LA GANADERIA BELALCAZAR E N
Septiembre 30 de 2023
ASGANAPÁEZ 12 AÑOS
T o r o r e p r o d u c t o r p a r t i c i p a n t e e n l a m i n i f e r i a 2 0 1 1B e l a l c á z a r, C a u c a
PRESENTACIÓN
El siguiente folleto nace por el interés de los miembros de la Asociación de Ganaderos de Páez -ASGANAPÁEZ- de ir escribiendo lo que ha sido la historia de la ganadería en el municipio de Páez. Gildardo, mi hermano, me pidió que le hiciera un pequeño relato para leerlo en la inauguración de la fería en noviembre del año 2022 y me comprometí a escribirle sobre la ganadería pero en Belalcázar, pues ya hablar de todo el Municipio requeriría de un trabajo de mayor investigación que demandaría de mucho tiempo del cual no disponía.
Los siguientes son, pues, solamente algunos “rejazos” para ir escribiendo la historia de la ganadería en Belalcázar y sus alrededores. Como con muchos otros aspectos de la historia de nuestro pueblo, es muy poco lo que sobre ella se ha escrito por lo que recurriremos a nuestros recuerdos y a la memoria de los mayores para iniciar este relato que esperamos poco a poco se vaya corrigiendo y complementando con los aportes que todos ustedes puedan hacer. Entonces, sin más preámbulos, ¡manos a la ubre!
Manuel José
Difícil responder con precisión esta pregunta, pero si nos atenemos a las crónicas de los conquistadores españoles que dicen que estos fueron traídos por ellos en el siglo XVI, bien podríamos inferir que a nuestra región llegaron traídos por los encomenderos a quienes la Corona entregaba grupos de indígenas nasas para su “cuidado” y también por algunos curas doctrineros.
A propósito de estos últimos, el padre David González en su libro: “Los pae -
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¿Cuándo llegaron los primeros ejemplares bovinos a la región?
Indígena nasa del resguardo de Tálaga, a mediados de la década del 30, ordeñando su vaca / Foto Horst Martin.
ces . . .” nos narra cómo al llegar a comienzos de la década del 20 a Belalcázar, por orden de sus superiores, debió pasar de “administrar almas” a cuidar unas cuántas reses de la curia que deambulaban libremente por las lomas de Avirama y cómo pudo organizar el hato de Minas, en el resguardo de Tálaga, que vendría a ser el inicio de una ganadería más organizada en la región. Empecemos, pues, con este ameno relato:
“En 1922 los padres misioneros tenían vagando por las lomas de Avirama una docena de vacas. Quisieron ellos, desde luego, que el recién llegado como más joven (o sea el padre David González), se encargara de la administración de esos animales: “Yo no he venido a manejar vacas sino a evangelizar las gentes”, era la invariable contestación ante el empeño de los compañeros.
Un día dijo uno de ellos:
- Pues, entonces, jamás tendremos iglesia ya que estos animales son el único capital con que contamos para esa obra.
- Ustedes nunca me habían dicho que ese es el capital para la anhelada iglesia; puesto que ello es así, me encargo de las vacas –dijo el nuevo mayordomo y comenzó la tarea de
ir cada 15 días a recorrer altísimas lomas, bordear precipicios, en busca de las vacas para darles la sal, y qué lucha para defender esa sal que querían lamer todas las vacas ajenas-.
Urgía la necesidad de un corral para salar, marcar y curar. El compañero de vaquería, Pedro Vargas Gutiérrez, mostró un guadual y dijo: “Es de la parcialidad y los padres pueden sacar materiales de allí porque el Cabildo y la Parcialidad así lo han resuelto”. Y manos a la obra.
Un día Pedro Vargas amaneció derrocando guaduas y el padre mayordomo subió a la altura con varias mulas para el arrastre. Iban los dos con varias rastras de guadua; de pronto desapareció Pedro, había visto que no lejos de ellos marchaba a su encuentro, machete al brazo, el viejo Evaristo Vargas.
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El hato de Minas a mediados de la década del 30, administrado por el padre David González. Obsérvese que los cercos se hacían con muros de piedras apiladas / Foto Horst Martin.
- Cura ladrón, ese guadual es mío, deje allí las rastras –fue el saludo de Evaristo. El asunto no pasó de voces, el corral se hizo en la planadita alta, cerca de la casa de Julia Vargas.
