Julia es traductora y Martin, escritor; Pilar y Abaitua son médicos. Dos parejas que están recomponiéndose (o descomponiéndose) y que quedan turbadas con la llegada de Lynn, una joven socióloga americana cuyo nombre evoca la de la protagonista de una novela de Max Frisch, y que irrumpe en sus vidas convirtiéndose en el elemento desestabilizador que sacudirá la inercia de unas relaciones estancadas.
El Fly away melódico y liberador de Lynn, entremezclado con otros acordes, más o menos gratos, más o menos desgarradores y tristes, atraviesa toda la novela, desde su inicio hasta la “coda”, donde, antes del final, se reconoce el paisaje después de la batalla. Algunos protagonistas levantarán el vuelo, otros se quedarán irremisiblemente en tierra. Lynn, un día ángel liberador, hoy azaroso recuerdo, yace en brazos de otro ángel, el ángel de la memoria, que, a buen seguro, seguirá planeando sobre cada uno de los protagonistas (y de los lectores) de esta magnífica, sabia y emotiva novela.