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cocina CON CAUSA
La gastronomía sostenible, que tiene en cuenta el origen de los ingredientes, cómo son cultivados, cómo llegan a los mercados y, finalmente, a tu plato, se impone en todas partes. ¡Tú también puedes implementar estas prácticas en tu cocina!
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Reduce el consumo del agua. Lava frutas y verduras en recipientes (no bajo el grifo abierto) y reutiliza esa agua para regar las plantas.
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¿Por qué practicar la gastronomía sostenible?
Los cocineros del siglo 21 tenemos una responsabilidad mayor de la que tuvo la generación precedente. Aparte de crear obras de arte comestibles para nuestros comensales, es imperativo entender la labor educativa y de responsabilidad social a la cual somos implícitos. ¿Qué cocinaremos cuando no tengamos más tierras fértiles, cuando se termine el agua, y el aire se contamine, cuando los animales se contagien de enfermedades incurables y nuestros agricultores migren por falta de oportunidades?
La sostenibilidad de nuestro planeta está íntimamente ligada con el fortalecimiento de la cadena de valor, que comienza en el campo y termina en la promoción de un lugar. Cada involucrado en el proceso, representa un eslabón en la cadena, el chef juega el papel más importante como amalgama, utilizando la bandera gastronómica como una poderosa herramienta de cooperación. Es nuestra responsabilidad garantizar a nuestros productores un modo de vida sustentable que les permita un ingreso constante, preservar nuestros productos autóctonos como vestigio histórico/ cultural.
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Todo suena muy lindo, pero... ¿Cómoejecutamosunplanefectivoanteestaproblemática?
Sencillamente, salvamos el planeta comiendo, sí, comiendo. Prefiriendo el producto local ante un mundo globalizado que prioriza la exportación e importación antes que la conservación y el desarrollo. Al consumir productos locales reducimos la traza de carbono que deja el transporte de carga del producto importado, aportamos sostenibilidad al campo, generamos fuentes de trabajo, impulsamos el emprendimiento y lo mejor de todo, al consumir producto local, le apostamos a nuestra cultura.
Evita el uso del plástico. Contenedores reusables de vidrio son siempre la mejor opción para guardar y conservar alimentos
Reducir la huella de carbono individual, es decir la cantidad de contaminación que cada persona deja, es posible a través de cambios cotidianos en tu forma de cocinar. Aquí algunos consejos: Compras responsables. Cuando se trata de alimentos perecederos cómpralos en pequeñas cantidades, solamente lo que estás seguro que consumirás en un corto tiempo. Lo mismo aplica cuando cocinas, no te excedas en las porciones y calcula con exactitud los comensales para no cocinar de más. Así evitarás arrojar a la basura alimentos descompuestos y desperdiciar también tu dinero. Aprovecha al máximo los alimentos. No botes las puntas de los vegetales (pueden convertirse en la merienda de tus mascotas o ser la base de un caldo) ni las de las frutas (el corazón de la manzana puede ser la base de un vinagre o de una infusión). Planifica tus comidas. Define un menú semanal y realiza las compras en base al mismo. No lleves más de lo que realmente necesitas. Transforma los residuos en composta. Coloca un cubo o recipiente en un lugar donde reciba un poco de sombra y llénalo con tierra, desechos de plantas, frutas o vegetales y pronto tendrás abono orgánico de primera calidad.