No es exactamente una idea nueva. Desde que en 2007 se acordó la actual legislación electoral –promulgada en el inicio de 2008- se suscribió la opción de que el Instituto Federal Electoral se ocupara de organizar no sólo los comicios federales sino también los locales. Acerca de ese tema, que iba derivando hacia el olvido, hemos insistido en estas páginas desde entonces. Con la reforma se trataba de reducir los costos de los procesos políticos. El financiamiento público de los partidos, y de la institucionalidad y las jornadas electorales, era de los más elevados del mundo.