Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
DIPLOMADO EN GESTIÓN DE RIESGOS PARA OFICIALES DE PREVENCIÓN
Hoja de Ruta: Reducción de Riesgos de Desastres (RR)
Contenido 1. Reducci贸n de Riesgo de Desastres (RRD) ....................................................................................... 2 2. Reducir el Riesgo Existente ............................................................................................................ 2 3. Prevenir el Riesgo Futuro ............................................................................................................... 2
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Reducción de Riesgo de Desastres (RRD)
El riesgo depende de la probabilidad de que ocurran fenómenos peligrosos y de que exista una población vulnerable expuesta a la amenaza. El desastre no es algo irremediable, la sociedad tiene la oportunidad de desarrollar capacidades para reducirlo mediante la gestión integral del riesgo. En la medida en que el riesgo ya existe, que sea una condición latente para un futuro desastre, la intervención deberá ser orientada a acciones de tipo correctivo o mitigador (o sea, reduciendo el riesgo ya existente), a esto se le llama gestión correctiva del riesgo, la cual incluyendo los preparativos para desastres. Cuando el riesgo no ha sido plasmado, desarrollado, o asentado en el territorio, se pueden anticipar acciones para garantizar que los nuevos procesos de desarrollo, proyectos, no construyan nuevos factores de riesgo, a esto se le llama gestión prospectiva del riesgo. La reducción del riesgo está fundamentada en el entendimiento del proceso de construcción del riesgo (construcción social del riesgo), conocer los factores y procesos humanos que lo constituyen. Estos factores y procesos se encuentran a distintos niveles e intensidades y varían desde procesos macro asociados con los sistemas económicos y políticos existentes, hasta procesos micro, por ejemplo las características del proceso de ocupación del suelo urbano relacionado con el funcionamiento del mercado de tierras y la renta urbana. Desde esta perspectiva la reducción y control del riesgo exige acciones en múltiples niveles, desde lo macro hasta lo micro. Es importante identificar dos aspectos que ayudarán a discernir y orientar las intervenciones, una trata sobre las condiciones inseguras y la otra sobre las presiones dinámicas1. Las condiciones inseguras se refieren a la vulnerabilidad en aspectos físicos como la mala calidad de construcción de viviendas, o sistemas de agua potable deficientes, también aspectos sociales, políticos, económicos, como por ejemplo, enfermedades crónicas en la población, o carencia de instituciones fortalecidas. Estas condiciones inseguras son producto de las presiones dinámicas que son las generadoras primarias de riesgo y están vinculadas a las formas y modelos de desarrollo a nivel macro, como por ejemplo falta de instituciones locales, falta de normativas, falta de inversiones locales, el rápido crecimiento poblacional, rápida urbanización, factores de degradación ambiental. Las presiones dinámicas también operan como amenazas de lo cual se derivan amenazas socionaturales. Es necesario recalcar que el riesgo es dinámico, continuo, con diversas variantes en el tiempo en función de múltiples factores naturales y socioeconómicos. En este sentido, el proceso de creación y transformación del riesgo no responde necesariamente a fases o etapas de carácter cíclico, debido a
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Modelo propuesto por Blaikie, et. al., en su obra “At Risk” (Blaikie et al, 1996), conocido como el “Modelo de Presión y Liberación de los Desastres” (Modelo PAR por sus siglas en inglés)
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que las presiones son dinámicas afectan constantemente todos los ámbitos del proceso de construcción del riesgo, incluyendo el escenario de desastre, creando nuevas y cada vez más complejas y transformadas condiciones de riesgo. Para realizar intervenciones efectivas de impacto a largo plazo, no solo se puede actuar sobre las condiciones del riesgo. Los modelos o formas de intervención que solamente abordan las condiciones inseguras, han sido señalados como componentes de una gestión de tipo conservador, mientras que intervenciones más ambiciosas, más integrales y que abordan problemas no resueltos del desarrollo, se denominan acciones de gestión transformadora (Lavell, 2001, op. cit.)2. La evidencia en América Latina sobre los modelos de intervención han demostrado que intentar resolver las condiciones inseguras mediante la mitigación de riesgos, de forma aislada y sin abordar las presiones dinámicas a través de la promoción de la prevención en los esquemas y las políticas de desarrollo, es una estrategia de muy poco impacto y casi siempre ineficaz en el largo plazo.
La Gestión Correctiva y Prospectiva del Riesgo de Desastres en el altiplano boliviano:
La Gestión Correctiva y Prospectiva del Riesgo de Desastres La gestión correctiva: La gestión correctiva se plantea como el conjunto de acciones tendientes a reducir el riesgo ya existente, ya sea que este resulte de prácticas y decisiones inadecuadas de uso y ocupación de territorio, y/o por cambios ambientales o sociales que tuvieron lugar con posterioridad al desarrollo original de una comunidad. Las intervenciones para la reducción de riesgo existente pueden ser superficiales o conservadoras o más bien radicales o progresivas. En el primer caso se trata de incidir apenas en las condiciones inseguras, por ejemplo a través de la construcción de obras hidráulicas que den protección contra inundaciones o provean de agua en tiempos de sequía. En el segundo caso, el de intervenciones más progresivas, se propone una incidencia sobre las causas de fondo y las presiones dinámicas causantes de las condiciones inseguras; por ejemplo la modificación de los patrones de acceso y uso de recursos, del acceso a la toma de decisiones y del manejo de la información relevante sobre el riesgo de desastre. También puede observarse una combinación de ambas formas de gestión correctiva. Un ejemplo de este tipo de gestión se puede apreciar en el Altiplano Norte de Bolivia, donde en un esfuerzo de gestión correctiva radical se asumieron medidas para modificar los patrones de acceso de los productores a la información climática y el conocimiento de prácticas innovadoras legítimas y eficaces para el ámbito familiar y comunitario, combinando saberes tradicionales y ancestrales, investigación, innovación tecnológica y reorganización social y técnica – entre otras múltiples transformaciones - con un impacto directo en la forma de vida y de producción de los agricultores involucrados y reduciendo 2 Lavell, A. (con Manuel Arguello) (2001). no Reflexiones sobre Internacionalización y Globalización y su Incidencia en los Patrones de Riesgo en significativamente, aunque totalmente el nivel de pérdidas asociadas a eventos físicos extremos.
América Latina. Revista Quórum, Universidad de Alcalá, España.
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El riesgo residual o la probabilidad de pérdidas aún persistente fue abordada complementando el proceso de cambio productivo con la implementación de un servicio de seguro agrícola que recogió los avances en las prácticas asociativas y organizativas de la comunidad, así como los instrumentos y actores de cambio del proceso productivo, para establecer un mecanismo de compensación de pérdidas por siniestros climáticos atendiendo así dicho riesgo residual y evitando que se materialice en nuevas pérdidas o daños.
Gestión prospectiva La gestión prospectiva, atiende la preocupación por la creación del riesgo futuro. Al igual que la gestión correctiva, lidia con decisiones que afectan la relación de las comunidades con los ecosistemas pero con la diferencia de que trabaja en evitar procesos y decisiones actuales que podrían potencialmente desencadenar condiciones de riesgo en el futuro. También intenta anticiparse a situaciones de cambio social o ambiental cuyas características se sospechan pero que aún no se conocen con certeza. Gustavo Wilches-Chaux (2008) habla de la prospectiva citando a Gastón Berger en los siguientes términos: “[…] la prospectiva es la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poderlo influir, aunque de hecho es, paradójicamente, una ciencia sin objeto que se mueve entre la necesidad de predecir lo que puede ocurrir y el deseo de inventar el mejor futuro posible. Porque aunque el devenir no puede predecirse con exactitud, sí podemos imaginar nuestro mañana preferido.” (Wilches-Chaux, 2008, p. 56.) Por su naturaleza, la gestión prospectiva está íntimamente relacionada con los procesos de planificación del desarrollo y la oportunidad de incidir a partir de ella en la visión y estrategias de desarrollo así como en la adecuación de la inversión. Fuente: Tomado y adaptado de los “Módulos Autoinstructivos para la Gestión del Riesgo”, Proyecto PREDECAN. Lilian Reyes, 2009. Sin publicar.
