Proyecto de fortalecimiento del desarrollo familiar y comunitario de las rancherĂas Laguna Grande, El Pajal, Caimito y la Ye, sustentado en la recuperaciĂłn de usos y costumbres en torno a las pautas de crianza y roles de cuidado Convenio 208 de 2016
Proyecto de fortalecimiento del desarrollo familiar y comunitario de las rancherías Laguna Grande, El Pajal, Caimito y la Ye, sustentado en la recuperación de usos y costumbres en torno a las pautas de crianza y roles de cuidado Convenio 208 de 2016 Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) Cristina Plazas Michelsen Directora General Margarita Barraquer Sourdis Subdirectora General Martha Yaneth Giraldo Alfaro Directora de Familia y Comunidades Gloria Leonor Brito Choles Directora (E) Regional Guajira Rosemary de Jesús Romero Bruzon Equipo Técnico del Convenio Fundalianza Fabián Daza Ariza Director Ejecutivo Rubiela Ramírez Gutiérrez Subdirectora César Barrios González Gerente de Proyectos Redacción y fotografía Diandra Pinto Gómez Diseño y diagramación Elvis A. Patiño Cabarcas
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Antecedentes
os constantes cambios sociales y los avances tecnológicos que han contribuido a acercar el mundo han visto sus efectos en la Gran Nación Wayuu, una comunidad indígena que habita de manera dispersa en zona rural de La Guajira, y que cada día se acerca más a las costumbres de la cultura occidental, apartándose de aquellos usos que representan a una etnia ancestral.
calidad de vida de comunidades vulnerables, mediante acciones de reactivación económica, seguridad alimentaria y fortalecimiento del tejido social. Ambas entidades desarrollaron un proyecto con el propósito de mejorar la convivencia familiar y comunitaria, con lo que se fortalecieron los lazos de
Las comunidades wayuu de Caimito, La Y, El Pajal y Laguna Grande, conformadas por 154 familias asentadas en zona rural de Perico, Distrito de Riohacha, no han sido ajenas a estos efectos, pese a que se caracterizan por convivir mediante usos y costumbres basados en la unión familiar como eje fundamental de desarrollo comunitario. Entre sus acciones, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) busca apoyar procesos de familias y comunidades de grupos étnicos, a fin de que potencien sus capacidades para reafirmar su identidad cultural y sus formas de relacionamiento; al tiempo en que la fundación Fundalianza desarrolla acciones con el objetivo de mejorar la 3
interacción social de los participantes, mediante la realización de encuentros, socializaciones, dinámicas, diálogos, talleres, entre otras actividades. Al tiempo, se implementaron estrategias para fortalecer la cultura propia de las familias wayuu, partiendo de los usos y costumbres trasmitidos de generación en generación, para reforzar conocimientos ancestrales y el empoderamiento de la cultura. Así, buscando ofrecer intervenciones integrales sin ir en contravía de las costumbres ancestrales de las comunidades, se han fortalecido las actividades vivenciales propias de la etnia wayuu, como son el pastoreo, la
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artesanía, la pesca, entre otras, por medio de las cuales se apunta de manera complementaria a garantizar de forma sostenible y ambiental la soberanía alimentaria y nutricional de las 154 familias participantes del proyecto a partir del autoconsumo, la distribución e intercambio en su interior o con otras comunidades de los productos derivados de los oficios tradicionales. De esta manera, se fortalecieron tres grandes componentes en las comunidades participantes: desarrollo familiar y comunitario, cultura propia y autosuficiencia alimentaria, y con ello se logró fortalecer sus lazos interpersonales, su etnia y sus oficios ancestrales.
