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7. Población

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John Cabot

John Cabot

Con este cambio de rumbo en su política armamentística, Estados Unidos se compromete, con ciertas precauciones, a no utilizar ni a amenazar con armas nucleares a los países que no cuenten con estos arsenales y cumplan sus obligaciones dentro del Tratado de No Proliferación. La Casa Blanca exige que tanto Irán como Corea del Norte cambien sus reglas y reduzcan su arsenal atómico, a lo cual ambos países han hecho caso omiso. Irán y Corea del Norte siguen con sus programas y creando nerviosismo entre sus vecinos. Es cierto que Obama ha sido capaz de convencer a Rusia y a China para cooperar en una amplia agenda de control de armas y de imponer duras sanciones contra ellos apoyados por el Consejo de Seguridad, y acrecentar su aislamiento internacional. Sin embargo, no han desaparecido las posibilidades de que Irán adquiera capacidad nuclear, por lo que se sigue cuestionando la táctica nuclear de Obama.

América Latina

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Durante su campaña electoral de 2008, Obama habló de “cuatro pilares” sobre los que quería basar la cooperación de Estados Unidos con América Latina: (1) el desarrollo económico y la inclusión social; (2) la seguridad ciudadana; (3), el buen gobierno; y (4) el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Cuando acudió a la Cumbre de las Américas celebrada en abril de 2009 en Trinidad y Tobago expresó su compromiso a un trato de igualdad entre Estados Unidos y sus vecinos de hemisferio y su apuesta por el multilateralismo. Obama simbolizó su disposición a un nuevo comienzo reuniéndose con el presidente venezolano Hugo Chávez antes de abandonar el encuentro de Trinidad y Tobago. Poco después, en junio de 2009, Estados Unidos aceptó en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazar la resolución de 1962 que suspendía a Cuba como miembro, si bien su regreso se hacía depender de que el régimen castrista aceptase la Carta Democrática Interamericana. Veamos algunos ejemplos.

México: La llegada de Enrique Peña Nieto en diciembre de 2012 a la presidencia mexicana permitió un nuevo comienzo de las relaciones entre Estados Unidos y México en el inicio del segundo mandato de Obama. El menor interés en asuntos policiales y la apuesta por una ambiciosa agenda de reformas crearon expectación en Washington. Pero el estancamiento en la puesta en marcha de medidas liberalizadoras, por el lado mexicano, y la irresolución de la reforma migratoria, por el lado estadounidense (la mitad de los 11 millones de inmigrantes ilegales al norte de Río Grande/Bravo proceden de México), volvieron a enfriar las relaciones.

Peña Nieto expresó a Obama, al finalizar su participación en la Cumbre del G-20 celebrada en China del 4 al 5 de septiembre de 2016, sus motivos para invitar a Donald Trump a México. “Conversamos sobre el interés de México por insertarnos en un espacio de diálogo, ante lo que hoy estamos observando, que México está siendo parte del debate, como quizá no había ocurrido en otro momento y de manera hoy, inédita, en el debate de los candidatos por la presidencia hacia los Estados Unidos. Y creo que México, es legítimo, procura un espacio para, precisamente, poder puntualizar cuál es el papel que tiene México en la relación con los Estados Unidos, la relevancia que tiene esta relación, lo estratégico que es nuestra alianza para ambas naciones. Y que eso permita moderar, eventualmente, obtener una mayor información al posicionamiento que guardan los candidatos sobre nuestro país”, expresó el mandatario mexicano.