Marco de Acción de Hyogo3 Como se mencionó en la unidad 2 el Marco de Acción de Hyogo (MAH) indica las pautas a seguir por los 168 estados comprometidos con el aumento de la resiliencia. El MAH es el instrumento de acción estratégica para la disminución del riesgo de desastres a nivel global en términos de resiliencia. Por tanto el MAH es un respaldo para las intervenciones dirigidas al riesgo existente y el riesgo futuro, reflejado en las prioridades de acción:
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Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres. 18 al 22 de 2005, Kobe, Hyogo, Japón. Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres.
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Riesgo Futuro Prioridad 1: Velar por que la reducción de los riesgos de desastre constituya una prioridad nacional y local dotada de una sólida base institucional de aplicación. Los países que elaboran marcos normativos, legislativos e institucionales para la reducción de los riesgos de desastre y que pueden elaborar indicadores específicos y mensurables para observar el progreso tienen más capacidad para controlar los riesgos y concitar el consenso de todos los sectores de la sociedad para participar en las medidas de reducción de los riesgos y ponerlas en práctica.
En esta prioridad se hace énfasis en: -
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Apoyar la creación y fortalecimiento de los mecanismos nacionales integrados para la RRD, estableciendo responsabilidades concretas a todo nivel desde lo nacional a lo local para facilitar acciones entre sectores. Incluir la RRD en políticas, planes de desarrollo, planes sectoriales y multisectoriales. Descentralizar responsabilidades y recursos, promoviendo la participación comunitaria, acción concertada y transferencia de recursos en forma apropiada. Promover la participación comunitaria.
Riesgo Existente
Riesgo Futuro
Prioridad 4: Reducir los factores de riesgo subyacentes Los riesgos de desastres relacionados con el cambio de las condiciones sociales, económicas, ambientales y de uso de la tierra, y las consecuencias de las amenazas relacionadas con fenómenos geológicos, meteorológicos e hidrológicos, la variabilidad del clima y el cambio climático se abordan en los planes y programas de desarrollo sectoriales y en las situaciones posteriores a los desastres. Las actividades esenciales se basan en lo siguiente: A) Gestión de ambiente y recursos naturales. B) Desarrollo social y económico. C) Planificación y uso de la tierra.
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Gestión de ambiente y recursos de la tierra -
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Fomentar la gestión y el uso sostenible de los ecosistemas (ej: planes de uso de suelo y desarrollo). Enfoque integral de ambiente que incorpore la RRD a través de medidas estructurales y no estructurales. Promover la integración de la RRD asociado a la variabilidad climática y el cambio climático en las estrategias de RRD y adaptación al cambio climático (ACC), lo que supondrá identificar claramente los riesgos de desastres relacionados con el clima.
Medidas estructurales y no estructurales Medidas estructurales: cualquier construcción física para reducir o evitar los posibles impactos de las amenazas, o la aplicación de técnicas de ingeniería para lograr la resistencia y la resiliencia de las estructuras o de los sistemas frente a las amenazas. Medidas no estructurales: cualquier medida que no suponga una construcción física y que utiliza el conocimiento, las prácticas o los acuerdos existentes para reducir el riesgo y sus impactos, especialmente a través de políticas y leyes, una mayor concientización pública, la capacitación y la educación. (UNISDR, 2009).
Desarrollo Social y Económico -
Promover la seguridad alimentaria.
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Integrar la RRD en el sector salud a través de hospitales con infraestructura segura, buen funcionamiento de la atención médica en situaciones de desastre.
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Promover y mejorar las instalaciones públicas e infraestructura de alta importancia.
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Fortalecer los mecanismos de las redes de protección social para ayudar a los pobres, los ancianos y los discapacitados y a otros grupos afectados por los desastres.
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Incorporar las medidas de reducción de los riesgos de desastre en los procesos de recuperación y rehabilitación después de los desastres.
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Promover la diversificación de las fuentes de ingresos de la población de las zonas de alto riesgo para reducir su vulnerabilidad ante las amenazas, y velar por que sus ingresos y bienes no resulten perjudicados por políticas y procesos de desarrollo que aumenten su vulnerabilidad a los desastres.
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Promover la asociación entre el sector público y el privado para que el sector privado intervenga más en las actividades de reducción del riesgo de desastre.
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Planificación y uso de la tierra -
Incluir la evaluación de los riesgos de desastre en los planes de urbanismo y la gestión de los asentamientos humanos expuestos a desastres, en particular las zonas densamente pobladas y los asentamientos en rápida urbanización. Deben tratarse prioritariamente los problemas de la vivienda precaria o provisional y la ubicación de las viviendas en las zonas de alto riesgo, también en el marco de la reducción de la pobreza urbana y de los programas de mejoramiento de barriadas.
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Incluir la consideración del riesgo de desastre en los procedimientos de planificación de los proyectos de infraestructuras importantes, por ejemplo los criterios de diseño, aprobación y ejecución de dichos proyectos y las consideraciones basadas en evaluaciones de las repercusiones sociales, económicas y ambientales.
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Establecer, mejorar y fomentar el uso de directrices e instrumentos de vigilancia para la reducción del riesgo de desastre en el contexto de la política y la planificación del uso de la tierra.
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Incluir la evaluación del riesgo de desastre en la planificación y la gestión del desarrollo rural.
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Fomentar la revisión de los reglamentos y normas de construcción y las prácticas de rehabilitación y reconstrucción vigentes o la elaboración de otros nuevos a nivel nacional o local, según proceda, con miras a facilitar su aplicación en el contexto local, en particular en los asentamientos humanos no regulados y marginales, y reforzar la capacidad de aplicar, vigilar y hacer cumplir dichos reglamentos mediante métodos consensuales con miras a propiciar la construcción de estructuras resistentes a los desastres.
