Una historia con muchas vidas: EL FERROCARRIL EN BRAÑUELAS

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Emilio Suárez García

Una historia con muchas vidas:

EL FERROCARRIL EN BRAÑUELAS



UNA HISTORIA CON MUCHAS VIDAS: EL FERROCARRIL EN BRAÑUELAS



Una historia con muchas vidas:

EL FERROCARRIL EN BRAÑUELAS

Emilio Suárez García



A Guillermo Suárez, David García, Mariano Nuevo, mi padre y tíos a quienes recuerdo con mucho cariño; a mi primo Gonzalo Macía y a todos los ferroviarios de Brañuelas que dejaron parte de su vida trabajando en distintas dependencias del ferrocarril, desarrollando trabajos no siempre comprendidos, en pro del progreso de mi pueblo. A todos los vecinos de Brañuelas que han colaborado para ver hecha realidad una obra cuya meta ha sido homenajear a toda la familia ferroviaria.



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Prólogo Cuando Emilio Suárez García, el autor de este texto, me propuso prologar su libro sobre el ferrocarril y Brañuelas sentí un gran honor y una gran responsabilidad. Por un lado, sentí el honor de que alguien como él, con una pasión desbordada por el ferrocarril y un amor sin fin hacia su pueblo, confiase en mí y valorase mi opinión hasta el punto de hacerme partícipe de su trabajo sobre la vida de Brañuelas en torno al ferrocarril. Por otro, la responsabilidad de responder a lo que la obra merece, porque no es fácil estar a la altura de la pasión y del conocimiento que Emilio tiene sobre el ferrocarril y alcanzar el punto de cariño que pone en su trabajo. La verdad es que tampoco entiendo la razón por la que Emilio pensó en mí para este prólogo; será porque sabe de mi interés por el ferrocarril, del que hemos hablado muchas veces, y porque compartimos vivencias en torno a los trenes y a la minería del carbón. Evidentemente, hay puntos comunes entre nosotros, pero también hay diferencias. En mi caso, el ferrocarril era el de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, que pasaba apenas a 20 metros de mi casa. El pitido de las máquinas de vapor y el sonido del silbato de los revisores del “correo” o del “mixto” permanecen de manera imborrable en mi memoria y muchos de mis recuerdos giran en torno a estos trenes: mientras guardábamos las vacas, de niños jugábamos a adivinar el número de la máquina que se acercaba o cuántos vagones arrastraba; más adelante, los viajes a Ponferrada al Instituto, el frío, la carbonilla, los billetes de cartón, la cartilla de familia numerosa y todo lo que acompañaba al ferrocarril de vapor, incluida la pareja de la Guardia Civil. Con esta base, y salvando las escalas, creo que puedo entender el alcance de lo que el ferrocarril supuso para Brañuelas y que muy bien expone el autor en este libro. Las páginas que siguen nos llevan de la mano a un viaje que va desde la llegada del ferrocarril a Brañuelas hasta la actualidad. En otras palabras, nos transportan desde una cierta nostalgia por el vapor, con su toque de


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romanticismo, hasta la decadencia y los mínimos servicios que hoy presta el ferrocarril en esta localidad, como en muchas otras. Por el medio, todo un mundo de cambios tecnológicos en el propio ferrocarril, de profesiones altamente especializadas vinculadas a la actividad ferroviaria, de inmigración, de hacinamiento en las viviendas, de prosperidad económica y de cambio social, incluyendo aquí la necesaria convivencia de propios y ajenos, con sus encuentros y desencuentros. Es decir, una auténtica revolución en un pueblo que, como tantos otros, cuando el ferrocarril llegó a su término, contaba con unos pocos recursos agrícolas y ganaderos que apenas si daban para superar el umbral del autoabastecimiento. Pero este texto es mucho más que ferrocarril. Para mí, lo fundamental del libro son las personas y, con ellas, la vida. Una vida, efectivamente, en torno al ferrocarril, marcada por el paso y el pitido de los trenes, pero vida, al fin y al cabo, con sus sinsabores, sus contrariedades y también, por supuesto, con sus alegrías, que para eso estaban las cantinas y las fiestas. Así, por estas páginas pasan personas, personajes y anécdotas, pero también queda claro que aquel mundo ferroviario era un buen caldo de cultivo para que surgieran la solidaridad y el compañerismo. Emilio, al escribir, huye de lo erudito, de intentar demostrar que sabe, pero sabe de lo que habla, y se le nota. Está claro que ha captado perfectamente la importancia y la trascendencia que el ferrocarril ha supuesto en la promoción económica y en el dinamismo social de aquellos territorios en los que se implantó, ya se trate del Transiberiano, del Indian Pacific, del The Ghan o del Orient Express; en este sentido, aunque hable de Brañuelas, lo que nos relata el autor va más allá, trasciende la escala local y adquiere una dimensión mucho más amplia. Aunque podría hacerlo, porque tiene formación y capacidad para ello, el autor no pretende ponerse en un plano académico, dando al tema un tratamiento neutro, distante y frío. Todo lo contrario, Emilio se implica desde el primer momento, sin esconder nunca su opinión ni sus sentimientos. Así, los párrafos en los que expresa su atinada opinión son numerosos. Por su parte, los sentimientos que deja aflorar son claros y diáfanos y las páginas en las que los manifiesta constituyen para mí la espina dorsal de este texto. Tengo la sensación de que Emilio se puso a escribir como quien está hablando, narrando en un filandón, y el resultado es un texto escrito con fluidez y que se sigue con facilidad. Por otra parte, este estilo encaja perfectamente con el Emilio que conocí como alumno de Geografía, interesado en todo,