No era tolerable esa vida de vaquero por lomas enteramente libres y sin límites, en donde se perdía el tiempo, no se podía andar con facilidad y no había ilusión de poder formar un verdadero hato.
Un viaje a Chinas mostró desde la altura, en la margen izquierda del río Páez, unos terrenos planos de bastante extensión, cubiertos de maleza, abandonados. Los llamaban “Minas” porque según una vieja tradición, en la curva del río, había el arroyo de agua, en otro tiempo las gentes lavaban oro. En el viaje surgió la idea de llevar las vacas a ese llano de Minas. Pero la negativa del padre Tramecourt, el superior, fue rotunda: “No, no, porque se las roban”.
Minas corresponde a una parcialidad cuyo sambenito hacía temer por la seguridad de los animales. No había otro lugar apropiado.
Llego el padre Víctor Prades, director de las hermanas vicentinas con el objeto de practicar entre ellas la visita canónica. Durante el almuerzo dijo al mayordomo (que era el mismo padre González):
- Hola, ¿Cómo va el ganado? ¿Abunda? ¿Cuánto tiene?
- Padre, mal. En aquellas lomas es imposible que la cosa prospere. Se podría llevar el ganado a buena parte, pero usted sabe que eso no depende de mí.
- No, no, no, por mí no hay dificultad. Si usted ha visto un terreno mejor, puede llevar el ganado.
- Bien puede, sí, sí, sí – dijo el padre Tramecourt, quien antes se había opuesto-.
- Séame testigo, padre Prades –agregó el mayordomo-.
Terminado el almuerzo ensilló el caballo, se fue a Tálaga, reunió el cabildo y a los principales del pueblo. Se sentaron las bases de un arrendamiento; poco después el contrato era firmado, aprobado por el Concejo Municipal, y entregado el lote de manera popular.
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La finca de Minas en la década del 60. en la foto, Mons. Enrique Vallejo quien también ensayó con el ganado ovino pero los resultados no fueron los mejores / Archivo Vicariato Apostólico de Tierradentro.
Empezó la obra de limpieza. El misionero decía misa a las 5:00 de la mañana, a las 7:00 ya estaba en Minas, al frente de los obreros. Sobraron peones. En esos tiempos al indio le pagaban $ 0,15 centavos diarios y una mascada de coca; el mayordomo les dio $ 0, 30 centavos, panela y coca. Eso fue un atentado, las gentes que ocupaban a los indios tuvieron sus días de crítica y enojo.
Llegaban peones de hasta tres leguas de distancia; naturalmente venían tarde. A Domingo Ratillo, que se presentó a las 9:00 de la mañana, se le dijo:
- Usted ganará el valor de medio jornal.
- ¿Por qué? –preguntó Ratillo-.
- Por la hora en que ha llegado.
- Eso no, padre, no se fije usted en la hora, fíjese en el golpe del peón.
En poco tiempo aparecieron limpios la vega y el llano alto; alambrados, cercos de piedra, chambas; el agua por la mitad del potrero; sementeras, frutales, vivienda. El mayordomo trasladó allí las vacas, ya no quedaba sino media docena, las otras se habían rodado durante el invierno. Vinieron luego los viajes a Nátaga, La Esmeralda, La Argentina, Segovia, en busca de novillas y sementales seleccionados.
El hato de Minas hizo bienes:
1. Puso la gota de leche en Belalcázar; allí nadie bebía leche de vaca.
2. Dio la idea de cómo se
tiene una finquita, bien arreglada.
3. Despertó el entusiasmo por el ganado de selección; las gentes acudían a Minas en busca del buen ganado y aparecieron en todas direcciones pequeños lotes de ganado escogido, en potreros de pasto artificial.
4. Dio dinero para la construcción de la iglesia de Belalcázar, que era el fin anhelado.
Las lomas altas de Minas fueron verdaderos cuchillos para el ganado durante muchos años; los inviernos hicieron rodar y perecer muchas reses. En los trabajos de Minas jamás se gastó dinero de la comunidad ni de la Misión. El mayordomo hizo los gastos por su cuenta, no para hacer una propiedad suya, sino de la iglesia de Belalcázar. Al dar la administración del hato a otra persona, observó que todo lo que había allí era propiedad de la iglesia de Belalcázar”.
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PROYECTO MEJORAMIENTO DE RAZAS DE ASGANAPÁEZ, apoyado por la Corporación Nasa Kiwe, pastando en la finca Coquiyó (raza Braman Rojo) / Foto Gildardo Escobar C.
