Revista RZ 2020-21

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ZURBARÁN 2020 - 2021


Editorial Cuando comenzó este curso tan extraño, después de meses de confinamiento y de un final de curso telemático, nuevo para todos, en el que tuvimos que aprender a desenvolvernos en un mundo diferente, lo primero que hicimos es "ponernos al día" en el uso de las nuevas tecnologías, crearnos cuentas de Educarex, crearnos Classroom … porque todos dábamos por hecho que no pasaría mucho tiempo antes de tener que volver a confinarnos. Pero no fue así y las medidas de seguridad adoptadas han funcionado. Tuvimos que quitar los pupitres dobles que había en todas las clases y cambiarlos por 500 mesas individuales, instalar mamparas entre los alumnos en aquellas aulas donde no se podían separar, marcar el suelo con flechas, indicar zonas prohibidas de paso y para sentarse, hacer un nuevo diseño de la cafetería y de la fotocopiadora para que fueran accesibles desde el patio, acostumbrarnos a vivir con la mascarilla puesta, organizar planos de todas las clases para detectar contactos estrechos en caso de algún positivo, aprender a retransmitir en directo la clases para los alumnos confinados, organizar nuevos horarios por si nos mandaban a casa…. En definitiva, a empezar de nuevo, pero con normas diferentes. Y todo eso en apenas una semana. Veíamos con asombro y cierta indignación cómo debíamos convivir 900 personas en un centro educativo, con 25 compañeros en clase, sin embargo, para entregar cualquier documento en un organismo había que pedir cita y no juntarse más de dos personas. Parecía que las comunidades educativas estábamos cubiertas por una coraza que nos hacía inmunes al virus. Y en cierta manera así ha sido, ya que los casos positivos que se han dado siempre han venido de contagios de fuera del centro, actuando con rapidez y transparencia para evitar contagios dentro él. Quiero desde aquí felicitar a todos, padres, profesores, personal de limpieza y sobre todo a los alumnos que, en su inmensa mayoría, han entendido desde un principio la dimensión del problema y han respetado las normas, lo que ha sido fundamental. Como decía una niña de primero de ESO, "no queremos que nos confinen porque nos encontramos más seguros en el Centro que en la calle, aquí nos hacéis cumplir las normas". Espero que el próximo curso vuelva la normalidad, será entonces cuando valoraremos el esfuerzo realizado y nos daremos cuenta de lo mucho que tenemos y lo fácil que es quedarse sin nada. Por último, no quiero dejar pasar la ocasión de dejar escrito lo mucho que echaremos en falta a dos profesoras que nos dejan este año, Manoli Pérez por su jubilación e Irene Estella por traslado. A las dos quiero expresarles mi agradecimiento por su dedicación y desearles lo mejor en nombre de toda la comunidad educativa del Zurbarán en sus "nuevas vidas". Por supuesto, lo más triste de este año, la pérdida de dos queridísimos ex compañeros. Jesús, Domingo, a los dos os dedicamos esta revista. Roberto Correas Abad, Director del IES Zurbarán