“A nosotros se nos estaba cerrando el corazón”
“Oigan, mañana hay reunión: ya saben, tenemos que ir todos juntos”… Como un viejo refrán, estas palabras eran repetidas cada ocho días por Alcibiades Mindiola Argote, un hombre de 48 años de edad, que motivaba a sus familiares y amigos a participar en “ratos de conversa y diversión”. La alegría que le produce el poder compartir con sus familiares solo es comparable con la sonrisa que dibuja su rostro al hablar de El Pajal, un territorio y una comunidad que describe como todo para él, un lugar en donde vive “feliz porque no falta nada”. Hablar con Alcibiades es percibir su calidez humana a través de su vocación de servicio, el mismo que le ayudara a entender la importancia de la unión familiar y comunitaria para
superar adversidades. Hace aproximadamente cuatro años, las condiciones climáticas afectaron notablemente las actividades productivas de las cuales derivaban su sustento las familias de la comunidad de El Pajal. El mal momento de entonces se vio reflejado en el modo de vida de los habitantes, quienes, con el único propósito de sobrevivir, decidieron buscar alternativas para salir adelante. Mientras que la mayoría de los jefes de hogar desgastaban sus días buscando el sustento de sus familias, un hombre trabajador, amigable y bonachón, se detenía a pensar en qué estaban fallando sus familiares y él mismo durante aquellos momentos en los que solo pensaban cómo sostener a sus familias y animales. 5
Al describir este panorama, Alcibiades Mindiola Argote no puede ocultar las emociones que intenta esconder tras una sonrisa. Un brillo repentino en sus ojos pareciera demostrar la emoción que le produce hablar de su comunidad, pero bastan unas palabras más para entender que su mirada advierte la tristeza que connota su relato, pues, con lágrimas a medio salir, cuenta que cuando la crisis llegaba a su peor momento, en su comunidad “empezó a andar cada uno por su lado; ninguno sabía dónde estaba el otro, y era triste porque cada quien buscaba nada más lo suyo”. Desmotivados por la situación, las familias de El Pajal fueron apartándose las unas de las otras al punto en que “si tú veías a alguien, estaba todo el tiempo aburrido, la gente se desunió, solo se buscaban para chismosear”, como relata Alcibiades, quien asevera que, a esas alturas, “ya casi nadie se hablaba”. “Ya a nosotros se nos estaba cerrando el corazón”, recuerda Alcibiades con la voz entrecortada por el llanto que en ese momento retuvo, pues inmediatamente llegan a su mente los momentos en los que, lleno de fuerzas, fue sumando a sus jornadas de trabajo a los demás miembros de su comunidad, hasta que un día entendió que la clave para salir adelante era siempre estar unidos. Justo en esos momentos, la 6
comunidad inició un proceso de intervención que le permitió a las familias participar en espacios de interacción e integración. Allí pudieron desahogar sus sentimientos, entendiendo cuán importante es la unión comunitaria para el desarrollo de cada uno de los miembros de El Pajal. “Nosotros estamos muy agradecidos porque nos abrieron el corazón. Nosotros no teníamos diversión aquí ni hablábamos y desde que llegaron aquí se ha sentido la diferencia; estamos felices, unidos. Yo les digo a ellos (los demás miembros de la comunidad) que tenemos que seguir reuniéndonos para hablar, para trabajar, para tomar decisiones, y nunca dejar de unirnos”, explica Alcibiades. Así, en El Pajal se han ido restableciendo los lazos comunitarios y las familias han logrado unirse con el fin de fortalecer las relaciones de amistad, solidaridad, colaboración y afectividad. Y es que para este hombre apasionado por el campo, “ICBF y Fundalianza lograron que la comunidad pasara de estar separada para estar como sardina en lata”, una frase que acompaña con una gran sonrisa que explica aquella analogía, la misma que complementó con un brillo esperanzador en sus ojos para describir qué es El Pajal para él y el resto de su comunidad: UNA SOLA FAMILIA.
Fortalecimos el desarrollo familiar y comunitario
¿Qué hicimos? • Fortalecimos el desarrollo organizativo y el reconocimiento y goce de los derechos individuales y colectivos en el grupo familiar y el entorno comunitario. • Garantizamos la debida protección y bienestar social y comunitario de los participantes. • Creamos conciencia acerca de la importancia de la unión familiar y comunitaria en las 154 familias participantes. • Mejoramos de manera notable las relaciones interpersonales y la convivencia comunitaria en virtud de la interacción social con fines organizativos y económicos internos. • Reforzamos las pautas relacionadas con el proceso de educación, orientación y crianza de los niños y jóvenes dentro del núcleo familiar, teniendo en cuenta el rol que desempeña cada miembro de la familia. • Sensibilizamos a los participantes acerca de la importancia que merecen el aprendizaje, la enseñanza y la práctica de las habilidades sociales y los valores formativos como claves para lograr una convivencia sana. • Facilitamos a las comunidades la adquisición de conocimientos y habilidades para que estén en condiciones de hacer un análisis de su realidad socio-económica y programar, gestionar y ejecutar proyectos de desarrollo. 7
¿Cómo lo hicimos?
