Revista Hermes Referencias Culturales Valentina y Andrea
R
evista Hermes
Una madre desesperada en busca de su hija
Fuentes cercanas nos informan de que la joven Perséfone ha sido raptada por Hades (el hermano de su madre, que se había enamorado de ella). Hades, el dios del Inframundo, la raptó cuando la joven recogía lirios con sus amigas ninfas. Se dice que Zeus, padre de Perséfone, ayudó a su hermano Hades para que raptara a su propia hija y todo a espaldas de Deméter (la diosa de la primavera, madre de Perséfone y hermana de Zeus).
Rapto de Perséfone. Gianlorenzo Bernini
Cuando su madre la encontró era muy tarde, su hija había comido un grano de granada quedando así vinculada al mundo subterráneo. Al ver que su hija no podía volver, llegaron a un acuerdo según el que Perséfone pasaría seis meses con su madre Deméter y seis meses en el Inframundo. Los antiguos griegos usaban este mito para explicar la sucesión de las estaciones ya que los conocimientos científicos con los que contaban por aquel entonces resultaban muy escasos para dar una explicación racional.
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Prometeo, en busca del fuego Llegó a nuestra editorial una sorprendente noticia: el origen del sufrimiento entre los hombres tiene su origen en el robo del fuego a los dioses. Prometeo, al que le gustaba provocar la ira de Zeus y se consideraba benefactor de los mortales, se adentró
sigilosamente
en
el
Olimpo,
llevando en sus manos el preciado tesoro del fuego sin saber que esto traería consecuencias devastadoras a todos los hombres. Zeus al enterarse de lo acontecido se vengó de los hombres creando a una mujer a Prometeo. J. Cossiers
partir de la arcilla (Pandora o “regalo de
todos los dioses”), que llevaría en su caja el dolor a los mortales, por haberse beneficiado del fuego robado por el osado Titán. En cuanto a Prometeo fue mandado a capturar por Hefesto (dios del fuego y de los metales forjados) para ser encadenado en una roca en lo alto de una montaña, donde cada cierta tiempo un águila hambrienta le devoraba el hígado. El sufrimiento se volvió eterno ya que al ser inmortal su hígado se regeneraba cada noche.
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Nuestra entrevista
Hércules, nuestro héroe Hoy entrevistamos a un increíble y fantástico hombre, con una fuerza incomparable. Fuerza hercúlea y estructura ciclópea!! Periodista: buenos días, estamos muy agradecidos de que estés con nosotros hoy. Hércules: no hay de qué, tampoco tenía m ucho qué hacer hoy, no hay gente a la que salvar. Periodista: ¿puedes contarnos cómo comenzó todo este viaje en tu vida? Hércules: no es por alardear, pero me enfrenté directamente con el León de Nemea, y utilicé su piel como coraza. Periodista: me parece increíble mi querido héroe! Hércules: otra de mis grandes pruebas fue matar a la despiadada Hidra de Lerna, no saben lo duro que fue matar a ese ser repugnante! Su cabeza se regeneraba dos veces por cada una que perdía!. Puedes seguir mi viaje a través de las doce pruebas que tuve realizar, hoy se ha convertido en una famosa ruta heroica.
Periodista: wow!. Tremenda hazaña!
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Flecha de oro, flecha de plata Nos cuentan que hay un nuevo amor no correspondido entre Apolo (dios del arte) y la ninfa Dafne; parece que el travieso Eros (Cupido) volvió hacer de las suyas, pero esta vez no fue nada agradable, ya que provocó un gran sufrimiento al dios Apolo, como castigo por haberse reído de él. Al caprichoso Apolo y Dafne. Gianlorenzo Bernini
Eros no se lo ocurrió nada mejor que lanzar una flecha de
oro al dios Apolo, provocándole un intenso amor hacia Dafne, y a ésta le provocó, con su flecha de
plata,
una
terrible
repulsión.
El dios del arte, al estar enamorado de la bella ninfa, insistía y la perseguía sin cesar. Dafne asustada le pidió a su padre que la convirtiera en el árbol del laurel, y así su padre, cumpliendo con los deseos de su hija, la convirtió en un bello y magnífico árbol de laurel.
¿Quién será la más hermosa? La semana pasada se llevó a cabo la gran celebración de la boda de Peleo y Tetis donde fueron invitados todos los dioses excepto Eris (diosa de la Discordia). Llegó enfurecida (haciendo honor a su nombre) con el fin de crear conflicto, como siempre, entre las diosas más hermosas, arrojando una manzana de oro, con la inscripción “Para la más hermosa”. Zeus que quería desentenderse de todo, decidió enviarlas ante el joven Paris. Las diosas desfilaron ante él cubriéndole de promesas. Una prometió poder y riquezas, otra ofreció gloria en las guerras y la última ofreció a la mujer más hermosa. Esta última propuesta provocó la guerra de Troya, ya que Paris, el príncipe troyano, se llevó a su tierra a la más hermosa griega, a Helena.