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La cocina sana hasta un divorcio
por: María Marín
Y no me refiero al placer momentáneo que ofrece comerse una docena de galletas recién horneadas junto a una pinta de helado para “ahogar las penas”, sino a considerar una actividad culinaria de la misma forma que se da importancia a hacer ejercicio físico o meditar, en esa búsqueda constante de paz y bienestar.
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Y es que, estudios psicológicos han demostrado que ponerse a cortar verduras, pelar huevos, hornear pan, preparar un sandwich elaborado, decorar postres o seguir una receta tiene el poder de bajar los niveles de estrés o ansiedad, controlar los pensamientos negativos, mejorar la autoestima y hasta puede prevenir y mejorar una depresión existente. ¿Te has fijado alguna vez, cómo vuela el tiempo y se te olvida cada problema o preocupación cuando te