En la última década, los hoteles que ofrecen la modalidad “All inclusive” o todos los servicios de estancia incluidos en el mismo paquete vacacional, se han convertido en la opción preferida de los turistas, principalmente extranjeros, al permitirles tener un mayor control sobre sus gastos en hospedaje, comidas y bebidas. Sin embargo, son satanizados en los destinos turísticos donde se ubican sus instalaciones, pues se considera que fomentan el ‘encarcelamiento’ del visitante, lo que se traduce en casi una nula derrama para los prestadores de servicios locales. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha señalado además que también evaden impuestos: En el último año no pagaron cerca de mil 500 millones de pesos en Impuesto al Hospedaje.