El expendio de carne
Según Luis Ignacio Escobar, al referirse a la venta de la carne en Belalcázar, escribe:
“Inicialmente debió llevarse a cabo en la propia casa del dueño de la res, sin mayores normas de higiene y sin un horario establecido; pero a partir de la década del 50 empieza a dársele una organización y ya las mesas de madera y ganchos de hierro, en las que se expendía la carne, estaban ubicadas en la parte sur de la plaza, frente a lo que hoy son los edificios de “El Cafetero” y la fuente de soda “La Luciérnaga”. Ahí, con sus delantales blancos, Luis Ángel, Pedro Franco, Roberto Ospina, Tulio Campo, Senén Narváez y Rafael Quintero, con rústicas balanzas, atendían a los clientes.
Luego llegaría otra generación de matarifes integrada por: Luis Palomino, Pedro Osorio, Eliécer Tocoche, Luis Bolaños, Martín Achipiz y Carlos Castañeda, apodado “Carnegorda”; este astuto opita, hablaba durante toda la jornada y para acaparar clientela repetía: “La carne gorda y la ñapa que no hace falta, arrímense que con Castañeda no hay miseria”. Las gentes se deleitaban con la perorata de don Carlos.
Por aquellos años, Ciro Collo, Vicente+ y Benjamín Sánchez+, al igual que Francisco+ y Marino Muñoz, eran aprendices de expendedores de carne. Don Evaristo Medina+, dio todos los pasos en estos menesteres, pero no quiso
abandonar su puesto de ayudante, auxiliar o picador, continuó fiel a su filosa hacha, despedazando la osamenta bovina, en un tronco especial para este oficio. El matadero era un rectángulo de no más de 50 metros cuadrados, ligera y rústicamente asfaltados; con cuatro o cinco horquetas enclavadas en el piso que servían de botalones; este estaba ubicado al lado izquierdo pasando el puente por la Avenida de Los Estudiantes, en lo que fue la casa de don Tulio Campo y donde hoy se encuentra un parque infantil”.
Hacia la década del 60 se construye el matadero mucho más abajo de la Escuela Normal, junto al río Páez.
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Don Marino Muñoz Campo, fallecido recientemente, en la antigua carnicería de Belalcázar / Foto IMÁGENES DE PÁEZ.
Las reses se sacrificaban en la madrugada de los días miércoles y sábado (días de mercado) para lo cual eran llevadas a este lugar el día anterior. Ahí estaría el matadero hasta el lunes 21 de mayo de 1990, cuando una creciente del río Páez arrasó con parte de la edificación.
A raíz de esto, después de un tiempo de incertidumbre, se decide construir un nuevo matadero por el sector de El Salado, cerca a la quebrada de La Victoria en donde se siguen sacrificando las reses no obstante que este sitio no cumple con los requisitos estipulados por el miMisterio de Salud y Protección Social. De unos años para acá, el sacrificio de las reses se viene haciendo el día anterior a su expendio lo que favorece una mejor maduración de la carne lo que conlleva a un producto con un aspecto, sabor y dureza óptimos para el consumo.
A comienzos del siglo XXI empiezan a aparecer en Belalcázar las primeras famas (entendidas como lugares particulares donde se vende la carne), pues hasta ese tiempo toda la venta se hacía en la carnicería municipal por lo que únicamente esta se podía comprar los días de mercado. Las primeras son la Fama Arcila (del Mono Gabriel) y la Fama Muñoz (de don Marino y familia), ambas ubi -
cadas en el parque central. En la actualidad estas se han multiplicado y ya aparecen la fama “Carnes Sánchez”, de Julián Andrés, la fama de Horacio Arcila, Ricarnes “Sarita” de Willington Pencue Velasco; y también se consiguen productos cárnicos, no solo de res, sino de cerdo, gallina, pescado. . . en tiendas como “El Cafetero”, de don Carlos Posada; supermercado “Isabel”, de Martha Isabel Ule; Merca-Todo “La Paisa”, de Dione Urrego; supermercado “Páez”, de Duvian Orley Ríos; frutas y verduras “Jazmín”, de Andrés Tocoche;
Y así como se han multiplicado los sitios de expendio, también ha ido aumentando el número de personas que se dedican a este oficio, muchos de los cuales son herederos de los carniceros tradicionales de Belalcázar; entre ellos se encuentran: Ariel, Alberto y Julián Andrés (los dos primeros hijos de don Vicen -
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Grupo de expendedores de carne en la antigua carnicería de la galería municipal2014 / Foto IMÁGENES DE PÁEZ.
