Alfonso GarcĂa
Leyendas y tradiciones de GordĂłn
Leyendas y tradiciones de GordĂłn Alfonso GarcĂa
Presentación Los compromisos adquiridos con uno mismo son, a mi juicio, los más importantes. Había adquirido, en silencio y desde la juventud, algunos con mi tierra natal y de querencia, sin abanderamientos, dogmas ni apropiaciones. He cumplido lo que me había propuesto con cuatro libros, más uno inédito, y diversos artículos dispersos en periódicos y revistas, además de pregones y conferencias. El ciclo, tal como lo había dibujado mentalmente, aunque añadiendo algunas referencias coyunturales, se cierra con este libro, tal como había apuntado en la nota 7 de Motes colectivos de Gordón: «… Posiblemente sean objeto algún día, junto con otros nuevos textos, de una publicación que se titule Leyendas y tradiciones de Gordón, con la que, seguramente, quedará cerrada mi aportación a esta tierra, a la que también he dedicado varias docenas de artículos sueltos». Este es el libro y el cierre de mi ciclo gordonés. Dado su carácter divulgativo, uno de los propósitos que me marqué inicialmente, no entraré en ninguna otra cuestión, como podría ser intentar trazar las fronteras, a veces muy débiles, entre leyenda y tradición. El sustrato que las apoya reside en la pasión por contar de nuestros antepasados, de explicar lo que no podían hacer de otra forma, de fabular una historia, seguro que magnificándola, durante, en algunos casos más que en otros, varias generaciones. Esta es su gran riqueza. Y aunque en estas 5
páginas se ofrezca la lectura de un texto de cada uno de los pueblos que forman parte en la actualidad del Municipio, en todos ellos hay muchas más fabulaciones. Ojalá alguien se decida algún día a ampliar las aquí propuestas, con la advertencia evidente de que la cadena de la oralidad está tocando fin. El envejecimiento de nuestros pueblos lleva, inexorable y desgraciadamente, a su desaparición, a no ser que determinadas tomas de decisión, difíciles, permitan revertir la situación. Parte de esa palabra común e histórica queda atrapada en estas páginas, que no otra era la intención, para evitar así su pérdida definitiva. Todo el proceso de recopilación mostrado después en las diversas manifestaciones de letra impresa tiene el poso de medio siglo, tiempo durante el cual he recorrido, una y otra vez, el territorio. Al placer de caminarlo se unió, sobre todo, el de conversar tranquila y sosegadamente con los gordoneses en este largo espacio de tiempo. Distintas generaciones y circunstancias. Siempre el placer de hablar y compartir. Estos encuentros fueron para mí la gran lección, el verdadero aprendizaje, el auténtico placer. Quede aquí mi agradecimiento, que supera el resto de las circunstancias y deudas. Ha sido un viaje maravilloso. En todos los sentidos. Alfonso García Rodríguez Santa Lucía de Gordón, 1 de Marzo de 2019
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El panadero que amasó oro «… se alza un gran macizo rocoso, de caliza, con abundantes cuevas naturales, sobre el cual asiéntanse ya solamente los cimientos de lo que fue el celebérrimo castillo de Gordón». (José Mª Luengo. Monumentos Militares Leoneses. El Castillo de Gordón)
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osé Mª Luengo traza brevemente la historia del Castillo de Gordón, que se levantó en Los Barrios, y subraya el gran papel que jugó «en la defensa del Puerto de Pajares, montrándose inexpugnable a los ataques de las formidables huestes de Almanzor». Poco después del siglo XIII «nada más se sabe de esta fortaleza en el transcurso de los otros siglos hasta el momento actual». Y añade: «El Sr. Gómez Moreno dice que conócese que el castillo fue destruido violentamente. Tal vez lo fuera en 1811 cuando la regencia del reino mandó volar todas las fortalezas interiores para que no pudieran sufrir nuevas ocupaciones por las tropas francesas. Si esto dio en tierra con sus muchos próceres, la imbecilidad de los ilusos, incultos y vandálicos buscadores de tesoros han terminado la desoladora labor». 7
En 1925 Marcelino Fernández y Fernández, catedrático ovetense que veraneaba en La Pola, deja sus impresiones viajeras por estos parajes gordoneses en Por tierras de León. En Los Barrios visita a D. Antonio Álvarez, cura entonces de la localidad. Al margen de la descripción tan jugosa de su casa, «que es típica», cuenta que «el párroco nos refiere que hay en la parroquia restos de dos antiguos castillos y de una gran cueva que la tradición refiere a los moros, asegurando que en esta dejaron escondidos ricos tesoros. Añade que es creencia general que acerca de todo esto hay un documento que se conserva en el Archivo de Simancas; pero que a él todo esto le parece una trola». Sin embargo, al autor asturiano de este viaje le aseguran más tarde que Florentino Martín, de La Pola, conserva una copia del documento referido, adquirido en 1865 de un tal Calzaduras. Lo transcribe: «En Los Barrios de Gordón antes de entrar en ellos existe una peña de bastante elevación y en la cumbre hay un castillo y por debajo de