Boletín Equo. Agosto

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Boletín Agosto 2020

Gustavo tenía una amiguita, una niña alegre y bondadosa llamada Alegrita, que fue la única que quiso acompañarle aquellos días, porque los demás se apartaban por miedo a mojarse y acabar totalmente negros. Y un día que Gustavo estaba ya cansado de la nube, le dijo:

CUENTO

La increíble lluvia negra Gustavo Gruñetas nunca esta contento con nada. Tenía muchos amigos y unos papás que le querían con locura, pero él sólo se fijaba en lo que no tenía o lo que estaba mal. Si le regalaban un coche, era demasiado grande o demasiado lento; si vistaba el zoo, volvía triste porque no le habían dejado dar de comer a los leones, y si jugaba al fútbol con sus amigos, protestaba porque eran muchos para un solo balón...

Pero no contaba Gustavo con Jocosilla, la nube bromista. Un día que paseaba por allí cerca, la nube escuchó las protestas de Gustavo, y corrió a verle. Y según llegó y se puso sobre su cabeza, comenzó a descargar una espesa lluvia negra. Era su broma favorita para los niños gruñones. A Gustavo aquello no le gustó nada, y protestó aún mucho más. Y se enfadó incluso más cuando vio que daba igual a dónde fuera, porque la nube y su lluvia negra le perseguían. Y así estuvo casi una semana, sin poder escapar de la nube, y cada vez más enfadado.

- ¿Por qué no te animas? Deberías darte cuenta de que eres el único niño que tiene una nube para él, ¡y encima llueve agua negra! Podríamos jugar a hacer cosas divertidas con la nube, ¿no te parece? Como Alegrita era su única compañía, y no quería que se fuera, Gustavo aceptó de muy mala gana. Alegrita le llevó hasta la piscina, y allí le dejó hasta que toda el agua se volvió negra. Entonces fueron a buscar otros niños, y aprovechando que con el agua negra no se veía nada ¡estuvieron jugando al escondite! Aún a regañadientes, Gustavo tuvo que reconocer que había sido muy divertido, pero más divertido aún fue jugar a mojar gatos: Gustavo corría junto a ellos, y en cuanto sentían el agua, daban unos saltos increíbles y huían de allí a todo correr haciendo gestos divertidísimos. En muy poco tiempo, todos los niños del pueblo estaban con Gustavo proponiendo e inventando nuevos juegos para la nube. Y por primera vez, Gustavo empezó a ver el lado bueno de las cosas, incluso de las que al principio parecían del todo malas. Entonces la nube Jocosilla pensó en despedirse e ir con otros niños, pero antes de abandonar a Gustavo, le regaló dos días enteros de lluvias de colores, con las que inventaron los juegos más brillantes y divertidos. Y cuando desapareció, Gustavo ya no protestó; esta vez sabía fijarse en las cosas buenas, y se alegró mucho porque por fin estaba seco y podía volver a jugar a muchas cosas. Pedro Pablo Sacristán


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Optimismo como fortaleza El optimismo es la capacidad de creer en un futuro próspero, lo que nos permite enfrentarnos a la adversidad con el convencimiento de que acabaremos superándolo, al menos a nivel emocional. Esta habilidad nos permite ganar en resiliencia y enfrentar mejor la adversidad, apoyándonos en la parte positiva, en nosotros mismos y en nuestras capacidades. Desde el optimismo no se obvia la realidad ni se evitan las emociones negativas. El peso de la acción y el foco, sin embargo, giran hacia el bienestar, pese a las circunstancias. Los niños son especialmente sensibles a los acontecimientos vitales, no contando, además, con el suficiente conocimiento del mundo como para poder razonar y gestionar mejor sus emociones. Por eso necesitan que los padres y educadores les doten de herramientas positivas que les ayuden a enfrentarse mejor al mundo. Al enseñar con optimismo aseguraremos la mejor adaptación de nuestros hijos y un incremento en su nivel medio de bienestar. 1. Enseña con ejemplos Los niños necesitan sentir validez y seguridad con aquello que hacen. Por eso, cuando se enfrentan a nuevos retos, se sienten más débi-

