de negociación y otras pocas de presentación.
"Gracias a mi familia por cumplirme el sueño de volver al país para volver a vestir esta camiseta."
El ciclo no comenzó como Él esperaba, algunas caídas hicieron que el autoestima de su nueva tropa se entierre en el suelo de tierra cubierto por césped de la mitad de Avellaneda. Pero, junto con su superior Diego Cocca, metieron en las cabezas de todos los integrantes de su cuartel, que estaban hechos para triunfar, que esa guerra iba a ser de ellos y que a pesar de las batallas en las que habían sido perdedores, no debían bajar los brazos. Todas sus armas unidas, conformaron uno de los mejores equipos, casi imposible de vencer. Con soldados que se hacían fuertes en cada uno de los frentes, ganaron, ganaron, y lo lograron. El 14 de diciembre de 2014, Él se convirtió en Rey y sus compañeros en campeones.
Cabe destacar, también, que además de hacer estragos en Europa y con su hogar casi instalado allí. Él defendió la bandera de su patria, los colores celestes y blancos que corren por sus venas desde que nació, en la ciudad de Quilmes, al sur de del conurbano bonaerense. En vastas ocasiones que se extendieron desde su ida del suelo argentino hasta el 2011. Cuando cumplió 32 años, volvió a ver esa caja que cada tanto DE PRINCIPE A REY · DIEGO MILITO
"Milito nos hizo creer que podíamos cambiar el club y gracias a él lo logramos." Luciano Aued
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LAS DESPEDIDAS SON ESOS DOLORES DULCES Y llegó el día en el que Diego dijo adiós, en el que se coronó Rey. Se despidió de la gente de Racing diciendo: "Vine detrás de un sueño. Me voy por última vez del Cilindro con ese sueño realizado. La única palabra es gracias. Voy a estar en deuda para siempre con ustedes. En este club nací, me críe, me formé como jugador y persona. Y me estoy dando el gusto de irme por última vez del campo de juego del Cilindro." El evento comenzó con la presentación de quienes iban a acompañarlo. Personajes como Andres D'alessandro, Leonardo Ponzio, Nicolás Burdisso, Franceso Toldo, Walter Samuel, Javier Zanetti, Roberto Ayala, Ivan Cordoba, Maxi Rodriguez, Chirola Romero, Tete Quiroz, el Máquina Giampietri, entre otros. También estuvieron presentes los campeones de Racing 2001 y 2014, incluídos Mostaza Merlo y Diego Cocca. Obviamente, también lo acompañó su hermano Gabriel Milito. "Creo que ha hecho méritos para hacer la carrera merecida que hizo, fue un jugador que evolucionó y se superó a sí mismo con el correr de los años, nosotros como familia sabíamos del potencial que siempre tuvo, fue una cuestión de tiempo y oportunidades que supo aprovechar para hacer todo lo que ya sabemos", decía el Mariscal. Aunque llovieron silbidos de las tribunas, el homenajeado resaltó el respeto que tuvieron con su hermano. "Los silbidos a Gaby son Folclore. Quiero agradecer a la gente porque, más allá de todo, tuvieron mucho respeto", mencionaba. Fue una jornada llena de homenajes. El 22 entregó plaquetas a Miguel Gomís, quien lo descubrió en inferiores. A José Pizzutti y Bocha Maschio, campeones del 66. Y a Gustavo Costas, campeón de la Supercopa del 88. Hubo un vídeo en memoria de
Roberto Perffumo y entrega de placa a su hijo Gustavo. Además, hizo un espacio para pedir justicia por el asesinato del periodista partidario Nicolás Pacheco, quien fue hallado sin vida en la sede de Villa del Parque el 23 de enero de 2013. Y también una jornada llena de sorpresas, su familia ingresó al estadio para acompañarlo. Sus padres, Jorge y Mirtha, su mujer Sofía y sus hijos Leandro, Morena y Agustina. "Esto es emocionante, quiero agradecer a la gente de Racing por quererlo así. Estoy realmente muy orgulloso de lo que está viviendo y haciendo, se lo merece", admitía Jorge. Todas las miradas recayeron sobre su hijo de 9 años. Leandro jugó algunos minutos con su padre y hasta hizo un gol de penal. "Vi la cara de felicidad de Leandro y para él es un sueño jugar en El Cilindro", decía Diego. El partido comenzó con los Amigos de Milito vs Racing Campeón 2001. El capitán empezó jugando para los amigos, luego ingresó para el equipo de campeones donde hizo un gol de penal. Todos creíamos que lo iba a patear José Chatruc, que se posicionó en el punto de penal, pero le dio una asistencia a Diego para que él lo convierta. En el segundo tiempo, se enfrentaron los Campeones de 2014 contra los Amigos, que convirtieron un tanto tras una asistencia de Rodrigo De Paul y definición de Maxi Rodriguez. Minutos más tarde, el homenajeado demostró estar más vigente que nunca, arrancó un pique por izquierda, paralelo a la línea del área y cruzó un derechazo que dejó sin chances a Toldo. Faltando algunos minutos para que termine, Leandro Milito ingresó para jugar junto a su padre y logró convertir. Finalizó con una vuelta olímpica, padre e hijo, saludando a los hinchas. -
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CONTAR EL JUEGO Ese es el título de uno de sus libros, que nos pareció adecuado seleccionar para ponerle nombre propio a esta charla. Porque, aunque no tenga mucha similitud con la temática del mismo, nos revela su relación con el mundo del deporte y, principalmente, con uno de los motores de su vida: El fútbol. La pasión caracteriza a este personaje. La pasión por el periodismo, por la docencia y por Racing. "Las lógicas y las faltas de lógicas que tiene ese juego son uno de los pretextos que yo tengo para vivir."
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/ENTREVISTA/ ¿Cómo llegaste a ser docente? Me invitaron a ser docente y descubrí, o redescubrí, porque era una experiencia que había hecho en otro lado. Cuando termino el secundario me interesaba ese mundo, el del periodismo y el de las ciencias de la educación. Y encontré en el espacio de aprender con los chicos una posibilidad de modificarme, de tratar de modificar a otra gente y de hacer, entre todos, pequeños desplazamientos del Mundo hacia lugares que, quizás, nos parezcan mejores. La experiencia de la educación como proceso de transición y de transformación te justifica vivir. Es extraordinariamente feliz como experiencia. La paso re bien.
"No son dos pequeñas cosas en la vida ser y hacerse. Y uno usa esos verbos en relación con el fútbol y con el equipo al que hincha."