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e la mano de su autoridad tradicional, los miembros de las comunidades wayuu de Caimito, La Y, El Pajal y Laguna Grande, se reunían para participar en “Encuentros en familia”, una estrategia diseñada para generar espacios de interacción entre los miembros de una comunidad. Una lumaa o “enramada” fue el
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lugar perfecto en el que convergían diálogos, socializaciones, actividades lúdicas y demás talleres mediante los cuales los wayuu reconocieron la importancia de preservar y mejorar las relaciones interpersonales entre los miembros de su familia y de su comunidad. Mediante diálogos, dibujos, dramatizaciones y dinámicas, las
La concertación previa con las autoridades tradicionales y líderes comunitarios y el levantamiento de un diagnóstico fueron clave para el éxito de los talleres, a los que acudían todos los miembros de la familia para participar de socializaciones, juegos tradicionales, dramas, danzas, actividades lúdicas y otras dinámicas que les recordaron la importancia de fortalecer los lazos familiares y comunitarios.
familias establecieron vínculos de interacción, expresando sus sentimientos y con ello el deseo de fortalecer la unión familiar y comunitaria a través del refuerzo de los lazos socioafectivos. A pesar de que las comunidades wayuu se caracterizan por la unión comunitaria, en las cuatro comunidades participantes se encontraron debilidades con respecto a la convivencia, pues los núcleos familiares, según un diagnóstico levantado antes de la intervención, carecían de valores de identidad propia. Ese mismo Perfil de Generatividad y Vulnerabilidad (PGV) hecho sobre las comunidades, permitió establecer las estrategias y el cronograma a seguir, el cual fue acordado en espacios de diálogo y concertación junto a los líderes y autoridades, quienes participaron de manera constante en procesos detoma de decisiones frente a las acciones a desarrollar. Así, en un total de ocho encuentros, cada miembro de la familia: mamá, papá, tíos, hermanos y sobrinos, pudieron reflexionar en temas tan importantes como los roles de cuidado y pautas de crianza de la cultura wayuu, deberes y derechos de los niños, habilidades sociales y valores en familia, organización de su comunidad, desarrollo comunitario, cambio climático y sus efectos en el medio ambiente, hábitos de vida saludable, entre otros. 9
Las historias de la tía Encarnación
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on las 5:30 p. m. y el ocaso en la comunidad wayuu de La Ye se ve adornado con pequeñas mantas coloridas que van y vienen. Son las niñas de la ranchería, quienes todas las tardes se reúnen a practicar bailes típicos de la etnia y
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participar de juegos tradicionales. Llena de orgullo, cada tarde, Encarnación Rosado Pushaina se da cita a las afueras de su vivienda para contemplar estas pequeñas muestras culturales que surgen de manera espontánea entre los niños. Y estos, ávidos de conocimiento, finalizan sus juegos sentados a los pies de la ‘tía Encarnación’, a quien le piden les cuente historias de su vida, cuentos, mitos, entre otros relatos.
Sin embargo, lo que pocos imaginan al encontrar a niños y adultos con la indumentaria propia de un wayuu, es que más de 20 años tuvieron que pasar para que los indígenas de La Ye volvieran a participar de una yonna, una danza sagrada de múltiples connotaciones simbólicas que mantiene dentro de la cultura wayuu tres atributos esenciales: la búsqueda del equilibrio social, la solidaridad colectiva y la relación entre el cosmos y el hombre. Así lo asegura la tía Encarnación, una mujer
de avanzada edad, cuyos familiares, amigos y conocidos le llaman “tía” por respeto, como es común referirse a personas adultas en la cultura wayuu. Entre tantas historias, un día evocó la época durante la cual su madre le hizo “el encierro”, un momento en la vida de las señoritas en el que, coincidiendo con el primer periodo menstrual, son encerradas para cumplir una serie de ritos de reflexión y purificación mediante los cuales reciben un intenso entrenamiento en los oficios básicos que desempeñarán más tarde como mujeres wayuu. Recordando las duras lecciones de su madre, la tía Encarnación cuenta que hoy día las niñas no son encerradas con el mismo rigor de antes y que ni siquiera las danzas y costumbres ancestrales tienen la misma connotación del pasado. Para ella, es una pena tener que reconocer que en los últimos años en La Ye han sido pocas o nulas las manifestaciones culturales. “Ya no había costumbre, ya no querían bailar yonna, a la gente se le estaba olvidando la medicina; hoy se toman pastillas calmantes cuando antes una mata curaba todo”, cuenta. Para esta abuela, el participar en diálogos intergeneracionales propiciados por asesores sociales les recordó a ella y a sus familiares la importancia de su etnia, una cultura única en el mundo, que guarda dentro de sí grandes conocimientos y concepciones de la vida. 11
Luego de meses de intervención y, tras recordar las riquezas de su cultura a través de diálogos intergeneracionales, Encarnación ha decidido relegar el español, la música y la medicina occidental para retomar el wayunaiki, la yonna y las yerbas como prácticas ancestrales que recogen conocimientos sagrados y representan su esencia. Al tiempo, cuida que sus hijos, nietos, sobrinos y demás familiares y en especial los más chicos de la comunidad, aprendan a hablar en su lengua materna y a apropiarse de los usos y costumbres que representan su cultura. Cómo curaban la gripa hace décadas…, el valor espiritual del territorio wayuu…, por qué se practican las danzas…, cuáles son los platos autóctonos…, entre otras historias, hacen parte de los relatos que Encarnación hace a los niños de la comunidad, luchando por transmitir su cultura a las nuevas generaciones de su familia, las
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mismas que se sientan a su diestra para aprender a tejer, a cocinar, pastorear, etc. “Hoy las niñas cuando les cuento historias me dicen: ‘Yo quiero una mantica, abuela, yo quiero bailar yonna, dame yajausi (plato típico)”, expresa llena de ilusión Encarnación, para quien no hay mayor aporte por parte de ICBF y Fundalianza que el haber vuelto a arraigar las costumbres y la cultura dentro de la comunidad. Cada historia de la tía Encarnación inicia en español y finaliza en su lengua materna. En palabras wayuu, asegura sentirse “agradecida” porque en su comunidad hoy se han “recuperado las costumbres” gracias al proceso de intervención adelantado por ICBF y Fundalianza. Hoy, aquellas tardes cargadas de monotonía y soledad fueron cambiadas por bailes, diálogos y relatos… fueron cambiadas por “las historias de la tía Encarnación”.