Venezuela: A medida que se acentuó el colapso de Venezuela, Washington se vio obligado a levantar la voz. Así, salió al paso de las denuncias de fraude electoral en las presidenciales de 2013 y de la represión de las protestas callejeras registradas en 2014, pidiendo que se respetaran las garantías democráticas, aunque tardó en adoptar medidas. La razón pudo estar en el deseo de no perjudicar las negociaciones secretas que se mantenían con Cuba. Justo al día siguiente de que Obama y Raúl Castro anunciaran su decisión de restablecer relaciones diplomáticas, el presidente norteamericano procedió a firmar la legislación bipartidista aprobada un tiempo antes en el Congreso para establecer sanciones contra individuos responsables de la vulneración de los derechos humanos en Venezuela. Eso se concretó en marzo de 2015 con un decreto que establecía medidas contra varios altos cargos militares, policiales y judiciales especialmente significados en la represión del año anterior. Desde ese momento, Washington ha aflojado y estirado la cuerda alternativamente según ha considerado más eficaz abrir cauces de diálogo como, por ejemplo, aplazando posiblemente la imputación de algún

alto dirigente por narcotráfico) o forzar la presión sobre el gobierno de Maduro exigiendo que se respetaran los resultados de las legislativas de diciembre de 2015.

Cuba: El 17 de diciembre del 2014, Estados Unidos y Cuba anunciaron su intención mutua de normalizar las relaciones diplomáticas y restablecer los contactos económicos y culturales. Desde el histórico anuncio, ambos gobiernos tomaron medidas para mejorar las relaciones. Estados Unidos hizo que fuera más fácil que los ciudadanos viajaran a Cuba, autorizó vuelos comerciales y viajes marítimos limitados, expandiendo la lista de vuelos de Estados Unidos a Cuba y autorizando ciertos servicios por parte de compañías estadounidenses en la isla, como proyectos para las infraestructuras públicas. Aunque el restablecimiento de los vuelos tampoco significaba que los estadounidenses tuvieran vía libre para viajar a Cuba. Realizar turismo en la isla seguía estando oficialmente prohibido y, para poder viajar, los estadounidenses tenían que calificar dentro de una de las 12 categorías de viaje permitidas, como viajes culturales o religiosos. Al tomar estas medidas, Estados Unidos esperaba ayudar a mejorar la calidad de los servicios públicos, aumentar el acceso a internet y telecomunicaciones e inspirar a más empresas de propiedad privada, todo con el propósito de beneficiar a los ciudadanos comunes. Por su parte, el gobierno cubano amplió la lista de actividades autorizadas. Los cubanos podían, dentro de ciertos límites, iniciar negocios en la empresa privada, vender casas y autos unos a otros y

Pasajeros a bordo del primer vuelo a Cuba desde Estados Unidos en más de medio siglo

viajar al extranjero. Además, el uso de Wi-Fi público estaba disponible en lugares públicos sobre una base muy limitada. El gobierno cubano abrió la Zona Especial de Desarrollo Mariel, en el que a las empresas extranjeras se les daba incentivos para iniciar negocios que contratarían a cubanos para la fabricación y exportación de productos de fabricación cubana. Algo que tiene importancia simbólica y práctica es que Estados Unidos y Cuba abrieron embajadas en el verano del 2015, lo cual marcó un hito importante en la nueva relación entre Estados Unidos y Cuba.

Embajada de Cuba en Estados Unidos y la de Estados Unidos en Cuba

En marzo de 2016 tuvo lugar otro hito importante en términos históricos: el presidente estadounidense Barack Obama visitó Cuba. La primera visita de un presidente estadounidense desde que Calvin Coolidge fuera a Cuba en 1928 para acudir a la VI Conferencia Internacional de Estados Americanos. Obama, afirmó que su visita tenía un carácter “histórico” pero que es solo “un primer paso” en la nueva relación entre ambos países. El verdadero reto para el presidente Obama era conseguir que el Congreso discutiera la posibilidad de terminar con el histórico embargo económico y comercial que pesa sobre la isla desde 1960. Sin embargo, la visita marcó un gran paso en la relación, después del histórico relanzamiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Barack Obama, y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron simultáneamente que ambos países restablecerían relaciones diplomáticas normales

Comprobación

Durante su visita a Obama propuso una “nueva era” de asociación con Latinoamérica para aprovechar la buena posición global del continente, al reiterar que Cuba debe avanzar hacia la democracia, ¿qué opinas?