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Reducir el Riesgo Existente
El riesgo actual se refiere al riesgo ya creado, cuando existen elementos socioeconómicos expuestos en condiciones de vulnerabilidad ante fenómenos físicos potencialmente peligrosos que han sido analizados, evaluados o cuyos posibles efectos han sido percibidos por la sociedad de forma anticipada. El riesgo actual es el que más inmediatamente se puede transformar o actualizaren desastre en virtud de que tanto la amenaza como la vulnerabilidad son hechos o realidades ya dadas (Narváez, L., et al. 2009)4. El propósito del riesgo existente es el de reducir el riesgo hasta un umbral definido como “aceptable” por la sociedad en su conjunto. Para lograrlo esto, es necesario definir metas, planificarlas, y ejecutarlas a través de proyectos de gestión integral, acompañados por estrategias de prevención, asegurando la sostenibilidad en el tiempo. Reducir el riesgo existente es también llamado mitigación de riesgos o mitigación de riesgos existentes. La mitigación, en términos técnicos se define como las medidas tomadas con anticipación al desastre, con el ánimo de reducir o eliminar su impacto sobre la sociedad y ambiente. También está ligado al concepto de prevención, el cual se define como actividades diseñadas para proveer protección permanente de un desastre e incluye la ingeniería y otras medidas de protección física, así como medidas legislativas para el control del uso de la tierra y ordenación urbana5. Las medidas estructurales son consideradas como obras de ingeniería. La ejecución de estas obras, como cualquier obra de infraestructura puede generar un impacto negativo sobre el ambiente, por lo tanto es necesario pasar por procesos de licenciamiento ambiental, inspección y realizar medidas compensatorias a nivel biofísico y social. Algunas obras típicas son puentes, gaviones, muro de retención, canalizaciones, reforestación, perfilado de talud, obras de control de erosión, puentes colgantes, etc. Las medidas no estructurales de mitigación buscan reducir la vulnerabilidad del sistema expuesto a través de medidas legislativas u organizativas que solas o en combinación con las medidas estructurales permiten mitigar el riesgo de una manera efectiva e integral 6: • Legislativas: se relacionan con la legislación y planificación e inciden sobres las causas de fondo, las presiones dinámicas y las condiciones de seguridad de los elementos expuestos. Se consideran como tales la formulación de políticas, los planes de ordenamiento territorial y planes de desarrollo, los códigos de construcción, los estímulos fiscales y financieros, y la promoción de seguros. 4
Narváez, L., et al. (2009). Gestión del Riesgo de Desastre: un enfoque basado en Procesos. PREDECAN. Lima, Perú. Tomado de Modulo IV de Reducción de Riesgos del Diplomado de Gestión de Riesgos para Oficiales de Prevención, abril 2013. 6 Orrego, J. (2013). Hacia la Construcción Seguro ante los Desastres. PNUD. Tegucigalpa, Honduras. P.31.
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• Organizativas: son aquellas que promueven la interacción directa con la comunidad. Se refieren a la organización para la reducción del riesgo y la atención de emergencias, el fortalecimiento institucional, la educación, la información pública y la participación. Antes de iniciar una intervención correctiva, es necesario contar con recursos que permitan desarrollar el proceso, para esto es necesario haber generado: -
En el país se cuentan con herramientas legales y de planificación que dan apertura a las medidas de mitigación como: Ley del SINAGER Planes Municipales de Gestión de Riesgos (PMGR) Planes Municipales de Ordenamiento Territorial (PMOT) Ley de Municipio
Conocimiento del riesgo, que sea completo, confiable y capaz de ir al ritmo cambiante del riesgo. Estimación de la probabilidad de ocurrencia, áreas posiblemente afectadas y recurrencia. Herramientas e instrumentos para la planificación y ejecución de acciones.
Para hacer una gestión de esta índole, es necesario tener definidas los métodos de investigación y el respaldo legal para realizar las intervenciones de RRD, como por ejemplo las Leyes explicitas o implícitas de gestión de riesgos, Ley de ordenamiento territorial, criterios de selección sitios de alta prioridad, métodos de levantamiento de información de viviendas. Es necesaria la elaboración de un plan que contenga los elementos básicos que permitirán desarrollar la gestión, algunos ejemplos de las acciones de incorporación son:
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Caracterización de la zona a intervenir, tomando en cuenta los elementos expuestos como la infraestructura, medios de vida. También es importante explorar el conocimiento y percepción de la población ante este tipo de gestión.
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Incorporar dentro de las líneas de desarrollo municipal la reducción de riesgo de desastre.
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Establecer un plan operativo donde se establezcan los programas y proyectos prioritarios, elegidos participativamente de acuerdo a los niveles de vulnerabilidad y las diferentes alternativas de reducción de riesgos encontradas.
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En principio el financiamiento de las obras debe de provenir del presupuesto público a través de programas y proyectos. También existe la posibilidad de gestionar convenios de apoyo para el financiamiento con organizaciones de desarrollo o agencias de cooperación internacional.
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Establecer monitoreo por medio de indicadores y mantenimiento.
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En todas las fases del proceso deben empoderarse por igual los hombres, las mujeres, los pueblos indígenas, las municipalidades y las organizaciones locales. Estos grupos son actores activos que determinarán el éxito de la intervención a través de la toma de decisiones consensuadas acordes a las necesidades y el claro conocimiento de las fases del proceso de RRD.
Elementos a tomar en cuenta para acciones de mitigación: Interés Nivel de vulnerabilidad Justificación Acompañamiento municipal y Comunitario Recursos económicos disponibles Disponibilidad para el mantenimiento
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Prevenir el Riesgo Futuro
Prevenir el Riesgo Futuro Se refiere a la prospección del riesgo, es decir, al entendimiento anticipado de su probable consolidación en el futuro. Hace referencia no a la probable ocurrencia de un desastre sino a la posible consolidación o configuración de un riesgo que hoy día no existe. La UNISDR (2009)7, define la gestión prospectiva del riesgo como la gestión que aborda y busca evitar el aumento o el desarrollo de nuevos riesgos de desastres. Se centra en el tratamiento de riesgos que podrían desarrollarse en el futuro si no se establecen políticas para la reducción del riesgo, en vez de los riesgos que ya existen y que pueden gestionarse y reducirse en la actualidad. El objetivo final de esta gestión es la de elaborar planes, programas y proyectos de desarrollo, implementarlos sin crear nuevos riesgos. Algunos elementos necesarios para poder realizar este tipo de gestión es contar con Información sobre el desarrollo de los factores de riesgo y sus causas, estimación de posibles escenarios de riesgo a futuro, políticas, herramientas e instrumentos de planificación del desarrollo, territorial y sectorial recursos humanos, institucionales y financieros. Escenarios futuros de riesgo deben estar basados en la generación de conocimiento, tienen que tomar en cuenta elementos como la variabilidad climática y el cambio climático, el crecimiento poblacional, las tendencias de crecimiento productivo, desarrollo económico, dinámicas sociales, la sostenibilidad de los recursos naturales, crecimiento urbano en zonas de alto riesgo. Este es un análisis exhaustivo, donde participativamente se examina cuál es la tendencia si no se hace ningún tipo de intervención, cuál es la tendencia si se tienen la oportunidad de realizar intervenciones.
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UNISDR. (2009).Terminología sobre Reducción de Riesgo de Desastres. Naciones Unidas. Ginebra, Suiza.
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En función de las bases de información colectada y su monitoreo, es posible determinar escenarios tendenciales, los que orientarán hacia las estrategias para desarrollarse sin generar más riesgo. El siguiente paso es el desarrollo de planes territoriales y sectoriales que tomen en cuenta la reducción de riesgo de desastres, con fuentes de financiamiento definidas y que contengan mecanismos se monitoreo y de retroalimentación del proceso.
Planificación territorial8 El ordenamiento territorial tiene como objetivo organizar el uso adecuado de los recursos y la ocupación segura del espacio físico de tal manera que se aprovechen sus potencialidades y se tomen en cuenta sus limitaciones, favoreciendo así el desarrollo sostenible de la sociedad. El plan de ordenamiento territorial (OT) es una herramienta básica para orientar procesos de desarrollo sostenible y solo logra resultados si las estrategias de desarrollo definidas en los planes de desarrollo, en los planes de inversión, planes sectoriales, se guían por este instrumento. El hilo conductor en el ámbito municipal, es la planificación estratégica o Plan de Desarrollo. En los municipios que ya planifican su desarrollo estratégico, la planificación territorial se integra y retroalimenta a este proceso, con información territorial complementaria y políticas y estrategias para organizar adecuadamente las actividades socioeconómicas en el territorio. El OT en un municipio sin planificación del desarrollo, cumplirá con parte de la finalidad del Plan de Desarrollo, al poner a disposición de los tomadores de decisiones procesos y productos fundamentales para el desarrollo del territorio. Antes de abordar los elementos esenciales que debe de contener la planificación territorial, es necesario aclarar los siguientes conceptos de sostenibilidad ambiental, territorio y las implicaciones del ordenamiento territorial: El concepto de desarrollo sostenible involucra la capacidad de un pueblo o una nación de identificar, discutir, concertar, solucionar los problemas y los retos que se le presentan para satisfacer las necesidades presentes y futuras de la población con el menor costo y riesgo social, económico y ecológico posible. Pero no solo es la capacidad sino también la habilidad de un pueblo o una nación para mantener y aprovisionar riqueza cultural y natural, y lograr mayor libertad personal, calidad de vida, satisfacción, convivencia social y calidad ambiental.
