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NI YANQUI NI EUROPEA,
ARGENTINA Y CALIENTE!
SUMARIO
ENTREVISTAS
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16. Darío Sztajnszrajber
54. Fabiana Cantilo
20. Daniel Burman
58. Leo García
Andrés Calamaro
León Gieco
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Minga! #03 08. Editorial Recomendaciones
10. Minga Música
Recomendaciones
12. Minga Libros
Minga For Export Columna Igualitaria
14. Ojos que nos ven 24. El Conversatorio
Informe
28. ¡Como la birome y el dulce de leche!
Informe
32. Un cacho de cultura
Producción Nacional
46. La rebelión del metal
Repatriados
48. El sol sale para todos
Ecología
50. No descartes
Informe
52. Artistas para todos
Argentina y Caliente Minga test!
62. Carla Czudnowsky 64. Revelá el lado oscuro de tu pareja.
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STAFF
Hay equipo
Darío Gabriel Rosemblat Agustina Kämpfer ROL EN MINGA! #3: dirección general. PRIMER TRABAJO: camarera. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: El Cielo – La France. LUGAR EN EL MUNDO: el mundo. UNA CANCIÓN DE AMOR: The Rip, Portishead. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: pienso si debería dejar pasar el postre.
ROL EN MINGA! #3: dirección general. PRIMER TRABAJO: repositor de figuritas en kioscos. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Babilonia, detrás del Abasto. LUGAR EN EL MUNDO: la vereda donde jugaba a la pelota de chico (Seguí, entre Tres Arroyos y Belaustegui). UNA CANCIÓN DE AMOR: Time, fate, love, Luca Prodan. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: repito errores.
#03 Directores Generales: Agustina kämpfer Darío Gabriel Rosemblat Colaboradores: Luján Agusti, Muriel Grinstein Pablo Gutierrez, Maya Kerschen, Vanesa Ley, Mariela L. López Diseño: www.estudiolate.org Contacto comercial: 154-041-5575 Contacto de prensa: minga@fueradehora.com.ar Distribución: Buenos Aires + Córdoba + Rosario + Comodoro Rivadavia
Florencia Salvador ROL EN MINGA! #3: asistente de redacción y community manager. PRIMER TRABAJO: era apenas una quinceañera cuando le enseñaba inglés a mis amigos a cambio de cigarrillos. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Terapia, en Chacabuco. Cuando veo ese edificio abandonado se me pianta un lagrimón. LUGAR EN EL MUNDO: Rotterdam, Holanda. UNA CANCIÓN DE AMOR: Kite, U2. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: me piden que recomiende una película y en vez de hacer una sinopsis, la cuento minuto a minuto.
Mariana Díaz ROL EN MINGA! #3: sección Ecología: basura electrónica. PRIMER TRABAJO: maestra de inglés. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: mejor no recordarlo!. LUGAR EN EL MUNDO: Patagonia. UNA CANCIÓN DE AMOR: Miracle drug, U2. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: trabajo tanto que dejo de lado el deporte y la meditación, o cuando me gana la melancolía.
@RevistaMinga facebook.com/MingaRevista Minga! es propiedad de Ediciones del Copete SRL. Número de registro de propiedad intelectual en trámite. Dirección N. Oroño 1590 5º12, Ciudad Autónoma de Bs As. Las notas de la revista corren bajo exclusiva responsabilidad de sus autores y las publicidades bajo exclusiva responsabilidad de los respectivos anunciantes.
Carla Czudnowsky Fernando Amato ROL EN MINGA! #3: informe sobre cultura. PRIMER TRABAJO: cadete en una empresa de reparación de ascensores. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Mi Club, Banfield. LUGAR EN EL MUNDO: Remedios de Escalada. UNA CANCIÓN DE AMOR: Lucía, J. M. Serrat. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: me dan ganas de fumar.
ROL EN MINGA! #3: Argentina y Caliente. PRIMER TRABAJO: profe de aerobics. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Prix D´amie. LUGAR EN EL MUNDO: San Francisco. UNA CANCIÓN DE AMOR: Not for all my little words, Magnetic Fields. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: pienso en dejar la dieta.
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Gabriel Imparato ROL EN MINGA! #3: entrevista a León Gieco. PRIMER TRABAJO: chofer suplente de Darth Vader en su “Estrella de la Muerte”. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: “La Casa Del Control Remoto”. LUGAR EN EL MUNDO: fui programado por mis superiores para convivir con la comunidad terrícola. UNA CANCIÓN DE AMOR: We are the robots, Kraftwerk. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: respetuosamente, respondo cualquier requerimiento terrestre con mis baterías sulfatadas.
Javier Ponzone ROL EN MINGA! #3: entrevista a Daniel Burman. PRIMER TRABAJO: guionista de la novela mexicana “Un Amor Especial”. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Caix. LUGAR EN EL MUNDO: mi casa (amo mi hogar). UNA CANCIÓN DE AMOR: Creep, Radiohead. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: llueve y tengo arreglada una corrida por Palermo. ¡Minga que salgo de casa!.
Paloma Sneh Franco Spinetta ROL EN MINGA! #3: sección Producción Nacional + Ojos que Nos Ven + nota Fundación Deloitte. PRIMER TRABAJO: cadete. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Navajo. LUGAR EN EL MUNDO: mi pueblo en otoño. UNA CANCIÓN DE AMOR: La vuelta al mundo, Calle 13. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: me pongo loco por boludeces.
ROL EN MINGA! #3: entrevista a Leo García. PRIMER TRABAJO: camarera en un pub del Pasaje Bollini. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: matinee en Pigalle (mi mamá se está enterando), y luego todos los rockeros. LUGAR EN EL MUNDO: cualquiera en el que pueda ver sonreir a Sofi, mi hija. UNA CANCIÓN DE AMOR: Madera Noruega, The Beatles. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: empiezo a dar demasiadas explicaciones, me encapricho o desafino.
Gastón Genovese
Renata Kándico
ROL EN MINGA! #3: artificios visuales. PRIMER TRABAJO: supuesto responsable de entregar lo que faltase en las cajas registradoras de importante hipermercado. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Rango. LUGAR EN EL MUNDO: cerca del mar. UNA CANCIÓN DE AMOR: Para cantarle a mi amor, Maria Bethânia y Omara Portuondo. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: salgo sin afeitarme.
ROL EN MINGA! #3: arte y diseño. PRIMER TRABAJO: un poco de hippismo familiar, rubro: platería. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: City Hall. LUGAR EN EL MUNDO: el mar. UNA CANCIÓN DE AMOR: El vestido, Juana Molina. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: pierdo la memoria.
Santiago Regolo
Tabatha Lombardo ROL EN MINGA! #3: fotos de Leo García . PRIMER TRABAJO: nota a Edi Flehner para revista El Publicitario. El techo tenía agujeros y no sabía dónde rebotar el flash. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Pata Negra. LUGAR EN EL MUNDO: Sweety, sweety home. UNA CANCIÓN DE AMOR: De alguna manera, Mercedes Sosa. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: me tiento de salir en rodete a la calle.
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Federico Sierra ROL EN MINGA! #3: columna igualitaria. PRIMER TRABAJO: asistente en una tintorería. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Magic. LUGAR EN EL MUNDO: Patagonia. UNA CANCIÓN DE AMOR: Valentine, Richard Hawley. ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: me tomo las cosas más seriamente de lo que lo merecen.
ROL EN MINGA! #3: informe sobre Malvinas. PRIMER TRABAJO: rompe nueces en el sótano de una dietética. CHEBOLI EN LA ADOLESCENCIA: Club 74. LUGAR EN EL MUNDO: Taganga, Colombia. UNA CANCIÓN DE AMOR: Around the bend, Pearl Jam. Aunque si me apurás un poco, ¡Auto Rojo de Vilma Palma es un poema! (Si fuese en inglés, sería un tema de Blur). ME DIGO MINGA! A MÍ MISM@ CUANDO: calculo mal el morfi, o el escabio, o ambos.
