Él piensa en una bíblica resurrección política. Julián Ricalde piensa crucificarlo y dice que para salvar el cadalso Greg ya le besa los dedos al PRI. Por lo pronto Greg ha cambiado los colores de su propaganda (religiosa-política-musical): tricolor y nacionalista es. Porque ya es de la religión política del Chacho, jura Julián. Y no faltan los analistas que piensan que ambos –Greg y el Chacho- pueden ser diputados y correligionarios. Imagináoslos cara a cara con Ricalde en el Congreso. El enfrentamiento empero puede redundar en un acercamiento a la verdad y a la justicia en torno del desfalco histórico a las arcas del Ayuntamiento de Benito Juárez. Quién dice que todo está perdido, Greg viene a ofrecer su corazón.