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Deutsche: GesellschaftfürTechnischeZusammenarbeit. (2010). Incorporar la Gestión del Riesgo en la Planificación Territorial: Orientación para el Nivel Municipal. GTZ. Lima, Perú.
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El Territorio comprende los siguientes aspectos:
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Comprende la relación dinámica entre el hombre y la naturaleza, la cual depende de los modelos de desarrollo. El conjunto de relaciones que se establecen en el territorio son el resultado de procesos sociales, históricos, culturales, así como de las características biofísicas; en consecuencia, son particulares en cada país, región y área local.
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Los espacios físicos, biológicos, geográficos, políticos, administrativos, sociales, infraestructura.
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Comprensión de la dinámica de territorio con aspectos como la gobernabilidad democrática, la política, organización, cohesión social, ecosistemas.
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El Ordenamiento Territorial (OT) es un proceso político-técnico a través del cual se organizan el uso y la ocupación del territorio en función de sus características biofísicas, socioeconómicas, culturales y político- institucionales, con el objeto de lograr: Un adecuado uso del territorio mediante la evaluación de potenciales y sostenibilidades. Adecuada ocupación del territorio por medio de la optimización de acuerdo con los objetivos de seguridad y sostenibilidad.
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El ordenamiento territorial busca: -
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Organizar y articular el territorio de acuerdo con sus potencialidades y limitaciones. Optimizar la organización de los asentamientos humanos, el acceso a los servicios básicos, apoyo a la producción, la adecuada localización de la infraestructura. Promover el uso adecuado de los recursos naturales. Identificar y contribuir al manejo sostenible del ambiente, las áreas de fragilidad ecológica y de régimen especial, incluyendo su recuperación ecológica. Orientar las inversiones públicas y privadas a través de la formulación y la implementación de políticas de uso y ocupación del territorio que consideren las normas que condicionan la sostenibilidad de los medios naturales y humanos. Contribuir a la reducción de la vulnerabilidad de las personas, sus medios de subsistencia y bienes e infraestructura frente a amenazas / peligros que se manifiestan en el territorio.
Algunos elementos fundamentales para el éxito de la planificación territorial: -
Voluntad Política. Participación y negociación con todos los actores involucrados para definir un enfoque de desarrollo basado en las necesidades reales. 14
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Resolver conflictos ligados al uso y ocupación del territorio. Integralidad multisectorial, basado en la articulación de los planes de ordenamiento territorial y planes sectoriales a escala municipal, para evitar contradicciones y el uso eficiente de los recursos financieros. Las cuencas como unidad territorial, es necesario que las municipales que comparten los recursos de las cuencas trabajen en planes de ordenamiento, haya una coordinación en lineamientos, decisiones, prevención de conflictos. Articulación de procesos locales con los lineamientos nacionales. Los procesos realizados a nivel local generan conocimientos detallados sobre el territorio. Estas experiencias prácticas son insumos para los lineamientos nacionales, las decisiones y reflexiones tomadas en ámbitos descentralizados deben ser consideradas en los procesos superiores.
Algunas pautas para la incorporación de la GR Existen diversas metodologías para la elaboración de planes territoriales, estas varían desde las más complejas a través de numerosas técnicas y herramientas, hasta metodologías sencillas adaptadas a comunidades para una fácil comprensión. La mayoría de las metodologías, proponen que la incorporación de la gestión de riesgos debe hacerse durante todas las fases de elaboración, desde la concepción de la idea y socialización hasta la ejecución y monitoreo.
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Los elementos básicos para la elaboración de un plan territorial son los siguientes:
Etapa de preparación: se definen los objetivos y los procedimientos de la planificación, se involucra y prepara a los participantes relevantes. Los actores se apropian del enfoque aplicado y se organiza el proceso. Para la incorporación de la gestión de riesgo es necesario identificar: marcos normativos que respaldan el ordenamiento territorial y la gestión de riesgos, contar con voluntad política, actores clave, capacidades, riesgos preliminares con base en los estudios y la información existentes que incluya el cambio climático. Se requiere adoptar enfoques conceptuales y metodológicos sobre la gestión de riesgos y cambio del territorio y proponer climático, para difundirlo a todo nivel, prever los posibles conflictos estrategias. Se inicia un proceso de apropiación por parte de las autoridades locales y la población, donde se hace un consenso sobre el enfoque, las responsabilidades, plazos y recursos. El diagnóstico: recopila y analiza toda la información relevante para la toma de decisiones, según los objetivos y el enfoque establecidos. Se expresa en documentos de análisis del sistema territorial y mapas de distribución espacial de esa información. Es clave que durante el proceso de recopilación de información, definir metodologías efectivas para un análisis de riesgo integral con fuentes de información. La base de datos que se genera en esta fase permite evaluar las potencialidades y las limitaciones del territorio y concertar una propuesta de zonificación territorial que planteará la mejor propuesta para el uso adecuado de los recursos naturales y la ocupación segura del territorio, en correspondencia con las aspiraciones, las demandas y los intereses de los diferentes grupos sociales Algunas acciones de incorporación de GR son: Análisis de las amenazas y vulnerabilidades existentes y prospectivas. Identificación de los elementos expuestos. 16
Evaluación de las condiciones de fragilidad de elementos estratégicos expuestos y sus capacidades de resiliencia. Estimación, valorización y categorización del riesgo. Identificación de procesos en marcha sobre uso y ocupación del territorio (por ejemplo, proyectos de desarrollo) y evaluación del riesgo que podrían generar.
Es necesario estar atento a los posibles efectos negativos del cambio climático dentro del análisis de riesgo, esta información no solo puede estar basada en la percepción de la población, su fuerte debe ser la información generada por las instituciones científicas internacionales y nacionales como universidades, servicios meteorológicos, etc. La formulación del plan: comprende la definición de la visión y las políticas y las estrategias (objetivos, programas, proyectos y acciones) a tomar para alcanzarla. La formulación consiste en un proceso de discusión, negociación, concertación, apropiación y toma de decisiones por parte de los grupos de interés. Se debe asegurar en esta etapa el establecimiento de políticas, estrategias de RRD y adaptación al cambio climático en los instrumentos de planificación, normas y regulaciones para el uso y ocupación del territorio con un enfoque correctivo y prospectivo, proyectos, diseño de mecanismos e indicadores para el monitoreo, fuentes de financiamiento. La implementación: se refiere a la ejecución de los proyectos, la aplicación de las políticas y los criterios definidos. Se espera la aplicación efectiva de normas y regulaciones, los proyectos y medidas propuestos para la RRD ejecutados, desarrollo territorial adecuado, con una evidente reducción del riesgo. Monitoreo y control: esta fase incluye el seguimiento a la ejecución del plan, pero también se le debe dar seguimiento a las presiones sobre el territorio, por ejemplo los impactos a raíz de las actuaciones. El monitoreo acompaña la etapa de implementación de las acciones que normalmente dura varios años. Si se hace necesario ajustar el diagnóstico o las estrategias del plan pueden llevar a una retroalimentación. Se debe monitorear la verificación de cumplimiento de las normas y regulaciones establecidas (permisos de construcción, inspecciones, permisos de funcionamiento, etc.), la constante actualización de las dinámicas de riesgo, la variabilidad climática y cambio climático, la eficiencia y eficacia de la RRD. Durante todo el proceso es necesario el desarrollo de capacidades información.
y constante difusión de la
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Fuente: GTZ, (2010).