Jesús Varela en la memoria del IES Zurbarán Rechazada, siempre intempestiva, nunca la muerte resulta peor aceptada que cuando dirige sus arteros usos hacia personas que posan ante nuestros ojos en el disfrute pleno de su vida. Tan injusta se nos muestra entonces triunfante sobre los mortales indefensos, que quizá sólo en tales momentos nos sentimos capaces de comprender con mediana lucidez por qué es recibida de tan buen grado por las inexistentes divinidades vanamente convencidos de que a su través se igualan con aquellas, que como ellas tan sólo la padecen efímeramente. Hace unos días, a los sesenta y seis años de su vida, hemos perdido para siempre a Jesús Varela, camino esta vez del inescrutable infinito, justo en el instante en que su lucha contra una terrible enfermedad que soportó con gran entereza, pensamos comenzaba a pesar en su favor, y el fiel de la balanza marcaba el inicio tenso de esa esperanzadora curación, que finamente no llegó. Cuando la mente se serena, el corazón va haciéndose cargo de todo el peso que una pérdida como esta deja tras de sí. Tras los primeros instantes de aturdimiento, se suceden días donde la pesadumbre se mezcla con la necesidad de hacer memoria de lo vivido con él, conduciendo Jesús Varela, dibujo de Eloy Rodríguez inevitablemente al recuerdo y al soliloquio. No es fácil glosar una vida acabada tan pronto, aunque nos queda la satisfacción de saber que la vivió de manera plena, sin que el trabajo y la responsabilidad que echaba sobre sus hombros, le estorbaran lo más mínimo. Fue un diligente profesor y un compañero carismático, que proporcionó ya no pocas satisfacciones a quienes tuvieron la suerte de compartir con él las aulas y las horas. Su incansable labor como secretario del IES Zurbarán, cargo que desempeñó hasta su jubilación de manera intachable, contribuyó a imprimir un carácter único y distintivo al Instituto, involucrándonos a todos en la tarea de enseñar y crecer, y donde más que profesores y alumnos, éramos una familia. Meridiano en la conversación, sobrado de sentido del humor, excelente esposo, padre y abuelo, gran aficionado al futbol, vivimos muchos momentos gratos a costa de su bonhomía en los viajes que disfrutamos y en los inolvidables ágapes que como signo de hermandad celebrábamos. Ya no será lo mismo sin ti, cuando nos reunamos en la Alisea de Talaveruela, tu amado pueblo, pero a buen seguro, y porque allí hay mucho de ti, sentiremos más cerca tu tremenda humanidad, sin duda lo mejor que de Jesús nos queda tras su ultima e irrecuperable ausencia. Te deseamos buen viaje, descansa en paz y cuídanos desde donde quiera que te encuentres, amigo. Siempre supieron a poco los ratos que compartimos mientras estabas con nosotros. Antonio González Cordero


Domingo Quijada en la memoria del IES Zurbarán En la vida, la mayoría de las personas pasamos por ella dejando sólo recuerdos en la memoria de nuestras familias y como mucho entre los amigos; sin embargo, otras dejan una gran impronta en la sociedad: por lo que han aportado a la población donde residía, a la región o en el lugar donde trabajaban. Este es el caso de Domingo Quijada, profesor del IES Zurbarán desde 1992, comprometido con el centro y dinamizador de multitud de proyectos educativos. Muchos le recordamos con todas sus grandezas, pero también por sus imperfecciones; pero ante todo por lo humano y cercano que era, y también por la forma tan característica que tenía de enseñar. Conocí a Domingo el primer curso que llegué al Centro. Enseguida me hizo participar (por no decir que casi me obligó) como ponente en los Coloquios Histórico Culturales del Campo Arañuelo, proyecto que había empezado a organizar y coordinar hacía unos años. A partir de ese momento mantuve con él una buena relación, llegando a ser de amistad y a realizar conjúntame numerosas actividades educativas y proyectos en otros ámbitos. Me gustaba de él como se comprometía y se entregaba con lo que creía que podía ser útil tanto para el centro, el pueblo o a la sociedad. Domingo Quijada, dibujo de Eloy Rodríguez

Al IES Zurbarán llegó en el curso 1992/93, procedente de un Colegio de Primaria -él era ante todo un maestro- y después del bagaje que tenía enseñando a niños y niñas, se licenció en Historia. Posteriormente se presentó a la oposición de Enseñanza Secundaria, la aprobó y pudo ser profesor de este Instituto donde ayudó a formar a alumnos de Bachillerato y ESO. Organizó numerosas actividades extraescolares, participó en jornadas científicas, proyectos de investigación y de innovación; impartió numerosas ponencias y conferencias; publicó libros y artículos sobre Historia y educación. Una faceta importante suya a nivel educativo fue el apoyo y el compromiso que siempre mostró con los alumnos, y también con sus familias, para que aprendieran y se superaran. Domingo disfrutaba de todo lo que hacía y se entregaba, poniendo emoción y pasión. Además de la Historia le entusiasmaba el campo por eso invertía tiempo en el huerto que tenía en Peraleda de la Mata en compañía de su mujer, hijas y luego de los nietos. A los compañeros del Centro nos hacía también partícipes al traernos productos de los que recolectaba y compartiendo su experiencia a la hora de sembrar y cultivar. Por todo lo anterior su muerte ha supuesto una pérdida para mí y para nuestro Centro; echamos en falta su erudición, así como su trato entrañable. ¡Descansa en paz amigo! Eduardo Arrojo Martín



2º E.S.O. 2020/2021

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3º ESO 2020/2021


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BACHILLERATO 2020/2021


ELECTRICIDAD 2020/2021

COMERCIO 2020/2021



Operación Banda en el I.E.S. Zurbarán, cuando la Educación sale del aula

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