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EXTOS IVERSOS
EL SUEÑO DE YURI KNÓROSOV
C
uando en 1995 se hizo en México el III Encuentro Internacional de Mayistas, se abrió para la humanidad un enfoque novedoso sobre el desciframiento de la escritura maya con aportaciones del epigrafista Yuri Knórosov, silenciadas durante décadas por una guerra fría que obstaculizó el diálogo entre la Unión Soviética y Occidente. ¿Por qué un hombre de una cultura tan distante se interesaba en civilizaciones precolombinas? Esa historia es todo el argumento de un filme y una pradera abierta a los sicólogos. El estudio del ámbito maya fue para Yuri, más que su realización profesional, el remanso donde su espíritu olvidó los horrores de la guerra. “Yo estudiaba violín cuando los alemanes invadieron mi patria y me fui a la guerra con el Ejército Rojo. Al volver, no estaban mis amigos, todo fue borrado y me entregué al estudio de dos libros sobre los mayas, uno de Diego de Landa y otro de Villacorta, que rescaté de una biblioteca en llamas en la toma de Berlín”, relató. Ni el violín ni las armas fueron su camino. Concluyó sus estudios superiores y le fue asignada una plaza de investigador en la Academia de Ciencias de Leningrado. Herido emocionalmente, se refugió en la traducción y el análisis de la escritura maya. Hizo de la oficina su casa y de un gato silencioso su amigo en los días invernales. Hacia el año de 1995, Yuri Knórosov y su asistente, la doctora Galina Ershova, ya habían creado un compendio para leer jeroglíficos mayas y un diccionario, y exhibieron el método ante estudiosos del mundo. Cuatro años más tarde, la Universidad de Quintana Roo y la Fundación Xcaret publicaron con lujos las dos obras. Tristemente, Knórosov no pudo ver cumplido su sueño, pues murió antes de la edición. En homenaje a su carrera y su memoria, erigieron en Moscú el Centro de Estudios Mesoamericanos que comanda Galina, quien conversa aquí sobre sus relaciones profesionales con Yuri y el propósito de tan especializados estudios. Antes de conocer al doctor Yuri Knórosov, ¿se interesaba en el estudio de los códices mayas? Realmente, sí. Lo que pasa es que cuando terminé la universidad, decidí dedicarme a los estudios mayas, en general a la epigrafía, no sólo a los códices porque
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12/04/2021
I estosdías
los códices son sólo parte del trabajo. Entonces, busqué al doctor Yuri Knórosov, hablé con él y aceptó ser mi asesor de doctorado, pero el deseo original fue siempre mío. ¿Qué importancia tuvo para usted haber trabajado en un proyecto de tantas dimensiones junto a Knórosov? Es parte de mi vida, nada más. Yo trabajé con él leyendo las inscripciones mayas y toda esa cultura prehispánica. Aunque parezca exótico, es un trabajo que no tiene nada de extraordinario. Es una profesión investigar como ser periodista, plomero o chofer. Lo que a uno le gusta lo hace con placer y muchas veces ni se lo cuestiona. ¿Qué pretendían con tales investigaciones? Pues no pretendíamos nada ni pretendemos nada hoy, porque nuestro trabajo únicamente participa del conocimiento humano, como hacen todos los científicos. Los científicos simplemente satisfacemos nuestra curiosidad. Nuestros objetivos eran leer la mayor cantidad de inscripciones para que la historia maya no sea inventada, imaginada. Buscamos una historia real escrita por los mayas. Después de leer los textos, han cambiado muchos conceptos que han perdurado durante decenios de años, que son puros inventos o cosas que intentan asemejarse a las culturas tradicionales del Viejo Mundo, pero los textos revelan la gran diferencia que existía entre Europa y América. ¿Con qué obstáculos internos, dentro de la Unión Soviética y en la Rusia possocialista, se tropezaron a lo largo del estudio? El problema principal siempre ha sido económico, porque como los mayas no es el pueblo de Rusia, no existe mucho interés en invertir dinero en eso. Sin embargo, debo admitir que después de que acabó el socialismo se abrieron más posibilidades. Incluso, ahora soy directora del Centro de Estudios Mesoamericanos, que no existía. Este instituto tiene pocos años y se hizo para salvar la herencia científica que tenemos y para hacer un trabajo mayor con nuevos proyectos y más especialistas en el estudio de los textos jeroglíficos. En este caso,