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Cambio Climático Cada vez son más evidentes los cambios en el clima y los efectos negativos en la sociedad, los sistemas productivos, los ecosistemas, en el desarrollo humano. Existe una continua preocupación sobre cómo manejar las condiciones actuales de vulnerabilidad, amenaza, la falta de capacidad, para mediar con los riesgos actuales. La preocupación aumenta cuando se suma la variable de cambio climático, lo que implica más presión sobre las condiciones desfavorables ya identificadas. Existe mayor conciencia y preocupación sobre la importancia del tema de cambio climático y reducción de riesgos en el ámbito nacional e internacional para la creación de alianzas, conferencias, tratados, acuerdos, con el fin de estudiar, mitigar, prevenir y adaptarse al cambio climático. Actualmente se cuenta con información accesible y variada sobre el cambio climático, sus efectos, los desafíos, y las incertidumbres sobre escenarios climáticos. De forma general, se hará un repaso sobre algunas conceptualizaciones que se deben tener presentes. Tal como lo demuestran las pruebas geológicas, registros en los cambios en el nivel de los océanos, entre otros, el clima de la tierra ha variado considerablemente en el pasado. La diferencia hoy en día es que las temperaturas globales han ido aumentando de manera excepcionalmente rápida durante las últimas décadas. Actualmente, las temperaturas de la atmósfera y de los océanos son más altas que en cualquier otro momento de los últimos 500 años9. Para la mayoría de las personas, la expresión “cambio climático” significa la alteración del clima mundial que los seres humanos están ocasionando como consecuencia del consumo de combustibles fósiles, la tala de bosques y otras prácticas que incrementan la concentración de gases de efecto invernadero (GEI)en la atmósfera. Esta percepción concuerda con la definición oficial de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en la que el cambio climático se puede atribuir “directa o indirectamente a las actividades humanas que alteran la composición de la atmósfera global y que se suma a la variabilidad del clima natural observada durante períodos de tiempo comparables”9. Con frecuencia los científicos utilizan el término cambio climático para señalar cualquier cambio en el clima, ya sea de origen natural o humano. En particular, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) lo define como “un cambio en el estado del clima que se puede identificar… por cambios en el promedio y/o la variabilidad de sus propiedades y que persiste durante un período prolongado, generalmente decenios o períodos más largos”. Cada una de estas definiciones es relevante y es importante tomarlas en cuenta9. El efecto invernadero es un proceso natural pero se ha visto alterado por el aumento de la concentración ciertos gases en la atmósfera que se denominan Gases de Efecto Invernadero (GEI)
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BCPR. (2010). Gestión del Riesgo Climático. PNUD. Estados Unidos de América.
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(principalmente dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)), este incremento se deriva se las actividades humanas vinculadas principalmente con el uso de combustibles fósiles. La acumulación de GEI en la atmósfera potencia un efecto que existe naturalmente denominado efecto invernadero, y deriva en el incremento de la temperatura media superficial del planeta, hecho conocido como “calentamiento global”. La variabilidad climática también se define como variaciones del clima con periodos más cortos que pueden ir más allá de un año y son causadas por procesos naturales. Por ejemplo en Honduras el fenómeno del niño produce el aumento de precipitaciones en julio, agosto y septiembre, pero cuando el niño es moderado provoca un déficit de lluvias prolongando la sequía10. Los escenarios climáticos son imágenes alternativas de lo que podría acontecer en el futuro, y constituyen un instrumento apropiado para analizar de qué manera influirán las fuerzas determinantes en las emisiones futuras, y para evaluar el margen de incertidumbre de dicho análisis. También se definen como la representación creíble de la evolución futura de las emisiones de sustancias como GEI y aerosoles, basado en un conjunto coherente de supuestos como: desarrollo demográfico, socioeconómico, evolución tecnológica y las principales relaciones entre ellas. Los escenarios publicados en el Informe Especial de Escenario de Emisiones del 200011, están agrupados en cuatro familias (A1, A2, B1 y B2) y se utilizan en la elaboración de estudios sobre la vulnerabilidad del cambio climático y las evaluaciones de su impacto. Los supuestos básicos utilizados en los escenarios son la evolución socioeconómica, el crecimiento demográfico, el desarrollo tecnológico. El escenario B2 describe un planeta con una población intermedia y un crecimiento económico intermedio, más orientada a las soluciones locales para alcanzar la sostenibilidad económica, social y medioambiental. El escenario A2 describe un mundo muy heterogéneo con crecimiento de población fuerte, desarrollo económico lento, y cambio tecnológico lento. Escenarios en Honduras12 Según los estudios elaborados por Argeñal (2010b) presenta proyecciones climáticas para los años 2020, 2050 y 2090 basadas en el modelo MAGICC SCENGEN y, utilizando los escenarios de emisiones A2 y B2 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las compara con promedios estadísticos de los años 1960 a 1990. Argeñal (2011b) completa estos escenarios con las proyecciones para el año 2025 basadas en los mismos modelos y escenarios. En la tabla 5 se presentan los resultados de las proyecciones anuales promedio de todos los horizontes temporales, (Keller, 2013). Proyecciones Climáticas para Honduras datos de (Argueñal 2010B, 2011B) 10
Argueñal, F. (2010). Variabilidad Climática y Cambio Climático en Honduras. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Tegucigalpa. Honduras. 11 IPCC. (2000). Informe Especial del IPCC: Escenario de Emisiones. Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. 12Keller, M. (2013). Gestión de Riesgos Climáticos para la Agricultura a Pequeña Escala en Honduras. Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible. Canadá.
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Fuente: Keller, 2013.
Para 2020 y 2025 están previstos aumentos de la temperatura del orden de 0,5 °C a 1 °C en la mayor parte del territorio, y la precipitación anual se reducirá entre 3 % y 10 %. En 2050, el calentamiento alcanzará entre 1 °C y 2 °C, y las precipitaciones anuales previstas disminuirán entre 7,5 % y 14 %. Para la década de 2090 el calentamiento podría alcanzar entre 2 °C y 4 °C, y las precipitaciones podrían disminuir entre 13 % y 31 %.
Fuente: Argueñal, 2010.
