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Nostalgia, vivencias y emociones
Es tiempo de vivir En y con La Fe
Depositarios de legados culturales, familiares, religiosos e históricos, los al fundirse en nuestra relacion de vida particular, se convierten en formas de ver, sentir, expresar y concebir muchas veces criterios, emociones y manifestaciones.
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Entorno a experiencias y recuerdos de momentos vividos seguramente tejeremos un manto especial de memorias que transmitiremos a nuestros hijos y descendientes, hemos sido una generación afortunada al poder ser partícipes de eventos que ligados a nuestras costumbres y tradiciones se han convertido en verdaderos tesoros escrito en la pagina de nuestras vidas, algunos que en temprana pudieron desvanecerse en medio de tantas otras cosas, pero que sin embargo se alojaron en especial sitio dentro de nosotros mismos.
A muchos nos habran contado como en los años sesentas hubo dos peregrinaciones de imágenes de gran mérito artístico y veneradas desde el tiempo mismo de la colonia, cuando nuestra ciudad fuese capital del reino, siento la otrora Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, un tres de febrero de 1963 volveria a recorrer calles y avenidas el Nazareno de Candelaria, entorno al cuales entretejen muchas y diversas leyendas, las cuales a la fecha permanecen en el contexto puro de la oralidad, de igual manera 5 años despues El Cristo Yacente de la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, templo Rectoral del Calvario, haria recorrido en por la colonial ciudad, donde uno de los momentos emotivos seria la visita al centro preventivo, que se ubicaba en el claustro y ex convento de Santa Teresa, donde los recluidos entonaron a viva voz el canto del perdon, ante tan insigne imagen.
Nosotros como receptores de esas enriquecidas descripciones que hicieron, padres, abuelos y amigos de ellos de la época, nos transportábamos imaginariamente a aquellos momentos, sin saber que en un lapso muy corto entre el final del siglo anterior e inicios del actual seriamos participes de emotivas procesiones de rogativa y peregrinaciones de abolengo en la historia de nuestro pais, viviendo en noviembre de 1996 la visita de Jesús Nazareno de los Milagros que ingreso a la ciudad a la vera del rio pensativo, por lo que hoy es la calle de Chipilapa, pasando por la Ermita de la Santa Cruz donde fuera venerado en su momento y siendo recibido por las imágenes de nuestra señora de los Dolores y Soledad de los diferentes templos por donde su recorrido procesional le llevo.
En febrero de 2002, en el marco de las celebración del sesquicentenario de la fundación de la Hermandad del Señor Sepultado de Santo Domingo, la amorosa imagen del Cristo del Amor, volveria a los muros de lo que fuera la antigua capilla de la Virgen del Rosario y donde se le rindiera culto durante la colonia, siendo venerado en el mismo sitio y procesionado por una ciudad cubierta de multicolores alfombras, que entre incienso y notas frescas de pino, trébol y corozo vivía un segundo sabado de cuaresma distinto. Nuevamente febrero, pero esta vez del 2005, veríamos por la calles de La Antigua Guatemala, a Jesús de la Merced, si, el que sería la primer imagen consagrada en Guatemala en 1717 y en 1721 seria jurado como patrón, imagen tan propia y vinculada a la ver historia de nuestra patria, dicha visita tendria matices invaluables para la memoria, como la visita a la tumba del Santo Hermano Pedro, quien en su vida terrena acompaño al Nazareno Mercedario en sus recorridos procesionales, otro momento fue el verlo dentro del ultrabarroco Guatemalteco templo Mercedario, aunque hay que mencionar que este emblemático recinto religioso no fue el mismo donde fue consagrado, ya que esta edificación estuvo apenas seis años al culto divino ya que fue concluido en 1767 y los terremotos de 1773 dieron pie a una lucha de ideologías entre traslacionistas y terronistas, pero volvamos al tema, Jesús de la Merced compartiría por horas el mismo templo con la imagen Nazarena mas Amada por lo Antigüeños y es un momento en oro escrito en el corazon de todos los devotos y feligreses del pais.