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te Sánchez, y el último, nieto); Dúmar Ancízar y Carlos Everto Pito (el primero hijo, y el segundo, sobrino de don Marino Muñoz); Juaquín María (hijo de don Ciro María Collo); Léider Arcila Velasco (hijo de don Gabriel). Otros carniceros son: Óscar Velasco, Ferney Campo, Martiniano Cuetochambo.
Pero son también varios los oficios que se pueden desempeñar en la carnicería, entre ellos destacamos el de arrieros, sacrificadores, descargadores, ayudantes de corte, de venta . . . y se vienen a la memoria nombres como los hermanos Ciro y Gilberto Muñoz Nequipo (Camichute+), Miguel y Hugo María Valencia, Noé Vargas, Cristian Chávez, Wílfer Pito López, Héiber Lozada, los hermanos Ovidio y Ovirne Campo, Román García, Roberto Embús, Ernesto Canás, doña Yamile López. . .
Y termino este recorrido recordando a algunos otros personajes que estuvieron vinculados con la “pesa”: don Justiniano Piñacué, los hermanos Pedro y Geovanny+ Osorio; Víctor Hugo Sánchez+, Ovéimar Bolaños Embús, Jorge Eliécer Caicedo Velasco+, don Miguel Vargas+.
1. Capacitación Centro Experimental ICA - Tibaitatá, Cundinamarca 2. Visita de los carniceros de Belalcázar a El Santuario, Antioquie para conocer las experiencia del manejo de carnes. 3. Actuales instalaciones de la carnicería en la nueva plaza de mercado de Belalcázar / Fotos 2 y 3 Juaquín María Collo
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Las lecherías
Por lo escrito por el padre David González, suponemos que por allá a mediados de la década del 20 empieza a venderse en Belalcázar “la gota de leche”, traída a lomo de mula desde el hato de Minas.
En los registros de la finca de los padres vicentinos en Funza, Cundinamarca, aparece que en el año 1960 fueron vendidas diez novillas de raza Holstein a la Prefectura Apostólica de Tierradentro para mejorar los hatos lecheros de la región, por DIEZ MIL PESOS ($ 10.000 m/cte); es decir, a razón de MIL PESOS cada una. Hoy una novilla de esa calidad tiene en el mercado un precio de unos TRES MILLONES Y MEDIO DE PESOS ($ 3.500.000 m/cte).
En la década del 70 la leche es traída en zorra (por los hijos de don Leonardo Martínez) y luego en carro desde las fincas de Irlanda, Tóez y Tálaga para ser vendida en la plaza de Belalcázar. Se recuerdan fincas como “Dublín” (primeramente de don Geminiano Medina, luego de don Nepomuceno Pineda “Nepo”, quien le vendió a don Saulo Medina, este a don Eduardo Embús quienes tuvieron como administrador a don Jorge Galvis y que finalmente fue vendida al cabildo de Wila); “La Colorada”, de los padres vicentinos; “Verdún” de don Arnulfo Rojas; “El Tachuelo”, (de don Rafael Quintero, quien le vendió a don Luis Palomino, este a don Simón Keipo Valenzuela); las de don Rafael Martínez, doña Mercedes Quintero, don Leonardo Martínez. En la planada de El Buco fue famosa la finca de don Milciades Medina donde hubo muy buen ga -
nado. En el resguardo de Tálaga las fincas “La Dorada” y “La Morena” que pertenecieron a don Luis Palomino y luego fueron vendidas a don Eduardo Embús, en la actualidad administradas por el cabildo indígena. . . y lecheros como don Leonardo Martínez, don Marino Muñoz, don Óscar Hernández, don Luis Bolaños. . . quienes al mismo tiempo prestaban el servicio de transporte llevando y trayendo pasajeros entre estas poblaciones.
Por el cañón de El Símbola hubo también muy buenos hatos ganaderos que surtieron de carne y lácteos a la cabecera municipal: “La Aurora” perteneció a don Jairo Arboleda quien vendió a don Naval Rodríguez y este al cabildo de Avirama. En La Estrella las fincas de los hermanos Gutiérrez, Ignacio y Samuel.
Para esta época, como la demanda era mayor a la oferta, había que ir con anticipación al sitio donde esta se expendía a dejar la vasija:
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FINCA DUBLÍN, en el resguardo de Wila, en la década del 80 cuando pertenecía a don Eduardo Embús / Foto Luz M. Galvis F.
