Natalia Pintado Las buenas formas
NĂşmero 3 marzo 2014
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Sumario
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Nada es solo lo que ves Luis SalaberrĂa
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Natalia Pintado: "Mi trabajo no es cientĂfico pero si obsesivo"
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Cuando el todo es más que la suma de las partes Helena Herrera Feduchi
Lo evidente y el azar
José Ignacio Abeijón Giraldez
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NP EVISCERACIONES TEÓRICAS CONTEMPORÁNEAS Consejo de redacción: Fernando Castanedo, Emilia García-Romeu, César Jiménez, Pablo Larrañeta y Luis Salaberría Diseño: César Jiménez © Natalia Pintado, VEGAP.
etc.revistadecreacion@gmail.com
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P Cuando me presentaron a
Natalia Pintado
me pareció muy francesa. Quizá porque ves-
tía de negro a lo Juliette Gréco, o por su melena negra tocada con una gorra de lana, o por sus maneras suaves pero firmes. Sin embargo, cuando se trasladó a vivir a Francia y la visité en su casa de Toulouse, la encontré muy española. Ahora contemplo su obra y pienso que quizá también tenga algo de rusa, militante del suprematismo con Malévich. O neerlandesa, como Mondrian, y miembro de De Stijl. O alemana, compañera de Walter Gropius en La Bauhaus. También suiza, integrante del grupo de artistas y diseñadores que formaron los concretos de Zurich. O compatriota de los abstractos geométricos latinoamericanos que buscaban un lenguaje cosmopolita y progresista desde Montevideo, Buenos Aires, São Paulo, Río de Janeiro o Caracas. Deduzco que Natalia Pintado, como todas las personas que han vivido y visto mucho, tiene innumerables patrias, que es una forma inteligente de no tener ninguna. No se ha prodigado en exposiciones. Para algunos de nuestros lectores, esta tercera entrega de ETC supondrá un feliz descubrimiento. Para los demás, la oportunidad de disfrutar de esta artista, autora de una obra atractiva, delicada, coherente y siempre elegantísima. César Jiménez
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“El arte no reproduce lo visible. Lo hace visible”. Paul Klee
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NADA ES SOLO LO QUE VES Luis Salaberría
ara hablar del trabajo de Natalia Pintado, color, sonido y pensamiento son tres conceptos claves. Sabemos que el mundo no es de colores. Y que estos son la representación cerebral de ciertas longitudes de onda que llegan a nuestra retina, que las codifica y transmite para ser interpretadas por nuestro cerebro. La evolución ha hecho que los homínidos percibamos un mundo multicolor, pero “lo real” no tiene color. Si fuéramos un perro veríamos solo azules y amarillos, y no puedo imaginar cómo ve una mosca o un daltónico las pinturas de Natalia Pintado. Cuando Frank Stella, en 1964, escribe 'what you see is what you get' (lo que ves es lo que ves) nos está diciendo que apreciemos su trabajo como objeto, forma y materia sin buscar significados, sin “ilusionismo”. Sin embargo, aun conociendo sus intenciones, yo puedo percibirlas desde la emoción, como escenografías o metáforas de un paisaje. Como el color, también el sonido son vibraciones que nuestro cerebro recibe y traduce. Cuando observo la obra de Natalia pienso en sonido, y no es que sea sinestésico y “escuche” sus obras, pero sí creo que alguien podría leer esos campos de color, esas secuencias y esos vacíos como si fueran una partitura. Leadheater y Besant en su libro Forma y pensamiento, de 1926, nos dicen: “No parece que todo el mundo sepa que los sonidos producen formas y colores y que cada pieza musical deja una impresión duradera, perfectamente comprensible y visible a quien tiene ojos para ver.” Según ellos, una pieza de Mendelssohn tocada en un órgano en una iglesia
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Una ráfaga de aire puede mover los bocetos de papel recortados de Natalia y cambiar la dirección de su trabajo, y un estado de ánimo puede influir en las proporciones o el color elegido. Y el resultado final estará impregnado por las emociones surgidas durante el proceso de creación de la obra.