Rescatamos usos y costumbres ¿Qué hicimos? • Rescatamos usos y costumbres de las comunidades wayuu, enriqueciendo y fortaleciendo conocimientos ancestrales. • Fortalecimos oficios ancestrales mediante la entrega de insumos para la práctica de actividades tradicionales. • Rescatamos usos y costumbres relacionados con la práctica de danzas tradicionales. • Rescatamos usos y costumbres sobre medicina tradicional. • Rescatamos usos y costumbres sobre gobierno propio. • Rescatamos usos y costumbres sobre platos típicos. • Rescatamos tradición ancestral relacionada con la transmisión de saberes mediante la oralidad. • Inducimos a la comunidad a relatar cuentos y leyendas tradicionales.
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¿Cómo lo hicimos?
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Encuentros de transmisión de saberes
a oralidad es un factor interno fundamental para la etnia wayuu, ya que permite y propicia un enlace entre lo sagrado y lo material. A partir de la oralidad se estructura la urdimbre social como elemento fundamental en la construcción y consolidación de los modelos de vida de las comunidades wayuu. Por eso, tras identificar que las prácticas culturales se han relevado en las comunidades indígenas wayuu de Caimito, El Pajal, La Ye y Laguna Grande, debido a su cercanía a distintos corregimientos del Distrito de Riohacha, en las comunidades se realizaron encuentros de 14
transmisión de saberes, con el fin de fortalecer la cultura y usos y costumbres representativos de la etnia. A través de dinámicas familiares y procesos comunicativos en los que prevalece el reconocimiento de usos y costumbres como pilares para el fortalecimiento de estructuras sociales, económicas, culturales y organizativas, se abrieron espacios para dar paso a la transmisión de conocimientos de forma espontánea mediante la comunicación directa entre ancianos, adultos, jóvenes y niños. De esta manera, los laulayü (ancianos/adultos), quienes guardan
dentro de sí el patrimonio de la cultura wayuu, transmitieron sus saberes y experiencias a las nuevas generaciones y, en general, a todos los miembros de la comunidad, con la firme intención de formar a sus descendientes en el empoderamiento de su cultura y velar por la preservación de los usos y costumbres representativos de la etnia. Durante estos encuentros, los laulayü (viejos/ancianos), dispuestos a proporcionar conocimientos a sus descendientes y velar por la preservación de los usos y costumbres representativos de su etnia, lograron identificar y mencionar cada una de sus prácticas de medicina tradicional, mitos, leyendas, cuentos
Los laulayü (adultos mayores) fueron los protagonistas de los encuentros de transmisión de saberes, pues son ellos quienes guardan el patrimonio de la cultura wayuu dentro de sí, por lo que están llamados a formar a sus descendientes y velar por la preservación de los usos y costumbres representativos de la etnia.
tradicionales, danzas, fiestas y comidas típicas. Estos diálogos permitieron intercambiar conocimientos y experiencias y generar interés en las nuevas generaciones por la cultura wayuu.
