Mucho se ha llevado y traído el asunto estelar del proyecto aeroportuario de Tulum. La incógnita se está destapando y lo que está saliendo es un tufo cada vez más fuerte de corrupción presidencial. “Sólo otro limón pa’l caldo”, diría el compadre. ¿Se acuerdan de Cosme Mares? No, no es Cosme Mares el que anda metido acá; ese prestanombres de Fox que se robó todo lo que pudo todo de los vastos presupuestos carreteros para hacer los caminos de porquería que ahora, con nuevos, y también vastos presupuestos, “moderniza” el gobierno de su sucesor. Es un sujeto parecido, que como funcionario federal ha derivado contratos multimillonarios a sus negocios privados, al que se sigue distinguiendo con tantas obras y con tanta impunidad, que no puede más que entenderse que en sus intereses están revueltos los presidenciales.