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olla, olleta, jarra, caldero. . ; allí, la persona encargada de su venta, dependiendo de la cantidad de leche que se hubiese traído, determinaba la cantidad que nos podía vender: si uno iba por tres botellas, perfectamente le podía decir que solamente le vendía una pues no le alcanzaba para todos; y no eran pocos los que se iban con su “caldero” vacío porque para ellos no había alcanzado.
Los finqueros que no podían diariamente vender su leche, aprovechaban para cuajarla y traer sus quesos al mercado de Belalcázar el día sábado, por eso eran famosos los quesos de Dublín, de don Jairo Arboleda, de doña Mercedes Muñoz de Arteaga, de doña Uvaldina León, de Sonia Anrango, de don Manuel Cardozo, de Omaira Dorado (del sector de Irlanda); y de los lados de La Símbola de don Samuel Gutiérrez.
A lomo de mula, durante cuatro años, a partir del año 1976, siendo mayordomo mi papá José Jesús, se transportó la leche de la finca de Minas (en donde se ordeñaban unas 15 vacas de razas Pardo Suizo, Normando, Orejinegro y Holstein que producían unos 60 litros) hasta Belalcázar. Corpus Cuetocué, Luis Quilcué, Luis Humberto Inseca, Ernesto Cuetochambo, Carlos Vargas, Libardo Yondapiz, Toño y Decio Escobar. . . fueron algunos de los adolescentes lecheros que caminaron diariamente los seis kilómetros para traer la leche hasta la casa cural en donde era repartida entre los religiosos y algu -
nas familias necesitadas.
Y también a lomo de mula Chucho Guagás bajó diariamente desde Calderas, Inzá (unas cuatro horas de camino) la leche que era producida en el hato de don Justiniano Piñacué, una de las personas que mejor manejo hizo del ganado en la región, para ser vendida a don Jesús Chilito quien la utilizaba en la elaboración de sus famosos kumis, sevillanas y pasteles.
En la década del 80 se funda en Irlanda el Seminario Indígena Paez –SIP- y uno de los proyectos que allí se organiza es el de ganado lechero por lo que a los estudiantes se les entregan cerca de 40 vacas para ser ordeñadas diariamente. Por esta época aparecen nuevos lecheros como don Reinel Palomino, Bernardo Méndez Caldón y Francisco “Paco” Castro. En 1988, al llegar a la rectoría del plantel el padre Jorge García Isaza, quien venía de las tierras bolivianas, decide mejorar la producción y para ello:
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CONSTRUCCIÓN DE CORRALES EN GUADUA para la plaza de ferias en Belalcázar / Foto Gildardo Escobar C.
1) implementa el ordeño mañana y tarde: el de la mañana será vendido al lechero que viene desde Belalcázar y el de la tarde será destinado a la fabricación de quesos y cuajada;
2) se debe llevar un control estricto de la leche producida por cada vaca por lo cual se diseña un registro en el que se apunta la cantidad de litros producidos;
3) los nuevos terneros machos que nazcan serán vendidos a los ocho días a los mismos estudiantes del SIP para que los lleven a sus comunidades y empiecen también ellos a mejorar sus hatos lecheros; las hembritas sí se criarán para ir reemplazando las vacas viejas de la finca; y
4) trae de la finca de los padres vicentinos en Funza, Cundinamarca seis vacas lecheras de raza Holstein que allá producían en promedio 20 botellas de leche diariamente con la intención de aumentar la oferta; desafortunadamente, quizá por los pastos, el clima, o quién sabe que otra razón, estas no producen más de cinco botellas por lo que decide venderlas al cabildo indígena de La Mesa de Tóez.
Por allá en el 92, la Quesería Rural de Mosoco que tenía muy bien montado el proyecto lechero, abre una tienda de productos lácteos en Belalcázar donde se pueden conseguir quesos de muy buena y variada calidad (campesino, doble crema, probolón, pera, siete cueros, quesillos. . .), yogurth, kumis, mantequilla. . . pero esta dicha llegó hasta la avalancha del 94 cuando por la falta de vías fue cerrada la tienda.