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abierto a aprender y con el que las conversaciones sobre el ferrocarril y sobre otros muchos temas de actualidad podían ser largas y siempre provechosas. Pero este libro también es reivindicativo. Emilio no se limita a evocar el pasado, como decimos, sino que además lanza una llamada a la cordura y al sentido común para no perder lo que, material e inmaterial, permanece hoy en Brañuelas relacionado con el ferrocarril. Es una clara reivindicación de lo intangible, de la memoria (recordar para no olvidar de dónde venimos), pero también es una demanda para que se otorgue el valor patrimonial que les corresponde a los elementos vinculados al ferrocarril que han sobrevivido; estos bienes, adecuadamente gestionados, pueden ser un importante recurso para Brañuelas, del modo que lo son ya para otros lugares, puestos por el autor como ejemplo. La llamada ahí queda; Emilio y Brañuelas esperan la respuesta. José Cortizo Álvarez

Geógrafo. Departamento de Geografía y Geología de la Universidad de León



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1.- El hombre se mueve Según los datos aportados por el análisis de la evolución humana, el hombre comienza a considerarse como tal en el momento que desciende del árbol, se incorpora, comienza a andar sobre dos piernas y a utilizar los brazos como herramientas para obtener los recursos que le permitían sobrevivir. Se hace nómada y se mueve para encontrar los lugares de caza, cuevas en las que cobijarse, fabrica armas y herramientas y construye sistemas de vivienda con los materiales autóctonos en cada lugar. Desde aquel momento, se mueve, descubre nuevos lugares, huye de las inclemencias del tiempo y de las catástrofes geológicas a las que la tierra se ve sometida: movimientos orogénicos, volcanes, terremotos, glaciaciones, regresiones y transgresiones de los océanos, motivadas por los periodos de deshielo. Se desplaza desde sus orígenes en el continente africano, y se extiende por el resto; en un principio, en sus desplazamientos lleva sobre sus hombros las armas, los enseres para acampar y alimentos para subsistir, hasta que es capaz de domesticar animales que hacen parte de estos trabajos, caballos, camellos, renos y otras especies características de cada región, a los que va dotando de elementos periféricos de carga, carros, trineos, diligencias, carromatos ... Analizando la evolución del pensamiento humano, comprobamos como van inventando sistemas que le permiten desplazarse cada vez más rápido y cómodo. Así pasan de usar la fuerza bruta arrastrando los materiales que usaba, a utilizar troncos redondos que le permitía trasladar las mismas masas con menor esfuerzo. Cuando pasa el tiempo y el hombre se hace sedentario, fija un territorio, normalmente al lado de los grandes ríos (Nilo, Tigris, Éufrates, etc.), y se dedica a la agricultura, no abandona la caza, pero va y viene a su choza o caverna cada día con las piezas conseguidas. Surgen así los primeros asentamientos humanos, primeras ciudades ubicadas en distintos puntos de la geografía universal, y se da cuenta de la necesidad de comunicarse para