¿Por qué elegiste el periodismo deportivo? El periodismo deportivo, o aplicado a deportes, me atrajo especialmente por esa suma de tentaciones y por mi arrime al deporte. Estaba muy ligado a las lecturas en el periodismo deportivo. Yo leía El Gráfico, los diarios, escuchaba algunas transmisiones radiales con la misma fe que supongo que alguna gente sigue algún credo religioso. Aunque... no. Creo que yo tenía más intensidad en mi relación con leer algunas publicaciones que para cualquier otra cosa. ¿Que tus hijos sigan relacionados con el periodismo y del fútbol es importante para vos? No. Es un punto de encuentro adicional a otros puntos de encuentro que tenemos en la vida que son más sustanciales. Sobre todo el del amor recíproco y el de los sueños que intentamos compartir. Si a mis hijos no les gustara el fútbol u otras cosas que a mí me gustan, serían mis hijos y el vínculo se cristalizaría a través de otros canales de expresión. Por suerte, la vida es una aventura de una riqueza suficiente como para encontrar, con mucha gente, muchos canales expresivos que compartir. Tengo amigos a los que no les gusta el fútbol y les gusta el periodismo, la música, las sobremesas, otro deporte, u otras cosas, o viceversa, y la relación es muy potente. ¿Se compara la pasión con el fútbol con la religión o con la afiliación a un partido político? Se compara. En algunos terrenos sí y en otros no. Uno podría decir que se compara como pertenencia. Como lugar donde ser, y además, como lugar donde ser con otros. En eso se parecen.
Manuel Vazquez Montalbán, en su libro "Fútbol: Una religión en busca de un Dios" -un libro pre-Messi- hablaba de eso. Una edificación donde se depositaban creencias; expectativas; donde se depositaban mundos organizados; donde hay rituales, claramente... En ese sentido se parece a otros lugares en los que se pertenece. Lugares en donde uno cree. Lugares en donde uno encuentra la posibilidad de ser y de existir. Martín Caparrós, al comienzo de su libro, "Boquita" dice que 'yo soy de tal equipo, y me hice de tal equipo'. Y él dice: 'No es poca cosa ser, ni es poca cosa hacerse'. No son dos pequeñas cosas en la vida ser y hacerse. Y uno usa estos verbos en relación con el fútbol y con el equipo al que hincha. Estamos hablando de algo muy importante.
hacer un libro. Ahí yo estaba escribiendo ficciones, investigando. Pero me parecía que para esa colección podíamos hacer otra cosa. Entonces lo llamo a Jorge y le dije '¿por qué no hacíamos un libro charlando de fútbol?'. Y hicimos eso. También fue una gran demostración de él hacia sus hijos y mía hacia los míos que podíamos, viviendo en dos continentes diferentes, comunicarnos. Que éramos menos toscos de lo que nosotros suponíamos. Hoy sería mucho más fácil, pero en ese entonces nos mandábamos mails, nos contestabamos... era una proeza, casi como hacer un gol en la Final de un Mundial para los dos. Charlamos mucho y había cosas que teníamos que interactuar vía mail. ¿Cual fue tu mejor entrevista? No sabría decir eso. Cada entrevista es un proceso de interacción en el que tenes la posibilidad de aprender cosas. Volviendo a lo de Valdano, él es un señor que tiene una experiencia en relación con el fútbol y con la vida desde muchos lugares. Él ha conceptualizado esa experiencia. No la ha sacralizado, sino que la ha conservado en estado de vitalidad. Y me pareció que era interesante que esa experiencia fuera desplegada y volcada rumbo a los ojos de quienes leyeran aquel libro.
"Lo que hace Messi, en un abrir y cerrar de ojos, es fuera de lo corriente. Es el mejor artista del arte más visible de este tiempo en la historia."
Hablando de 'Fútbol, una religión en busca de un Dios', un libro pre-Messi. ¿Messi es EL Dios, en Barcelona, o es un ídolo que está a la altura de otros ídolos? Yo no vivo en Barcelona para medirlo. Tengo amigos que escriben sobre eso, o que no escriben sobre eso, pero viven ahí, y te dirían que, más que Dios, ellos tienen una Constelación, digamos... ¿Alguien podría decir que Iniesta no es un Dios? ¿Que Xavi no es un Dios? Messi es, en todo caso, el menos terrenal de todos. Hace cosas que están fuera de las posibilidades de las personas. En ese sentido es, particularmente, un Dios. Y además porque llevó al cielo a todos estos tipos. A todos los hinchas del Barcelona y del fútbol que tienen ojos abiertos para mirar fútbol. En ese sentido, es el Dios ausente por el que peregrinaba Vazquez Montalbán. Además es contemporáneo. ¿Eso lo ayuda o le saca merito a los anteriores? Siempre lo contemporáneo es lo que más ves. Lo que te parece que es insuperable. Pero también a veces cuesta ser contemporáneo de algo fenomenal. Yo supongo que los tipos que estaban haciendo la Revolución Francesa no podrían creer. Ese día habrán ido al baño, desayunado... habrán hecho todo lo que hacían normalmente en esa época. A todos nos cuesta asumir que somos testigos de lo extraordinario. Ahora, lo que hace Messi, en un abrir y cerrar de ojos, es fuera de lo corriente. Es el mejor artista del arte más visible de este tiempo en la historia.
¿Qué conceptos tomas para medir qué entrevista te gusta más o menos? Corriendo al costado el concepto de 'mejor' qué es un concepto comparativo, y todos los conceptos comparativos son difíciles, ya que todos sabemos que Messi juega mejor que la mayor parte de mis tías, pero el resto de las cosas son discutibles. Creo que lo interesante, tanto de una entrevista, como de cualquier cosa de la vida, es que es una experiencia que te deja distinto a antes de empezar a hacerlo. Te pone en un lugar diferente al lugar en el que estabas antes de empezar la entrevista, o leerla. A mí, en general, me parecen las mejores entrevistas o las mejores notas, las que hizo otra gente. Me parece mucho más interesante, como experiencia egoísta e individual. La paso mucho mejor con lo que hacen otros, porque me transforman directamente y me lleva mucho menos esfuerzo. Y además, porque considero que hay gente que hace cosas maravillosas como entrevistado, como entrevistador, como analista, como ensayista, como ficcionista... Tengo una gratitud gigante por toda la gente que hace cosas. Primero, porque hace cosas. Porque no pasa por la vida quedándose quieta. Y en segundo lugar, porque hay mucha gente que hace cosas que son transformadoras y que me han puesto en situaciones que, sin darle grandilocuencia en sí al término, me han hecho feliz.