Y curiosamente, la avalancha también acabó con la forma tradicional de vender la leche en Belalcázar. A las tiendas del pueblo empezó a llegar el producto en polvo y pasteurizado en bolsas y cajas, y la gente se familiarizó con marcas como Klim, Alpina, Algarra, Colanta, Alquería, Parmalat. . . y aunque su costo era mucho mayor que la vendida en calderos y olletas, la gente prefirió la primera. Es que muchos pasaron de la leche entera (que ahora les producía gases y les caía mal) a la leche deslactosada y descremada.
Por eso en los últimos años se volvió normal ver a personas “caseando” el producto montados en una moto: Ricardo Piñacué (quien venía desde La Plata, Huila), Ferney Campo, Diomedes y Baudilio Lucumí (del sector de El Salado), José María Ñandi (de Tóez). Y nos cuentan que otros que también vendieron leche en tiempos pasados fueron don Jerónimo Poche Huila (venía de El Boquerón), doña Eva Collo, don José Apolinar Cuetochambo y don Juan Collo; don Fortunato López (de El Símbola); y también José David Peña (de San Miguel). Ɏ
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CAPACITACIÓN brindada por la Corporación Nasa Kiwe en el resgurado de Tóez, municipio de Páez / Foto Gildrdo Escobar C.
La feria agropecuaria de Belalcázar
Entre el jueves 11 –día festivo no laborable en aquella época- y el domingo 14 de noviembre de 1976 se celebró en Belalcázar la I Feria Comercial y Ganadera, siendo alcalde municipal don Rogelio Vanegas Garzón.
Pero para poder hablar de la feria en Belalcázar tenemos que recordar primero la Feria Agropecuaria de Tóez –la pionera de las ferias en Páez- que nació en el año de 1973 y que se celebró coincidiendo con el primer domingo de diciembre hasta el año 1993 –antes de que Tóez desapareciera por la avalancha-, gracias al empuje de grandes líderes como lo fueron los profesores Álvaro Villani Tróchez, Gerardo Gacharná, Ernesto Yaima; doña Elcira Palomino, Simón “Keipo” Valenzuela, Milciades Medina, Luis Bolaños, Jaime Rincón, Héctor Medina, Luis y Bernardo Méndez, Teodoro López y tantos otros que se escapan y que contaron con la asesoría de los doctores Héctor Narváez –veterinario- y Tiberio López –agrónomo- funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Es que por esos años Tóez se proyectaba como el poblado con más futuro de Páez gracias a sus líderes, su fuerte economía, a la acción del Núcleo Escolar y a la carretera que por allí unía con el departamento del Valle. Lógicamente que a
los toeceños no les gustó mucho que tres semanas antes se les pusiera la feria en la cabecera municipal.
Volviendo ahora sí a la Primera Feria de Belalcázar, ésta contó con la organización de los doctores Álvaro Argüello y Jesús Betancurt, Fernando Darío Peña, Libardo Collo, Faustino Manzano, Guillermo Benavides, Gilberto Montero y Arnulfo Medina y se acordó que esta se celebrara cada año coincidiendo con el festivo del 11 de noviembre. Los corrales para el ganado se hicieron donde hoy está ubicado el Club Familiar y la callecita de Radio Eucha. Dentro del programa se destacaron: la cabalgata precedida por la Reina del Bambuco 1976, Zoraida Ortiz Mera; los bailes que se realizaron en las casetas “Moto-Ritmo” de Piendamó –que se ubicaba donde hoy queda el coliseo cubierto de la Avenida Santander- y “La Tropicana”,
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José Escobar C.
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(Tomado de un artículo de El Enjambre No. 13 - noviembre 15 de 2008)
JUZGAMIENTO EN LAS FERIAS DE BELALCÁZAR de la mejor vaca lechera / Foto Gildardo Escobar C.
y en las discotecas Fantasía –hoy “Siboney”- y el “Salón Familiar Silvia”; y “Los Astros” fue la orquesta que puso a bailar a los belalcazunos.
La feria se siguió celebrando ininterrumpidamente hasta 1993 y fue ganando en calidad y número de visitantes. En 1994, debido a la avalancha, no se celebró pero en 1995 revivió con más fuerza y con la celebración del Primer Festival del Retorno –a propósito, hasta ahora no se hace el segundo- que fue amenizado por la orquesta Internacional de “Nelson y sus Estrellas”, conjunto musical que hizo que los belalcazunos se volvieran exigentes en materia musical y se viera pasar por aquí en los años siguientes a grupos y cantantes de la talla de “Los Soneros de Colombia” –con Wilson Saoco, Hermes Manyoma, Píper Pimienta y Álvaro del Castillo-, “Son de Azúcar”, “Matecaña”, “Los del Caney”, “El Combo Caribe” de Armando Hernández, “Sonora Dinamita”, “Lisandro Mesa y Los hijos de la Niña Luz“, “Banda Fiesta”, Nelson Gómez y Luis Alberto Posada, entre otros.