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OJOS QUE NOS VEN
Más allá de la historia el respaldo
Precedente histórico
Premio a la literatura argentina
De todos los apoyos que recibe nuestro país en el marco del conflicto por Malvinas, el de Chile es el que más resalta, por el peso histórico de su apoyo a Gran Bretaña en la guerra de 1982. Durante la última visita que realizó nuestra Presidenta al país vecino, el primer mandatario chileno, Sebastián Piñera, reiteró el apoyo de su país "a favor de la Argentina en el diferendo por las Islas Malvinas con el Reino Unido, según resalta el diario El Dínamo. "Honramos la memoria de los héroes caídos en ese enfrentamiento y reiteramos el más firme respaldo de nuestro país en la disputa por la soberanía argentina en las islas y espacios marítimos circundantes”, dijo Piñera, y agregó: Cuesta encontrar en el mundo dos países que tengan mayor voluntad de entendimiento y de integración que Argentina y Chile La relación bilateral se fortalece y las diferencias quedan de lado en temas como éste, en pos de la unión contra intereses imperialistas.
La excelencia del Tribunal Supremo nacional ha quedado demostrada desde la renovación en 2004, cuando Néstor Kirchner tomó la decisión de independizar la Corte Suprema del poder político. El reciente fallo que permite el aborto en casos de violación estuvo en sintonía con otros avances en materia judicial, y tuvo repercusiones mundiales. El diario The New York Times destacó: "La Corte Suprema dictaminó por unanimidad que cualquier víctima de violación puede practicar un aborto, sentando un precedente histórico en un país donde la mayoría de los abortos son ilegales". El artículo resalta el cambio a partir de este paso, ya que "anteriormente, se necesitaba que un juez decidiera". El tribunal señaló que las mujeres no necesitan una orden judicial, y tendrán que ofrecer una declaración jurada frente a un médico en la que conste que fueron violadas.
Leopoldo Bizuela, escritor argentino, recibió en España el prestigioso premio Alfaguara de Novela por su libro "Una misma noche”. La noticia fue recogida por numerosos medios latinoamericanos. El Universal, uno de los más prestigiosos de México, tituló: Dictadura en Argentina, tema de la obra ganadora de la 15º edición. La publicación destaca que el libro obtuvo un premio de "175 mil dólares, una escultura de Martín Chirino y la publicación de la obra en 19 países de habla hispana. El jurado destacó el estilo admirablemente contenido del autor, quien con economía expresiva consigue crear un texto perturbador e hipnótico, tomando como punto de partida la dictadura argentina. La novela indaga sobre la esencia del mal y nuestra corresponsabilidad en la violencia y en la injusticia”.
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ENTREVISTA
Filosofía al "Latinoamérica vive un proceso inédito, en los últimos 10 años se fueron recuperando energías utópicas a partir de situaciones concretas”.
Darío Sztajnszrajber
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No es la extrañeza de su apellido –pronúnciese shtain shraiber- lo que lo destaca entre la oleada de jóvenes pensadores contemporáneos. La existencia, el idealismo, la verdad, la moral, la belleza, la evolución y otras buenas yerbas, son un motor un su vida, que entre pizarrones y cámaras de tv, todo lo profundiza. Txt: Paloma Sneh / Fotos: Vanesa Ley
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s docente en todos los niveles educativos y desarrolla una importante labor en la comunidad judía, desde el Cultural Colectivo judío YOK y otros espacios. Escritor y compilador, coordinó proyectos de cine independiente y teatro, pero cuando a sus hijos les preguntan qué hace su papá, ellos responden “es filósofo”. Así es como él se define. Por estos tiempos, graba la segunda temporada de Mentira la Verdad - Filosofía a martillazos, el original programa de Canal Encuentro que acaba de lanzar su segunda temporada, con un planteo de preguntas de ésas que nunca terminan de responderse. Lúcido e inagotable, Darío va. Yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos M: ¿Qué es ser filósofo? D.S.: Para empezar, hay un respeto desmedido por esa palabra. En sí misma, es un término omnipotente para los ocho tipos en toda la historia que realmente desestructuraron formas de pensar establecidas y lograron una transformación. Ser filósofo es deconstruir lo establecido y generar algo inédito con escritos, e incluso acciones. Sócrates no escribió nada, pero
su intervención fue directa porque ocasionó un cambio. La filosofía es el mundo del conocer, de las percepciones de las cosas y los sentidos de la existencia. Después, habemos los repetidores de ideas de otros y los que ejercemos lo más emblemático de la filosofía: la docencia. Yo aporto intervenciones que marcan un análisis de la realidad con abordajes distintos. Pero todo lo que yo aplique para analizar el hoy supone un marco teórico ajeno. M: ¿Hay filosofía en las charlas de café? D.S.: Creo que la filosofía es todo lo contrario a estar al pedo y divagar. El filósofo tiene un compromiso con la transformación de las cosas. Estar al pedo es cultivar un ocio que no es más que la reproducción de un ecosistema que el filósofo viene a cuestionar. Pero el 90% de la gente tiene que laburar y, sin embargo, hace filosofía. Va todos los días al trabajo y piensa: ¿Qué estoy haciendo acá? ¿Por qué tengo que padecer esto? Y a las charlas de café de esas, las veo como un viaje del ego. Personas a la captura de la verdad. Deberíamos profundizar mucho en la capacidad de escucha. M: ¿Cómo pensar, desde la filosofía, la transformación social actual? D.S.: Los ciclos históricos no son individuales ni recortan a la sociedad, son globales. Latinoamérica vive un proceso inédito, en los últimos 10 años se fueron recuperando energías
utópicas a partir de situaciones concretas. En Argentina, esto depende de la intención real del Estado de articular políticas de distribución de la riqueza junto a decisiones que atañen a la vida cotidiana: matrimonio igualitario, Asignación Universal por Hijo, y otras. Pero los cambios sólo pueden pensarse después de esas transformaciones. Hegel, filósofo alemán, decía que la filosofía siempre llega tarde: las cosas pasan y cuando el filósofo las piensa, ya pasaron. Atrasa. Entonces, decimos con Marx: la filosofía está cansada de querer explicar la realidad, llegó el momento de que se dedique a transformarla, ayudar a cambiar el mundo. Por eso creo que, en estos últimos años, sí hay un lugar para la filosofía. Y existen líneas: la rama política no es la misma que la se dedica a analizar la obra de Platón. Pero el tipo que hace política puede aportar herramientas concretas para cambiar situaciones de Estado, por ejemplo. Es ahí donde la filosofía tiene una acción directa sobre la realidad. M: Mentira la Verdad aborda conceptos a modo de preguntas y diálogos abiertos. ¿Creés que a nuestra educación le falta esta metodología? D.S.: La educación está en crisis desde hace 30 o 40 años. Hoy existe otra tecnología, otra forma de relacionarnos con el espacio y el tiempo, y hay maestras preocupadas porque los chicos hacen tres o cuatro cosas a la vez… Son pará-
"La realidad es que, más allá de la bajada de línea de los medios hegemónicos, este gobierno ganó con el 54% de los votos. ¿Hasta dónde la construcción mediática de la realidad alcanza la vida cotidiana?”
"Hegel, filósofo alemán, decía que la filosofía siempre llega tarde: las cosas pasan y cuando el filósofo las piensa, ya pasaron”. metros perimidos. Hay un hiato. A mí me encanta que Mentira la Verdad sea bibliografía sugerida en los secundarios. Los profesores indican los capítulos como si fueran un texto más. Es un formato nuevo que no genera esa relación típica de la transferencia de docente a alumno, pero sí otras cosas. Por suerte, en el Ministerio de Educación hay empuje para Canal Encuentro y Paka Paka. Hay que remontar un lastre de larga data.