Fortalecimos oficios ancestrales En las comunidades fueron entregados insumos para la práctica de actividades productivas tradicionales, con el fin de fortalecer costumbres ancestrales propias de la cultura wayuu. Cada familia recibió hilos y agujas para tejer artesanías representativas de la etnia y animales ovino/caprino para oficios tradicionales como el pastoreo. Asimismo, recibieron herramientas de pesca y cayucos, para el
mejoramiento de las faenas de pescas, una práctica común en las comunidades de Perico, debido a su cercanía con el Mar Caribe. 15
La joven autoridad de Caimito
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unque aún se percibe como un hombre joven, Gerardo Pushaina logró convertirse en la autoridad tradicional de Caimito, una comunidad wayuu conformada por 29 familias que desde hace décadas se asentaron en zona rural de Riohacha. La valentía y coraje de este hombre de 30 años de edad le han merecido ostentar el título de “autoridad tradicional”, pues ha luchado incansablemente junto a su padre desde hace más de 20 años para levantar a su familia y al resto de su comunidad. Escucharle hablar es dejarse envolver en miles de historias wayuu que solo pueden albergarse en la mente de un líder; un líder que desde muy joven ha visionado el futuro de su ranchería en virtud del 16
bienestar comunitario. Y es que, tras heredar de su padre, Miguel Pushaina, la condición de autoridad, Gerardo ha logrado demostrar que, más que pensar en objetivos particulares, siempre busca la manera de ir más allá y lograr beneficios que impacten positivamente a cada uno de los miembros de su comunidad. Ejemplo de ello ha sido su compromiso con el proyecto y la unión comunitaria como pilar fundamental para realizar actividades productivas. Al hablar de sus familiares, asegura que, como líder, le “ha tocado luchar muy duro”, pero que proyectos como el de “Fundalianza y el ICBF han sido distintos”, ya que los insumos entregados y el acompañamiento y la asesoría permanente han redundado en el fortalecimiento
de las actividades productivas que anteriormente se realizaban en la comunidad. En un español poco dominado, explica que en su comunidad “antes no había nada, era un peladero” y “la gente prometía pero no quedaba nada”. Tal vez esas promesas, alejadas justo en tiempos de crisis, hicieron de Gerardo un hombre incrédulo y poco receptivo con los alijunas (personas no wayuu). Llegar a su comunidad hace algún tiempo, era encontrar a familias que con total hermetismo se negaban a creer en las bondades ofrecidas por un programa. Pero el tiempo pasó y los insumos prometidos fueron llegando de la mano de jornadas pedagógicas y lúdicas. Tan solo seis meses pasaron para que Gerardo, quien guardaba un ápice de esperanza, cambiara el ceño fruncido por una sonrisa que lo invita a relatar cómo en tan poco tiempo cambió su vida y la vida de sus familiares: “Hemos pasado por un tiempo de crisis y es primera vez que estamos recibiendo un beneficio; es un beneficio que nos sirve para resolver problemas y también para que ya no estemos en asunto de crisis y de hambre. Espero trabajar común y muy tranquilo, manteniendo lo que nos dieron y cuidándolo junto con la comunidad, porque aquí no teníamos nada (sic)”.
cómo ha cambiado su vida en tan poco tiempo. Cuenta además cómo las mujeres de su comunidad han vuelto a tejer artesanías gracias a los insumos entregados y cómo los animales recibidos han contribuido a su seguridad alimentaria. A pesar de ser hoy la autoridad de su comunidad, Gerardo sigue compartiendo cada tarde con el hombre que le enseñó a luchar por los suyos, su padre Miguel Pushaina, quien asegura que el programa les “ha cambiado la vida” porque pasaron de poseer poco a contar con “agua, comida, animalitos, cosas para trabajar y mucho más (sic)”. A las palabras de su padre, Gerardo solo puede añadir que todo lo que hoy percibe a su alrededor “es una bendición muy grande para la comunidad”.
Al verlo pastorear, basta preguntarle cómo se siente para que olvide por un momento sus labores productivas diarias para sentarse a relatar 17
Apuesta por la seguridad alimentaria ¿Qué hicimos? • Contribuimos al mejoramiento de las condiciones de vida de los participantes. • Fortalecimos la práctica de oficios tradicionales. • Fortalecimosactividades productivas complementarias de soberanía alimentaria. • Realizamos acompañamiento y asesoría técnica constante. • Sensibilizamos y capacitamos a la población participante en la importancia de adquirir hábitos de vida saludables para lograr mejores condiciones de vida. • Realizamos capacitaciones sobre seguridad alimentaria y nutricional. • Generamos un cambio de actitud en las familias con respecto a su seguridad alimentaria y nutricional.
¿Cómo lo hicimos?
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ada familia participante recibió insumos avícolas, ovinos, pesqueros y de manufactura, los cuales fueron entregados durante jornadas comunitarias y pedagógicas realizadas con el propósito de que los participantes recibieran información acerca de sus costumbres ancestrales, las cuales, a la postre, fueron articuladas con sus labores 18
diarias para garantizar la seguridad alimentaria del núcleo familiar. Así, entregamos insumos para actividades de fortalecimiento cultural de oficios tradicionales y realizamos acompañamiento, visitas y asesoría en el manejo de los insumos otorgados a los participantes.
