El Minotauro Nicolás Durán de la Sierra
LILY TÉLLEZ Y LAS ANDANADAS DEL ODIO
L
uego de que se infectara de Coronavirus, el presidente López Obrador enfrentó tan feroz ataque por parte de la oposición que solamente faltó que, de manera abierta, le desearan la muerte, pues de modo solapado sí que lo hicieron. Tales andanadas de odio, antes que otra cosa, exhiben la estatura moral de sus opositores, sobre todo de los de Acción Nacional, los más virulentos. Dentro de esta jungla, descuella la figura de Lily Téllez, senadora panista de nuevo cuño, pues antes fue parte de la bancada de Morena; y lo hace no sólo por su encono contra el presidente, sino también por lo falaz y errático de sus disque aportaciones en la tribuna de la Cámara alta. Sus discursos forman ya parte del colorido anecdotario senatorial. No obstante, sus pifias dejan de ser risibles cuando van contra la salud pública. En reciente discurso, la otrora comentarista de Tv Azteca, quien paga una fortuna por figurar “en las redes”, se lanzó contra la vacuna Sputnik V y en especial -obsesa- contra el presidente por haber convenido éste, con el mandatario ruso, un próximo abasto a México del medicamento. De lo errático de su discurso, que acusa una ignorancia notable, no vale la pena abundar; que desconoce qué es el Instituto Gamaleya, par de los institutos Pasteur, de Francia, y el Robert Koch, de Alemania, resulta obvio, pero descalificar la vacuna rusa a priori y desalentar su uso “porque es una baratija rusa” debe inscribirla en la Cofradía Santa Anna, tan cara a muchos panistas. Como señalara Hugo López-Gatell, el subsecretario que encabeza en México la lucha contra la epidemia, desde hace dos siglos estos fármacos, sea cual fuere su origen, son parte del humano arsenal contra la enfermedad. Si para los medios informativos debe ser un compromiso la difusión de la ciencia, para los funcionarios debe ser una obligación. No hay que dar paso al oscurantismo. Cual se dijo, los ataques contra el presidente muestran la talla de una oposición que, con todo y alianzas, cada día se desdibuja más y si bien fétidos, tales ataques son parte del tejemaneje habitual de las campañas políticas, pero lo hecho público por la senadora Lily Téllez atenta contra la salud de todos y ello, en mitad de una mortal pandemia, resulta criminal, acusa bastardía.
DEL INEGI, LOS SUBREGISTROS Y LA MALA LECHE
E
n los últimos días, dos grandes periódicos capitalinos dedicaron espacio en sus primeras planas a destacar la diferencia existente entre las cifras informadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, y las de la Secretaría de Salud respecto del volumen de muertos en México por el Covid-19. El Inegi contabiliza cerca de 44 mil óbitos más que la otra instancia. En ambos diarios y en los portales electrónicos afines se acusa a Hugo López-Gatell, el funcionario encargado de lidiar con la epidemia, nada menos que de “mentirle a la Nación” al dar informes falsos. Claro está, tal afirmación resuma dolo, mala leche. Los datos manejados por éste provienen de la información que día a día le remiten los Gobiernos estatales; él sólo la concentra. Los gobernadores, garantes de la salud en sus propias entidades, por medio de sus secretarías del ramo, son los que dicen de los óbitos y fijan el color de semáforo que se aplica en sus Estados. Por tanto, si falsean sus informes ya sea por dolo -acaso para justificar el tono del semáforo sanitario- o quizá por humano error, son los responsables indirectos de la diferencia de cifras. Por otra parte, se sabe que hay un gran subregistro de casos de Covid y de muertes por esta causa, y que ello es debido a que muchos enfermos no son atendidos por la salud pública, sino por médicos particulares que no necesariamente notifican de los fallecimientos con la rapidez esperada. No sobra decir que ello no sólo ocurre en nuestro país, sino en el mundo entero. Ya en este tema, para tener una idea más precisa de la situación de nuestro país en el mundo, baste decir que en las gráficas de la Organización Mundial de la Salud, México se ubica en el décimo cuarto sitio en lo que toca a letalidad por cada cien mil habitantes, muy por debajo de Estados Unidos y de gran parte de las naciones de Europa como Bélgica, Italia o el Reino Unido.
estosdías I
01/02/2021
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