El lado oscuro de la luna M: ¿Como conlleva una sociedad los crímenes y otras desgracias que también la conforman? D.S.: No hay una sola filosofía. Hay filósofos, por ejemplo, que justificaron el concepto de obediencia debida. El nazismo tuvo en Rosenberg su filósofo de cabecera. Yo comulgo con una filosofía desenmascaradora, que sospecha. No se trata de buscar un lugar verdadero, sino de rotar la perspectiva. Hay que ver lo que
se ve y lo que no, en un mundo rápido, que busca la certeza. Con respecto a la impunidad, hay que separar la justicia de la ética. Todo crimen debe alcanzar su justicia final, que es la reparación. Si alguien hace explotar una bomba, como en AMIA, y mata a 86 personas, se espera que la sociedad alcance el grado de justicia que busca punir para alcanzar la reparación de lo sucedido. También hay reparaciones económicas. Pero hay crímenes para los cuales las reparaciones no alcanzan, como los genocidios, el nazi, o la dictadura en nuestro país, que no termina con todos los militares presos o el último civil encarcelado, porque es tal el daño que la reparación siempre queda corta. Ahí es cuando aparece la ética como construcción de la memoria. No es sólo recordar, es una manera de seguir haciendo justicia con esos muertos que no son reparados. En eso está mi adhesión a la política de derechos humanos de este gobierno, en su proyecto de construcción de una ética de la memoria junto a las instituciones de derechos humanos. Me indigna cuando los críticos meten todo en la misma bolsa, porque no se puede negar que la única forma de perseguir justicia es con la persistencia de este discurso. M: ¿Podremos hacer frente al bombardeo mediático? La sensación es de mucha alienación. D.S.: Para los comunicadores, esa sensación tal vez sea mayor. Pero la realidad es que, más allá de la bajada de línea de los medios hegemónicos, este gobierno ganó con el 54% de los votos. ¿Hasta dónde la construcción mediática
de la realidad alcanza la vida cotidiana? ¿Existe, acaso, algún medio que no sea alienante? Es una categoría algo vetusta. M: ¡Me trataste de antigua! (Risas) D.S.: Insistir con que los medios mienten o dicen la verdad, no va más. Lo interesante es que hoy los medios, más allá de la verdad y la justicia, -Mentira la Verdad- construyen realidad, porque lo real no es una referencia vertical, es una construcción. La diferencia aparece cuando encontrás intereses directos en manipular la información con fines oscuros, o convenientes a un discurso individual. M: ¿Qué diferenciás de la realidad nacional actual con respecto a la de años anteriores? D.S.: Básicamente hay dos cuestiones: una, la decisión de repensar y actuar en relación a políticas de Estado. Tenemos un gobierno alojado en la promoción de la justicia social, lo cual no tiene mucho precedente. Por otro lado, habrá que mejorar en ciertas áreas de la vida cotidiana. Pero es en ese redimensionamiento que sucede todo. Si te quedás marcando las falencias, sin puntualizar que el Estado atraviesa una transformación hacia la integración de todos los sectores del país, te quedás con lo obvio. M: ¿A qué le haces Minga? D.S.: Al egoísmo. Al individualismo, a buscar las cosas desde el propio ombligo.
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INFORME
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Txt: Federico Sierra
En Tucumán, el Grupo Crisálida reúne todo tipo de historias de homosexualidad en décadas pasadas. Cada entrevista es un anecdotario gay de los 70s, 80s, y de antes también. Tras la oscuridad de la dictadura y casi 30 años de democracia, la mirada de los protagonistas de aquel tiempo vuelve a posarse en el pasado.
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llí funcionaba un boliche, el único en Tucumán que era del ambiente por esa época. Una noche hubo una razzia y encontraron un menor de edad. Se llevaron detenidos a todos… algunos estaban casados, eran padres de familia. Fue escandaloso, pero se tapó todo. Era el año ´81 si mal no recuerdo, y las razzias eran bastante habituales”. Anécdotas como ésta se multiplican frente a la cámara. Algunas más alegres, otros más terribles, según el entrevistado. Todas están registradas en El Conversatorio, el ciclo que organizó el Grupo Crisálida en Tucumán. "Esto no es como un consejo de ancianos sabios”, bromea Gustavo Díaz Fernández, director de la organización. "Buscamos recuperar la historicidad de la comunidad homosexual, pensar otros años y ver cómo se conformó una trama, una red de acciones de resistencia que luego se organizó”. La idea del ciclo surgió a partir de un programa de Naciones Unidas sobre salud sexual en la comunidad gay. "Allí obtuvimos un montón de información cualitativa: notamos que en las personas de más de 50 años existía un gran silencio con respecto a algunos pasajes de su vida; dejaban sin responder muchas preguntas sobre su adolescencia, su iniciación sexual y sus formas de relación en la juventud”, dice Gustavo. Con la visita del antropólogo mexicano Rodrigo Laguarda, organizaron grupos y entrevistas para darle forma al Conversatorio, convocando a homosexuales de mayor edad, "personas emblemáticas que transitaron los primeros tiempos de liberación”. Como sintonizando una radio clandestina, los señores van recordando cómo funcionaba el boca en boca para saber dónde se iba a realizar una fiesta esa noche. Sin que se enterase el comisario de turno, claro. Así se repiten los relatos de una sexualidad invisibilizada, furtiva, de ba-
Esos señores van recordando cómo funcionaba el boca en boca para saber dónde se iba a realizar una fiesta esa noche. Sin que se enterase el comisario de turno, claro.
“Si el día de mañana termina el kirchnerismo y el próximo gobierno va en un sentido muy diferente, habrá que ver cómo están los reflejos de la comunidad gay para defenderse”, Gustavo Díaz Fernández.
ños, cines, "teteras” y tantas cosas de las que no se hablaba. “Cuando le preguntabas a muchos homosexuales de 60 años o más cómo se denominaban a sí mismos, no podían responder: no se autodenominaban gays, ni homosexuales ni mariquitas. No podían ponerle un nombre a éso que eran”, explica Díaz Fernández en este espacio social cerrado y codificado, con límites claros: el ghetto como defensa en un contexto claramente hostil, frente a la mezcla y la diversidad encaminadas en el momento actual.
Brecha generacional A "Fiestas, baños y exilios” de Flavio Rapisardi y Alejandro Modarelli, o "Historia de la homosexualidad en Argentina”, de Osvaldo Bazán, siguieron diferentes obras que, como capítulos faltantes, fueron completando la memoria del colectivo gay. "Rosa prepucio”, de Alejandro Modarelli, o "Matrimonio Igualitario”, del periodista Bruno Bimbi, parecen ejemplos de la necesidad de gays y lesbianas de conocer y registrar su propia historia, la reciente y la más lejana. A veces, ésto evidencia la brecha generacional ante los cambios en el tiempo. Con el pasar de los años, el mundo de la homosexualidad clandestina se fue disolviendo. Sin caer en un optimismo celebratorio, es posible dar cuenta de la desaparición de ciertos lugares, personas y códigos. Lo explica con maestría el sociólogo e investigador Ernesto Meccia, en su libro "Los últimos homosexuales”. En él diferencia dos formas de vida social, dos modelos como herramientas de análisis: “el modelo de la homosexualidad” como etapa primera, y el “modelo de la gaycidad”, vigente. Dice Meccia en su obra: "si imaginamos un diálogo entre una persona proveniente de la experiencia homo-
sexual y otra proveniente de la experiencia gay, ¿estaremos observando un diálogo en el que los interlocutores tienen un piso de significatividades compartidas?”. Y adivina una respuesta: "esa imaginada conversación podría quedarse atascada, con la excepción de un único tema cohesionante: el matrimonio igualitario. Unos narrando el mundo de las teteras, los baldíos, las detenciones policiales, los cines, y una salida del closet tardía o imposible. Los otros, con las redes sociales en Internet, los saunas, los boliches mixtos, fiestas friendly, y padres que llamaron a una organización para informarse, porque querían apoyarlos una vez que habían advertido que eran gays”. En ese sentido, Bruno Bimbi agrega que "después de la gaycidad vendrá otra cosa: quedarán solamente una serie de rasgos culturales, identidades sin tanta cargas”. Díaz Fernández reconoce la existencia de una brecha generacional, y a la luz de la experiencia del Conversatorio, señala que "se agranda, porque todo este pasado es desconocido por las nuevas generaciones de gays y lesbianas. Hay una generación nueva, que es la que se empodera con la sanción del matrimonio igualitario, e inicia en su vida sexual ya sin tener que esconderse. Está viviendo las mieles de un proceso histórico de luchas y batallas ganadas. El gran desafío es recuperar esa historicidad. Si el día de mañana termina el kirchnerismo y el próximo gobierno va en un sentido muy diferente, habrá que ver cómo están los reflejos de la comunidad gay para defenderse”. Ante tal hipótesis, Bimbi se muestra optimista: "hay cambios que se vuelven irreversibles: hoy a nadie se le ocurriría abolir el voto femenino o reimplementar la esclavitud”.
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ENTREVISTA
¿A QUIÉN
LE PREOCUPA EL SALMÓN?
Andrés Calamaro
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Los tiempos de mitad de vida lo presentan reflexivo, aunque tal vez haya sido siempre así. Sus palabras son duras, concretas, insurrectas, pero anteponen la poesía antes de salir al viento. Acostumbrado a que aviones y hoteles le hagan las veces de hogar, seis meses en el mismo lugar lo han perturbado bastante, y por estos días ha partido a España. A dondequiera que va, esa incisiva actitud va también. Txt: Agustina Kämpfer otros. También hicimos “Positive Generation”, con Alejandro Sanz, Antonio Carmona, Javier Limón y Mario Breuer. Cantamos con Diego Cigala, Joaquín Sabina, Calle 13... Los últimos años fueron muy atrevidos, de mucha experiencia y exigencia. Soy una consecuencia de las buenas voluntades de la gente que creyó en mí, y de soñar despierto.
