Caperucita Roja
Caperucita ha decidido pasar un día especial y hará una visita a su abuela. Para llegar a su casa atravesará dos hermosos parques de Madrid y aprovechará la oportunidad para estar muy, muy atenta (como nuestra rana) a todas las sorpresas que se encuentre en el camino porque sabe que hace muy poco los parques han estrenado el vestido de otoño.
Iba dando saltos, muy, muy contenta y se chocó con el señor lobo. ¿Dónde vas tan rápido Caperucita? Voy a casa de mi abuelita, ¿y tú cómo estás, no tienes buena cara? Oh, estoy muy, muy asustado ¡unos cazadores me persiguen! Vaya, busquemos una solución ¡mira tengo una idea a ver qué te parece! Ven conmigo, juntos daremos el paseo y seguro que así encontraremos muchos más frutos del bosque en otoño ¡te gustarán!
El lobo se queda pensando y dice: Bueno, vale, espera, quiero hacerte un regalo para que los encuentres mejor, es una lupa mágica. Después te salgo al encuentro, iré por un camino largo porque voy a por mi cestita, tú si quieres puedes ir por ese más corto. Estupendo, maravilloso, qué bien contar con tu compañía! Será un juego, aprendemos largo y corto, nos fijamos en cuánto tardamos.
Caperucita sigue su paseo, cuenta con el poder de la lupa mágica, está contenta porque sabe que gracias a su idea el lobo se siente mucho, mucho mejor. Iba cantando mientras se adentraba en el bosque, al poco le hace detenerse un ruido ¡Ay! ¿Qué es? Por allí asoman dos ojitos muy, muy pequeños y tras ellos algo que parece un plumero: Anda pero si es la señora ardilla ¡Mira ardillita, estoy dando un paseo con la lupa mágica que me ayuda a descubrir los tesoros del otoño! ¿Quieres venir conmigo? Verás hojas marrones, amarillas, rojas, hojas secas, hojas que suenan, verás castañas, nueces, quizás si tenemos suerte, alguna frambuesa ¿Qué dices? ¿te animas? ¿Me ayudas? ¿Quieres jugar conmigo?
La ardilla coge su cesto y feliz corre al lado de Caperucita, una salta, la otra casi vuela. Mira Caperucita te voy a hacer un regalo, esta es mi linterna, me sirve para ver cuando se hace de noche en el bosqu hay luz. Con ella puedo quedar con mi amigo el búho que es muy trasnochador ¿Quieres que le llamemos? Claro, venga, con fuerza que ahora es de día y tal vez esté adormilado ¡Señor búho, señor búho despierta, vamos de excursión en busca de los tesoros del otoño!
Y así, tras zambullirse en la inmensidad del bosque, troncos, ramas, senderos ocres, llegan a la casa de la abuelita. Toc, toc ¿Quién es? Somos Caperucita, la ardilla, el búho y el lobo, venimos a hacerte una visita. La abuela, muy, muy contenta abre la puerta.
Oh qué bueno que vinisteis, me estaba aburriendo mucho, mucho. Pero… ¿y a ti qué te pasa lobo? ¿Por qué tienes esos ojos y dientes tan grandes? ¿No vendrás comernos? Ay abuela, señor lobo ya comió lo que a él le gusta, lo que le pasa es que se asustó mucho y todavía tiene cara de miedo pero podemos hacer una gran fiesta para que mejore. Mira, escribe en el foro de mi escuela ¡venid todos, estáis invitados, asamos castañas! Por supuesto, queridos míos, a ver, a ver…
Y así fue como Caperucita, el lobo, la ardilla, el búho y la abuelita organizaron nada más y nada menos que un día muy especial, un día de otoño… ¿Tú también te apuntas a la fiesta de la lupa, de la linterna, de las cestas, de las hojas, de los frutos y de los animalitos del bosque?
Escuela Gran Vía
Fin