Frente a las costas de Holbox e Isla Mujeres se desarrolla un espectáculo único en el mundo, cuando miles de tiburones-ballena se alimentan cada día en una de las regiones más ricas de plancton del planeta. Aprovechando la situación, cientos de tour-operadores se han instalado en torno a este fenómeno para hacer negocio. Sin embargo las regulaciones inapropiadas pueden ocasionar que se sobreexplote y se altere el equilibrio ecológico de la zona. La falta de una regulación adecuada sobre los servicios de los tour-operadores también ha puesto de manifiesto otro de los problemas que tiene Holbox, que forma parte de la reserva de Yum Balam y es el santuario de la Reserva de la Biosfera del Tiburón-Ballena. Y es que, según Greenpeace, esas zonas no cuentan con un Programa de Manejo como Áreas Naturales Protegidas, por lo que es inminente el progresivo deterioro ambiental por la sobreexplotación de los recursos, el incremento de la infraestructura turística, y el constante fraccionamiento.