Robert Dahl in Memoriam
Por Maximiliano Campos Ríos (Director General de Espacios Políticos) @Maxicamposrios
Falleció Robert Dahl. Otro baluarte indiscutido de la Ciencia Política, sobre todo, de la escuela estadounidense, que junto con Gabriel Almond y Seymour Lipset fueron autores de referencia académica para toda la disciplina en cualquier lugar del planeta. Dahl aportó una mirada distinta a las ideas de libertad y democracia, pero sobre todo a esta última, a la que se dedicó a estudiar durante largos años. Contrario a muchos de sus contemporáneos, Dahl bregó desde los ’60 por la idea de que la democracia, aún sin ser definida como tal, era producto de la pluralidad de actores, inscribiéndose así dentro de las teorías pluralistas que dominaban la época. De formación politólogo, licenciado en Ciencia Política de la Universidad Washington y doctorado en Yale en 1940 con tan sólo 25 años, dedicó gran parte de su vida, o al menos los últimos 50 años, al estudio, la investigación y la docencia, disciplinas a las que decidió dedicarse luego su experiencia en la segunda guerra mundial, donde recorrió parte de Europa como miembro del ejército de Estado Unidos, al que se auto enroló. Ya en 1946 comenzó su carrera académica en Yale como profesor de Ciencia Política, cargo que desempeñó hasta 1986 cuando fue designado profesor emérito. Este primer período de su desarrollo intelectual, como lo marcan Leiras y Malamud[1], estuvo fuertemente influenciado por la Guerra Fría, un mundo bipolar, y fue vital en el desarrollo académico de Dahl donde escribió gran cantidad de sus libros clásicos entre los que se destacan “¿Quién gobierna? Democracia y poder en una ciudad estadounidense”; “¿Después de la revolución?” o “Un prefacio a la Democracia Económica”. En esta primera etapa, el desarrollo teórico de Dahl giró en torno al problema de evitar la tiranía a partir del control de los líderes. Para ello, Dahl introduce el concepto de poliarquía como una forma de control por parte de los ciudadanos hacía los líderes, continuando con la tradición pluralista. Estos aportes y su vasta obra académica, le valieron a Dahl diferentes cargos, entre ellos la presidencia presidente de la Asociación Americana de Ciencia Política (APSA, por su sigla en inglés), a mediados de los ’60.