En la construcción histórica que paso a paso va formando el devenir de los pueblos, éstos despliegan una inmensa energía social dirigida hacia la consecución de sus afanes, ideales y aspiraciones. Mediante este esfuerzo cotidiano y colectivo que realizan mujeres y hombres se construye la realidad material, cultural y espi- ritual que llamamos patrimonio de la nación, la región o la localidad. Es de impor- tancia capital que las generaciones herederas de ese relevante pasado forjado a lo largo de siglos, conozcan, aquilaten y preserven los valores sustantivos que definen los rasgos de nuestro ser histórico.