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Una palabra que me gusta mucho es TERREMOTO. Tiene mucha erre, es muy flamenca, es torera, parece japonés”, cuenta un reciente post de su autoría en su página web. Comentarios como ése, irónicos, poéticos, irritantes, desencajados, provocadores, abundan en el sitio, actualizado a cada instante con un nuevo pensar. También su perfil en Twitter es un constante aporte a la cháchara. Cada tweet que gatilla es un disparador de conjeturas masivas. Mediáticamente, tener una novia joven y linda lo ha condenado a ese mundillo paparazzo al que nunca perteneció. Por estos días descansa en Madrid, quién sabe si despilfarrando los muchos millones de dólares que le adjudicó la muchachada de Forbes. Por ahora, sin explosión salmonera a la vista, pareciera disfrutar de las mieles del reposo. Aunque su lengua picante, no. M: Rompamos el hielo. ¿En qué anduviste últimamente? A.C.: El año pasado me sentí arropado por el sentimiento colectivo de la buena gente. “Mi casa es allá donde incline mi cabeza para dormir”, dice Tom Waits. Ensayando, viajando y grabando, se formó un grupo de confianza y compromiso. Con algunos compañeros llevamos la mitad de la vida tocando juntos. Grabé con Pablo Lescano, la Bersuit, Roby Draco, Los Tigres del Norte & Friends, que son René, Zach de la Rocha, Juanes, Gustavo Borner, Diego Torres y
M: Justamente con la Bersuit tuviste una participación importante, en “La Revuelta”, el nuevo disco producido por el también ex Abuelo Cachorro López. ¿Cómo fue la experiencia de volver trabajar con un amigo de toda la vida, y a la vez estar, por un rato, nuevamente en una banda? A.C.: Compartimos una tarde estupenda de encuentro y re-encuentro, pero fue un acontecimiento corto. Cachorro y Bersuit son mis mentores, me dieron un impulso enorme. Todo lo que hicimos juntos fue importante, inolvidable, y muy grato. M: Tras la conmemoración nacional en el 30º aniversario de la guerra de Malvinas, ¿Cómo recordás aquellos meses ochenteros, el instante en el que te enteraste del envío de tropas? A.C.: La batalla resultaba un disparate desde donde nosotros veíamos la realidad. Era un proyecto de la junta militar, y todos teníamos buena conciencia “anglofílica”. Estábamos ensayando en la calle Perú, y mirábamos con desparpajo la televisión black & white del hall de los locales de ensayo. Aunque siempre aprendimos que la soberanía de Malvinas nos corresponde, jamás imaginamos una guerra en los ochenta, matándonos con los ingleses, que siempre fueron un pueblo peculiar y apreciado. Ahora, en la distancia, es diferente, por la existencia honorable de ex-combatientes y mártires; héroes de Malvinas. Aprecio mucho el concepto de soberanía cultural y territorial. A
ENTREVISTA
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Mi corazón es de los mártires, los valientes, los olvidados, los presidiarios, los marginales, y tiene los colores celeste y blanco. Y rojo”.
Foto: Edgardo A.Kevorkian
mí me tocaron las batallas de la radiodifusión «brasilera» en las fronteras, eventualmente. Por aquel entonces mi preocupación no era reconquistar los islotes. Mi corazón es de los mártires, los valientes, los olvidados, los presidiarios, los marginales, y tiene los colores celeste y blanco. Y rojo. M: ¿Te atraen las armas? A.C.: Sí, claro. No soy un entrenado tirador ni tengo permiso para portarlas, pero tengo un respeto por la ingeniería como prolongación de la conciencia humana. De nene leía “Guns & Ammo” y la D´Artagnan. Entiendo el rechazo social que provocan las pistolas en este momento, si no fuéramos tan citadinos “porteños” tendríamos escopetas para cazar animales. Lo entenderíamos como quien entiende la pesca o el take-won-do. Soy defensor del derecho de portar armas y tenerlas en casa. Y del derecho ciudadano, intelectual y social, por donde se mire a los derechos. *****
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Estudiante de periodismo: tus opiniones me importan menos que un moco”, lanzó Andrés allá por marzo, y luego precisó: “Analistas de sistemas, estudiantes de periodismo, cagatintas becarios... eat your shit”. Flor de revuelta se armó (armaron sería más preciso, ¿no?) con sus dichos, que se desprendieron de una serie de dimes y diretes a los que él se sumó en una recta final para pedir, a su modo, que quienes se adjudican el manejo de una verdad absoluta en los medios respetaran la “transición jurídica” en la que se encuentra, en referencia a los falsos rumores de su inminente matrimonio. El país entero habló de eso… en fin.
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Siento mucho respeto y profundo amor por las valientes luchas de nuestro pueblo revolucionario. No siento apego por mis ideales, todavía estoy escuchando y aprendiendo, pero sé distinguir las cosas”.
M: Sos un posteador muy activo en Twitter. Sin embargo, parecieras no estar del todo de acuerdo con el fundamentalismo que generan las redes sociales. ¿Cómo ves su influencia? ¿Aportan algo… hacen agua… son un vicio? A.C.: Me gusta escribir, hasta me gusta la máquina de escribir Olivetti. También me gusta la conversación apasionada, en el ámbito privado, para hablar y escuchar. La forma en que pierde tiempo la clase media me tiene sin cuidado. Las palabras escritas no valen todas lo mismo, no es cierto que todos somos iguales a los ojos de Internet, ni que eso me hace mas “cercano” con un conjunto de “conectados” de unos pocos miles. Soy músico y cantante, mi especialidad son los discos y los recitales, tengo diferentes registros. El canto es algo grande, así me conocen y me escuchan millones de personas. M: ¿Qué aspecto de tu vida de hoy es el que más te sorprende? ¿Cómo te proyectás, divagando un poco, en 20 años más? No falta quien te ve como el Mick Jagger nacional… A.C.: Labrar un oficio en el canto y la música es bonito, y sentirse consagrado en el amor de las gentes, y en el respeto de los músicos, es completo. No soy demasiado ambicioso y no tengo más planes, ni quiero verme dentro de unos años. Espero seguir cantando un poco. No pensé nada para los 50 en adelante. M: ¿Por qué año de tu carrera artística te gustaría volver a dar un paseo? A.C.: Por cualquier momento. Siempre hubo algo digno de repetirse. M: ¿Cómo te fue en Estados Unidos? Si explotaras allá, ¿te radicarías un tiempo? A.C.: Me gustan mucho los Estados Unidos, y la gira fue lujosa. Los Ángeles es una ciudad muy diferente a Buenos Aires o Madrid, sin embargo para los músicos es muy interesante. Se pueden hacer giras, pero hay otras cosas que importan y me conectan con esas emblemáticas calles. Allá hay un talento musical y una forma de hacer las cosas muy importantes. Los pilares de esa cultura son la industria, el
arte y el deporte. No sé si tengo energías para instalarme en Estados Unidos, pero me parece un sitio fantástico para la práctica y el cultivo de la música. Y no creo yo que explote, aunque nunca se sabe. “¿Explotar es preciso, vivir no es preciso?” M: ¿Se siguen haciendo los Mundiales Calamaro a beneficio? ¿Cómo surgió aquella idea original? A.C.: No lo sé. Son grupos de aficionados que armaban esas cosas. Si se hubiera organizado como un “fight club”, ahora podríamos ser una “célula terrorífica”. M: ¿Cómo describirías tu rol de padre? ¿Sucede de forma súper natural, estás pendiente de hacer todo bien todo el tiempo? ¿Cómo sobrellevás extrañar a Charo cuando no está? A.C.: Espero durar mucho tiempo como padre, y ver caminar a mis nietos. Yo no soy “súper natural”, ni puedo hacer todo bien todo el tiempo. Soy padre, soy hijo, y tampoco soy un santo. Tengo toda la vida para aprender, pero los muchachos de mi edad ya tienen nietos.