La caseta no podía faltar en las fiestas y por muchos años se hizo en el actual coliseo de la Avenida Santander, pero también en el Bello Horizonte –frente a la actual casa de Don Tito Peña-, en el San Fernando –frente a la casa de Don Luis Cano,
en el Panamericano -frente al actual hospital-, en el parque central –frente a la galería-, en el galpón del “Paisa” Gabriel Restrepo y dentro de la misma Galería Municipal.
En 1993 se realizó el “I Reinado Interveredal de la Simpatía” que coronó a María Ana de Jesús Medina, de Coquiyó, como Reina, pero este evento sólo se celebró en tres ocasiones, hasta 1996.
Pero no hay duda que el evento central de la feria se ha vivido en la cancha de la antigua Escuela Urbana de Varones donde se lleva a cabo la exposición, juzgamiento y venta de las especies mayores; allí, ganaderos, caballistas, negociantes y curiosos, de Páez, Inzá, Popayán y el suroccidente del Huila disfrutan montando en finos –y también ordinarios- corceles, observando el ganado, a los chalanes y los remedos de corridas de toros –cuando se hacen- o tomándose unas amargas o unos “niqueladitos” en las distintas
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El toreo, una de las actividades realizadas en muchas de las ferias de Belalcázar; inicialmente el corral se hacía donde actualmente se encuentra el coliseo de la Avenida Santander y luego en la cancha de la Escuela Urbana / Foto Chucho Valenzuela
Manuel José Escobar C.
casetas que allí también se instalan. Las cabalgatas y los desafíos gallísticos son otros dos eventos que no han faltado en las ferias que hasta ahora se han realizado.
No hay duda que desde 1976 las diferentes administraciones municipales, a través de sus alcaldes, han colaborado –unos más que otrospara la buena realización de la feria. También es importante el impulso que le han dado entidades que tienen que ver con el campo, los comerciantes –ganaderos, matarifes, dueños de tiendas, cantinas, bares, etc.y gentes que gustan de ella para que se llegue a la edición No. 28.
Corriendo el riesgo de dejar por fuera muchos nombres, es justo mencionar a algunas personas –muchas de ellas sin ser funcionarios relacionados con el agro- que por muchos años dieron o siguen dando lo mejor de sí para hacer de la Feria de Belalcázar uno de los eventos más representativos del oriente caucano y el suroccidente huilense: José Vicente Sánchez, Justiniano Piñacué, Arge -
miro Isaza, Medardo Guerrero, José Marín Medina, Sucre Campo, Alberto Sánchez, Gildardo Escobar, Írner Ceballos, Nemesio Yondapiz, Jorge Eliécer Caicedo, Horacio Arcila, José Ernesto Inseca, Jorge Eliécer Quintero, Roberto Embús, Aureliano Mulcué, Hildebrando Achipiz, Hortensia Pencue, Mireya Valencia, Reinel Orozco, Wilson Lombana. . .
Y se termina este recuento haciendo un reconocimiento a las personas que lideran la edición XXVIII: James Arbey Yasnó Gallego, Presidente Honorario; Edna Lyda Embús Palomino, presidenta; Eloy Muñoz Salazar, vicepresidente; Amilvia Medina Collo, tesorera; Edgar Livio Ledezma Lozada, secretario; Ovéimar Muñoz Collo, Hárold Fernando Escobar López, Édgar Nelson Cuéllar+ y William Cristóbal Mesa Soto, vocales; José María Hurtado Penagos+, fiscal; y María Lucy Lemus Medina, publicidad. Ɏ
En noviembre de 2022 en el marco de la versión XXXVIII de la feria de Belalcázar, se realizó la bendición e inauguración de los corrales de la Plaza de Ferias, con la participación del alcalde de Páez Dubán Arbey Velasco Velasco, Monseñor Oscar Múnera, representantes de la Corporación Nasa Kiwe, y todos los integrantes de la Asociación de Ganaderos de Páez “ASGANAPAEZ”.
