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Valentía: mujeres en la política

Joshua Than Cancino Abogado

@porsiemprejosh Joshua Than Cancino

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En México, y Chiapas no es la excepción, las mujeres sufren violencia en todos los ámbitos de su vida que se expresan de muy diversas formas. Este es el caso de la participación política electoral, uno de tantos derechos que constantemente se transgreden hoy en día a las personas por el simple hecho de ser mujer. Algunos de los principales avances en el estado para que las mujeres logren participar en la vida política libre de violencia han derivado de infames casos en contra de ellas durante los últimos procesos electorales, donde la simulación por parte de partidos y líderes políticos, así como la discriminación, se hicieron visibles toda la sociedad. Ante estos vergonzosos sucesos, las autoridades electorales comenzaron el diseño e implementación de acciones positivas, es decir, medida encaminadas a eliminar la desigualdad existente con las que se busca suprimir y compensar las desventajas existentes para las mujeres en el terreno político. En un inicio, la cuota de género abrió el camino hacia la participación femenina, obligando a los partidos a respetar esta a favor de las mujeres, como medida que buscaba la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y la posibilidad real de que las mujeres accedieran a espacios de representación. En este tenor, en 2015, el diagnóstico era preocupante, toda vez que en México sólo había un 6.8% de mujeres presidentas municipales. Por su parte, el proceso electoral de 2017-2018 fue histórico en virtud de los altos índices de violencia política por razón de género ya que, por ejemplo, más de 30 regidoras y diputadas en Chiapas renunciaron al cargo público electo con el objeto de que éste fuera ocupado por hombres, y entre 2013 y 2016 se registraron 416 expedientes por violencia política de género, cantidad similar registrada en el primer semestre de 2017 contabilizando 87 víctimas más. Hoy en día, la paridad de género es una realidad, aunque todavía es posible observar comportamientos que se resisten a dignificar el papel de la mujer en la construcción de nuestra sociedad, aun cuando la violencia política contra las mujeres ha sido integrada a nuestras leyes mexicanas para ser sancionada. Esta violencia, comprende todas aquellas acciones (u omisiones) de personas y/o servidores públicos que se dirigen a una mujer en razón de género, y tienen un impacto diferenciado en ellas o les afectan desproporcionadamente, con el objeto o resultado de menoscabar o anular sus derechos político electorales, incluyendo el ejercicio de los propios cargos. Por otra parte, el primer ejercicio de la iniciativa 3 de 3 contra la violencia de género se puso en práctica en este proceso electoral 2021, la cual consiste en que los partidos políticos presenten durante la etapa de registro de candidaturas un formato de buena fe y bajo protesta de decir verdad firmado por las personas aspirantes a alguna candidatura, en el que manifiesten que no han sido condenadas o sancionadas mediante resolución firme por violencia familiar y/o doméstica o cualquier agresión de género en el ámbito privado o público; por delitos sexuales, contra la libertad sexual o la intimidad corporal; o por ser deudoras alimentarias. A pesar de todos estos los avances legislativos y acciones encaminadas a erradicar esta violencia, queda mucho camino por recorrer, especialmente a nivel social, a fin de que se repudie y condene enérgicamente estos ataques contra los derechos y dignidad de las mujeres.

FUENTES: 1.- Freidenberg, Flavia, Los Retos Institucionales y Políticos para Impulsar la Democracia Participativa en Chiapas, IIJ-UNACH, E.U. 2018 1.- Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de Desarrollo Constitucional para la Igualdad de Género y Acceso a una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, septiembre de 2018.

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