tendría la forma de un hongo atómico y mediría unos 3 kilómetros de altura. En la antigüedad clásica se creía que las órbitas de los cuerpos celestiales que giraban alrededor de la Tierra producían sonidos que armonizaban entre sí dando lugar a un sonido bello al que nombraban “la música de las esferas”; en cambio los científicos actuales nos dicen que en el espacio solo hay silencio. Para seguir describiendo su trabajo, se podría citar a Platón en Timeo, hacia 410 a. de C., donde nos dice que el Creador “animó el mundo (…), e imprimiendo un movimiento giratorio, le dio forma esférica (…), la más perfecta de todas”. O hacer analogías con las representaciones cosmológicas, circulares y concéntricas de Ptolomeo o Giordano Bruno, pasando por las “esferas cristalinas” de Dante. Por cierto, el Universo es descrito ahora por muchos cosmólogos como plano y con “arrugas locales donde los objetos masivos distorsionan el espacio-tiempo”. Cuando veo las órbitas de la serie Microcosmos no puedo evitar pensar en ellas como esas espirales hipnóticas que aparecen en películas de serie B, que cuentan experiencias psicotrópicas, viajes a otra dimensión o a otro tiempo, lo que hace que me resulte muy divertido verlas en entornos domésticos dispuestas a abducir a los habitantes de esos dormitorios o salas de estar y enviarlos a la luna Ganímedes o a la ceremonia de los Oscar de 1957. Se podría intentar relacionar el uso del color en sus obras con las catalogaciones, estudios y experimentos que hicieron en el
siglo XIX científicos como David Ramsay Hay (The Principles of Beauty in Colouring Systematized, 1845), George Fields (Chromatography; or, a Treatise on Colours and Pigments, and of their Powers in Painting, 1835) o James Clerk Maxwell y sus trabajos con discos giratorios, por poner algunos ejemplos. En el trabajo metódico que conlleva cualquier tipo de investigación científica es necesario ser sistemático, observar, medir y experimentar, y a partir del resultado de ese análisis formular una hipótesis. Eso es lo que esperamos que haya ocurrido en la creación de una vacuna, por ejemplo. A un artista no le exigimos ese rigor en su labor y, aunque sea sistemática, puede incluir azares y contradicciones. Una ráfaga de aire puede mover los bocetos de papel recortados de Natalia y cambiar la dirección de su trabajo, y un estado de ánimo puede influir en las proporciones o el color elegido. Y el resultado final estará impregnado por las emociones surgidas durante el proceso de creación de la obra. Se trata, más que de dar por cerrada una pieza, de crear un lenguaje, un sistema de ordenación, de depuración. Como una urbanista reorganiza formas preexistentes, mejorándolas. Yo, personalmente, asocio sus pinturas a calidez, y a cierta energía que trasmiten al haber sido creadas desde el juego, desde un territorio de felicidad. En las casas de algunos amigos hay obras de Natalia, y verlas es como ver dos veces a los amigos, duplicar la emoción del encuentro, potenciarlo. 9
1997/2007 Arquitecturas. 1997. Arquitecturas planas sin volumen.
Reutilizar lo visto, lo imaginado, recordar las torres de San Gimignano o una calle vacĂa de Oaxaca. Recorrer la luz en la casa Gilardi de BarragĂĄn hasta llegar a los muros de color que atraviesan la alberca de agua.
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Bandera. 2000. Desintegrar lo hecho, las líneas traspasan el lienzo, quedan sólo franjas de color que se convierten en un puzle de banderas o en las líneas infinitas de un parking subterráneo.
Mil rayas.
2000. Continuar multiplicando líneas, unas que se unen y otras que se separan. Serie de módulos rectangulares que se combinan y forman entre ellos otros rectángulos; pasillos de color que pueden ser interminables.
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Código de barras. 2001. Multitud de códigos matemáticos que se asocian a
todo lo que nos rodea. Koolhaas usa los códigos para una nueva bandera europea que representa a todos los países. ¿Utopía o realidad, una Europa unida?
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TuberĂas. 2002. DespuĂŠs de Chicago la serie Rasca-cielos, la luz de sus ventanas en
la noche, piezas verticales en blanco y negro que se transforman en la serie Tu-berĂas. Seguir los recorridos de los tubos y radiadores del estudio de Menorca.
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Laberintos. 2002. Laberintos, planimetrĂa de ciudades, entradas sin salidas en solo dos colores. Comenzamos rein+pintado, equipo para intervenir en espacios y sobrepasar el recinto cerrado del bastidor cuadrado.
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Microcosmos. 2004. Miles de partĂculas que no vemos y que invaden el
espacio vacĂo. Piezas en movimiento que se activan y transforman al estar dentro de un conjunto. No existe un lugar determinado, forman parte de un juego de combinaciones infinitas, registran solamente el instante de un desplazamiento.
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Alicatados. 2005. Baldosas de papel de 25 x 25 cm, el color limitado y dos fi-
guras geométricas: el círculo y el cuadrado. Las piezas empapelan paredes y techos creando composiciones de diferente formato. Cada alicatado es diferente al que tiene al lado y su emplazamiento varía según quien lo haya colocado.
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La cuadratura del círculo. 2006. Repetición y ampliación de algunas de las piezas de la serie Alicatados. El naranja flúor, el negro y el beis cambian de lugar como en el negativo y positivo de una fotografía. Siempre un mismo elemento; solamente varía el tamaño de este. Al girar el cuadrado, la composición pierde el equilibrio del inicio.
