La hebra da para seguir tirando. Los que han perpetuado su agosto de corrupción están cada vez más expuestos y advertidos de que lloverá sobre ellos un caudal de procesos judiciales, por haber convertido un patrimonio social en su fuente privada de fortuna. Los que han sido sus víctimas de buena fe, deberían ir tomando providencias para no perder los bienes que les fueron vendidos a la malagueña. Los que han forjado empresa o retiros privilegiados a sabiendas de los turbios tejemanejes, cavilarán quizá sobre el valor de sus apuestas de riesgo. Los que quieran entrarle a gobernar, tienen que suponer que con ese desmadre que hay sobre la propiedad de la tierra pueden hacer negocio ellos, pero que así las cosas ése será el peor negocio y el más negro de los destinos del nuevo Municipio.