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Fortalecimos la prác ca de oficios tradicionales. Fortalecimosac vidades produc vas complementarias de soberanía alimentaria. Realizamos acompañamiento y asesoría técnica constante. Sensibilizamos y capacitamos a la población par cipante en la importancia de adquirir hábitos de vida saludables para lograr mejores condiciones de vida. Realizamos capacitaciones sobre seguridad alimentaria y nutricional. Generamos un cambio de ac tud en las familias con respecto a su seguridad alimentaria y nutricional.
¿Cómo lo hicimos? Foto 11 carpeta 5 Cada familia par cipante recibió insumos avícolas, ovinos, pesqueros y de manufactura, los cuales fueron entregados durante jornadas comunitarias y pedagógicas realizadas con el propósito de que los par cipantes recibieran información acerca de sus costumbres ancestrales, las cuales, a la postre, fueron ar culadas con sus labores diarias para garan zar la seguridad alimentaria del núcleo familiar. Así, entregamos insumos para ac vidades de fortalecimiento cultural de oficios tradicionales y realizamos acompañamiento, visitas y asesoría en el manejo de los insumos otorgados a los par cipantes. Foto 12 carpeta 5 Comunidad Caimito El Pajal La Ye Laguna Grande
Oficio ancestral: cría y levante de ovino/caprinos Beneficio Can dad Animal ovino-caprino 1 por familia Animal ovino-caprino 2 por familia Animal ovino-caprino 1 por familia Animal ovino-caprino 1 por familia
Foto 13 carpeta 5
Oficio ancestral: práctica comunitaria de avicultura Comunidad Beneficio Cantidad Caimito Gallinas y gallo 58 gallinas y 1 gallo La Ye Gallinas y gallos 124 gallinas y 3 gallos El Pajal Gallinas y gallos 54 gallinas y 2 gallos Laguna Grande Gallinas y gallos 74 gallinas y 2 gallos Los gallos fueron donados por Fundalianza como un apoyo y complementariedad a las actividades avícolas adelantadas por las comunidades. Foto 14 carpeta 5 Comunidad Caimito
19 Actividad tradicional: pesca Beneficio Cantidad Cayucos y herramientas de pesca 1 cayuco y 1 kit por comunidad
Comunidad Caimito La Ye Laguna Grande
Actividad tradicional: pesca Beneficio Cantidad Cayucos y herramientas de pesca 1 cayuco y 1 kit con boyas, plomo,
trasmallo, nailon, esnórquel, careta, aletas, etc. Cayucos y herramientas de pesca 1 cayuco y 1 kit con boyas, plomo, trasmallo, nailon, esnórquel, careta, aletas, etc. Cayucos y herramientas de pesca 1 cayuco y 1 kit con boyas, plomo, trasmallo, nailon, esnórquel, careta, Oficio ancestral: práctica comunitaria de aletas, avicultura etc.
Comunidad Beneficio Cantidad Caimito Gallinas y gallo 58 gallinas y 1 gallo La Ye Gallinas y gallos 124 gallinas y 3 gallos El Pajal Gallinas y gallos 54 gallinas y 2 gallos Laguna Grande Gallinas y gallos 74 gallinas y 2 gallos Los gallos fueron donados por Fundalianza como un apoyo y complementariedad a las actividades avícolas adelantadas por las comunidades. Foto 14 carpeta 5 Comunidad Caimito El Pajal La Ye Laguna Grande
Actividad tradicional: pesca Beneficio Cayucos y herramientas de pesca Cayucos y herramientas de pesca Cayucos y herramientas de pesca Cayucos y herramientas de pesca
Cantidad 1 cayuco y 1 kit por comunidad 1 cayuco y 1 kit por comunidad 1 cayuco y 1 kit por comunidad 1 cayuco y 1 kit por comunidad
Foto 15 carpeta 5 Comunidad Caimito El Pajal La Ye Laguna Grande
Actividad tradicional: Tejido de artesanías Beneficio Cantidad Hilos y agujas 1 cono de hilo y dos agujas por familia Hilos y agujas 1 cono de hilo y dos agujas por familia Hilos y agujas 1 cono de hilo y dos agujas por familia Hilos y agujas 1 cono de hilo y dos agujas por familia
Del mismo modo, en las comunidades se hizo entrega de tanques de almacenamiento de agua, Del mismo modo, en las comunidades se hizo entrega de tanques de con el objetivo de que las familias cuenten con insumos necesarios para obtener el recurso almacenamiento de agua, con el objetivo de que las familias cuenten con hídrico. insumos necesarios para obtener el recurso hídrico. Visitas técnicas
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Foto 16 carpeta 5 Para fortalecer la cultura mediante el mejoramiento de oficios tradicionales, en las comunidades realizamos acompañamiento técnico permanente, con el fin de hacer seguimiento a las labores
Visitas técnicas
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ara fortalecer la cultura mediante el mejoramiento de oficios tradicionales, en las comunidades realizamos acompañamiento técnico permanente, con el fin de hacer seguimiento a las labores productivas adelantadas. Así, verificamos el espacio, los recursos y las condiciones de los predios establecidos para la implementación y uso adecuado de los insumos entregados para fortalecer actividades productivas complementarias de soberanía alimentaria. Asesoramos y acompañamos la planificación y el montaje de
estructuras pecuarias y galpones para el mantenimiento adecuado de los animales, así como el manejo de estos, validando su comportamiento sanitario. Fortalecimos el componente de autosuficiencia alimentaria y producción para el autoconsumo en las comunidades wayuu mediante capacitaciones, charlas motivacionales y socializaciones, dejando en las familias participantes mecanismos que repercuten en su sostenibilidad y producción para el autoconsumo, a través del fortalecimiento de actividades tradicionales basadas en sus usos y costumbres.