¿Le das la misma importancia, tanto a la historia del fútbol en sí, como al deporte? Es que el fútbol es una construcción identitaria. Quiero decir, el fútbol es lo que está pasando en el juego, pero también una relación de pertenencia con una sociedad, con una camiseta, con un grupo de personas... En ese sentido, eso tiene tanta importancia como el acto de jugar. Hay lugares donde la relación con algunos juegos que son volátiles. Si a vos te enseñan un juego de cartas, y jugamos un rato, la pasaste mejor o peor y nada. Ya está. El fútbol es mucho más que eso. Ponés en juego referencias de afirmación en quien sos y en cómo te vinculas con los otros. Es, para muchísimas personas en el Mundo, el principal tema de conversación. Y como dice Jorge Valdano, habría que discutir si no es el tema de conversación principal en el Mundo.
"Montones de los chicos que son estudiantes y con los que comparto un aula son fuertemente inspiradores para escribir."
¿Por qué elegiste a Jorge Valdano para escribir un libro? Valdano es alguien a quien, a mí, me ha ayudado mucho a pensar sobre el fútbol y sobre otras cosas. Tengo un lazo personal con él, hace, por lo menos, diez años. Ezequiel Fernández Moores, que es otro amigo, dirigía una colección y me dijo si yo quería CONTAR EL JUEGO · ARIEL SCHER
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¿Tenes algún autor o periodista que te haya inspirado a dedicarte a esto? Tengo decenas, centenares... a esta altura me atrevo a decir miles. Montones de los chicos que son estudiantes y con los que comparto un aula son fuertemente inspiradores para escribir. Montones de señores que han venido hace cinco siglos y que he tratado de leer son maestros con los que trato de dialogar. Realmente hay muchísima gente que hace cosas. A veces, son gente que se vuelve famosa. Y a veces son gente que aparece en el Mundo y se va -si es que se va-, en estado de anonimato. Pero de todos aprendo. Hay colecciones de genios dando vueltas.
capaz te diría que no hay posibilidad de elegir lo mejor. Tampoco sé votar. Cuando te ponen las encuestas, que te hacen creer que participás, y te dicen: "¿Higuaín o Agüero?". Imposible. Ahora, si dicen "Higuaín o yo", sí. Siempre los votaría a ellos. Pero todo eso de producir efectos simplificadores, no. No me gusta el 'multiple choice' de la vida. Las relaciones son simples y complejas, pero nunca simplificadas o simplificables.
"La Selección tiene muy buenos jugadores, pero no tiene la música como equipo. No funciona como una orquesta."
¿Por qué en tu curso -deporte y literatura- elegiste esos autores? Por dos razones: Primero, porque son los que más trabajé. Hay autores que podríamos incluir en el curso, pero no los tengo lo suficientemente trabajados. Y por otro lado, elijo trabajar sobre autores que me permiten construir y discutir sobre el recorrido este de los lazos de deporte y literatura. Es decir, hay autores que me encantan, pero me es más difícil ubicar su relación personal o literaria con el deporte. ¿Cómo es el momento en el que te sentas a escribir? Es una gran oportunidad. Una gran tentación. Un gran desafío. Siempre la primera vez. Es una ruta que se abre y que no sé para dónde me lleva, aunque a veces voy por algunos hitos, algunas señales de esa ruta. Me interesa, a veces, antes de sentarme a es-
cribir, decir algunas cosas. Sobre todo si es un texto periodístico, o de análisis con algo que tiene que ver con mundos más inmediatos. Cuando el universo que narro es la ficción, lo leo y yo no sé dónde estaba eso. Qué genio benigno o maligno, qué ausente de genio, qué sujeto, qué bicho estaba en algún lugar, enmascarando, protegiendo o liberando algo que yo terminé poniendo y yo no sé donde lo tenía. Recién hablabas de no elegir algo por desmerecer otras cosas, pero, así y todo, ¿tenés un cuento preferido? Uno en especial no me atrevería a elegir. Hay tantos textos tan buenos, de tanta gente, en tantos idiomas, y sobre tantos temas, que supongo que haría un lector mucho más capaz que yo para poder elegir eso. Y quizás, ni siquiera así. Quizás un lector más
Justo tocaste el tema de la Selección: ¿Por qué a Messi le va de una manera en Barcelona y en la Selección de otra? Barcelona tiene un ensamble como equipo, y ha tenido etapas que es un equipo excelso. Qué sé yo, es difícil que a Messi le toque jugar en otro equipo tan bueno como el Barcelona. Entonces, alcanzar esos rendimientos en otro lado... Messi en la Selección ha jugado maravillosamente. Ha tenido resultados muy buenos. Ha salido subcampeón tres veces en las últimas tres competiciones internacionales en las que participó. Es muy difícil encontrar un equipo que llegue tan lejos, tantas veces. Y tres años seguidos. Y con un equipo que no es el Barcelona. Tiene muy buenos jugadores, pero no tiene la música como equipo. No funciona
como una orquesta. Y además con entrenadores distintos. Messi ha hecho cosas en la Selección absolutamente sublimes. Por el 10% de cosas que hizo Messi en la Selección, nosotros le diríamos a otro tipo que su actuación ha sido fantástica. Ahora, si en el fútbol, lo único que paga, que justifica, que te pone en el cielo, es salir campeón, te queda muy poco por hacer. No pueden ser campeones todos, todo el tiempo. Los torneos los juegan cuatro, treinta, dieciséis equipos. ¿Qué quiere decir? ¿Que los que no salieron campeones participaron al pedo? No. Jugaron y llegaron hasta donde pudieron. Estuviste en el Mundial de Corea-Japón 2002, ¿cómo se vive el fútbol allá? El fútbol es una construcción que, todavía, por más global que
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sea, remite a algunos arraigos nacionales, a algunos arraigos locales, a alguna forma de identidad que tiene algo de lo global, pero que tiene rasgos propios. El contraste entre la tradición japonesa y la tradición argentina, en relación con el fútbol, es evidente. Ahora hay cosas cada vez más parecidas, pero el fútbol ocupa un lugar en la vida de la Argentina y de los argentinos que no ocupa en Japón. Allá estaban en tiempo de hallazgos crecientes. No porque no tuvieran historia en relación con el fútbol, pero para alguien como nosotros, estaban en una etapa de descubrimiento de esas cosas... ¿Es el mismo el espíritu competitivo que hay en los JJ.OO que en los Mundiales? Algunas cosas se parecen. Ves tipos que hacen cosas como ninguno de nosotros pueden, tratando de hacerlo... para ellos, es una cita insuperable. Son gente que se supera mucho. Lo diferente es que los Juegos Olímpicos tienen una construcción más diversa. Entonces, todo el tiempo te parece que somos una especie de Arca de Noé multiplicada en la que hay una colección de personajes de cada especie, y eso tiene su fascinación. Y es curioso como, los JJ.OO y los Mundiales te permiten verificar que, aún en la alta profesionalización, en medio de los negocios y de los negociados que hay en torno al deporte y del espectáculo del deporte, en determinado momento, los individuos son gente que quiere llegar lo mejor posible, lo más alto posible, lo más rápido posible, con la fuerza adecuada para conseguir algo. Como que esa sustancia inicial aparece si jugamos abajo de la Autopista o en el Campito y también aparece cuando estos tipos van por algún título o alguna medalla. Ahí son gente haciendo cosas delante de otra gente y al lado de otra gente.
