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Setiembre 2020
Consejos sobre
aprendizaje intergeneracional El envejecimiento de la población y los cambios que se están produciendo en la estructura social hacen necesario propiciar un acercamiento entre las personas mayores y los jóvenes, a fin de evitar los estereotipos negativos que pueden surgir entre generaciones que no interactúan entre sí, y fomentar la cohesión social.
1 Determinar dónde puede el aprendizaje intergeneracional dar mayores frutos.
Resulta esencial saber en qué situación se encuentran las relaciones entre jóvenes y mayores, la naturaleza de las percepciones y los estereotipos y la influencia de prejuicios como el edadismo. Es necesario preguntarse, ante todo, si la actividad ayuda verdaderamente a derribar barreras entre generaciones.
2
Perseguir el beneficio mutuo de jóvenes y mayores. Las actividades deben ser adecuadas e interesantes para todos, aunque no siempre resulta sencillo hallar una fórmula beneficiosa para ambas partes. La experiencia nos enseña que, para que sea efectivo, el contacto intergeneracional en el marco de una actividad de aprendizaje debe ser regular —varias horas a
la semana— y alargarse varios meses.
3 Conocer las nece-
sidades y motivaciones de los posibles participantes. Las motivaciones de las personas mayores suelen ser altruistas y emanar del deseo de transmitir sus destrezas y conocimientos. Los jóvenes, por su parte, normalmente actúan motivados por el hecho de prestar un servicio a su comunidad.
4
Mostrar sensibilidad al seleccionar a los participantes. Es preciso ser sensible a las situaciones de las personas, sus experiencias previas y sus percepciones, así como garantizar la confidencialidad y averiguar qué esperan de su participación y del apoyo que se ofrece.
5
Preparar a cada generación por separado.
Se debe hablar con los participantes acerca de sus expectativas sobre la otra parte y el comportamiento que esperan encontrar, y establecer una serie de normas claras, como el respeto de otras opiniones, aunque difieran de las propias.
6
Asegurarse de que los profesionales que participen en la actividad de aprendizaje intergeneracional posean las competencias adecuadas. Tanto las personas encargadas de desarrollar y orientar las funciones de cada uno como los profesionales que prestan apoyo esencial —por ejemplo, los cuidadores de las residencias— deben comprender las actividades que van a llevarse a cabo.
7
Hacer los contenidos y el espacio en el que se va a desarrollar la actividad atractivos
tanto para jóvenes como para mayores. El aprendizaje intergeneracional normalmente da mejores resultados cuando se desarrolla en entornos distintos de las aulas tradicionales y se aleja de los conceptos de aprendizaje en grupo, y suele articularse en torno a proyectos específicos sobre temáticas como la historia local. El espacio de aprendizaje debe resultar agradable incluso para las personas más reticentes a participar.
8
Reconocer y validar las actividades. Se adquiere especial relevancia cuando a los jóvenes les resulta complicado conciliar las actividades de aprendizaje intergeneracional con su educación formal, aunque las personas mayores también valoran el hecho de que se validen sus nuevas competencias.