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Introducción
from Director escolar
by EPI Digital
La calidad del líder educativo es la principal correlación de una escuela efectiva. El liderazgo ha sido identificado y confirmado por investigadores como la pieza clave de los componentes de una escuela exitosa (P. Hewitt, J. Pijanowki y G. Denny, 2009). Esta obra, enmarcada dentro del paradigma cualitativo, expone la percepción de trece directores escolares puertorriqueños sobre las condiciones de trabajo que les impiden cumplir exitosamente con las exigencias de las leyes que rigen nuestro sistema educativo público. Estas mismas condiciones que expresaron los participantes son las que inciden en su salud emocional y física
Estos directores, pertenecientes a cuatro de las siete regiones educativas que componen el Departamento de Educación de Puerto Rico, fueron escogidos al azar y expresaron el deseo de participar. Esta investigación de carácter exploratorio nos ofrece un cuadro muy completo de la percepción adquirida en el día a día, desde la perspectiva del director escolar.
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Es importante señalar que el aspecto más relevante que resultó de nuestra investigación fue que todos los directores escolares aman su profesión que, a la vez, es su vocación y la defienden, aun con las condiciones de trabajo prevalecientes. Además, demostraron que luchan con afán por el bienestar colectivo de sus estudiantes y maestros, así como de su clase profesional. Asimismo, están dispuestos al sacrificio y a la lucha, comprometidos a seguir un norte claro, genuino, por la defensa de la escuela pública puertorriqueña. Difícilmente estas actitudes pueden promover el fracaso del proceso educativo. Apuntan hacia una posición de liderazgo real que será factible solamente cuando el Departamento de Educación les ofrezca los recursos necesarios para cumplir efectivamente con su misión.
Cuando se responsabiliza al director de los resultados en la escuela sin que estos vengan acompañados de los recursos necesarios para cumplirlas, entonces la salud física y emocional del director de escuela se ve afectada seriamente. Esto no es exclusivo de Puerto Rico, ya que los Estados Unidos están regidos por la misma Ley No Child Left Behind (NCLB). Lo difícil de la posición del director escolar puertorriqueño y estadounidense está claramente reconocida en el documento: U.S. Department of
Labor, Bureau of Labor Statistics, Occupational Outlook Handbook 20112012, Elementary – Middle and High School Principal. Las oportunidades de empleo son excelentes, debido al gran número de expectativas de retiro y las pocas solicitudes para esta posición. El incremento de responsabilidades en los últimos años hacen a esta posición una más estresante y desmotivadora para los maestros. Muchos maestros sienten que el aumento salarial no es suficiente compensación para las grandes responsabilidades. Esto ocurre en los Estados Unidos, donde según el propio informe indica que un director tiene un sueldo promedio de $83,880.00.
Hemos sido testigos, en casi tres décadas en el Departamento de Educación Pública, de la deserción de directores de escuelas competentes, comprometidos y dedicados, por tener su salud comprometida. A la vez, hemos observado cómo maestros líderes, competentes y capacitados rechazan la posibilidad de ser directores escolares por las condiciones de trabajo del puesto.
La Ley NCLB exige que para el 2014 el 100 por ciento de los estudiantes muestren un aprovechamiento académico proficiente o avanzado en las pruebas estandarizadas y responsabiliza directamente al director escolar por su cumplimiento. Pero, el Departamento de Educación no le ofrece al director escolar autonomía fiscal, docente ni administrativa, como dispone la Ley Orgánica del Departamento de Educación 149 de 1999. tampoco le brinda personal de apoyo gerencial, suficientes materiales educativos ni atención a las fallas en la planta física que surgen durante el año escolar. todos estos renglones están regulados desde el nivel central de manera exageradamente burocrática y discriminatoria. Son estas actitudes las que impactan la salud física y emocional de los directores escolares. Igualmente, repercuten en las escuelas, de manera que en la actualidad 1,297 están en la categoría de “Escuelas en Plan de Mejoramiento”.
Al igual que el maestro Hostos, que abogó por una educación articulada a la vida de una nueva generación que se levanta, formando un educando integral que establezca el vínculo de la razón con la verdad, la moral, la justicia y el bien. Hostos nos enseña que:
La verdad es un arma porque nos protege contra el error, nos defiende contra la duda. …Dadme la verdad, y os doy el mundo. Vosotros, sin la verdad destrozareis el mundo y yo, con la verdad, con solo la verdad, tantas veces reconstruiré el mundo cuantas veces lo halláis vosotros destrozado. (J.M. Rodríguez, pp. 71, 2013)
Este libro expone la verdad y realidad de la educación en Puerto Rico desde la experiencia vivida por un grupo de experimentados, competentes y valientes directores de escuelas. Además tiene el propósito de que se conozca ante el pueblo y las personas de autoridad, que con honestidad y compromiso, puedan transformar nuestro sistema público de enseñanza. Las condiciones de trabajo del director de escuela no le permiten ejercer su liderazgo, necesario para lograr una escuela efectiva, en la búsqueda de una enseñanza de calidad. Esto se evidencia en los resultados de las pruebas estandarizadas que revelan que el 90 por ciento de escuelas tiene problemas de aprovechamiento.
El llamado del maestro y prócer del siglo XIX, don Eugenio María de Hostos, retumba sonoro en el siglo XXI: el desarrollo impostergable de una verdadera autonomía docente (J.M. Rodríguez, 2013). Lo cual permita desarrollar las destrezas en nuestro estudiante del siglo XXI, la creatividad, la colaboración, la solidaridad, valores éticos, la comunicación efectiva y la pertinencia del conocimiento. Reclamamos que se le permita a cada núcleo escolar atender las necesidades particulares y relevantes de las comunidades a las que sirven. Esto se logra a través de la aplicación de la Ley 149 en su artículo 2.04 sobre la autonomía escolar. Solo así sería justo evaluar la labor realizada por el director de escuela en su responsabilidad ministerial de lograr el aprovechamiento académico de sus estudiantes.
Coincidimos en que para que Puerto Rico llegue a ser competitivo en la sociedad del conocimiento hemos de atender con urgencia nuestro sistema educativo público. La Ley 149 de 1999 brinda los medios y la Ley NCLB ofrece los fondos necesarios para transformar la educación de Puerto Rico en una de excelencia. Acude a mi pensamiento la metáfora que compartió nuestro profesor y amigo, doctor José Miguel Rodríguez Matos (2001):
Quisiera elaborar el fertilizante que nos permita sembrar y cosechar los nutrientes frutos que produce nuestra tierra tropical, en vez de insistir en el trasplante de arbustos que solo crecen y dan frutos en las zonas frías y cálidas (p.18).
No tenemos que buscar la solución en el exterior, confiemos en nuestras capacidades. La solución está en nuestras manos.
Iván Benítez Canales, Ed. D Director de Escuela