provoque una serie de cosas que excedan mi relación afectiva con Racing. Si los partidos no tienen una serie de elementos que me atraigan, no lo dejo de querer, pero me entusiasmo menos con el partido. Si los partidos no los juega Racing, pero hay cuestiones, pequeñas, grandes, consecutivas o esporádicas que me gustan y me atraen, eso me da una vivencia potente. El fútbol me encanta. Las lógicas y las faltas de lógicas que tiene ese juego son uno de los pretextos que yo tengo para vivir. Recién hablabas de los factores que tenía que tener un partido -juegue Racing o no-, para que te atrape. ¿Cuales serían? La audacia, la valentía de ir a crear, de ir a tocar, de ir a trastocar lo que está dado. La generosidad para que esa creatividad y el mar que siempre parece estar quieto en el fútbol empiece a moverse. La calidad individual, técnica de uno o muchos jugadores. La capacidad de algunos jugadores de elegir lo que hay que hacer en el momento que hay que hacerlo. Me tienta mucho esta cosa de la construcción de algo con otros. Un equipo de fútbol donde juegan 5 vs 5, 11 vs 11. En general, en el fútbol que vemos, requieren muchísimo los unos de los otros. Tenes que ser socio de los compañeros y, en algún lugar, de los rivales. Porque si no vienen, no podes jugar. Me gusta todo eso. Después me gusta mucho, del fútbol y de otras cosas, las acciones poco visibles. El tipo que es capaz de ocupar un espacio para dificultar una acción adversaria sin que por eso la hinchada se le venga encima aplaudiendo, sabiendo que eso es lo que hay que hacer en el juego para que tu equipo pueda estar más cerca de la pelota y emprender algo que le valga la pena a tu equipo. Más que nada, lo táctico... No es sólo lo táctico. Acá me refiero a la apertura individual de decir: "Bueno, si yo no corro hasta ahí, no ocupo ese espacio, queda vacío y los otros pueden hacer algo. Si no es por mí, no la van a tirar ahí. Mi equipo por ahí recupera la pelota y podemos hacer cosas juntos". Me interesa la táctica de muchas cosas. La seducción central que tengo por el fútbol no deviene de la táctica. Ni con el fútbol ni con nada. Lo que más me gusta de mi mujer no es su táctica, son otras cosas. En todo caso, tendrá comprensiones de la táctica o de la estrategia que la enriquecen como individuo y eso me provocará más estímulo para estar con ella.
"Racing es la posibilidad de ser de algo. Es una de las diversas posibilidades de amor que te plantea la vida."
¿Qué tiene Racing que no tengan los otros equipos?
¿Cual es tu sentimiento con el fútbol, y especialmente, con Racing? Racing es la posibilidad de ser de algo. Es una de las diversas posibilidades de amor que te plantea la vida. Un sentimiento de una estabilidad fabulosa. No he tenido nunca dudas sobre mi condición de ser de Racing. No ingresa en el campo de mis reflexiones esa sensación de acercamiento. No porque yo me niegue, si no, lo cagaria, lo jodería... No me sale. Yo soy eso y es un sentimiento que se manifiesta de distintos modos, o de modos parecidos a través de la historia, pero que percibo como irrompible. Es un sentimiento que está potenciado y que potencia mi relación con el fútbol. A mí me gusta muchísimo el fútbol, adentro y afuera de Racing. Miro montones de partidos de fútbol en los que no juega Racing, e inclusive cuando juega, me interesa que el fútbol me
Cada hincha se hace hincha de su equipo por razones parecidas o diferentes a otros hinchas. Muchas veces somos hinchas de un equipo por razones idénticas a las que otro individuo se volvió hincha de otro equipo. El señor que es hincha de Racing porque el padre era hincha de Racing, hace el mismo ciclo que el señor que es de Independiente, San Lorenzo, Platense, Excursionistas, Boca o River, por el padre. En otro caso, algún amigo, el color de una camiseta... No me parece ni me gusta ser de algo en desmedro de otra cosa. Me gusta que existan otros equipos. Que tengan hinchas. Y si tienen grandes jugadores o grandes construcciones colectivas, me gusta ver a esos equipos. Como si yo no disfrutara de Riquelme, de Bochini, de Francescoli, de la oveja Telch, de Romagnoli... Esos jugadores son maravillosos y me encanta verlos jugar. Deberían jugar toda la vida. Nunca me provocaría molestia otro jugador porque juegue con otra camiseta. Por ahí no tengo ganas que juegue especialmente bien el día que juegue contra Racing, pero solo eso. No comparto la idea de que hay que afirmar la identidad por negación de otra identidad. Por lo menos en el fútbol. Yo quiero a Racing, especialmente, por un vínculo que tengo con esa camiseta, con esa institución, con esa historia. Pero también tengo un lazo muy potente con el fútbol en general y con las maravillas épicas, artísticas, morales, ideológicas, técnicas, tácticas que tenga el fútbol. Y eso no lo tiene monopolizado Racing. Yo he dejado de ir a bañarme en el Océano Atlántico porque jugaba el Barcelona a la hora en que había sol, pero tuve que elegir entre Barcelona y el mar. Y bueno, prefiero ver al Barcelona. Otras veces elegiré el mar, con todo el respeto que me merece el mar y toda la belleza que tiene.