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n materia política, si una interpretación viene al caso, Andrés es de aquellos ciudadanos que se manifiestan sin la propensión a ponerse una camiseta. En reiteradas ocasiones tuvo la oportunidad de expresar públicamente sus ideas, y parece haber disfrutado esas chances. Constantemente contundente. Nunca liviano. M: ¿Siempre fuiste tan ferviente defensor de tus ideales políticos, o supiste ser más pasivo en otros tiempos? A.C.: Siento mucho respeto y profundo amor por las valientes luchas de nuestro pueblo revolucionario. No siento apego por mis ideales, todavía estoy escuchando y aprendiendo, pero sé distinguir las cosas. Vivimos enfrentados a una segunda realidad. No hay que olvidar que existe “el enemigo”, aunque más no sea como ejercicio para endurecer la fibra de la conciencia; suponer, ainda mais, que puede estar disfrazado, ya que es un maestro del mal.
M: Como español que también sos, ¿te preocupa la situación en España, o tenés una esperanza a corto plazo? ¿Qué opinás del presidente Rajoy? A.C.: Yo nunca voté al Partido Popular, pero trabajé bien durante los períodos populares de José María Aznar. Creo que la situación allá es un poco peor de lo que yo quise suponer. Pensé que Mariano vendría con una “primavera marianista” bajo el brazo, pero no tomaba en cuenta el concierto europeo. Por lo visto, la batuta alemana impone bastante en la partitura. Es en los tiempos de crisis que hay que sacar pecho y ponerle más ganas a todo. Ya veremos si podemos. M: Y acá, ¿te sentís políticamente representado? A.C.: Ahora mismo Argentina bebe de un caldo social y mediático bastante espeso. Según mi modesta opinión, estos años de gobierno de Néstor y Cristina fueron interesantes y positivos. Somos un país muy sufrido, con mucha muerte en los talones y mucha crisis encima. Si no creemos en nada, nada se nos puede perdonar. Trato de no pensar solamente como bonaerense-porteño, a veces es peor el remedio que la enfermedad. Cuando pienso en nuestro país, me gusta imaginarme las caras de la buena gente, del pueblo mío. Formalmente, todos estamos representados por un presidente elegido por sufragios, y eso importa. No tengo diálogo con Cristina (lo cual es normal, porque soy un ciudadano corriente), pero siento respeto y cariño por la investidura. Lógicamente, como artista, podría blindarme detrás de una critica permanente, porque es el marketing vulgar de la rebeldía. Y en algunos casos el negocio redondo es el show de las malas noticias… otra fuerza política. M: En su momento, has calificado a Néstor Kirchner como “el mejor presidente de los últimos 50 años”. ¿Qué políticas de gestión esculpieron un halago semejante? A.C.: En mi familia no somos peronistas ni todos votamos a Néstor, pero aun así, mis episodios personales y familiares en Casa de Gobierno fueron importantes y amenos. Fui a tomar un café con Néstor y Aníbal (Fernández), después volví una o dos veces mas. Fue algo para recordar. Somos muchos los que nos sentimos honrados con las puertas abiertas de la Casa Rosada. También en la comunidad de músicos. Tengo amistad con personas importantes del país, en ámbitos distintos de la ancha vida social, cultural, política y marginal argentina. Me corresponde, porque soy un ciudadano relativamente veterano y notable. Néstor fue un buen presidente y un buen hombre, y eso es mucho decir. Le tengo mucha estima al recuerdo del presidente. Una vez viajamos juntos en el avión presidencial, era una persona cálida y fraternal… ése es el recuerdo que me dejo a mí. M: ¿Qué es lo que más extrañás de Argentina cuando pasás mucho tiempo afuera? A.C.: Pasé mucho tiempo viajando y viviendo, asique tengo la resistente caparazón de los viajeros frecuentes. Me gusta
volver, no soy sentimental. Me gusta viajar con poco equipaje, pero sé soportar las valijas llenas y el pasaporte cansado.
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se “no soy sentimental” puede sonar inconsistente. ¿Él, Calamaro, no es acaso puro sentimiento? La nostalgia, el recuerdo latente, la entrega, el amor no correspondido, el pasado, lo incierto, la importancia de los amigos, la pasión, el desequilibrio… el sentimentalismo vivo nada en su cancionero. Sus anécdotas de vida están allí, las divertidas y alocadas, y las inevitablemente tristes… M: Los últimos meses te han traído algunas despedidas afectivas. Con distinto tinte de melancolía, desde el Chango Farías Gómez hasta el Flaco Spinetta, pasando por Gamexane, y desconozco si hay más. ¿Cuál es tu herramienta para perpetuar lo que ellos te han dejado por sobre el dolor de saber que físicamente no están? A.C.: No tengo una herramienta para perpetuar la vida. Siempre tuve conciencia para “los amigos ausentes” (tal era el brindis de Los Abuelos cuando tocaba brindar). Los recuerdo con orgullo y con alegría. Estamos un poco asustados, para qué negarlo. Siento silbándome las balas. Tengo 50 años y una conciencia mortal que me muerde los talones.
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Estos años de gobierno de Néstor y Cristina fueron interesantes y positivos. Somos un país muy sufrido, con mucha muerte en los talones y mucha crisis encima. Si no creemos en nada, nada se nos puede perdonar”.
M: En materia cultural, se te ve apasionado con las corridas de toros. Incluso has tenido tu probadita “en pista”. ¿Qué sentiste? A.C.: Las corridas son las expresiones más cultas del mundo. La fiesta, la liturgia, el compás, el sentimiento, el sitio, la quietud, el valor, la poesía, el misterio, la vida y la muerte, el espectáculo, la nobleza, el campo, la música... Fuera de todo eso, lo demás es superficial y vacío. También me gusta ver fútbol; en España soy un aficionado iconoclasta. En el toro nada es mentira y todo es verdad litúrgica, hay mucho para aprender. Hay que educar la sensibilidad y la cabeza, y no se me ocurre mejor ámbito que el del toro y el flamenco.
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Somos importantes en el universo de la música popular latina. Es nuestra propia militancia, somos libre-pensadores, independientes, y tenemos el corazón más grande del mundo”. M: ¿Cuál es tu postura acerca del dolor que atraviesa el toro con un fin de entretenimiento? A.C.: Nací quince años después de la bomba atómica; en Argentina sufrimos la represión más sangrienta que pueda uno imaginar; vivimos rodeados de cadáveres, en un equilibrio universal de vidas y muertes permanentes. Es el punto de vista de Néstor Perlongher o de Rodolfo Galimberti. En ésa muerte hay amor y arte, entretenimiento es la televisión. Preocuparse por la integridad del toro me parece razonable pero ingenuo, infantil. La corriente anti taurina me parece despreciable, falaz, equivocada y estúpida. ¡Que caterva! ¡Si son caraduras que ni saben lo que están diciendo, sin ninguna clase de sustento facultativo ni ético! Quiero a los toros y a los toreros. Revivir ahora el “fundamentalismo de la moderación” es de patio de colegio. M: ¿Porqué preferís no ir a recitales en Buenos Aires? A.C.: Prefiero ir a conciertos en Rosario o Córdoba, o en San Sebastián, o no ir. Hay demasiados recitales buenos, demasiados discos. Me gusta quedarme en casa pero me paso la mayor parte del año en aviones y hoteles, estudios de grabación y salas de ensayo. Pase así toda mi vida, y cada vez que me “bajo del caballo” me lo replanteo todo. No me gusta mucho ir a conciertos, no me siento cómodo entre el público. Soy músico para estar arriba del escenario. No soy “del” publico. No sé ir a recitales, me aburro. M: ¿Creés que alguna nueva banda nacional podría llegar a ser tan influyente como Soda Stereo? ¿Vamos a volver a tener una agrupación “monstruosa” o estamos leeejos? A.C.: El rock tiene otras medidas. En parte, sigue siendo territorio de sí mismo. Tenemos influencia y prestigio, pero no somos árboles que siempre dan manzanas maduras y en temporada. Somos importantes en el universo de la música popular latina. Es nuestra propia militancia, somos librepensadores, independientes, y tenemos el corazón más grande del mundo. Estábamos acá cuando todo era sombra y miedo; sabemos quiénes somos. El destino del rock es ponerse al mundo de sombrero y sentarse arriba. Foto de tapa y apertura: Gentileza Warner Music
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ENTREVISTA
León Gieco
Antes de poder alquilar un departamento frente al Teatro SHA, vivía en una pensión y trabajaba en Entel, hasta que empecé a sonar en las radios”.