Para todos los horizontes temporales y escenarios, las tendencias de calentamiento suelen ser un 50 % más rápido en el suroeste que en el noreste. En cuanto a las proyecciones anuales, las reducciones en las precipitaciones tienden a ser más altas en el sureste. Tanto las temperaturas como las 21
precipitaciones varían según la estación. El calentamiento tiende a ser más pronunciado entre junio y agosto. Los patrones de reducción de precipitaciones entre regiones varían según el mes. Por lo general, en todos los horizontes temporales, las mayores reducciones se esperan entre junio y agosto, por lo que coinciden con los mayores aumentos de temperatura y la sequía demediados de verano mencionada anteriormente y conocida como la canícula. Para el año 2025 las temperaturas podrían aumentar en más de 1 °C en el sur, y las precipitaciones podrían reducirse en un 18 %. Para 2050 los cambios podrían llegar a + 2 °C y - 38 %. Para 2090s posible que se haya producido un calentamiento de 5 °C y una reducción de las precipitaciones de hasta el 86 %. En cuanto al aumento del nivel del mar no se tienen proyecciones a nivel nacional. A nivel regional se estima que un incremento de 0,18 m a 0,43 m para la década de 2090 con el escenario B1 (de bajo nivel de emisiones), y 0,23 m a 0,56 m para el escenario A2 (de alto nivel de emisiones), en relación con los niveles del mar de 1980 a 1999. Kawas et al. (2011B) elaboró mapas de aridez para los años 2010, 2025 y 2050 basados en los escenarios A2 y B2 (véanse las figuras 14 a 16). Los mapas muestran la relativa abundancia de agua en función de las proyecciones de precipitaciones, radiación solar, evaporación y evapotranspiración. Los mapas muestran que el país podría estar bajo estrés por déficit hídrico casi en su totalidad para el año 2050. Los mapas del escenario B2 son similares. Las proyecciones para la región noreste se basan en muy pocas estaciones meteorológicas.
Impactos del cambio climático en Honduras La Estrategia Nacional de Cambio Climático en Honduras (ENCC) identifica los impactos del cambio climático en el país, de estos se mencionan algunos: Recursos Hídricos • Menor disponibilidad del agua superficial. • Limitación del reaprovisionamiento de acuíferos. • Disminución de los caudales ecológicos. • Desmejoramiento de la calidad del agua. • Alteración de la composición fisicoquímica del agua y los hábitats. Agricultura, Suelo, Seguridad Alimentaria Pérdida de la productividad de los cultivos por: • Estrés térmico por temperaturas por encima de los rangos de tolerancia. • Estrés hídrico asociado a la falta de agua por sequía y pérdida de humedad del suelo. • Estrés hídrico asociado a exceso de agua por fuertes precipitaciones e inundaciones. • Aumento de la incidencia y frecuencia de plagas y enfermedades. • Aumento de la erosión del suelo, con tendencias a la desertización. 22
Bosque y Biodiversidad • Mayor incidencia de incendios forestales. • Exacerbación de plagas y enfermedades por la alteración de la integración de especies de flora y fauna. • Modificación de ecosistemas y hábitats. • Alteraciones a las cadenas y redes tróficas, y reducción en la disponibilidad de alimentos. • Proliferación de especies invasoras generando mayor competencia entre especies • Disminución o exterminio de corredores biológicos, conduciendo al aislamiento de poblaciones, la reducción de la diversidad. Marino- Costero • Inundación marina y pérdida de áreas productivas. • Modificación de la línea costera y pérdidas de Playas. • Intrusión salina en aguas subterráneas. • Intrusión salina en aguas superficiales. • Migración forzosa de la biodiversidad marina. • Modificación de la dinámica costera y elevación del nivel del mar. • Alteración de la funcionalidad de los ecosistemas marino-costeros.
Salud Humana • Aumento en la frecuencia, distribución geográfica y gravedad de enfermedades de transmisión vectorial, tales como: dengue, malaria y mal de Chagas • Aumento en la frecuencia, distribución geográfica y gravedad de enfermedades de origen hídrico • Incremento en la incidencia de enfermedades crónicas, en particular en niños y personas de edad avanzada
Fuente: elaboración propia basado en la Estrategia Nacional de Cambio Climático Honduras, 2010.
Frente al cambio climático la sociedad y la política han considerado dos opciones de intervención distintas si bien relacionadas. Primero la llamada “mitigación” del cambio climático, donde el énfasis se pone en cambios en las prácticas humanas que conducen a la producción de los gases de efecto invernadero o en cambios en las temperaturas ambientales, y en los “sumideros de carbono”, que ayudarían a eliminar los gases ya acumulados.
La adaptación constituye la segunda opción al problema del cambio climático, la cual plantea ajustes en los patrones humanos de asentamiento, de producción, de circulación, de construcción, entre otros. 23
Con mayor congruencia con las exigencias de un clima cambiado in situ, en los niveles locales, regionales y globales. La adaptación se ha utilizado como noción, concepto o práctica para captar el ajuste humano y ecosistémico requerido frente a distintas circunstancias, presentes o proyectadas, para el clima futuro. Primero, ajustes frente a cambios en los promedios y normas del clima sufridos en distintos lugares en distintas épocas del año o diurna o nocturnamente. Segundo, ajustes frente a cambios en la incidencia temporal y espacial, intensidad y recurrencia de eventos extremos, medianos y pequeños del clima. Tercero, ajustes a cambios en los niveles de mar y en la disponibilidad de agua a raíz de la pérdida de hielo glacial en zonas montañosas.
Riesgo Climático13 Al igual que la construcción social del riesgo, el riesgo climático depende de factores como amenaza climática, vulnerabilidad climática y la capacidad de adaptación para que se concretice el riesgo.
Riesgo climático = Amenaza climática x Vulnerabilidad climática
Según la UNISDR, el riesgo climático se refiere a la probabilidad de que se den consecuencias superficiales o pérdidas esperadas resultado de interacciones entre amenazas climáticas y condiciones de vulnerabilidad. Otra definición riesgo climático es la probabilidad de consecuencias perjudiciales o pérdidas esperadas (por ejemplo, la muerte, lesiones, pérdida de medios de vida, reducción de la productividad económica, los daños ambientales) derivados de la interacción entre los peligros del clima y las condiciones de vulnerabilidad (adaptado de la ONU / EIRD 2009). La amenaza climática se refiere a un fenómeno hidrometeorológico potencialmente perjudicial que puede caracterizarse por su ubicación, intensidad, frecuencia, duración y la probabilidad de que ocurra. Por ejemplo tormenta, inundación o sequía, así como los cambios más permanentes, como una tendencia o transición de un estado climático a otro. La exposición es un segundo elemento del riesgo climático; se refiere a la presencia de personas y bienes en zonas donde pueden presentarse las amenazas.
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Basado en los estudios del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD, Proyecto de Gestión de Riesgos Climáticos en siete países (República Dominicana, Honduras, Kenya, Nicaragua, Níger, Perú y Uganda).Keller, M. (2013). Gestión de Riesgos Climáticos para la Agricultura a Pequeña Escala en Honduras. Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible. Canadá. Herrera, A., Orrego, J. (2011) Revisión de la Situación de Riesgo Climático y su Gestión en República Dominicana. Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible. República Dominicana
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La vulnerabilidad se entiende como el grado por el cual un sistema es susceptible o incapaz de hacer frente a los efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad climática y sus extremos y es vista como una función del grado de exposición, la sensibilidad y la capacidad de adaptación” (IPCC, 2007). Vulnerabilidad (V) = f (Exposición x Sensibilidad x Capacidad de adaptación). El análisis de riesgo climático es el desarrollo de una metodología para determinar la naturaleza y el alcance del riesgo climático mediante el análisis de los peligros potenciales del clima y la evaluación de las condiciones existentes de vulnerabilidad que juntas podrían dañar a las personas expuestas, los bienes, servicios, medios de subsistencia y el medio ambiente de los que dependen (adaptado de la ONU/EIRD 2009).
Fuente: Keller, 2013.