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Mons. Óscar Augusto Múnera; el alcalde de Páez, Dubán Arbey Velasco; y don Horacio Arcila, presidente de ASGANAPÁEZ, en la bendición e inauguración de los corrales de la plaza de ferias de Belalcázar - 2022 / FB Alcaldía de Páez Cauca.
La Asociación de ganaderos de Páez
La Asociación de Ganaderos de Páez -ASGANAPÁEZ- es una entidad privada, sin ánimo de lucro, con personería jurídica No. 900489854-7 que nació el 30 de septiembre de 2011 en reunión sostenida en el salón parroquial de Belalcázar, a la cual asistieron 32 personas, constituyéndose en asociados fundadores.
ASGANAPÁEZ tiene como objetivos principales:
–Defender y satisfacer el interés del asociado.
–Brindar capacitación técnica.
–Comercializar los diferentes productos.
–Fomentar el desarrollo pecuario, ambiental, social y económico.
Su estructura democrática está conformada por: la Asamblea General , la Junta Directiva y un Fiscal.
La Asamblea General la conforman los 29 socios activos (ver listado) y los cinco comités de trabajo, que se encargan de:
–Mejoramiento de praderas.
–Repoblamiento bovino.
Mejoramiento genético.
–Maquinaria y equipos.
–Comercialización.
Su patrimonio se basa en:
–Cuota de afiliación.
Cuota de sostenimiento.
–Aportes y donaciones.
–Utilidades por las actividades realizadas
Hasta el momento la Asociación ha participado de actividades como:
–Feria comercial y agropecuaria de Belalcázar que se realiza el segun -
do puente festivo de noviembre. –Jornada comercial y ganadera (Miniferia) organizada por ASGANAPÁEZ desde el año 2012 el segundo domingo del mes de mayo. En el 2023 se celebró la edición No. 10 que se corrió para el tercer domingo de junio.
–Capacitaciones:
• ICA - Resolución 840. Se trabajó: normatividad, comercialización, insumos e inocuidad, registro de predios pecuarios.
• Multiagro Popayán: manejo agropecuario.
• Almacén agroindustrial de semillas: pastos y gramíneas.
La ganadería en Belalcázar 15
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PLAZA DE FERIAS DE BELALCÁZAR, lugar en donde se realiza la Jornada Comercial y Ganadera (Miniferia) organizada por ASGANAPÉZ y la Feria Comercial y Agropecuaria de Belalcázar / Gildardo Escobar C.
Manuel José Escobar C.
• Laboratorios Virbac: buenas prácticas de vacunación.
• Corporación Nasa Kiwe: prácticas de campo.
Asistencia a Agroexpo Bogotá: observación de exposiciones.
– Visita al ICA de Tibaitatá en Mosquera, Cundinamarca:
• Experiencias agrícolas en hortalizas: huerta casera y huerta escolar.
• Razas criollas: Blanco Orejinegro, Hastón del Valle, Romosinuano, Llanero.
• Procesos pedagógicos sobre agricultura urbana Ɏ .
PRESIDENTE : Horacio Arcila Alzate
VICEPRES: Julián Andrés Yasnó S.
SECRETARIA: Edna Lyda Embús P.
TESORERO: Gildardo Escobar C.
SUPLENTES: Carlos F. Castañeda L.
Gilma Velasco
FISCAL: Geminiano Pencue Pardo
Nereyda Achipiz Pachongo
Wérner Achipiz Pachongo
Gabriel Arcila Alzate
Ovidio Campo Orozco
Nelson Yenir Cuetocué Muñoz
Roberto Embús Gómez
Decio Escobar Castañeda
Esneda García Cuetocué
Wilson Ferney Ipia Vargas
Gustavo Isaza Restrepo
Yamile López Vía
Carlos Mario Mora Huertas
Deison Germán Mulcué M.
Ovéimar Muñoz Collo
Misael Muñoz Gil
Rafael Pencue Pardo
Carlos Everto Pito López
Eusebio Ramos
Hugo María Valencia Ossa
María Hilda Vargas
Ferney Vargas Quina
Ricardo Yoja Chate. Ɏ
MIEMBROS DE ASGANAPÁEZ - 2023. En total son 29. De los socios fundadores, tres ya fallecieron: Fernando Muñoz, don Saturnino Chate Inseca y don Francisco Muñoz Campo; los dos primeros fueron reemplazados por sus esposas: Nereyda Ahipiz Pachongo y Maria Hilda Vargas / FB Alcaldía de Páez Cauca.A S G A N A P Á E Z
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