Acción diferencial Gracias a la implementación de nuestro modelo de intervención integral y nuestro compromiso de trabajo por las familias participantes, a lo largo del proceso logramos que en las comunidades se percibieran cambios de actitud frente a diferentes temas de gran importancia para su desarrollo personal, familiar y comunitario. Esto fue posible mediante la puesta en marcha de estrategias diferenciadoras en las cuales se destaca nuestro interés por el crecimiento y desarrollo sostenible de las comunidades participantes. 21
¿Qué logramos? • Previo a la etapa de intervención realizamos una concertación con líderes y autoridades tradicionales, a fin de que la comunidad participara dentro del proceso de formulación. • Realizamos un diagnóstico que permitió identificar las fortalezas y debilidades de las comunidades y así priorizar los temas a abordar durante el proceso de intervención. • Nuestro equipo de trabajo se destacó por su condición pluriétnica y bilingüismo y su nivel de permanencia e involucramiento con las comunidades durante todo el proceso, lo que estableció fuertes vínculos de interacción con la comunidad que permitieron lograr un mayor impacto. • Los profesionales vinculados al proceso estudiaron de manera atenta la cosmovisión de la cultura wayuu para entender su idiosincrasia y desde su perspectiva de vida facilitar el diálogo intergeneracional y la transmisión de la cultura a los jóvenes a través de oralidad. • Propiciamos diálogos intergeneracionales como instrumento para transmitir la cultura y las prácticas ancestrales que han permitido a los wayuu subsistir a lo largo de los años. • Logramos que los participantes identificaran sus castas y ubicaran en un lugar visible el símbolo correspondiente como producto del rescate de usos y costumbres y el fortalecimiento cultural. • Gracias a nuestra estrategia Comunidades Limpias hemos hecho un gran aporte al medio ambiente y hemos logrado mitigar el riesgo y minimizar el impacto del cambio climático en las comunidades. • Con Comunidades Limpias hemos sensibilizado a los participantes en la importancia de conservar su territorio y logramos crear conciencia y culturizar además a las nuevas generaciones. • Logramos que los participantes y en general todos los miembros de la familia adoptaran hábitos saludables como lavarse las manos antes de ingerir o preparar alimentos. • Implementamos acciones de participación comunitaria como aportes a la fase introductoria del posconflicto por comunidades con una convivencia pacífica, mediante la representación de los lodos “Sí a la paz” y jornadas de sensibilización. • Logramos que los participantes diversificaran y balancearan los productos alimenticios obtenidos por medio de los bonos entregados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en frutas, verduras, proteínas y carbohidratos, lo cual se tradujo en mejores hábitos de vida y alimentación saludable para una mejor nutrición.