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¿Fuiste a ver a otros equipos? He ido a la cancha a ver a Giusti, a Marangoni, a Bochini, a Burruchaga... Hay grandes equipos y me gusta mucho el fútbol. ¿Cómo no voy a ir a ver eso? Si jugaba a la misma hora que jugaba Racing, me iba a ver a Racing. Y si ellos jugaban contra Racing, quería que Racing les ganara. Pero ¿perderse a Maradona por jugar en Boca y no estuviera jugando en Racing? ¿Quién puede dejar de disfrutar a Xavi, Iniesta, Busquets, Tostao, Cryuff? ¿Cómo voy a perderme de disfrutar de eso? ¿No ver las virtudes de Neuer para atajar, porque ataja para un equipo al que, en algún partido cada tanto, el equipo por el que yo hincho le quiere hacer un gol? ¿No querer ver jugar a Neymar? No... Me gusta hoy ver al Borussia Dortmund, al Hoffenheim, al Wolfsburgo el año pasado. Me levanto un sábado a la mañana para ver jugar al Sevilla porque, aunque tenga sincronías o no su juego, sé que en general, desde que lo dirige Jorge Sampaoli, va a intentar no ser sometido en el juego. Eso es una cosa que a mí me gratifica como individuo, como hincha del fútbol. ¿Te gusta como juega Racing ahora? ¿Estas últimas semanas? No. Me gusta más otras maneras de jugar. Yo creo que el fútbol está muy saturado de impaciencia. Yo no soy entrenador de fútbol. Yo sé menos que todos los entrenadores. Entonces, no me gusta sentenciar a un entrenador o el tiempo de un entrenador porque lo que por ahora esté haciendo no me llene ni la cabeza ni el corazón. Sé que a mí en el fútbol no me alcanza con que el equipo por el que hincho haga más goles que el otro y gane. Me interesa cómo se construye eso. No digo que sí jugó mal y gana yo la pase siempre mal. Me interesan del fútbol más cosas que hacer más goles que el otro.
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"Yo he dejado de ir a bañarme en el Océano Atlántico porque jugaba el Barcelona a la hora en que había sol, pero tuve que elegir entre Barcelona y el mar. Y bueno, prefiero ver al Barcelona."
Como cualquiera, tenía nombre y apellido, pero eso se le había vuelto un detalle hacía demasiadas memorias. No había una sola persona que no lo llamara con las dos palabras que representaban su lugar en el mundo: Wing Izquierdo. Y estaba bien: había jugado al fútbol clavado en el costado zurdo del ataque desde el mismo día en que pisó por primera vez una cancha y, como un destino o como un impulso, se paró ahí a esperar que le pasaran la pelota. A partir de entonces, Wing Izquierdo hizo goles, tiró centros, eludió defensores, fue figura de sus equipos y amagó con tener una existencia reducida a eso hasta que una tarde del fin de un invierno le pasó algo inaudito considerando que le ocurrió estando parado en la cancha, con una pelota debajo del pie y, como siempre, ubicado en la punta izquierda: Wing Izquierdo se enamoró. Fue en el instante en el que dejó atrás a un marcador y levantó la cabeza para lanzar un pelotazo. Entonces la vio: en el tercer escalón de la tribuna norte, estaba ella. A Wing Izquierdo le alcanzó la brevedad mágica de una sola mirada para comprender que todo el aire que había respirado hasta ese segundo de la historia era mucho menos importante que el universo que cabía en los ojos de esa mujer. Se quedó quieto admirándola como a un paisaje perfecto, y sintió que el suelo no lo sostenía cuando ella se apretó la mano en la boca y le sopló un beso. Apenas pudo reaccionar en el momento en que su marcador se le vino encima y le sacó la pelota. Tuvo un parpadeo, bajó la vista y escuchó a un hincha que lo insultaba. Al regresar con los ojos al tercer tablón de la tribuna, ella ya no estaba. De allí en adelante, ni un milagro hubiera logrado que pensara en otra cosa. Dedicaba cada partido y cada movimiento sobre la punta izquierda a tratar de encontrarla. Con frecuencia, pateaba a propósito afuera y seguía el recorrido de la pelota rogando que volvieran a cruzársele esos ojos. En general, jugaba mal pero, de tanto en tanto, ofrecía una gran actuación para que lo mantuvieran en el equipo y, en consecuencia, poder continuar su búsqueda. Era tan enorme su desesperación que, inclusive, en un clásico rompió todas sus lógicas e hizo un intento por la punta derecha. No había caso. Ella no estaba. Pero un domingo, ya en plena primavera, Wing Izquierdo fue sin ganas a patear un córner y esos ojos como mundos se le aparecieron de frente ante las pestañas. No hizo nada más. Ni siquiera que ella le soplara un beso. Wing Izquierdo la enfocó con el alma, se olvidó de ese córner, se trepó al alambrado con una fuerza única, flameó hacia la tribuna, atrapó a esa mujer irrepetible y empezó un camino sin regreso. Antes de irse escuchó que la hinchada le gritaba toda junta “Wing Izquierdo, Wing Izquierdo”. El se sacó su botín zurdo, lo hizo volar como un regalo en el viento, saludó con dos sonrisas y se esfumó para siempre convertido en un hombre feliz.
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PALABRA AUTORIZADA
Argentina tiene jugadores como para ilusionarse. De hecho siempre los tuvo, salvo en Sudafrica que fue un papelón, siempre quedamos afuera por mínimos detalles. Y a veces con injusticia. Pero decir que si no se ganaba era un fracaso, no. Brasil de local y Alemania de local son fracasos. Que Argentina no haya ganado la Copa América 2011 fue un fracaso, que no pasara a cuartos de final. Las potencias, cuando son locales, si no ganan son un fracaso. Me parece que jugar tres finales consecutivas, fueron logros. Es cierto que faltó algo en la final. Pero hay que analizar en cada situación los jugadores que no llegaron y cómo llegaron los que llegaron. Se estuvo y, haber estado, es un mérito que no debería desaparecer simplemente por haberlas perdido. Todos hicieron lo suyo. Messi por ahí más que el resto, porque es Messi. No soy de los que creen que porque no se hizo un gol en ninguna de las tres finales, todo lo demás está mal hecho. Estaba para llegar a la final, es más, creo que estaba para ganar los tres campeonatos. El Mundial mereció ganarlo, pudo haber ganado la final de Chile, sobre todo en la última jugada del tiempo reglamentario. Si no se equivoca primero Higuaín y después Rojo la final de Nueva Jersey tampoco se escapaba. Si vamos a cambiar todo, analicemos también que cuando era de otra manera con jugadores que ahora parecen que eran mejores que estos, ni siquiera llegamos a la final. Ajustaría detalles, no desde lo profundo. La raíz está bien, lo que habría que hacer es podar un poco el árbol. La solución sería explicarle y hacerle entender a estos jugadores que no es solamente pasarsela a Messi. Hay jugadores que se la deberían pasar mucho más de lo que se la pasan. No entienden que hay que seguir el juego aún cuando él tiene la pelota. Martino me dijo que no había que dársela siempre a Messi. Lo que le falta a la Selección es gente que entienda que se tiene que ofrecer los 90 minutos como pase de Messi. La defensa la veo sólida, sobre todo cuando juega Mercado. Hay que dejar de encandilarse cuando agarra la pelota Messi, porque algo va a hacer, y ofrecerle siempre la opción de pase, para que el contrario no sepa si lo va a gambetear o si lo va a pasar. Le daría más oportunidades a Nicolás Gaitán, que se las ganó, y cuando no esté, como ahora, a Marcos Acuña en el sector izquierdo. Como 9, yo insistiría con Pratto. En la contención, cuando se manca alguno de los centrales, probaría con Mascherano y pondría a Kranevitter o Ascacibar de 5. La defensa con Mercado, Otamendi y Funes Mori, está bien. Salvo el lateral izquierdo, habría que pensarlo bien. No me gusta que Rojo llegue sin continuidad en el Manchester. Hay jugadores del medio local que tienen nivel de Selección. Por ejemplo Walter Montoya, de Central, está a nivel de Selección. Para lo que es el ida y vuelta, que parece que no tenemos nada para ir por el costado, tiene un nivel como para empezar a incluirlo. En breve se va a ir. ¿Por qué tenemos que esperar a que se vaya para que empiece a acostumbrar a entrenar y concentrar con estos jugadores? Después pasa por el gusto del entrenador. En cuanto al técnico, Bauza fue el que aceptó. Se intentó primero con Bielsa, después con Simeone, Sampaoli, nadie podía o quería. Bauza sí y listo. No cuestionaría a Bauza siempre y cuando los dos resultados no le den la espalda. Hoy, así como está ahora, no es para ilusionarse demasiado. Pero falta un año y medio, y es una vida en fútbol. Quizás haya sido conveniente tener este trance ahora, cuando hay tiempo para corregir. Y si Messi está bien, tenemos chances de todo. Por eso, cuidemos al mejor que tenemos y aprovechémoslo.