La gestión de riesgo climático es un término que engloba la adaptación al cambio climático, gestión de riesgos y los sectores del desarrollo, con un enfoque de toma de decisiones que considera aspectos sensibles al clima para promover el desarrollo sostenible reduciendo la vulnerabilidad asociada con el riesgo climático”. La gestión y la prevención de los riesgos climáticos implican un trabajo arduo que busca incorporar dentro de la planificación del desarrollo, políticas, espacios multisectoriales, sociedad civil, gobiernos locales las capacidades para implementar medidas de gestión a de corto a largo plazo para poder manejar los riesgos. Para abordar el riesgo climático en la planificación se establecen una serie de fases secuenciales y lógicas, que incluyen: el estudio del perfil de desarrollo de un país, perfil climático basado en los 25
estudios históricos y existentes, análisis de los impactos de las amenazas climáticas en los sectores de desarrollo, Identificación de las amenazas que surgen a partir de los cambios, identificación de las vulnerabilidades y las capacidades de adaptarse, conocer los marcos normativos e instituciones, y por último plantear medidas de gestión. El perfil de desarrollo estudia variables como la economía, política, social, ambiental, el estado actual de los sectores (salud, educación, agricultura, etc.), las prioridades del país en cuanto a desarrollo. El perfil climático es un estudio las características del clima de acuerdo a la ubicación geográfica, el comportamiento del clima actual, la variabilidad, los extremos del clima, las tendencias. Todo lo anterior debe estar basado en estudios realizados en el país, registros históricos, con información completa y de calidad. Estos estudios deben ser permanentes y cada vez generar información que ayude a orientar los escenarios futuros. Se debe contar con la capacidad técnica para manejar modelos y método eficientes para la generación de información. Por ejemplo en honduras existen estudios valiosos sobre la variabilidad climática, pero el avance en la investigación se ve limitada por los vacíos de información histórica o la falta de registros continuos para realizar análisis o la falta de especialistas en la disciplina para generar información. En función de los escenarios se prevén los posibles impactos futuros en el territorio, se puede hacer énfasis en un sector como el de la salud, o la agricultura por ejemplo. En función de esos posibles impactos se debe investigar la vulnerabilidad, los elementos expuestos, las amenazas y conocer si se cuenta con la capacidad para poder hacer frente a estos cambios y construir propuestas para implementar medidas. IMPLICACIONES DE LAS PROYECCIONES CLIMÁTICAS PARA RIESGOS DE SALUD RELACIONADOS CON EL CLIMA EN NICARAGUA. A mediados del siglo, se prevé que Nicaragua será de 1 °C a 3 °C más cálida que en la actualidad. Los patrones de precipitaciones también podrían cambiar, pero las proyecciones son mucho menos claras. Los fenómenos extremos podrían aumentar en frecuencia e intensidad global, pero no hay una perspectiva clara para amenazas específicas. Sin embargo, es muy probable que la posibilidad de aumentos continuos de la temperatura, con posibles reducciones de las precipitaciones, empeore el problema de la escasez de agua, con el cual se vinculan muchos de los riesgos de salud relacionados con el clima. Primero y principal, el acceso al agua potable será más difícil todavía. Muchas enfermedades importantes como la diarrea, el dengue y la leptospirosis directa o indirectamente requieren agua contaminada o estancada para su transmisión. Las temperaturas más altas también pueden tener efectos directos, como más olas de calor y su efecto perjudicial sobre la salud, especialmente para ocupaciones como la agricultura. Sin embargo, el impacto del aumento de las temperaturas solo sobre las enfermedades por vectores como la malaria y el dengue parece ser menos directo. En zonas bajas y calurosas, ya existen temperaturas óptimas para los mosquitos, de modo que es posible que el aumento de las temperaturas no produzca mayor expansión. El análisis anterior referido al dengue sugiere que los patrones de precipitaciones son más importantes que las temperaturas.
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AMENAZAS CLIMÁTICAS A LOS RESULTADOS DEL DESARROLLO RELACIONADOS CON LA SALUD EN NICARAGUA En general, la combinación de alta exposición y vulnerabilidad a amenazas climáticas como lluvias copiosas, inundaciones y sequías genera riesgos climáticos importantes para la salud humana. Los impactos climáticos clave actuales y futuros incluyen: Aumento de la prevalencia de enfermedades transportadas por el agua, como la diarrea, y de enfermedades transportadas por vectores y por roedores, como el dengue y la leptospirosis, como resultado de las inundaciones y de depósitos de agua estancada que llevan a la contaminación del agua en el contexto de copiosas precipitaciones o sequías Aumento de la prevalencia de enfermedades respiratorias como resultado de las sequías. Aumento de las tasas de desnutrición y de enfermedades relacionadas debido al impacto de la variabilidad y el cambio climáticos sobre la productividad agrícola. Destrucción de infraestructura crítica durante fenómenos extremos, con impacto negativo sobre los servicios de salud en momentos en que aumenta la demanda de ellos. Fuente: Keller, M. (2013).Gestión de Riesgos Climáticos para el Sector Salud en Nicaragua. IISD/PNUD. Nicaragua.
Para completar el proceso de riesgo climático es necesario conocer y tener claro los aspectos institucionales y de la gobernabilidad de las políticas de riesgo climático e identificar las responsabilidades de los sectores e institucionales gubernamentales a través del análisis de actores y de investigaciones realizadas por los mismos actores.
Relación entre la Gestión de Riesgos de Desastres (GRD), Adaptación al Cambio Climático (ACC) y la Gestión Ambiental (GA).
La evolución conceptual de cada uno de los enfoques y conceptos de GR, ACC y GA, tienen diferentes momentos en el tiempo, pero todos surgen de los objetivos y metas de las sociedades, asociados a un aumento en el bienestar humano sin degradación y depredación de la base de recursos naturales renovables y no renovables, es decir, desarrollo sostenible. La gestión de riesgos toma fuerzas y nuevos enfoques a partir del 1998 después del huracán Mitch, cambia su concepción de manejo o gestión de desastre hacia una de gestión del riesgo de desastre, la cual involucra reducción y previsión de riesgo en el marco de la planificación del desarrollo. Se incluye la reducción de riesgos con gestiones correctivas, prospectivas. Su fundamento sustantivo se basa en el reconocimiento de que el riesgo (la probabilidad de pérdidas y daños al futuro) es producto en gran parte de un proceso de construcción social, donde procesos colectivos específicos operan para crear condiciones de exposición y vulnerabilidad frente a distintas manifestaciones físicas de los entornos, requiriendo, entonces, un proceso de gestión ligado de cerca a los procesos de gestión del desarrollo sectorial y territorial, en aras de la reducción o previsión del riesgo. 27
La GRD se organiza en torno al riesgo y su gestión. Acepta que el riesgo evoluciona y cambia constantemente, y que existe en formas distintas en condiciones predesastre, durante y después del impacto. O sea, es incluyente de la reducción preventiva o mitigadora del riesgo, los preparativos, la respuesta y los procesos de recuperación. En cuanto a la Gestión Ambiental (GA), el manejo de los problemas ambientales tomó un curso y una fuerza importante desde los años 60. Las normas ambientales iniciales tuvieron un fundamento esencialmente sanitario, orientadas hacia el control de la contaminación. El concepto fue evolucionando, cambiando su enfoque hacia sistemas de saneamiento de contaminadores, residuos sólidos, emisiones; luego a manejo más integral basado en los recursos hídricos, manejo de cuencas, ordenamiento ambiental, oferta y demanda ambiental, desarrollo social económico. Gestión Ambiental se convierte en el conjunto de recursos e instrumentos de tipo político, jurídico, tecnológico, social, económico y administrativo, establecidos en la mayoría de los casos por parte de Estado, orientados hacia el manejo, administración y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. Principios de los años 90 el tema de desastres naturales se comienza a incorporar en el concepto de gestión ambiental, hasta el punto que las normas ambientales van asumiendo la prevención de desastres como parte de la gestión ambiental. La Gestión Ambiental (GA) toma como punto de referencia u objeto de intervención, el conjunto complejo de elementos de la naturaleza ordenados en ecosistemas o unidades naturales dinámicas, y busca conseguir o garantizar, como su objetivo, su utilización (o protección en distintos grados) para fines asociados con el logro del bienestar social, sin afectar su sostenibilidad, existencia o reproducción bajo condiciones de calidad en el futuro. Esta definición ubica a la GA en el terreno de las relaciones ambiente-sociedad y sociedad-ambiente. De ahí que el logro de sus fines requiera de una racionalización desde lo económico y lo social y el impulso de instrumentos estratégicos, de control, de planificación y de normativa. La noción de ACC surgió con más fuerza después del 2000 y el 2001. Hasta entonces, la intervención en el cambio climático fue dominada por el término y la acción de mitigación del cambio climático. La Adaptación al Cambio Climático es un término utilizado para captar un conjunto de ajustes humanos y ecosistémicos al promedio del clima que cambia o que ha cambiado, pero también se usa para referir a los ajustes frente a eventos extremos que cambian en su recurrencia, magnitud e intensidad. La definición utilizada por la IPCC, es la siguiente: “La adaptación al cambio climático se refiere a los ajustes en sistemas humanos o naturales como respuesta a estímulos climáticos proyectados o reales, o sus efectos, que pueden moderar el daño o aprovechar sus aspectos beneficiosos.”