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intercambiar productos, menester para el que necesita organizar caravanas con los medios del momento, camellos, caballos, y más tarde carruajes que van siendo de mayor tamaño a medida que pasan los tiempos. En su afán por facilitarse el trabajo, discurre sistemas mecánicos como los planos inclinados y troncos que mejoran el deslizamiento. Vemos como las grandes construcciones egipcias, babilónicas y grecorromanas, se realizan con aportes de grandes masas rocosas, trasladadas en bruto desde las canteras hasta el punto de ejecución de la obra, usando troncos a modo de rodillos sobre los que deslizan los materiales, tirados por gran número de esclavos o con tracción animal. Sigue investigando, y se da cuenta del gran desgaste de energía que supone el deslizamiento sobre aquellos troncos, que podría subsanarse con un elemento con menor superficie de rozamiento; acorta la longitud del rodillo hasta un espesor más delgado, que cumple la misión encomendada,... ¡Había descubierto la rueda! Este elemento tuvo pronto muchas aplicaciones, carros tirados por animales para el transporte de personas y mercancías, tornos para trabajar la cerámica con mayor rapidez y precisión, molinos, máquinas de guerra, etc. Piensa el hombre, como decimos, en la necesidad de usar estos elementos para desplazarse y trasladar mercancías; al descubrir la rueda, comienza a aplicarla a carruajes que le van a permitir cumplir con mayor comodidad ambas funciones, son los primeros pasos en los transportes, se habían inventado las “agencias” de este medio; pasarán algunos siglos hasta que aparezcan las máquinas con tracción mecánica, pero ya se mueven grandes masas de mercancías en carromatos. Las primeras civilizaciones, fabrican sofisticados artilugios usados como máquinas de guerra que trasladan en las contiendas con distintos tipos de tracción, caballos, elefantes o los propios humanos esclavizados. A medida que nos adentramos en las edades Media y Moderna, van fabricándose distintos tipos de carruajes que cumplen variados cometidos en función de las necesidades en cada momento, desde el transporte de productos agrícolas y personas, hasta los pesados cañones utilizados en las frecuentes guerras entre pueblos. Siguen los humanos moviéndose, se relacionan, establecen intercambios comerciales y usan para ello distintos métodos, desde las grandes caravanas de camellos, a los transportes fluviales, el mar y los terrestres con vehículos dotados de elementos de rodadura. En cada caso, se van investigando medios


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adaptados a la infraestructura utilizada; pero lo cierto, es que en estos últimos la rueda resulta elemento esencial en la composición del carruaje. Surgen otros tipos adaptados al medio como los trineos, sistemas utilizados en la actualidad, pero solamente en aquellas regiones con abundante precipitación de nieve y bajas temperaturas, facilitando con ello una infraestructura natural y estacional, no posible si se carece de nieve o hielo.



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17.- Índice Prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 1.- El hombre se mueve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 2.- El Ferrocarril. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 3.- El Ferrocarril en España. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 4.- El ferrocarril en Brañuelas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 5.- Primera etapa. 1855-1949. Llegada del ferrocarril a Brañuelas.. . . . . . . . . . 37 5.1.- Primeras locomotoras de vapor en Brañuelas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 5.2.- La necesidad de agua. Las Aguadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 5.3.- Recursos humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 5.4.- Accidente en Torre del Bierzo, 3-1-1944. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 5.5.- Conclusiones sobre el accidente.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 5.6.- Vecinos de Brañuelas entre las víctimas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 6.- Electrificación de la rampa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 7.- 1949-1955. Segunda etapa. Electrificación de León-Brañuelas-Ponferrada. . 97 8.- 1955-2017. Tercera etapa. Decadencia ferroviaria en Brañuelas. . . . . . . . . 107 9.- Las “SANTA FE” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 10.- Los Ferroviarios de Brañuelas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 10.1.- Personal de vía y Obras-Guardabarreras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 10.2.- Personal de Estaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 10.3.- Personal de Tracción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 10.4.- El Equipo de Electrificación.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 10.5.- Personal de Material Móvil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 10.6.- Personal de Trenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 10.7.- Personal de Guardería Jurada.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 10.8.- Personal de Talleres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 11.- Fiestas y conmemoraciones.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 12.- El ferrocarril en Brañuelas en la actualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 13.- Distintivos y uniformes ferroviarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 14.- Las últimas generaciones de ferroviarios en Brañuelas.. . . . . . . . . . . . . . . 181 15.- Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187