les. Busca mediante ejemplos claros, sencillos y recientes enseñarles que han sido capaces en otras ocasiones superar los problemas pese a partir desde el desconocimiento. 2. Trabajo los puntos débiles Cuando hacen actividades que les salen mal, no hay que restar importancia a sus emociones o exigirles la perfección. Estas actividades son las que más deben practicar, con paciencia y dando espacio a la frustración. De esta forma, sin tirar la toalla, sabrán que pueden enfrentar tareas más complicadas en el futuro. 3. Refuerza el triunfo Cada pequeño logro que consiguen es dig-

no de ser premiado, desde el refuerzo verbal o con pequeñas actividades en familia. El ocio debe ser prioritario frente a los premios materiales o los castigos. 4. Foco en lo positivo Nuestro lenguaje y nuestra actitud determina el camino que estamos siguiendo, lo cual se refuerza con la atención externa. Da mayor prioridad a sus necesidades cuando sean formuladas en positivo, nunca desde el pesimismo o el victimismo. 5. Modelo a seguir Eres el mejor ejemplo para tu hijo y tienes un impacto directo en su autoestima. Por eso, todas aquellas palabras o conductas relacionadas con la desvalorización serán imitadas por los

más pequeños. Trátate con compasión, respeto y cariño. Tus hijos harán lo mismo. 6. Juega usando las fortalezas Si ponemos el foco en todas las habilidades que nos hacen destacar, podremos potenciarlas. Para aumentar su autoestima, busca juegos o actividades donde se ponga a prueba aquello que se le da bien, desde el logro y el reto. Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos, y para dárselo necesitamos dotarles también de herramientas emocionales, no sólo de seguridad física. Educar en optimismo es una buena forma de protegerles y darles autoridad e individualidad.


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Cómo aprovechar la cuarentena para reforzar los lazos familiares

El confinamiento por la COVID-19 presenta una situación nueva para todos: nunca antes, los miembros de una familia habían convivido 24 horas durante tantos días seguidos en un mismo espacio. Pese a las muchas dificultades que la crisis del coronavirus, también presenta oportunidades que tal vez no se repitan nunca. Pasar tiempo con los niños y rodearles de afecto y cariño son las claves para atravesar esta situación de la mejor manera posible. Las necesidades reales de las familias se van volviendo más visibles: estamos más estresados y más nerviosos que en los estadios iniciales de la pandemia y necesitamos ayuda para amortiguar las tensiones y detectar las pequeñas cosas que podemos hacer para mejorar la situación en casa. Con menos herramientas que nosotros, para los niños puede ser especialmente difícil expresar como se sienten y qué necesitan de nosotros.

importante procurar evitar delante de ellos hablar de nuestra preocupacion sobre el virus, los contagios o los fallecimientos” Esto no significa, no obstante, mantenerlos a ciegas. Nuestro trabajo es transmitirles seguridad desde la información, que les llegue siempre de un modo adecuado y adaptado a su edad y sus características individuales. El objetivo es explicarles las cosas desde su lenguaje: “A través del juego, a través de lo simbólico, utilizando la ilustración”, etc.

2. Comunicarnos con ellos También es imprescindible crear un espacio donde se pueda hablar y se puedan expresar emociones desagradables como la tristeza, el enfado y el miedo. “Tenemos que ser capaces de contener y acompañar emocionalmente a los niños, entendiendo que sus necesidades se están viendo limitadas. No salir, no ver a sus amigos, no ir al colegio, son cosas que pueden generarles gran frustración”.