·HOMENAJEADO·
DIEGO BARISONE El Club Unión de Santa Fe, presentó el "Torneo Infantil Diego F. Barisone". Eligió esta, como una forma de inmortalizar al ex defensor que falleció en un accidente automovilístico el 28 de julio de 2015. En aquel entonces, se desempeñaba como jugador de Lanús. Ambos equipos, hicieron un homenaje cuando se enfrentaron ese mismo año y el Granate lo recordó cuando fue campeón. Pero hace unos meses la Comisión Directiva del Tatengue decidió buscar otra manera de recordar a quien disputó alrededor de 50 partidos en el club y fue parte dos ascensos a Primera División. Además de nombrar a su escuelita de fútbol como "Escuela Diego Barisone", decidió también armar un torneo donde participan más de 50 equipos pertenecientes a las categorías 2006, 2007 y 2008. Con equipos de Primera División incluídos: Patronato, Atlético Rafaela. Newell's, River (Filial Paraná), Argentinos Juniors y Lanús. "Bari" nació en Santa Fe el 29 de mayo de 1989. Veinte años más tarde, debutó en Unión. El 13 de diciembre de 2009, ingresó a los 22 minutos del Segundo Tiempo por Jorge Torres en un partido frente a Defensa y Justicia, donde su equipo triunfó por 1 a 0. A pesar de ser marcador central, ese partido se desenvolvió como volante central. En 2011 alteró la titularidad con los otros zagueros del equipo,Juan Pablo Avendaño y Nicolás Correa, y formó parte del plantel que ascendió a Primera División. El 7 de abril del año siguiente, hizo su debut oficial en la máxima categoría del fútbol argentino, convirtiendo incluso un gol en el empate 2 a 2 ante Banfield. El 19
de mayo, jugó su primer partido como titular en la "A", convirtiendo un gol de cabeza para la victoria ante San Lorenzo. Después de un año y medio en Argentinos Juniors, donde jugó 27 partidos, volvió al club que lo vió nacer para lograr nuevamente un ascenso. En 2014, Unión volvió a Primera División y se desempeñó todo ese año en el club santafesino, hasta que en 2015 fue vendido a Lanús. Donde disputó 18 partidos. El 26 de julio de aquel año, fue titular ante Defensa y Justicia. El mismo Diego Barisone habló del buen momento futbolístico por el que estaba pasando, justificándolo con el buen trato por parte de la institución Granate y de los mellizos Barros Schelotto.
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MARPLATENSE POR ADOPCIÓN ·EDUARDO DOMINÉ· En el ambiente del básquet no es descabellado que un jugador quiera identificarse a lo largo de su vida con un sólo equipo. Pasa en la NBA, en la Euroliga, hasta en la nuestra, la Liga Nacional de Básquet (LNB). Ojo, no son muchos los que lo anhelan y son pocos los que lo consiguen. Eduardo Dominé pertenece al grupo de los basquetbolistas sedentarios. Por sus venas corre sangre roja, blanca y negra, los colores de Quilmes de Mar del Plata. El club es su vida, tanto es así que lleva su escudo tatuado en un brazo. Eduardo Claudio Dominé nació el 25 de febrero de 1968 en Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Su pasión por el básquetbol comenzó muy de chico, con apenas cuatro años. “Mi hermano mayor ya estaba jugando, tenía nueve o 10 años, y yo arranqué yendo con él. En ese momento no había categoría premini, entonces yo tiraba en un arito que había en un costado, que me llegaba a la altura de la cabeza. Así empecé a jugar durante los entrenamientos. Y después, cuando nos vinimos a vivir a Mar del Plata, más o menos a los 10, mis viejos pusieron una pizzería a una cuadra del club Quilmes. Y así seguí ligado al básquet”. En ese momento, no existía la LNB y Quilmes jugaba como preliminar en Primera. “Mientras mi hermano y mi viejo instalaban el negocio, yo me iba a ver partidos de preinfantiles a Quilmes. Todavía era Mini. Hice todo el proceso de inferiores, de las selecciones de Mar del Plata y Provincia de Buenos Aires”, destaca Dominé haciendo hincapié en su etapa formativa. A pesar de tu eterna identificación con Quilmes, un día tuviste que decidir por cambiar el confort y aceptar otro desafío, ¿Cómo fue la decisión de pasar a Obras? Por primera vez en 28 años de vida decidí cambiar de aire.Tenía que tomar otro desafío en un momento importante de mi vida deportiva. Las condiciones se dieron así. Uno cuando tiene una carrera se le presentan varias opciones. Quería quedarme en Mar del Plata, pero decidí instalarme en Capital y hacerle frente a otro reto. Y te convertiste rápidamente en un referente… Por suerte en mis 7 años en Obras me trataron muy bien, como si hubiese surgido ahí. La gente valora lo que uno transmite como jugador y persona. Además me tocó integrar planteles con muchos jóvenes, donde yo era de los más grandecitos (risas). Dominé está casado con Silvana. Llevan más de 20 años juntos y tienen tres hijos: Aldana (16), Martina (15) y Matías (8). Todos hacen deporte. Aldana y Matías juegan al básquet y Martina al hockey. Siempre priorizó la familia y los afectos antes de tomar
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una decisión sobre su carrera. “En el 91 vinieron desde Italia a buscar jugadores, me vieron jugar y quisieron llevarme. Pero me sentía muy cómodo en Quilmes y no tenía la misión de cruzar al viejo continente. Disfrutaba la LNB. Simplemente no ví la posibilidad de irme. En el 97 volvieron a buscarme de Italia y se sumaron clubes de España, pero me quedaba un año de contrato en Obras y quise cumplir con el club”, resalta el ex escolta nacido en Arrecifes. ¿Se te presentó la posibilidad de dirigir? Sí, pero después de más de veinte años de carrera elijo estar más tranquilo, disfrutar con la familia, estar con ellos, ayudarlos en sus vidas, con sus progresos. Hace un tiempo tuve la intención de dirigir, se me pasó por la cabeza. Pero si no lo hice fue por plena decisión propia Finalizada tu etapa de jugador, incursionaste en el ámbito periodístico