dicho castillo hay entre otras una cueva que su entrada es de una estarea en todas las dimensiones y su entrada es el este por la que bajarás con bastante precaución. Su bajada hasta el primer descanso es de nueve estareas 9 y continuarás bajando con mucho cuidado y luego que hayas bajado 14 estareas verás cómo la cueva toma su derición hacia el poniente. Por lo que andarás como unas cuatro estareas toparás y en su centro cabarás cinco codos de hondo y cuando creas tener los cinco codos de tierra cabados tomarás muchas precauciones y mucho cuidado allegar las herramientas a la tapa del arca es de hierro mide medio cuarto de estarea en todas sus dimensiones las que encierra un tesoro de inestimable valor en ella hallarás un pavo todo de oro hallarás bandejas jaras y vasos todo 8
de oro macizo y todo al servicio de una cocina también de oro y una suma considerable de onzas de oro acuñadas y por si algún día puedes rescatarlo dejamos estos datos para que puedas bajar hasta él y cogerlo no dejes de hacer cuanto este escrito manda» (Sugiero al interesado leer el testimonio de Felipe Argüello Sabugal reproducido en la página 334 de Leyendas de Tradición oral en la provincia de León, de José Luis Puerto). Es verdad que a los moros se refieren la mayoría de las leyendas vinculadas al castillo. La que más raíces echó la cuenta Matías Díez Alonso en Mitos y leyendas como «La odalisca encantada en el castillo de Gordón». Es verdad que, al ser destruido, las preocupaciones en torno al mismo siguieron otros derroteros o centraron nuevos intereses, fundamentalmente relacionados con el documento, real o ficticio, que describía con cierta precisión el lugar donde se encontraba el magnífico tesoro. Fueron muchos los «buscadores de tesoros», como los llama José Mª Luengo, los que removieron muros, piedras y malezas, los que se internaron tímidamente en algunas de las cuevas que siembran aquel entorno. Pero siempre, al parecer, el temor era más fuerte que la esperanza. Vaya usted a saber. O las creencias menos sólidas que las infinitas fantasías que recorrían aquellos caminos. O que la desmemoria se fuese afianzando a medida que pasa el tiempo sin ver surgir ningún síntoma para las esperanzas. Pero… Todas las leyendas y tradiciones tienen algún pero. O muchos, nunca se sabe. 9
«Por el año de 1865», según dejó escrito Marcelino Fernández, ocurrió algo extraordinario. El protagonista fue Gabriel Gutiérrez, panadero de profesión. Cuentan —y la memoria, por cercana, estaba aún viva— que nuestro hombre mejoró repentina y notablemente su posición económica. Mejoró su negocio, vivió con más soltura el día a día, construyó una magnífica vivienda… y, según cuentan algunos, extremo que de ningún modo se ha podido confirmar, dedicó algunos dineros al incipiente negocio de la minería del carbón. Según él mismo explicó a los más allegados —ya se sabe, la noticia secreta siempre tiene voces que la multiplican—, todo se debía al tesoro de la cueva del castillo. En ella permaneció varios días y de ella salió con varias barras de oro. Aquí debería poner el punto final de la historia, como tradicionalmente se ha hecho, a pesar del escaso conocimiento que de este hecho se ha tenido. Pero… El pueblo trunca a veces leyendas y tradiciones en un punto determinado de la narración con el fin de resaltar su lado o aspecto más amable. Así ocurrió, al parecer, en esta ocasión, según me cuenta un hombre, ya anciano, cuya identidad evitaré, que asegura decir toda la verdad, aunque con cierto recelo y casi en voz baja. A Gabriel Gutiérrez no le fueron tan bien las cosas como dicen. Bien por su mala cabeza, acaso por no haber medido bien los 10
gastos, puede que por simple avaricia. El caso es que decidió volver a aquella cueva llena de riquezas. Y lo hizo, pensando que allí encontraría la dicha definitiva. Entró. Nunca más se supo de él. Se sospecha que allí quedó atrapado para siempre. Hay quien dice que durante tiempo se oyeron suspiros y lamentos. El silencio y el temor han puesto la barrera definitiva a los buscadores de tesoros. Un misterio que aún espera el final de esta historia, si es que tiene otro distinto. O nuevos detalles que la enriquezcan. Posiblemente el lector tenga alguna clave.
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«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)» © de los textos, Alfonso García. © de la edición, EOLAS EDICIONES. Diseño y maquetación: contactovisual.es Fotografía de portada: Alfonso García ISBN: 978-84-17315-69-6 Depósito legal: LE 127-2019 Impreso en España - Printed in Spain
El sustrato que apoya estas Leyendas y Tradiciones reside en la pasión por contar de nuestros antepasados, de explicar lo que no podían hacer de otra forma, de fabular una historia, seguro que magnificándola, durante, en algunos casos más que en otros, varias generaciones. Esta es su gran riqueza. Y aunque en estas páginas se ofrezca la lectura de un texto de cada uno de los pueblos que forman parte en la actualidad del Municipio, en todos ellos hay muchas más fabulaciones.
ISBN: 978-84-17315-69-6