Vivimos tambien las visitas y peregrinaciones de la Virgen de los Reyes (Inmaculada Concepción de San Francisco) La Santísima Virgen del Rosario, consagraciones de tres emblemáticas imágenes de arraigo profundo en la devoción de la ciudad, Jesús Sepultado de San Felipe, Jesús de la Caída, de San Bartolomé Becerra y María Santísima de la Soledad de la Escuela de Cristo. Vimos como imágenes de gran valía sentimental fueron sujetos a procesos de restauración y como eran despedidas entre sollozos y lagrimas de los mas entrados en edad y tambien como los mismos fueron los que entre vítores y oraciones les recibían al volver a sus templos, eso y mas hemos vivido.
Supimos si, de como en 1976 los cortejos salieron sin banda por el reciente terremoto, o como se albergaron imágenes en capillas provisionales, nos contaron y nos instruimos y vimos que ni aun durante el liberalismo y la reforma, nuestros cortejos dejaron de llevar a las imágenes de pasión a impartir bendiciones a calles, avenidas y barrios de las ciudades del pais.
Y en el presente nos ha tocado vivir momentos que mezclan diversos sentimientos y opiniones, el 13 de marzo de 2020 quedara en la memoria de muchos, por las circunstancias que cada quien desee amalgamar en su recuerdo, pero para los que como narramos en la parte inicial de este artículo, recibimos legados inmateriales y que consolidamos en devociones fue dificil digerir no el hecho de que no pudieran realizarse las inmemoriales actividades de piedad popular, si no el hecho de que no pudiéramos estar cerca de el Nazareno de la Merced, Jesús Sepultado y Soledad de la Escuela de Cristo, Jesús de la Caída y la imagen de la devoción de cada uno, a ellos a quienes desde niños nos enseñaron a pedirles por nuestras penas y alegrías, con quienes hemos tenido largas conversaciones, y aunque muchos las hemos deshumanizado, sabemos bien que la platicas es frente una imagen de la misma manera que la oración, pero más allá de la imagen y la devoción, siempre esta DIOS Y LA FE que nos mueve a la que no se puede ver pero sabemos que existe.
La Cuaresma y Semana Santa 2020, abrió brechas profundas y hasta llego a dividirnos como iglesia, las opiniones son aun hoy día encontradas, facil no fue asumir que las muestras de piedad popular no seran manifiestas públicamente, por un lapso de tiempo, pero la profunda Fe nos mantiene cerca de Dios, y hemos ido aprendiendo a que la devoción la podemos llevar en el corazon y no solo dispuesta bajo una túnica, un traje de calle y una cartulina pegada el pecho, hemos ido mas allá, fuimos e iremos mas allá, durante el 2020 los templos y parroquias en sus pórticos recibieron incontables ofrendas hacia las imágenes de pasión, velas, flores, alfombras, incienso, fotografías, dibujos de niños que con ellos manifestaban su devota inocencia, manos puestas sobre los pórticos y oraciones que se elevan al cielo, esto ultimo es lo mas valioso e importante el sabernos débiles y buscar la fortaleza en la FE y buscarla en DIOS.
Conmovernos hasta las lágrimas, esbozar un profundo “Aquí estoy mi Jesús aquí me Tienes”, hacer nuestros propios actos de recogimiento en casa, el silencio profundo de la tarde del viernes santo, solo roto por el lastimero sonido de una grabación de alguna marcha y el Credo en Familia, vivimos diferente, pensamos distinto, y asi nos quiso nuestro Señor.
La fe y la devoción de un pueblo son inquebrantables, la piedad popular será siempre presencial y viva, no todos podemos acceder a medios digitales, visuales o auditivos para acércanos a lo que se pretenda hacer, vivir y dejar vivir, tocara esperar, en suerte ya hoy podemos acércanos a los templos y estar de manera cercana con Jesús Vivo en el Sagrario y con ellas, si con las imágenes que desde la misma llegada de los colonizadores son parte activa y viva de la evangelización y catequesis practica en nuestro pais.