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Capítulo 2 Los nativos norteamericanos

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John Cabot

John Cabot

extenderá por los próximos 20 o 30 años, en cómo las políticas resistirán las pruebas legales y cómo se pueden implementar, sin importar lo que proponga un presidente o un gobierno en particular. Los tribunales están controlados por los representantes republicanos.

La pandemia del covid-19

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En Los hospitales de Wuham, China se detectaron los primeros casos de la nueva enfermedad a mediados de diciembre de 2019. La Organización Mundial de la Salud declaró el 30 de enero de 2020 la existencia de un riesgo de salud pública de interés internacional y, posteriormente, el 11 de marzo de 2020 que la enfermedad se consideraba ya una pandemia por la alta cantidad de personas infectadas (118 000) y muertes (4291) que había causado alrededor del mundo (114 países). La detección del primer caso de esta enfermedad en los Estados unidos fue el 21 de enero de 2020, un hombre de aproximadamente 30 años, originario del estado de Washington, que había viajado reciente. Las recomendaciones de la comunidad científica frente a la pandemia del coronavirus fueron puestas en duda por algunos líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Jair Bolsonaro de Brasil, Mauricio Macri de Argentina y Manuel López Obrador de México, entre otros. Afirmaban que el virus es una pequeña gripe o resfriado que desaparecería pronto, priorizando la estabilidad de la economía sobre las medidas de aislamiento. Trump también llegó a sugerir que tenía evidencias de que el coronavirus fue fabricado en un laboratorio chino pese a que el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, John Ratcliffe, declaró que el virus “no era artificial ni genéticamente modificado”. Trump y sus principales colaboradores no aceptaban las investigaciones científicas sobre la enfermedad y los consejos de los expertos sobre el modo de contenerla, buscarían amordazar a las voces más autorizadas como el Dr. Anthony

El epidemiólogo Anthony Fauci, uno de los principales asesores de la Casa Blanca sobre el coronavirus, se enfrentó varias veces con Donald Trump.

Fauci mientras se hacía evidente que las esperanzas de Trump de una rápida recuperación de la economía y sus perspectivas electorales no se estaban concretando. Ante lo que parecía un problema lejano y menor, el Gobierno recomendó el 14 de marzo, de mala gana, un periodo de 15 días de distanciamiento social. Pero pocos cumplieron la medida, y desde aquella fecha, cuando Estados Unidos contaba con 6,400 infectados, la curva se pronunció. Así en menos de dos semanas pasó a tener más de 100,000 contagiados, por encima de los registros de Italia, España y China. Durante ese lapso, la Casa Blanca se negó a tomar medidas más drásticas para proteger la salud de sus ciudadanos, por lo que varios gobernadores y alcaldes impusieron la cuarentena en sus territorios. En Nueva York, el estado más afectado del país, el alcalde Bill de Blasio defendió contundentemente la medida y clausuró la ciudad la semana pasada. La cuarentena general en la capital del mundo desencadenó cierres en toda la nación, desconcertada por la falta de empatía de Trump ante el asunto.

Comprobación

Busca las estadísticas actualizadas de las personas infectadas, recuperadas, muertas y vacunadas en los Estados unidos. La política exterior de Trump tuvo como objetivo las consignas de América First y Make America Great Again. Se puede percibir cuando en primer lugar, frustró el Acuerdo transpacífico de cooperación económica, elaborado y puesto en marcha por el gobierno de Obama, impidiendo la incorporación de los Estados Unidos al mismo. Además, propuso y consiguió la anulación de Nafta, el acuerdo de libre comercio suscrito por Canadá, los Estados Unidos y México, y su reemplazo por un nuevo tratado que, aparte de introducir ventajas adicionales para los productores de su país, incluyó la cláusula que obliga a las empresas estadunidenses y mexicanas a elevar los salarios de sus trabajadores con el fin de reducir la brecha salarial entre los trabajadores mexicanos y los americanos. Otro tema recurrente era el muro en la frontera con México. Según Trump, el muro evitaría el tráfico de drogas, aumentaría los empleos para estadounidenses y daría más seguridad a ese país. Sin embargo, cuando llegó a la Casa Blanca, se dio cuenta de que construir el muro no sería tan sencillo, ni tan barato. En febrero de 2017, un informe del Departamento de Seguridad calculó que el sueño del presidente costaría 22 mil millones de dólares, 10 mil millones más de los Oficialmente, la construcción del nuevo muro comenzó en febrero de 2018 en Calexico, California, con el reemplazo de 32 kilómetros de antiguas placas oxidadas por barrotes de nueve metros de altura. Pero la construcción ha tenido varios problemas. Al inicio de 2019, el Congreso estadounidense no aprobó los multimillonarios recursos que el presidente Trump solicitó para la construcción del muro. El desacuerdo entre ambos poderes originó un cierre de la administración, es decir, el paro de todos los servicios públicos -excepto los esenciales como salud y seguridad. Finalmente, la Cámara de representantes aprobó 1,400 millones de dólares para el muro, con lo que solo alcanzaba para 88 kilómetros de barrotes. Finalmente, el presidente mexicano Manuel López Obrador se comprometió a impedir el paso de los inmigrantes centroamericanos. Cuando asistió a la cumbre del G7 en Canadá en junio de 2018 y no tuvo un buen comienzo. Antes del evento, el presidente había anunciado la imposición de aranceles a la importación de acero y aluminio de la Unión Europea, México y Canadá. Trump abandonó la cumbre antes que otros líderes y afirmó que Estados Unidos era “como la alcancía con forma de cerdito de la que todo el mundo está robando”. La defensa a ultranza de los intereses de las grandes petroleras americanas movió a Trump a no firmar el Acuerdo de París, el compromiso de la mayoría de los países del mundo de actuar en defensa del medio ambiente, seriamente amenazado por el cambio climático, el bloqueo de las iniciativas legislativas en defensa del medio ambiente, su compromiso sin fisuras con el fracking y la apertura de Alaska a la explotación petrolífera. Trump rompió el tratado suscrito con los soviéticos que limitaba el uso de misiles de corto y mediano alcance, ordenó la realización de ejercicios militares de gran escala en las fronteras europeas de Rusia y amenazaba con la incorporación de Ucrania a la OTAN. Como parte de su estrategia militar

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