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¿MADRE? YO, PASO

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Decid Que Ser Mam No Es Para M

Soy de una generación que ha tenido chance de pensarse las cosas una, otra y otra vez. Leer, repensar, analizar y después decidir. Después de toda esa reflexión, ya entrada a los 30 sabía que no sería madre. Sigo pensando que los niños son fabulosos, y que no cualquiera debería pensar en criarlos sólo para la foto y para que se parezcan a uno. Es mucho más que eso...

textos Marianella Cordero Corresponsal ESTILO en Costa Rica

Recuerdo que cuando estaba pequeña no jugaba de “mamá”. Sentaba mis muñecas frente a mí, y les leía o les hablaba. Pero lo del “arrorró”, la rutina de dormirlas o darles comida no era parte del juego. Debí suponerlo desde entonces. ¿Pero por qué no? ¿Sólo porque no jugué a mamá? Hay muchas razones. Yo soy de una generación que ha tenido chance de pensarse las cosas una, otra y otra vez. Leer, repensar, analizar y finalmente decidir. Después de toda esa reflexión, ya entrada a los 30 sabía que no sería madre, y estos son algunos de los porqués. Físicamente, no quiero vivirlo. Hace 20 años presencié un parto, y sigo sin entender cómo es posible que el cuerpo humano soporte eso, más lo que viene después. El mal dormir, la lactancia con pezones agrietados y adoloridos. Mis amigas que son madres no tienen bonitas anécdotas de lo que vieron al espejo después del parto. No son sólo las estrías, es que es agotador en toda etapa. “Quéegoísta”. Sí, y ahí está mi punto: tengo la oportunidad de elegir si quiero o no ser madre, y mi respuesta es no. No es una obligación serlo. Una vida puede ser completa y plena sin ello. No me veo queriendo viajar, estudiar, y no poder hacerlo libremente. No. Tengo entendido que más que un sueño romántico y angelical, ser mamá es una lista interminable de responsabilidades. Y no es suficiente querer serlo: casi que hay que hacer un castingpara elegir al que pone el otro 50% de ADN (¡eso es determinante!), no sólo para la composición final de la persona por nacer, también por el tipo de compañero con que se dividirá la tarea de criar un humano. También pienso en este mundo con menos árboles, menos agua. Menos oportunidades y más peligro. Si a veces me da miedo a mí salir a la calle, qué no temería por ellos, pequeñitos, adolescentes o ya adultos, allá afuera, expuestos a tanto. (Ven, ni siquiera los tengo y ya los sufro.) Una jefa me dijo una vez “ayno,notepierdas sermadre.” Sé que me pierdo de momentos lindísimos, lo tengo muy claro. También sé que la entrega sobrepasa el 24/7. Habrá quienes lo descubren ya con el bebé en brazos y se resignen a ello. Yo me lo he pensado, y tengo planes de vida que no calzan con ser madre. En términos económicos, de carrera, de tiempo, no calza. Podemos pensar en muchísimos ejemplos extraordinarios, mujeres maravilla que parece que lo hacen todo bien, incluso ser mamás. Muchas llegan a la maternidad consciente y voluntariamente, otras por accidente, y otras porque sienten la obli- gación.

Yo no soy ninguna de ellas. Ya sé que cuando muera no estaré rodeada de hijos o nietos cariñosos - nadie sabe en realidad cómo será ese momento -. Cuando veo niños no pienso en posibles cuidadores de mi vejez, veo personitas en formación que requieren del 200% en tiempo, recursos, fuerza y dedicación. Prefiero responsablemente apartarme del camino de la maternidad antes que arruinar la vida a una familia. Y para finalizar, luego de hallar unos miomas (pequeños tumores benignos) mi médico me dio la opción: “o los quitamos, aunque puede que crezcan de nuevo. O quitamos el útero completo: ¿qué preferís?”. Elegimos lo segundo. Así que aquí ando por el mundo hueca, una muchacha que jamás dará a luz. Pero sigo siendo mujer, sigo pensando que los niños son fabulosos, y que no cualquiera debería pensar en criarlos sólo para la foto y para que se parezcan a uno. Es mucho más que eso. Pregúntenles a sus madres si desde que nacieron ustedes han tenido ellas un instante de paz. Ya sabemos la respuesta. Algunas nacieron con la vocación. Otras no. Lo importante es que sepamos que NO SER MADRE también es una opción, y que nadie debería juzgarnos por elegirlo. Sé que hay madres muy, muy dichosas, dedicadísimas y felices de entregar todo y más por sus hijos.

También he conversado con las que miran a sus hijos y suspiran diciendo “losamo,perosipudieraretrocedereneltiempo,deverdadquenohubieratenidohijos,esdemasiadotrabajo”. “Tevasaarrepentir”, me han dicho. ¿Y qué tiene de malo arrepentirse? También se arrepienten las que sí tienen hijos. Una cosa no es peor que la otra. Lo importante es que sea una decisión, no una imposición familiar, patriarcal, religiosa, social… no. Yo brindo por las mamás que eligieron conscientemente serlo. Y por las mujeres que se lo pensaron tanto, tanto, como yo. “Al que Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos”. Jamás se podrá comparar el lazo, aunque si lo que quiere es jugar y ser “la tía simpática”, lo logrará, es muy fácil. Jugar con ellos, reír, traer un regalo en fecha especial, y huir cuando llega el momento de la disciplina. Por eso ser tía no se parece para nada a ser mamá, no cabe la comparación. Este mes se celebra a las que sí están presentes en la disciplina, en la graduación, en la enfermedad, en todo. El verdadero “hasta que la muerte nos separe” no es con el marido, es con la madre. Ellas dieron el sí a ciegas.

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