Carteles de bienvenida por la visita de Obama a Cuba

Unidad 8

Iniciativas para Centroamérica y Caribe

Como reacción ante algunos de los problemas surgidos en la región, la Administración Obama elaboró dos planes. Uno fue el acuerdo con los países integrantes del llamado Triángulo Norte centroamericano (El Salvador, Guatemala y Honduras) para intentar resolver la crisis de mediados de 2014 provocada por la entrada en Estados Unidos de miles de menores no acompañados de sus padres. Washington comprometió 100 millones de dólares para ayudar a esos países a reacomodar a los niños que fueran devueltos y a mitigar las causas de su marcha (violencia y pobreza). El plan se insertó en otro más amplio – Iniciativa de Seguridad Regional para América Central (CARSI)- que venía de los últimos meses de la presidencia de Bush y que Obama reformó en 2010 con el fin de que la dotación para la lucha contra el narcotráfico en toda Centroamérica tuviera aspectos más diversificados, no solo los policiales (desde 2008 el Congreso estadounidense ha destinado 1 200 millones de dólares al CARSI). Como modo de hacer frente a la activa influencia de Venezuela en el Caribe, Estados Unidos acabó articulando la Iniciativa de Seguridad Regional para el Cariba (CESI). En su lanzamiento, celebrado en Washington en enero de 2015 con un primer encuentro intergubernamental, el entonces vicepresidente Joe Biden fue explícito sobre el verdadero objetivo estadounidense: “terminar con la independencia que ustedes aún tienen del suministro de un solo país”. Mediante envíos de petróleo en condiciones muy favorables, a través del programa Petrocaribe, Venezuela se había asegurado durante años la mayoría de los votos en el seno de la OEA y en otros organismos multilaterales cuando se debatían asuntos controvertidos que afectaban a los intereses del gobierno chavista (controlaba así al menos una veintena de los 35 votos posibles). La iniciativa de Estados Unidos era dirigida a procurar una diversificación de fuentes de energía de las islas caribeñas, incluyendo renovables y plantas para la recepción de gas licuado. Puerto Rico: El 25 de julio de 2016 se conmemoró el aniversario 64 de la Constitución del Estado Libre Asociado (ELA) estatus que desde 1952 marca la relación política con Estados Unidos, a cuyo Congreso se supedita la Carta Magna de la isla. Esta celebración

Obama convierte en ley el proyecto PROMESA

estuvo marcada por la aprobación del Congreso de Estados Unidos de una ley que impone una junta de control fiscal sobre el Ejecutivo local.

