La onda tropical que azotó a Quintana Roo durante los días 14 y 15 de junio ocasionó graves afectaciones a hogares y carreteras de la zona rural del Estado. Sin embargo, existe un sector que, como cada año, busca beneficiarse de este tipo de siniestros: el de los ejidatarios y campesinos que, azuzados por corruptos dirigentes, aprovechan la más mínima inclemencia del tiempo para dar por perdidos sus cultivos y así reclamar el pago del seguro. Mientras tanto, las autoridades estatales no se quedan atrás, pues durante años, y principalmente durante las administraciones encabezadas por Félix González y Roberto Borge, utilizaron a la entonces denominada Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Rural (Sedaru) como una más de sus ‘cajas chicas’ para financiar campañas partidistas espurias y candidatos serviles, o para triangular presupuestos y robárselos sin más ni más.