LA VOZ
DE LA LUCHA
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Tras la publicación de El desembarco, su último trabajo discográfico, el León oriundo de Cañada Rosquín ruge su amor por el país entero. Con la generosidad y bonhomía que lo identifican, detiene el tiempo en sus recitales -muchos de ellos, por causas sociales-, mientras postula la mirada que supo soñar y hoy, afirma, es más real que nunca. Txt: Gabriel Imparato
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n la remodelada sala del Teatro IFT, a metros de las avenidas Pueyrredón y Corrientes -uno de los nudos urbanos más intensos de la jungla porteña-, espera relajado junto a una copa de cabernet y unos triples de jamón y ananá. La prueba de sonido de un concierto a beneficio, los compromisos de su nuevo disco y la cómoda butaca que lo acoge, parecen ser lo único importante por estos minutos. León se entrega. Tiene mucho por decir. M: ¿Cómo describirías El desembarco, esa Polaroid sonora dentro de tu carrera? L.G.: En resumen, el disco mezcla lo analógico y lo digital, el sonido de cinta y lo futurista. No sé si es lo que quise hacer inicialmente, porque esperaba el mismo formato de siempre: grabar en un estudio con un click de sincronismo para ir sumando a músicos extranjeros. Pero vino Gustavo Borner (técnico) y me dijo: “loco, hagamos otra cosa”. Hablé con Jim Keltner y se nos ocurrió que la banda grabase en vivo en Los Ángeles. La idea fue tan seductora que fuimos, y tocamos en vivo sobre una cinta de 2 pulgadas. Lo registrado es un resumen perfecto para conmemorar mis 60 años de vida. Sinceramente, no sé qué significa el número, pero para mí es un agradecimiento total. Soy un agradecido de lo que me pasó. Pude trabajar con músicos que tocaron con Lennon, Ringo Starr, o James Taylor. Sin embargo, aparecieron los “fachos de internet” que no vacilaron en decirme que soy un pro yanqui. Pero no vale la pena contestarles, tengo muy claro que Estados Unidos es un país que jode a Latinoamérica. M: ¿Cómo se produjo el intercambio cultural con estos artistas? L.G.: Trabajé con tipos que piensan. Los músicos me pedían que les contara el significado de las canciones. “8 de octu-
bre”, sobre la Tragedia de Santa Fe, los puso muy tristes. La historia de lo que pasó con los chicos les provocó tocar endiablados. Ése tema tiene música de Luis (A. Spinetta), y la letra es mía. La hicimos hace cuatro años, y agregué la voz de uno de los chicos fallecidos. Muy fuerte. M: ¿Qué te motivó, hace poco, a ofrecer un show a beneficio de Edelmiro Molinari, histórico integrante de Almendra? L.G.: Él está haciendo quimioterapia y no tiene el dinero para bancarla. Somos amigos desde hace mucho, de cuando él vivía con Gabriela, una de las primeras voces femeninas del rock nacional. Durante el tiempo en que estuve exiliado, amenazado de muerte, ellos me ofrecieron su casa en Los Ángeles. Por eso me alegra poder darle una mano a Edelmiro hoy, en ésta situación especial. M: ¿Qué más recordás de esa época? L.G.: La experiencia del ácido lisérgico. Me acuerdo que fuimos a ver a Gratefull Dead, una banda impresionante, como los Redondos acá, y a las dos semanas dije “¡qué bueno estar acá!”. M: ¿Y cómo fue llegar Buenos Aires, habiendo arribado desde Cañada, un lugar tan diferente? L.G.: Antes de poder alquilar un departamento frente al Teatro SHA, con mi amigo Horacio Fumaro, vivía en una pensión y trabajaba en Entel, hasta que empecé a sonar en las radios y pude mudarme. En ese teatro pasaban unas películas maravillosas. A la vuelta estaba el Cine Cosmos y viniendo por Corrientes, este lugar maravilloso, el Teatro IFT, donde tiempo antes se habían presentado Violeta Parra y Víctor Jara. Todos los martes y miércoles del ´87 al ´89 hice un ciclo presentando “De Ushuaia a la Quiaca”, en un formato para los colegios. Pero la principal influencia que me provocó este barrio fue conocer a mi mujer, Alicia.
M: ¿Qué detonó tu necesidad de querer triunfar con la música, cuando eras joven? L.G.: A los 15 años, cuando todavía estaba en mi pueblo y veía figuras como Serrat o Sandro tocando en Sábados Circulares, ya planeaba venir a Buenos Aires para ser importante. Sin saber qué iba a cantar, la idea pasaba por grabar un par de discos y con la plata de las ventas, amén de hacerme famoso y tocar, volver a mi pueblo para comprar una frutería o una panadería, algo para poder subsistir. Bueno, le erré ¿no? (risas). En ese momento no sabía qué estilo hacer y entonces tocaba algo de folklore como Los Fronterizos, Los Chalchaleros, Cafrune, Yupanki… pero al mismo tiempo tenía un grupo de rock con el que hacía algo de los Beatles, los Stones, Hendrix y… Salvatore Adamo (risas prolongadas). Para agarrar shows teníamos que tocar cosas populares. M: ¿Hubo alguna influencia familiar en todo eso? L.G.: Sobre de todo mis abuelos y mi papá. Mis abuelos se reunían todos los domingos en el campo para comer una comida del norte de Italia, llamada “la bagna cauda”, muy rica, con ajo, aceite de oliva, crema de leche y anchoas; sobre éso agregaban verduras cocidas y mojábamos la salsa con un pan, todo regado con mucho vino. Y ahí estaba yo, era apenas un chico sentado en una sillita alta con mesita, escuchando a mis abuelos que se ponían a cantar canzonettas. ¡Era algo maravilloso! Mi papá era un tipo vencido por el alcoholismo, un alcohólico divertido, muy inteligente y buen personaje. Uno de los pocos trabajos que aprendió fue tocar en una orquesta del pueblo, llamada “Los Provincianos”. Era lo máximo, cantaba muy bien y se emborrachaba de a poco, porque temía equivocarse las letras. Hacían sesenta o setenta temas por noche… Cuando vine a Buenos Aires él insistió para que siguiese esta carrera artística.
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Pude trabajar con músicos que tocaron con Lennon, Ringo Starr, James Taylor. Sin embargo, aparecieron los “fachos de internet” que no vacilaron en decirme que soy un pro–yanqui. No vale la pena contestarles, tengo muy claro que Estados Unidos es un país que jode a Latinoamérica”.
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A los 15 años, cuando todavía estaba en mi pueblo y veía figuras como Serrat o Sandro tocando en Sábados Circulares, ya planeaba venir a Buenos Aires para ser importante”.
M: Siempre recordás una historia acerca de tu primer lugar de residencia… L.G.: ¡Es cierto! Mi viejo no quería que viviera en Ituzaingó, en el interior de Buenos Aires. Él quería que viviese “al lado del presidente” (risas). Entonces fui a parar a una pensión a dos cuadras de Casa de Gobierno, en Moreno y Defensa. La expectativa que tenía en ese momento era muy escasa, pero ahora, con El desembarco en la mano, mi álbum número 47, todo se ve distinto. Además, soy un transhumante, el fatto de viajar lo tengo de chiquito. Envidiaba los circos, quería ser parte de ellos y viajar a todos lados; o trabajar en un barco, cantar ahí y en otros países. Pude lograrlo gracias a mi trabajo. M: ¿Qué pasa cuando estás quieto? L.G.: Me aburro mucho. Puedo estar tres o cuatro días bien, pero al quinto estoy inquieto, al sexto ya me peleo con mi mujer, y al séptimo, mejor me subo a un micro para ir a laburar. El cansancio viene cuando no hago nada. Me cuesta tomarme 20 días e ir a una playa. Únicamente paro para leer un libro que me interesa.