como comentarista en radio, ¿Cómo fue esa experiencia? En el ambiente del básquet no es descabellado que un jugador quiera identificarse a lo largo de su vida con un sólo equipo. Pasa en la NBA, en la Euroliga, hasta en la nuestra, la Liga Nacional de Básquet (LNB). Ojo, no son muchos los que lo anhelan y son pocos los que lo consiguen. Eduardo Dominé pertenece al grupo de los basquetbolistas sedentarios. Por sus venas corre sangre roja, blanca y negra, los colores de Quilmes de Mar del Plata. El club es su vida, tanto es así que lleva su escudo tatuado en un brazo. Eduardo Claudio Dominé nació el 25 de febrero de 1968 en Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Su pasión por el básquetbol comenzó muy de chico, con apenas cuatro años. “Mi hermano mayor ya estaba jugando, tenía nueve o 10 años, y yo arranqué yendo con él. En ese momento no había categoría premini, entonces yo tiraba en un arito que había en un costado, que me llegaba a la altura de la cabeza. Así empecé a jugar durante los entrenamientos. Y después, cuando nos vinimos a vivir a Mar del Plata, más o menos a los 10, mis viejos pusieron una pizzería a una cuadra del club Quilmes. Y así seguí ligado al básquet”. En ese momento, no existía la LNB y Quilmes jugaba como preliminar en Primera. “Mientras mi hermano y mi viejo instalaban el negocio, yo me iba a ver partidos de preinfantiles a Quilmes. Todavía era Mini. Hice todo el proceso de inferiores, de las selecciones de Mar del Plata y Provincia de Buenos Aires”, destaca Dominé haciendo hincapié en su etapa formativa. A pesar de tu eterna identificación con Quilmes, un día tuviste que decidir por cambiar el confort y aceptar otro desafío, ¿Cómo fue la decisión de pasar a Obras? Por primera vez en 28 años de vida decidí cambiar de aire.Tenía que tomar otro desafío en un momento importante de mi vida deportiva. Las condiciones se dieron así. Uno cuando tiene una carrera se le presentan varias opciones. Quería quedarme en Mar del Plata, pero decidí instalarme en Capital y hacerle frente a otro reto. Y te convertiste rápidamente en un referente… Por suerte en mis 7 años en Obras me trataron muy bien, como si hubiese surgido ahí. La gente valora lo que uno transmite como jugador y persona. Además me tocó integrar planteles con muchos jóvenes, donde yo era de los más grandecitos (risas). Dominé está casado con Silvana. Llevan más de 20 años juntos y tienen tres hijos: Aldana (16), Martina (15) y Matías (8). Todos hacen deporte. Aldana y Matías juegan al básquet y Martina al hockey. Siempre priorizó la familia y los afectos antes de tomar una decisión sobre su carrera.
“En el 91 vinieron desde Italia a buscar jugadores, me vieron jugar y quisieron llevarme. Pero me sentía muy cómodo en Quilmes y no tenía la misión de cruzar al viejo continente. Disfrutaba la LNB. Simplemente no ví la posibilidad de irme. En el 97 volvieron a buscarme de Italia y se sumaron clubes de España, pero me quedaba un año de contrato en Obras y quise cumplir con el club”, resalta el ex escolta nacido en Arrecifes. ¿Se te presentó la posibilidad de dirigir? Sí, pero después de más de veinte años de carrera elijo estar más tranquilo, disfrutar con la familia, estar con ellos, ayudarlos en sus vidas, con sus progresos. Hace un tiempo tuve la intención de dirigir, se me pasó por la cabeza. Pero si no lo hice fue por plena decisión propia Finalizada tu etapa de jugador, incursionaste en el ámbito periodístico como comentarista en radio, ¿Cómo fue esa experiencia? Estuve tres años viendo y comentando básquet, es lo que más me gusta y es mi pasión. Estoy analizando si continuar. Es una profesión donde uno deja todo, se hace con mucho sentimiento. Lo disfruté y me ha ido bien. El ex escolta de 1,85m, máximo triplero de la LNB con 1945 triples hasta noviembre del 2014, superado por Leonardo Gutiérrez, es uno de los máximos ídolos que tiene Quilmes en su historia y por el cual el club ya decidió retirar el número de su camiseta (Nº4). Es más, el 14 de diciembre del 2014, el Cervecero lo agasajó con el lanzamiento de la filial “Eduardo Dominé”. Quilmes no ha conseguido ningún título de LNB en 26 años de historia desde que se instaló el nuevo formato de liga (1990), siendo la temporada 91-92 la primera que disputó el club en primera división. ¿Cambiarías tu prestigio en el club por un título? Uff, mirá yo no gané ningún título y así y todo considero que he tenido una linda carrera. Las cosas tienen un por qué y un algo que ver. Si se logra un título es por el trabajo del club, de los dirigentes, del equipo. Hay que apostar a la unidad, a las divisiones formativas y a jugadores referentes que te representen. Pero creo que hay situaciones que van más allá de las políticas de un club. No es fácil resistir a la LNB y lo de Quilmes, en ese sentido, es muy valorable. Está siempre. Siguiendo con esta línea de apostar, ¿Lo harías por este formato de LNB? Los dirigentes de la LNB están probando una liga al estilo NBA, con tres o cuatro partidos por semana, donde hay equipos que viajan mucho y no pueden hacer frente al presupuesto que eso demanda. Habría que ver el resultado de acá a un par de años si es positivo o no. El problema es que en Argentina hay muchos equipos en la LNB, pero no alcanzan los jugadores nacionales de primer nivel para completar todas las fichas, por eso también se sigue intentando con los extranjeros para reforzar los equipos. Lo que intentan es cambiar y probar, pero van tapando parcialmente los agujeros. Eduardo Domine eligió a Mar del Plata como su lugar en el mundo, y a Quilmes como sus colores. Pero además de realizar una vida de familia, comentar algún partido por la radio, es muy solidario con el deporte que le permitió destacarse. Habitualmente da charlas y ayuda con ropa y elementos a los equipos de basquet asistido, sobre todo al equipo que juega en APAND. Un emblema de gratitud hacia un club, una ciudad y un deporte. -