El presidente Barack Obama, firmó el 30 de junio la Ley Puerto Rico Oversight Management and Economic Stability Act (Ley para la Estabilidad Económica, Administración y Supervisión de Puerto Rico) conocida como “Promesa” por sus siglas en inglés, norma que establece el camino para la reestructuración de la deuda de 72,000 millones de dólares de Puerto Rico. El documento de 148 páginas crea una Junta de Supervisión y Administración Financiera amparado en la sección 3 del artículo 4 de la Constitución de Estados Unidos que otorga al Congreso la facultad de regular territorios. La Junta contará con siete miembros nombrados por el presidente. Bajo la nueva ley, la junta de supervisión fiscal podría anular cualquier ley por parte del Gobierno de Puerto Rico que considere una violación de “Promesa” y también puede obligar al Gobierno puertorriqueño a vender activos, fusionar agencias y despedir empleados gubernamentales. La junta podría, incluso, modificar las normas sobre salario mínimo y compensación de horas extra, además de imponer sanciones penales por proporcionar información falsa o violar órdenes de la junta. La aprobación por el Congreso en Washington de “Promesa” es interpretada por la mayoría de la clase política de la Isla como una imposición de una junta compuesta por personas que no han sido elegidas por el pueblo puertorriqueño y que, sin embargo, decidirán el futuro de la Isla. En marzo de 2022, luego de seis años sin pagar a los dueños de Obligaciones Generales, a la Autoridad de Edificios Públicos y a miles de suplidores y contratistas locales, con la entrada en vigor del Plan de Ajuste de la Deuda (PAD), más la aprobación del plan fiscal para el año 2022-2023 el gobierno puertorriqueño inició una nueva etapa en el manejo de sus finanzas. Puso fin a cinco años de litigios y negociaciones bajo el Título III de la ley federal Promesa. A juicio del equipo fiscal de la administración del gobernador Pedro Pierluisi, del presidente de la Junta de Supervisión Fiscal David Skeel y de su directora ejecutiva, Natalie Jaresko, Puerto Rico quedó en mejor posición en todos los sentidos. Según el secretario del Departamento de Estado, Omar Marrero, el PDA del gobierno central deja a Puerto Rico con un cuadro de endeudamiento “sostenible”; en una posición comparable con otros estados de Estados Unidos y en mejor posición que otras economías como Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Todavía queda un trecho significativo por recorrer. Se necesita dotar al gobierno de los recursos humanos, tecnológicos y operacionales para que el PDA pueda ejecutarse hasta el último día, es decir, hasta el año 2048. Será en ese año cuando, en esencia, los contribuyentes de Puerto Rico saldarán las obligaciones modificadas a la luz de Promesa.

Comprobación

1. ¿Cómo el presidente que hablaba de cambio y esperanza, con un carisma arrollador y una oratoria envidiable, terminó generando tanto rechazo en su gestión que permitió la llegada de un presidente como Trump? 2. ¿Sobrevivirá alguna de sus gestiones a la era de Trump? 3. Algunos analistas ven en esa imposición de la junta el final del

ELA, ¿qué opinas?

Unidad 8

Sonia Sotomayor

Sonia Sotomayor (1954-) Jueza de la Corte Suprema de los Estados Unidos

El 26 de mayo de 2009 el presidente Barack Obama la nominó para el cargo de jueza asociada de la Corte Suprema. El 6 de agosto de 2009, el nombramiento de Sotomayor fue sometido a votación en el pleno del Senado y confirmado por 68 votos a favor y 31 en contra. Todos los demócratas y dos independientes votaron a favor de la confirmación, con excepción del senador Edward Kennedy, quien no estuvo disponible para votar, 31 republicanos se opusieron a la designación, y nueve la apoyaron Su trayectoria personal comenzó en el humilde barrio neoyorquino del Bronx, en el que Sonia Sotomayor, hija de puertorriqueños, vivió su infancia y adolescencia. Cuando solo contaba con ocho años le diagnosticaron diabetes y al siguiente año su padre murió; a raíz de entonces su madre, una luchadora nata que trabajaba y estudiaba para ser enfermera, logró con todo su esfuerzo darles una educación a su hijos y que estos lograran una carrera brillante. En la actualidad su hijo, Juan, es un reconocido médico y su hija, Sonia se convirtió en la primera hispana y la tercera mujer en llegar a la cima del poder judicial de Estados Unidos. Gracias a su perseverancia e inteligencia, Sonia logró una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Princeton, donde se graduó “summa cum laude”. Después supo vencer la discriminación por su raza, se graduó de la Escuela de Derecho de Yale y ejerció como abogada, fiscal y finalmente jueza. Sotomayor es una amante de su trabajo, se define como una persona a la que le gusta disfrutar de la vida y describe a su madre como inspiración de su vida, la persona a la que debe todo lo que es y alguien ante quien se sigue sintiendo pequeña: “Soy solo la mitad de mujer que ella”. Sonia Sotomayor ha alcanzado “el sueño americano”, tal y como lo calificó Barack Obama.

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