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6.- Anexos-datos de interés, documentos, planos y fotografías.. . . . . . . . . . . . 1 16-1.- Nombres de los túneles entre Brañuelas y Torre del Bierzo.. . . . . . . 16-2.- Datos históricos del ferrocarril en la provincia de León, afectando a Brañuelas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16-3.- Fotografía aérea de Brañuelas (1934) y Porqueros (1947).. . . . . . . . 16-4.- Esquema de vías de la estación de Brañuelas.. . . . . . . . . . . . . . . . 16-5.- Planos de edificio de estación y dormitorio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16-6.- Plano de la traza del ferrocarril entre Brañuelas y Torre del Bierzo -Bajada del puerto de Manzanal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16-7.- Documento fotográfico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17.- Indice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18.- Bibliografía y fuentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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18.- Bibliografía y fuentes Aguilar, I. (1995). Descripción del accidente ocurrido el 3 de enero de 1944 a tren correo 1421 en el interior del túnel 20 sito en el k 2237700 de la línea de Palencia a La Coruña. (Informe propio). Allen P. y Wheeler R. (1987). Stean on the Sierra (Vapor en la Sierra). Aldaba Ediciones, FFE. Madrid ,p 13-24. Archivo de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Archivo Fotográfico del Aeródromo Militar de León. Blanco, A., Mangas, J., Martín, JL., Valdeón J., Domínguez, A.; Aróstegui, J.; Tuñón M.; Fusi, J.P. y otros (1989). Historia de España. Historia 16. Información y Revistas, S.A. Madrid, 1303 p. Casado, J. (1944). Uniformes ferroviarios. Revista Ferroviario”. Nº 38, p. 3-4. Madrid. Fernández, F. (2014). Historia de la Tracción vapor en España, Tomo VI. Proyectos Editoriales S.L. Madrid, p.11 y 19. Fundación de los Ferrocarriles españoles, (1994). Del Vapor al AVE, Electa, Madrid, 221 p. Hamilton C. (1981). Historia de los Trenes. (Título original: The Lore Of The Train)). Ediciones R. Torres. Heraclio Fournier, Vitoria 240 p. Lago, X. (2015). Las locomotoras de vapor en la Región del Bierzo. obierzocelibe.blosgspot.com.es


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López, P.; Puértolas, A.; Caballero, J.M.; Carandell, L.; Barrón I. (1999). Viajeros al tren- Cien años de fotografía y ferrocarril. Lunwerg Editores, S.A. Madrid, p. 8-9. Memoria del Consejo de Administración. Junta General de Accionistas del 26 de Mayo de 1872. (1872).Ed. Manuel Hernández. Madrid, p. 18-19-22. Quintana, F.J. (2011). Apuntes de historia. Apuntesdehistoriablogspot.com. es. Reglamento de Régimen Interior. Renfe, 1962. Reglamento General de Circulación. 1982. Renfe, Madrid, p. 34-36. Revista Obras Públicas (O.P.). (1857), Tomo1, p. 20. Revista Obras Públicas (O.P.). (1955), Tomo 2884, p. 394-396. Suárez, C. (2016). Al Norte del Manzanal. Aproximación a la historia, habla y costumbres. Ed. Victoria. Sevilla, p. 158-159. Velando, F.; Martínez, M.; Martín, L.: Quintero, I.; Mansilla, H.; Arguelles, A. (1973). Memoria Mapa Geológico de España-Hoja 149, IDEAL, Madrid. p. 5-6.


Este libro se termino de imprimir en Madrid el 27 de julio de 2017


Con la colaboración de las juntas vecinales de Villagatón y Brañuelas

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)» © de los textos: Emilio Suárez García © de las fotografías: sus autores © de la edición: EOLAS EDICIONES Diagramación y portada: contactovisual.es ISBN: 978-84-16613-79-3 Deposito legal: LE-285-2017 Impreso en España - Printed in Spain



Estación de Brañuelas en la década de los 80 con la marquesina original.

BRAÑUELAS, un pueblecito de corta historia, formado por unas decenas de “brañas” pobladas por gentes sencillas llegadas desde las vecinas poblaciones, para aprovechar los pastos de los verdes valles regados por cristalinas aguas que afloran en sus laderas. Gentes dedicadas a cuidar ganados y labrar las pocas tierras que permitía la geomorfología del lugar. Nuestro pueblo, cuyo territorio sería elegido para acoger la traza del ferrocarril que uniría la capital de España con las principales capitales gallegas, iba a experimentar una serie de cambios en sus costumbres, labores y relaciones sociales, a partir de las últimas décadas del siglo XIX. Primero con las obras para la construcción de la línea proyectada y más tarde con el asentamiento de lo que llegó a ser un gran núcleo estratégico y logístico a nivel ferroviario; siendo a su vez, reclamo para la localización de distintas empresas relacionadas con la minería del carbón. En pocas decenas de años, pasó de ser aquel pueblo dedicado únicamente al sector primario, a participar en las diversas actividades que conllevaban otras industrias y servicios. Su población se incrementó triplicando el espacio urbano original hasta llegados los años 60 del siglo XX, en el que la emigración, el automatismo y modernización de los distintos sectores interrumpió la tendencia del progreso en Brañuelas. Hoy solo queda el recuerdo para aquellas gentes que contribuyeron con su trabajo, para que durante aquel centenar y medio de años nuestro pueblo fuera una residencia ferroviaria de notable importancia; y tal vez ese recuerdo permita mover la imaginación de nuevos emprendedores capaces de cambiar la pendiente de la tendencia.

Ayuntamiento de Villagatón


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