Los cancunenses afectados por el robo de propiedades públicas para hacer iglesias, están hartos de esa plaga cristera dirigida en Quintana Roo por el obispo Elizondo y fundada en el mundo por el extinto clérigo pedófilo Marcial Maciel, pero ninguna de las autoridades de los tres niveles de Gobierno que administran los bienes y las propiedades públicas –y que sin ningún recato se las quitan al Estado mexicano y se las regalan a los millonarios que regentean la Legión, como el hotelero Fernando García Zalvidea- les hacen caso.