Foto: Inés Ulanosky
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M: Este febrero que pasó quedará marcado en la historia de miles, por el fallecimiento de Luis Alberto Spinetta, ¿cómo te afectó a vos su partida? L.G.: Lo vi una semana antes de su muerte. Fui a la clínica y estando ahí asumí que El Flaco estaba yéndose desde un plano poético. Descubrir la magnitud de la obra de Spinetta es tener el honor de recordar que tuvimos un artista semejante. Los del movimiento rockero tendremos la dicha de pertenecer al momento en el que él mostró que esa corriente podía ser algo muy interesante. El Flaco fue para el rock lo que Piazzolla al tango, un gran revolucionario. Creó un bello misticismo de letra y música. M: En aquel momento, ¿fuiste consciente de que no estaba recuperándose tras la internación? L.G.: Sí. Cuando dejó la clínica, la gente se confundió. Los diarios publicaron que le daban el alta pero no era así. Él decidió irse a su casa y saber eso me puso triste, no lo podía creer. Pero nos va a pasar a todos: la muerte es parte de la vida. Gardel hacía rato que estaba solo, se debían un buen dúo. M: ¿Qué sentiste ante la falta de responsabilidad a la hora de informar respecto de su salud? L.G.: A los medios no les doy bolilla, cada uno hace sus macanas, no me interesé demasiado por eso. Era mucho más grande el hecho de perder a un amigo. Cuando nos vimos con Charly en el velatorio de la calle O’Higgins, me abrazó y me dijo: “Se nos fue el mejor”. ¡Y tal cual! Como pasó con Mercedes (Sosa). Los dos nos dejaron su obra, su legado... En lo personal, reflexioné sobre mi muerte. Pero he sembrado, hice 47 álbumes, tengo que agradecer. Si mañana me toca morir, estaré agradecido.
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Esta es la única vez que un gobierno se ocupa de las cosas que venimos hablando desde los ’70. Por eso vamos a verla (a Cristina), no porque seamos K. Le tengo un respeto total y voy a ir a saludarla cuando sea”.
M: ¿Cómo atravesaste, desde tu activismo, el doloroso aniversario del conflicto bélico por Malvinas? L.G.: “¿Para qué se van a pelear por dos piedras pómez, si tenemos todo un país?” fue una frase de Jorge Luis Borges, no me la olvido. Esas dos piedras pómez le corresponden a la Argentina. La verdad, no creo que yo llegue a ver el cambio, pero lo que sucedió estos meses está bueno para tomar conciencia. El gobierno de Cristina encaró muy bien el asunto, fue por sobre todo a buscar una toma de conciencia e instalar el tema, para que se sepa que en Sudamérica estamos unidos, que hasta el gobierno
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de derecha de Chile se puso a favor de nuestro país. ¿Porqué? Porque nuestra presidenta pudo con éso y con muchas cosas más. M: ¿Sos kirchnerista? L.G.: Mirá, tengo las cosas muy claras. Apoyo ciertas cosas del Gobierno y a otras las critico, o en su defecto hablo de lo que falta. Pero cuando estamos con la Presidenta, por ejemplo, aparecen los que te mencioné antes, los “fachos de internet” que escriben idioteces en la web. Son cobardes con mente de militares. Nos dicen kirchneristas pero en realidad no somos eso, estamos con la presidenta porque es la única que nos habla de derechos humanos, de la ley de Medios, de ayudar a las fábricas recuperadas, de la Asignación Universal por Hijo, nos habla de cosas interesantes. Esta es la única vez que un Gobierno se ocupa de las cosas que venimos hablando desde los ’70. Por eso vamos a verla, no porque seamos K. Le tengo a Cristina un respeto total y voy a ir a saludarla cuando sea, bancándome que los “fachos de Internet” digan que soy “un hijo de puta kirchnerista que anda con esa yegua”. Lo mejor que puede tener un gobierno es la apertura para que se critique lo que se hace mal o lo que falta hacer. Pero acá no vive un gobierno: viven argentinos, que son amantes de la polución callejera. M: ¿Notás cierta recuperación del optimismo en estos tiempos políticos? L.G.: No sé si da para decir que hay un río de ilusiones y esperanzas, pero me hubiese gustado haber nacido en esta época. Vengo de una generación bastante perdida, que nació en malas condiciones, en dictaduras militares genocidas y en gobiernos democráticos corruptos. Nos faltan más gobiernos como éste, porque Argentina está hechando un crisol de razas que aun no ha dado un resultado global; todavía no formateó a las generaciones que nos van a llevar a un buen camino. Domingo Cavallo decía que había que deshacerse de los trenes; era para darle un puñete y romperle la nariz, soy honesto y aclaro que soy pacifista. Lo lamento, ahora tenemos que rehacer todo lo de los trenes, y verás que las rutas se quedaron chicas. En esta última navidad empecé a extrañar a Néstor Kirchner, es una gran pena que no esté. Hubiese configurado una buena dupla con Cristina en estos tiempos… ambos serían un paredón difícil de saltar. M: ¿Cuál es tu recuerdo más fuerte del ex presidente? L.G.: Indudablemente aquél del año 2003, cuando hice público mi aprecio por él. Tras las elecciones, me llamó por teléfono y me pidió que organizara un concierto para el 9 de julio, para recaudar útiles escolares. Lo llevó a Pocho -un joven con una dura discapacidad- con él, y lo primero que hizo esa tarde fue sentarlo en el sillón presidencial de Rivadavia. Esas cosas no se olvidan, son detalles que ningún presidente hubiese hecho realmente. Foto de tapa y apertura: EMI Argentina
ECOLOGÍA
La era electrónica nos tienta constantemente con nuevas habilidades, que de un día para el otro se convierten en arcaicas. ¿Qué pasa con los desechos tecnológicos que se apilan entre montones de basura? ¿Cuánto contaminan los dispositivos que cambiamos cada vez con más frecuencia? Txt: Mariana Díaz
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En Argentina, sólo en 2010 se desecharon 12 millones de celulares.
ace sólo unos años nadie tenía celulares ni computadoras. Hoy, a muchos nos cuesta recordar cómo era la vida sin ellos. El avance vertiginoso de la industria hace que la tecnología que ayer era de punta, hoy sea obsoleta, y así surge la cultura del descarte, que nos lleva a desechar nuestras pertenencias cuando aún funcionan. Este nuevo mecanismo se contrapone con el de nuestros abuelos, que acostumbraban guardar todo, reutilizar todo, reparar todo. Con tecnología tan barata y accesible, olvidamos la
gran cantidad de materiales, el esfuerzo y los recursos necesarios para la fabricación de los artículos. Un estudio en los Estados Unidos demostró que, en promedio, una persona cambia su computadora personal cada dos años, cuando en 1997 la cambiaba cada seis. Es importante destacar las consecuencias ambientales de esta tendencia: para fabricar cada computadora, se genera un material de desperdicio equivalente a 4.000 veces su peso. Los celulares, por ejemplo, han logrado convertirse en el producto electrónico con el menor ciclo de vida de todos: se descartan cada 12 a 18 meses (según el país y el ingreso de la población), aunque están preparados para funcionar diez años. En Argentina, sólo en 2010 se desecharon 12.000.000 de celulares. De ese total, el 35 por ciento fue a parar a los rellenos sanitarios. Allí, sus metales pesados y materiales tóxicos se vuelven peligrosos: mientras una batería o un celular están en uso, no contaminan. Pero si se los tira a un basural común y se rompen, pueden liberar ácidos o materiales tóxicos como mercurio, cromo o berilio, que pueden afectar el agua y el suelo, generando daños en el ambiente y la salud. Hay que recordar que una computadora tiene alrededor de 50 sustancias contaminantes en su interior, algunas de ellas con el potencial de provocar enfermedades tan graves como el cáncer. Pero no es cuestión de detener el avance tecnológico que tantos beneficios trae a la humanidad, sino de encontrar formas de disminuir el impacto, priorizando la conservación del planeta. No podemos olvidar que, sin ecosistemas saludables, no podemos subsistir; la tecnología
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Para fabricar cada computadora personal se genera un material de desperdicio equivalente a 4.000 veces su peso.
habrá avanzado mucho, pero aún no ha podido reproducir los procesos ambientales que nos dan agua fresca, oxígeno, alimentos y un clima estable, todos fundamentales para la vida en la Tierra. La solución es sencilla: se puede reciclar la basura electrónica para minimizar la explotación de los recursos naturales en los nuevos productos. Hay mucho por hacer en nuestro país: se estima que en 2011 se descartaron más de 1.000.000 de computadoras, 10.000.000 de teléfonos celulares, y más de 400.000.000 de pilas. Cada año se entierran 120.000 toneladas de basura electrónica, de la que sólo se recupera menos del diez por ciento.
¿Qué podemos hacer en casa? El promedio de desperdicio electrónico que genera cada argentino es de 2.5 kilos al año, aunque el número asciende en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Allí, el basural per cápita trepa hasta los 7 kilos. El 80 por ciento de estos residuos se genera en los hogares, y un simple cambio de hábito puede hacer mucho más de lo que creemos. En primer lugar, es importante moderar el consumo: usar los aparatos eléctricos la mayor cantidad de tiempo posible y si se rompen, repararlos. En segundo lugar, podemos reciclar. Hay varias ONGs que se encargan de recuperar artefactos, al tiempo que hacen un importante aporte a nivel social (ver recuadro).
