Para unos “El Jardín de la Oca” es un camino iniciático, para otros, un tablero de adivinación o un plano secreto y para la mayoría, la senda que lleva a la tumba de un apóstol venerado. ¿Y si todos ellos tuvieran parte de razón? A la búsqueda de una respuesta, incontable número de personas han caminado a lo largo de varios siglos hasta el Finis terrae, el final de la Tierra, por la ruta de las estrellas, el arco-iris del dios Lug de los celtas, el río eterno de árabes y judíos, el Camino de Santiago de los cristianos.
Esta historia transcurre a mediados del siglo XIII por los caminos de La Rioja, Burgos, León y Galicia, tierras de misterios, de viejas creencias, catedrales, de viajeros de diversas procedencias y religiones y, también, de aventureros, visionarios y maleantes.