Carlos Orvañanos Rea es un hombre con suerte. Ligado al grupo de quien fuera presidente panista de la República, Felipe Calderón, incursionó en la política en la Ciudad de México, donde llegó a ser un muy cuestionado delegado de Cuajimalpa por su poca transparencia y productividad. Llegó a Quintana Roo en 2014 como empresario y dueño de la Cervecería Tulum.Su amistad con el entonces gobernador ahora preso, Roberto Borge, le valió que su producto cervecero -de elaboración casera y escasas calidad y aceptación comercial- fuese la única marca de bebida alcohólica autorizada en el estadio de fútbol Andrés Quintana Roo, de Cancún, durante los partidos del equipo de Primera División, Potros del Atlante, propiedad del que fuera accionista de Televisa (25 por ciento), Alejandro Burillo Azcárraga, alias el Güero, y patrocinado con incontables y oscuros recursos del erario estatal.