Por supuesto que había una corrupción enorme. Los perredistas habían desfalcado a la comuna, se habían robado el dinero a manos llenas, pidieron cientos de millones de pesos en créditos bancarios y los desaparecieron, tenían contabilidades catastrales dobles; autorizaron cambios de uso de suelo, densidades y licitaciones inmobiliarias prohibitivas a cambio de ilegales e impúdicas gratificaciones millonarias, Greg Sánchez se financió una campaña por la gubernatura con fondos municipales, el narco hizo su agosto y llenó de sangre como nunca a Cancún y sus inmediaciones, los encargados del despacho que lo sucedieron cuando se lo llevaron preso se pusieron a hacer negocios con los bienes municipales, y todas las mafias del comercio informal y de la construcción inmobiliaria pudieron negociar lo que quisieron al margen de la ley.