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Comunidades Limpias
ediante la estrategia Comunidades Limpias, de Fundalianza, implementamos acciones para contribuir al mejoramiento de los hábitos de vida y el entorno de las familias participantes. En este sentido, se diseñó y se implementó un Plan de Manejo Ambiental, con el cual se busca garantizar la sostenibilidad de las comunidades, mejorando las prácticas culturales para la conservación de suelos, conservación de agua y la
sostenibilidad técnica y ambiental de los sistemas agrícolas productivos. Dentro de estas acciones además se tienen en cuenta conceptos relacionados con la gestión del riesgo, orientando actividades permanentes para el conocimiento y la reducción del riesgo y para el manejo de desastres, con el propósito de contribuir a la seguridad y bienestar de las comunidades participantes y su desarrollo sostenible. 23
Con la estrategia Comunidades Limpias logramos culturizar a las comunidades en cuanto a: • Higiene y buenas prácticas de limpieza • Cuidado del medio ambiente • Gestión del riesgo • Plan de manejo ambiental • Cambio climático y sus efectos en el medio ambiente • Enfermedades ocasionadas por la contaminación • Reciclaje • Importancia de los recursos naturales • Jornadas de limpieza • Actividades de ornato y embellecimiento
Articulación con PMA Con el fin de seguir contribuyendo a la seguridad alimentaria de las familias participantes, Fundalianza articuló el trabajo hecho en las comunidades con acciones adelantadas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), logrando mayores beneficios para las 154 familias que participaron en el proyecto. 24
El PMA es una agencia de las Naciones Unidas que proporciona alimentos a comunidades que habitan en situación de vulnerabilidad a cambio de su participación en proyectos que ayuden a construir las bases de un futuro mejor. Por esto, Fundalianza gestionó
la entrega de bonos alimentarios para las 154 familias de las comunidades de Perico, dada su participación en jornadas de trabajo comunitario en las cuales recibieron acompañamiento y
apoyo de la fundación, como fueron la construcción de estructuras pecuarias, labores de siembra, jornadas de limpieza, ornato y embellecimiento, entre otras.
16 árboles donados por Corpoguajira serán plantados en las comunidades Uno de los propósitos de Fundalianza, destacado mediante la estrategia Comunidades Limpias, es implementar acciones para preservar el territorio en el que habitan las comunidades sujetas a intervención. En este sentido se han venido ideando estrategias junto a la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corporguajira), en pro de la conservación y mejoramiento
del entorno de los participantes. Por ello, Corpoguajirá donará 16 árboles que serán plantados en las cuatro comunidades, aportando a la conservación, recuperación y uso sostenible del medio ambiente. Con esto además se contribuye a la flora y fauna, brindando mayores recursos ecosistémicos a las zonas en donde se establecerán las siembras.
Optimizamos acceso al agua Con el fin de optimizar las condiciones de acceso al agua en las comunidades de Perico, Fundalianza donó materiales y mano de obra para que los participantes de la comunidad de La Ye pudieran hacer trabajos de mejoramiento y restauración en la alberca comunitaria.
De esta manera, y gracias al apoyo de Fundalianza, en la comunidad se mejoró la estructura de la alberca, la cual se encontraba en gran estado de deterioro. El cambio es evidente y con él el acceso al recurso hídrico se ha facilitado para las familias de la comunidad.
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¡Llegó agua potable a comunidades de Perico!
Por gestiones de Fundalianza ante la Sala de Crisis del Distrito de Riohacha, las comunidades participantes en el proyecto recibieron 8.000 litros de agua potable para su consumo, la cual fue suministrada por medio de carrotanques. ”Me siento contento ahora que han traído el carrotanque, que es una bendición muy grande y le damos las gracias a Fundalianza que ha traído beneficio a la comunidad”, aseguró Gerardo Pushaina, autoridad tradicional de la comunidad El Caimito.
Programa de Recuperación Nutricional El Programa de Recuperación Nutricional con énfasis en los primeros 1.000 días, de ICBF, llegó a Perico con el fin de desarrollar acciones que contribuyan al mejoramiento o recuperación de niños menores de dos años con desnutrición global, aguda y en riesgo, así como mujeres gestantes y madres en periodo de lactancia con bajo peso. Tras realizar un proceso de focalización y tamizaje con los niños 26
y mujeres gestantes y madres en periodo de lactancia, un equipo de profesionales del Hospital Nuestra Señora de Los Remedios hizo entrega de suplementos vitamínicos y paquetes alimentarios a la población que se encontraba en riesgo de desnutrición o con bajo peso. Con estas acciones se contribuye al mejoramiento de la salud de los niños y mujeres de las comunidades, propendiendo por su salud, bienestar y nutrición.
Brigada de identificación y registro Luego de que el equipo de Fundalianza levantara un censo con la población no identificada en las comunidades indígenas de Perico, ante la Registraduría Nacional del Estado Civil fue realizada una solicitud con el fin de identificar y registrar a menores y mayores de edad que carecen de identificación. Fiel a su vocación de velar por la garantía de derechos de los habitantes de las comunidades en las cuales realiza intervención, Fundalianza articuló su trabajo con
la Registraduría Nacional del Estado Civil, a fin de que quienes lo requieran puedan gozar del derecho de tener un buen nombre y les sea emitido el documento colombiano de identidad correspondiente. Para mediados de diciembre se espera sea realizada la jornada de identificación en las comunidades, con lo cual Fundalianza sigue ofreciendo una intervención integral que apunta a mejorar la calidad de vida de las poblaciones participantes en los proyectos que lidera.
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