1. Controlar la información que reciben

“No hay que prohibirles las pataletas sino acompañarles en ellas desde el afecto“

El primer paso es darnos cuenta de que los niños y las niñas no procesan la información de la misma forma que nosotros. Por eso es necesario protegerles de aquella información que puedan no entender o malinterpretar. “Es

Las emociones desagradables son respuestas adaptativas que no tenemos que rechazar: “Es más preocupante que los niños repriman, no verbalicen su preocupación y no


sepan canalizar la ansiedad. No hay que prohibirles las pataletas y que se molesten, sino empatizando con ellos, agachándonos, poniéndonos a su nivel, acompañándoles desde el afecto”. ¿Y cómo podemos gestionar un berrinche de forma adecuada? Frases como” o “Yo también estoy preocupada” ayudan a garantizar la autoestima del pequeño en la situación, donde también es necesario que transmitamos protección: garantizarles que “Papá y mamá están aquí” o que “Te vamos a cuidar para que no te pase nada” puede aumentar su nivel de bienestar sin rechazar o esconder sus sentimientos.

3. Crear rutinas flexibles Además de para mantener la salud de los adultos, para los niños es importante que en cada la casa haya un horario establecido: “También han de ser flexibles, porque en un contexto así no podemos ser rigidos, pero hay que intentar que haya tiempo para todo: jugar, leer, estudiar un ratito, la tecnología —con la que también tenemos que ser más flexibles— y el ocio en familia”. “Como profesionales, llevamos años pidiendo a los padres que pasen tiempo con sus hijos Aumentar el tiempo que pasamos en familia es una de las pocas cosas buenas que nos ofrece esta situación y tenemos que aprovecharlo: “Es una oportunidad para crear un vinculo y un apego, así como de satisfacer la necesidad que tienen los niños de pasar tiempo con los padres”.

4. Establecer normas entre todos Algo imprescindible para estos días de confinamiento es acordar cuáles son las normas que se siguen en la casa: “Que en familia se llegue al acuerdo de algunas normas que hay que cumplir y que pueden ser

diferentes a las anteriores”. Pero estas normas no deben ser impuestas sino acordadas entre todos los miembros de la familia. Y lo mejor es que estén escritas en papel: “Se pueden colgar en una zona visible de la casa, como la nevera, para que todo el mundo pueda consultarlas cuando le haga falta”.

5. Fomentar su autonomía Aunque preparemos para ellos actividades de ocio, cuentos, manualidades, rompecabezas, pasatiempos o juegos de mesa en familia, tambien tenemos que contemplar en las rutinas actividades de autonomia como vestirse, colaborar en casa, tender o realizar pequeñas funciones en el hogar. “No podemos pedirle a un niño que haga cosas que no puede hacer“ Entre las obligaciones de los niños se encuentran las rutinas de alimentacion, de higiene, de sueño o de ejercicio fisico y escolar. Aunque, en lo referido a las actividades escolares, los expertos piden prudencia y flexibilidad: “Muchos padres están más preocupados por la presión académica de sus hijos que por lo que estamos viviendo ahora mismo”.

6. Adaptarnos a ellos Cualquier exigencia o responsabilidad del menor tiene que estar adaptada a su etapa evolutiva: “No podemos pedirle a un niño

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que haga cosas que no tiene autonomía para hacer, y esto no solo depende de la edad sino tambien de la persona”.

9. Acompañarlos en sus emociones difíciles

Hay que acompañarles hasta que adquieran el aprendizaje y proponerles tareas que pueden cumplir y no les generen una carga de estrés añadido.

Como explicábamos al principio, la psicóloga subraya la importancia del afecto, el cariño y el acompañamiento en la expresion emocional: “Es normal que esten frustrados, que sientan la presión, que estén inquietos porque no pueden canalizar la energía.

7. Dejar espacio al tiempo libre

10. Controlar nuestra agresividad

“El aburrimiento es creatividad y desarrollo de la fantasía“ ¡También es importante dejar que se aburran! El aburrimiento también es un bien escaso y útil para el desarrollo y el aprendizaje: “Los niños aprenden a través del juego y el juego libre es importante para que les demos su espacio. Antes no tenian tiempo para aburrirse, pero el aburrimiento es creatividad, desarrollo de la fantasia y del pensamiento mágico”.