¿No molestan en tu casa esos viejos aparatos? María de las Cárceles:
Equidad:
con material informático en desuso, la agrupación capacita internos en penales para que aprendan una nueva profesión que les de sustento al cumplir su condena. Las computadoras reparadas van a escuelas de bajos recursos. Más de 10.000 computadoras ya fueron entregadas a colegios de todo el país, y el 85 por ciento de los internos de este programa se reinsertó social y laboralmente.
esta ONG recupera computadoras que donan empresas privadas y particulares. Una vez reparadas, son entregadas a escuelas públicas. En diez años lograron recuperar 8.364 máquinas que se entregaron en 855 colegios, generando el acceso de 370.000 personas a la computación. También dan talleres de capacitación para llevar adelante el trabajo de reciclado.
Más información: www.mariadelascarceles.org.ar Dirección: Av. Libertador 409, Capital Federal Teléfono: 4894-0525
Más información: www.equidad.org Dirección: Piedras 1384, Constitución, Capital Federal. Teléfono: 4307-8150
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ENTREVISTA
Renovada en cada uno de sus trabajos, sabe cómo vigorizar al rock nacional femenino. En su rol de cantautora, música y poeta, tras lanzar Ahora, su nuevo álbum, acaba de estrenar el videoclip del tema Micrón de segundo, con la participación de Hilda Lizarazu. Tan urbana como natural, tan profunda como iluminada, tiene algo mejor cada vez. Siempre. Txt: Gabriel Imparato
SEÑORA ROCK "
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Fabiana Cantilo
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dos años de La vereda del sol y casi cuatro de Hija del Rigor, Ahora es el simple y determinante nombre que Fabiana Cantilo eligió para su nuevo disco: un adverbio que denota tiempo, como parte de un momento decisivo en un largo proceso interno. El material es una despedida formal y seria a la rockera que sonaba en covers, y una bienvenida feliz a la cantautora iluminada que todavía se viste de negro. Con una tapa colorida, Fabiana parece haberse renovado con los quince temas escritos por su propia pluma. Aquí, la referente mujer más grande del rock nacional.
Nunca tuve miedo de lastimarme, soy muy inconsciente”.
M: ¿Estás más confesional en tu trabajo últimamente? F.C.: Se nota que gané confianza cantando. Un medio publicó que mi estilo y lugar artístico son irremplazables… antes no me lo decían. Lo dicen ahora, no lo digo yo. Estoy muy descriptiva en mis vivencias, me sale así, hablo de todo: la clínica Avril, los amores, los odios, la realidad. Estoy más jugada con la poesía, escribiendo de otra manera, más suelta con las explicaciones, las imágenes y la poesía. Nunca tuve miedo de lastimarme, soy muy inconsciente, no pienso en éso, y tampoco me pongo a ver si tengo un ángel de la guarda que me protege. Sigo adelante, no se sabe muy bien cómo. Soy irónica al retratar muchas cosas que me pasan, trato de contar todo sin que me importe nada realmente. Veré luego, en el próximo disco, qué pasa. M: ¿Cuál fue el punto de partida de todo este cambio? F.C.: No quiero ser la chica de los covers para siempre. En su momento llegamos a un acuerdo con la discográfica: ¡teníamos que sacar mi oscuridad a la luz! Entonces, les entregué temas suficientes como para armar dos discos. Está bueno que les hayan gustado cosas como "Mariscal”, "Madrugada”, "Vino del viento”, o "Sonrisa eterna”. No son todas alegres, son una música muy seria.
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Supongo que algunos se preguntarán ¿cómo hace ésta mujer para estar así? Tal vez me tomo
un Formolito on the rocks todas las mañanas”.
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La música me lleva y yo me dejo llevar, es imposible dejarla. Lo que hago me salva la vida,
tengo que permitirme ser feliz pase lo que pase”.
M: ¿Ese acuerdo, te significó un antes y un después? F.C.: Puede ser que me haya reinventado en cada disco, no sé como lo hice realmente. Pero se ve que tengo mucho amor por el arte y por la vida. La música me lleva y yo me dejo llevar, es imposible dejarla. Lo que hago me salva la vida, tengo que permitirme ser feliz pase lo que pase. M: En tu nuevo CD asoma nuevamente la cantautora, ¿cómo comparar esta producción con las anteriores? F.C.: Información Celeste y ¿De qué se ríen? son trabajos incomparables, no los podés cotejar con nada. En cada disco hay amor, temas divinos que nadie entendió. En cuanto a Hija del rigor, mostré mi cara lastimada, con los golpes de la vida. En el caso de Ahora, una de las novedades centrales es que no puse una foto mía en la tapa. Cuando vi la pintura de la portada, dije: es una mujer, y luego sentí que podía ser yo. En ese momento decidí dejarla así. El álbum es una tomografía computada de muchas emociones y me muestra más poeta, éste es un disco mucho más moderno. M: ¿Cuál es el secreto de tu bienestar? F.C.: No vivo todo el tiempo fijándome en la edad o el paso del tiempo, no sé cómo hago, supongo que algunos se preguntarán ¿cómo hace ésta mujer para estar así? Tal vez me tomo un Formolito on the rocks todas las mañanas (risas). Será el tipo de vida que vengo llevando últimamente: hago mucho entrenamiento, no salgo de noche, no bebo, fumo poco. Arranco fuerte a la mañana y cuando llega la noche no me quiero mover. Ceno en la cama, obviamente. Me duermo y a las 9 am me levanto para encarar la rutina. M: ¿Diste más amor del que recibiste? F.C.: Cada uno se merece lo que tiene. La vida es una prueba para pasar por arriba ciertos obstáculos; mientras más superes, más niveles vas a subir. De pronto te llegan situaciones high y cuando las pasas, hay elevación.
M: ¿Te sentís una mujer más seria? ¿Conservás tu tradicional capacidad de divertirte? F.C.: Estoy como más seria, es verdad. No soy Mary Poppins, dejé de serlo, pero me divierto como la chica pop de esa canción. En el escenario me pasa eso, me divierto y hablo con la gente, digo frases graciosas. Me gusta agregar cosas no esperadas: tengo una versión de "Romance del curro y el palmo” que estará en mi nuevo espectáculo. M: ¿Seguís con ganas de trabajar en televisión? F.C.: ¡Se va a morir Robert De Niro y no habré trabajado con él! (risas). Mi gente habló con Adrián Suar, y tal vez esta temporada haga algo de televisión, pero no sé cómo será. También Leticia Brédice pensó en mí como actriz: me ofreció un papel en un cortometraje que quiere hacer. Me encantan los músicos que en paralelo se meten en el mundo del cine. Todo el tiempo estoy comprando películas, veo cine sin parar. M: ¿Anhelás que llegue un hombre para amar? F.C.: Para que aparezca alguien así, tengo que cambiar un montón de cosas. Si cambio, voy a elegir mejor. Es muy loco eso de los animales, que te acompañan en lo anímico sin pedirte nada a cambio. ¡Los bichos son muy piolas! Si aparece alguien en mi vida, será en su momento. Mientras, voy cambiando un poco el foco. El que elige es uno, si no elegís bien, elegiste vos, no es que el otro vino a hacerte mal. Siempre es uno el responsable. M: Todavía es muy reciente el fallecimiento de Luis Alberto Spinetta. En su momento, fuiste muy elocuente al demostrar tus sentimientos ante la noticia… F.C.: Sí, fue muy duro. Con todo el dolor, pude poner en la red social lo que sentía, un texto que dice (mira su computadora y lee): "Flaco, que seas abrazado por todos los ángeles más bellos y luminosos del universo. Amado Luis, que estés en la luz, donde siempre estuviste. Te acabo de dejar, sin poder entender que el que estaba en ese cajón eras vos. Fuiste parte de toda mi vida, te extraño y todavía no caigo. Por dónde andarás volando, amigo, sabio… Que todo el amor que creaste te haga volar sin miedo”. Siempre admiré su obra, incluso en mi disco debut incluí "El monstruo de la laguna”. Hay mucha influencia de su obra en mí, siempre la habrá. Fotos: Sony Music Argentina
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Ilustraci贸n: I-Max, www.maxmurad.com.ar
Demoliendo Hoteles
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