CORTAS Y AL PIE ¿CÓMO TE VEZ, BOCA? Finalmente, durante el mes de diciembre, Boca gozó del buen juego y logró cuatro victorias al hilo - San Lorenzo, Racing, River y Colón - para terminar de la mejor forma un año irregular. Nunca, en la historia, había conseguido ganar tres clásicos de forma consecutiva y esto le sirvió para llegar, antes del receso de fin de año, a la cima del campeonato. El equipo que dirige Guillermo Barros Schelotto logró tener funcionamiento de mitad de cancha para adelante, pasajes de muy buen fútbol y sobre todo una ofensiva letal con 14 goles marcados en los últimos cuatro enfrentamientos. Basado en sus líderes y en los referentes del plantel, Carlos Tévez y Fernando Gago, el ¨Xeneize¨ pareció encontrar la base del equipo. Pero el Mundo Boca es vertiginoso, sorpresivo y sorprendente. Porque en el mejor momento colectivo, uno de sus ídolos le puso... ¿fin? a su carrera en la institución. Luego de la gran victoria conseguida en el Monumental, ante su eterno rival, el ¨Apache¨ había dejado la puerta abierta a los rumores sobre su posible salida del club. El nuevo destino era China, el Shangai Shenhua más precisamente. Y finalmente, Carlitos le dijo sí a la tentadora oferta. Según comunicaron medios de ese país, cobrará una cifra cercana a los 40 millones de dólares por cada una de las dos temporadas. El jugador expresó que su salida es producto de la intranquilidad, la presión y el modo en que se vive y se consume el fútbol en la Argentina. Lo cierto es que Boca no va a disputar copas internacionales este año, y solo le queda la mitad del campeonato y la Copa argentina, quizás algo poco tentador y seductor para un jugador con la trayectoria del Jugador del Pueblo. Tévez le puso fin su segundo paso en Boca. ¿Será el último capítulo? ¿Habrá una tercera parte de la historia en el club? El hincha de Boca puede permitirse soñar a futuro, porque el contrato que firmó el jugador tiene una opción que contempla que si no se siente cómodo hasta noviembre puede volver. Son dos años de vínculo con una opción de vuelta para dejar el fútbol o para continuar jugando en el club de la Ribera. Pero esa decisión solo va a pasar por el jugador. Por su parte, a Guillermo le queda reacomodar el equipo y modificar algunas cuestiones estratégicas para que el funcionamiento logrado no pierda fluidez. ¿Podrá suplir la ausencia del 10? ¿Traerá un enganche o cambiará nuevamente el sistema táctico? Es un interrogante. Como también es una interrogante si la salida del 10 puede descomprimir la presión y exigencia que tiene y sufre el plantel. A Boca se le va un jugador que todo lo puede, que tuvo un año irregular, pero que fue fundamental, junto a Gago, en la última levantada antes de que termine el año. Tévez es Tévez, en Argentina, en China y en todo el mundo. Pero el Mundo Boca es vertiginoso, sorpresivo, sorprendente. Veamos si el técnico logra imponer su impronta, su sello, su estilo. Y veremos si el plantel está capacitado para conseguir campeonatos sin su máxima estrella. Martinez, Edgardo
EL MEJOR REFUERZO, YA ESTÁ EN EL BANCO
#LaBandaSigue Marcelo Gallardo ha transformado a River en un equipo protagonista desde su llegada, a mediados del 2014. Con el muñeco al mando, el Millonario logró conquistar 6 títulos en estos dos años y medio, aumentando el nivel de exigencia al máximo. Este último semestre, el equipo alterno entre buenas y malas. El torneo local sigue siendo una cuenta pendiente para el entrenador. A pesar de ello (y de no brillar futbolísticamente como el entrenador hubiese querido) ha logrado alzar las dos copas que disputó (Copa Argentina y Recopa Sudamericana). El desafío que afronta el Millonario para este 2017 volver a conseguir esa identidad que lo supo caracterizar en el inicio del ciclo Gallardo y usarla como base para intentar conseguir nuevamente la Copa Libertadores, el certamen más importante que afrontará este año. Por otro lado deberá mejorar su rendimiento en el torneo doméstico, si es que quiere aspirar a conseguir el único torneo esquivo de la era Gallardo. La tarea principal de esta CD será conservar al plantel de este último semestre. En especial a su dupla goleadora, Sebastián Driussi y Lucas Alario, quienes llevan 27 goles entre los dos, sobre los 37 que anotó River entre Torneo, Copa Argentina y Recopa Sudamericana. Este último posee un promedio de gol envidiable desde que llegó a la institución de Núñez: 0.54 goles por partido. Sin dudas, este último es el As de espadas de Gallardo, pero por otro lado, también va contar con la difícil tarea de reemplazar a Andrés D’alessandro, generador de juego del equipo en todo el 2016. A su vez el cabezón le ofrecía la posibilidad de recostarse sobre la banda y colaborar en ese sector, por lo que su reemplazo no es nada sencillo. Aunque el mercado de pases para el inicio de la nueva competencia es muy acotado, ya que solamente se pueden realizar dos incorporaciones, River va a contar con la presencia de dos jugadores que han disputado muy pocos minutos o que ni siquiera lo han hecho, como Marcelo Larrondo y Luciano Lollo. El ex Racing podrá ser una pieza clave en la nueva confección de la defensa, punto más flojo en este semestre, provocando un total de 22 goles recibidos sobre misma cantidad de partidos. Igualmente, la incorporación más valiosa fue anunciada en diciembre, luego de algunas idas y vueltas, cuando se confirmó la continuidad al frente del plantel profesional de Marcelo Gallardo, quien, a causa de su ambición y amor por el club, decidió continuar durante un año más, convirtiéndose así en el mejor refuerzo que puede pedir el elenco de Núñez.
#Rumbo a Shanghái
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