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Semejanzas y diferencias
Las tres gestiones mencionadas, la GA, GRD, ACC trabajan en su ámbito, coinciden y se apoyan como herramientas para alcanzar ciertos objetivos, esto no implica que se complementen por igual. Por ejemplo habrá necesidades de herramientas en la GRD, que la GA puede completar, pero la GRD no necesariamente puede aportar herramientas para GA. Semejanzas entre las gestiones: La GA tiene una expresión “correctiva”, cuando se requiere remediar problemas ya existentes de uso o degradación; y una expresión “prospectiva”, cuando se quiere anticipar y evitar problemas futuros. La GRD también es vista desde una perspectiva correctiva y prospectiva. Los mecanismos e instrumentos empleados para reducir o prever el riesgo remite a un conjunto variado de opciones tanto de naturaleza estructural ingenieril y ambiental como no estructural (normativa y planificación), las que deben de ser implementadas de forma concertada por un conjunto amplio de instancias organizativas o institucionales de los sectores público y privado, sectoriales, territoriales y especializados. En la GRD, todo ajuste o adaptación es una reacción al riesgo ya plasmado o por plasmarse y cada ajuste requiere de una modificación en las relaciones ser humano-medio ambiente natural, así estableciendo un nexo irrevocable con la GA. La GRD es un proceso complejo, una estrategia conducente a un fin (la reducción y previsión del riesgo de desastre) y para lo cual requiere de armas, estrategias, instrumentos y mecanismos particulares, los cuales, en gran parte, derivan de otros tipos de gestión o práctica en el campo del desarrollo, como lo son la gestión ambiental, la gestión territorial, la gestión de los medios de vida, la gestión de la salud etc.
Diferencias entre las gestiones: A diferencia de la GA, la GRD no opera en función de un conjunto material de elementos claramente distinguibles como lo son los elementos y estructuras de la naturaleza, buscando perpetuar su existencia y calidad, “en positivo”, sino en función de un concepto central, “en negativo”, que es el riesgo, y una práctica, que es su reducción y previsión. Y ese riesgo no se autodefine ni es autónomamente generado, sino que es derivado de procesos humanos diversos suscitados en múltiples prácticas económicas, sociales, políticas y culturales. Es construido socialmente. En cuanto a Adaptación al Cambio Climático el ritmo de los cambios a experimentarse en el futuro y la existencia de cambios ya sufridos no son sujetos a estimaciones certeras en muchas instancias. Y, la incertidumbre es uno de los aspectos más complejos con que tratar en lo que se refiere a la toma de decisiones sobre los ajustes a instituirse en la sociedad, para acomodarse a los cambios que suceden o sucederán. Además los pronósticos o escenarios de cambio aún no pueden desplegarse por niveles 29
espaciales o territoriales pequeños, locales o regionales. Es precisamente la incertidumbre, acompañada por una certeza sobre la realidad del cambio, que han incitado la necesidad de concretar soluciones e intervenciones basadas en los principios sanos de la GRD y la GA y ya emprendidas con referencia a contextos de riesgos asociados con la variabilidad climática normal. No todo lo concerniente a la GA es pertinente para la GRD o la adaptación o mitigación del CC, ni todo lo de GRD es pertinente para las otras gestiones. Cada gestión excede en sus coberturas y preocupaciones directas las de las otras gestiones consideradas. En este sentido se acepta que en la búsqueda de relaciones nos limitamos en primer orden a los elementos y áreas pertinentes de colaboración y concertación.
Fuente: elaboración propia, basado en la Convención Marco de Cambio Climático, 2008; COSUDE, 2010.
Algunos de los criterios que comparten la GRD y ACC:
Investigación, generación y monitoreo de información que generen datos de calidad y completos para la toma de decisiones. Deben Incorporarse a los planes y a las políticas del desarrollo. Coinciden en temas de desarrollo, reducción de la pobreza, la consecución de las metas del milenio, el incremento de la seguridad humana y la resiliencia de las sociedades y de los ecosistemas de sustento. Conseguir un mayor compromiso político, desarrollo de medidas de nivel nacional y locales Propiciar espacios de intercambio de conocimientos, experiencias y actividades en curso y previstas (compartir agendas de trabajo), también de involucrar a la academia, al sector privado y a las organizaciones sociales. Gestionar apoyo político para que sea una prioridad nacional y local 30
Fortalecer las capacidades técnicas en ambos temas. Desarrollo y la diseminación de información de alta calidad. La elaboración de información para las instancias decisorias y los líderes sectoriales y el desarrollo. Programas de comunicación e información pública procesos de planificación del desarrollo, financieras, ordenamiento territorial. Coinciden en las medidas implementadas en campo.
Algunos de los criterios para la inclusión de la gestión ambiental a la GRD son14: Un medio ambiente sano refuerza la resiliencia de la sociedad a los desastres de dos maneras: reduce el impacto de los desastres inducidos por amenazas naturales o antrópicos, y mitiga de forma natural los eventos peligrosos. En cambio, la degradación ambiental aumenta el riesgo de desastre La identificación de las amenazas y las evaluaciones de vulnerabilidad deberían integrarse en las evaluaciones de impacto ambiental. Las campañas y los planes educativos para aumentar la concientización sobre la reducción del riesgo de desastre deberían promover prácticas medioambientales sostenibles. La planificación urbana y del ordenamiento territorial debería proteger los ecosistemas críticos. Los esfuerzos de recuperación deberían garantizar la protección ambiental. Formar equipos de trabajo que comprenda: secretaría de ambiente, grupos ambientales, expertos en RR, organizaciones de base. Mecanismos para unir representantes de RRD y ambiente. Planes de colaboraciones, e identificar sinergias y solapamientos. Desarrollar una estrategia de intercambio de datos para cumplir los requisitos de información en virtud de la legislación y los acuerdos nacionales, bilaterales, regionales e internacionales. Institucionalizar un mecanismo para llevar a cabo evaluaciones conjuntas que integren los parámetros de la reducción del riesgo de desastre y de la protección ambiental. Un ejemplo serían las evaluaciones integradas de riesgos y de impacto ambiental.
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ONU/EIRD. (2007). De las palabras a la acción: Guía para la implementación del Marco de Hyogo. Marco de Acción de Hyogo 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. ONU. Ginebra, Suiza.
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