8. Mantener el contacto con los demás

Los niños y los abuelos también deben hacer videollamadas: “Es importante mantener el contacto con otros familiares y amigos por videollamada u otras aplicaciones. Hay figuras relevantes para los niños como son sus amigos, sus abuelos, y es muy importante mantener la comunicacion de forma sencilla y ludica”.

Para que lo anterior sea posible, también tenemos que preocuparnos por nosotros mismos: intentar no agotarnos, no exponernos más de la cuenta y no convertir nuestra frustración en agresividad contra los menores: “Es importante que los niños se sientan protegidos y cuidados por sus cuidadores primarios. Vivimos un tiempo único y es algo temporal, transitorio, que va a pasar; la familia nunca va a estar tanto tiempo junta, así que mejor crear un recuerdo bonito”. Sea la dificultad a la que tenemos que hacer frente, y en una situación como esta pueden ser muchas, hay que dedicar esa atención especial a los niños para no convertir este momento en un recuerdo traumático: es importante cuidarnos y cuidar a los más pequeños rodeándolos de seguridad, cariño y afecto.


Dinámica de la sonrisa: Dinámica de la sonrisa: Juegos sobre el optimismo que permite fomentar el uso del pensamiento positivo, la alegría y el bienestar en los niños. El juego de la sonrisa es ideal para practicarlo en el casa y ayudar a descubrir el lado bueno de las cosas. En que consiste la dinámica de la sonrisa El juego es una dinámica educativa, que consiste en una reflexión sobre el valor de la sonrisa y de aquellas pequeñas cosas que nos hacen sentir bien. Cada día son muchas las cosas buenas y malas que nos suceden, pero a menudo nos centramos en los aspectos negativos, es muy importante enseñar a los niños y niñas a reflexionar sobre las cosas buenas y a ser capaces de sonreír, no se trata de suprimir o extinguir las emociones negativas, pero sí de fomentar el estado de ánimo alegre y positivo.

Preparamos una caja de cartón (una simple caja), anotamos en ella “Fabrica de sonrisas” y la decoramos como queramos. Y una vez preparada la caja de cartón, anotamos cada motivo de la lista en una hoja aparte o algo que se relacione con cada motivo por ejemplo: la foto de mi hermano pequeño, o un dibujo, o una frase de colores , etc…. y lo vamos introduciendo en la caja. Ahora todos y cada uno de nosotros tiene su propia fábrica de sonrisas. Vamos a proponernos dos cosas:

La sonrisa, contribuye al pensamiento positivo y al bienestar de los niños. Les explicaremos a los niños y niñas lo siguiente: “Todos tenemos días tristes y días alegres, no pasa nada por tener un día triste, lo puede tener cualquiera. De todas formas hasta en los días tristes siempre tenemos algo por lo que sonreír, solo tenemos que pensar un poco para encontrar algún motivo, alguna cosa que nos puede hacer sonreír. Vamos a pensar en esas cosas que nos hacen sonreír cada día y las vamos a anotar en nuestra lista de cosas que me hacen sonreír, podéis usar los colores que queráis para anotar y anotar tantas cosas como queráis” Les dejamos un rato para que completen su lista de cosas que les hacen sonreír, también podemos ponerles algún ejemplo, o varios como por ejemplo: a mí me hace sonreír mi hermano pequeño, mi mascota, una canción, un dibujo, una comida, algún gesto como las cosquillas, un chiste, etc. Cuando hayan completado la lista, preparamos la caja que será la máquina de sonrisas.

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Cada vez que sonría por un motivo que no aparezca en la lista, anotaré este motivo y lo colocaré en la fábrica. Intentaremos sonreír mínimo tres veces cada día. El día que no hayamos sonreído tres veces, vamos a la fábrica de sonrisas y sacamos de dentro alguno de los motivos y de este modo fabricamos una sonrisa. Qué objetivos se consiguen con el juego de la máquina de las sonrisas - - -

Enseñar a los niños a identificar aquellas cosas que le hacen sentir bien de verdad Potenciar los pensamientos positivos frente a los negativos Agradecer todas las cosas buenas que pasan a lo largo del día


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