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Plutón no es un planeta enano. 2007. Círculos ne-
gros agujereados compuestos de satélites que, unidos por hilos, rompen la geometría de la pieza. Se transformaron en piezas con luz y en Plutón en partículas, y luego todos ellos en imágenes de sonido y movimiento. Ver video
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El color es un medio para ejercer influencia directa sobre el alma: el color es la tela, el ojo el macillo, y el alma es el piano con sus cuerdas. Wassily Kandinsky
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Conversamos con Natalia Pintado de pintura, influencias y del futuro de su obra.
"Mi trabajo no es cientĂfico pero sĂ obsesivo"
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Natalia Pintado (Madrid, 1968) inició su camino artístico en 1994, modelando cerámicas. Años más tarde pasó a la pintura y la escultura, concibiendo series en las que la geometría y el color se combinan para crear composiciones de una gran delicadeza. En un alto en su camino, mientras rehabilita su nuevo estudio en Madrid, conversamos sobre su obra, sus influencias y su evolución. Te formaste en la Escuela Madrileña de Cerámica de la Moncloa. Siempre pensé que sería historiadora, porque necesitaba encontrar una respuesta a las preguntas que tenía sobre el pasado reciente. Cambié de dirección y la Escuela de cerámica fue el inicio de mi formación artística. Un lugar de libertad, donde un día podían sorprendernos con las Memorias de un amnésico, de Erik Satie, o hacernos descubrir cómo el grupo Zaj proponía seguir el recorrido del vuelo de una mosca. Cuando estabas en la Facultad y un poco después, allá por los años 90, la cámara fotográfica era tu herramienta de trabajo primordial. Hacías muchas fotos, las manipulabas, cambiabas su color, montabas collages... Era una compulsión muy parecida a la que tienes hoy con la pintura. ¿Qué pasó
con eso? ¿Cómo era tu proceso con las fotos y por qué dejaste de hacerlas? Hubo unos años en los que, como parte del aprendizaje, viajé para observar otros lugares. La cámara era como un bloc de notas y de ideas. Tenía entonces un cuarto de revelado en el estudio y me gustaba hacer microfotos, diarios del mundo. Había encontrado algunos negativos de mi abuelo y comencé a positivar, manipular y transformar estas imágenes de un pasado perdido. Excursiones de los años de antes de la guerra que trasladé a los entornos que estaba fotografiando del Madrid industrial: depósitos de agua, torres de fundición, cisternas… He continuado haciendo fotografía porque es la forma de registrar procesos y cambios. Pensaba en cuadros en movimiento y en cómo podría motorizarlos: fotografiando las diferentes posiciones imaginaba el movimiento. Hoy continúo registrando cómo va transformándose la caja-contenedor de mi estudio. De la mayoría de mi obra lo único que conservo es una fotografía.
cerámica, como las que realicé con el estudio de Víctor López Cotelo para el claustro de la Casa de las Conchas de Salamanca. Con el estudio de Lamela, junto a Sandra Rein y Patricia Pintado, propusimos la composición de gresite de colores para las fachadas de un conjunto de edificios.
Durante un tiempo estuviste haciendo maquetas para arquitectos y también has intervenido en diversos edificios. He tenido la suerte de colaborar con muchos amigos arquitectos haciendo maquetas de sus proyectos. En otras ocasiones, piezas de
En tu obra se aprecia una gran obsesión por el espacio, los patrones que se repiten en los edificios, las sombras, etc., que tiene mucho que ver con la arquitectura. Ahora vas a mudar tu estudio a una nave donde estás construyendo una especie de contenedor.
La arquitectura está presente en tu entorno emocional. ¿Notas esa influencia en tus pinturas? Mi padre fue arquitecto. Conservo recuerdos todavía de cuando le veía dibujar en su tablero o le acompañaba a alguna de sus obras. Supongo que por eso empezó a interesarme trabajar con el espacio y quise hacer escultura. En el 96, después de un viaje a Marruecos, imaginé en bronce algunas de las ciudades invisibles de Italo Calvino. Isaura, ciudad de los mil pozos, Ottavia, ciudad-telaraña, fueron el inicio para una serie de arquitecturas planas, en dos dimensiones, que se transformarían más tarde en fragmentos de ventanas, puertas, chimeneas, tuberías, laberintos...
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Desde hace tiempo huyo del ‘objeto cuadro’, por eso en el patio de Simsum hicimos una pieza para pisar. Los niños la transformaron al jugar a seguir las aros de la pieza girando en círculo. Como coordinadora de exposiciones con la empresa Empty, siempre me interesó esa parte de arquitectura efímera que tiene una exposición: montamos y desmontamos espacios de forma muy rápida. La serie de esculturas Shöji tiene algo que ver con todo eso y con los paneles-muro de la arquitectura japonesa. Siempre pensé en transformar estos bocetos a pequeña escala y convertirlos en piezas transitables. Espero en un futuro poder continuar con esta serie a escala real. La caja-contenedor de mi estudio es un inicio. ¿De la cerámica pasaste a la escultura y de ahí a la pintura abstracta no geométrica. ¿Cómo se desarrolló este proceso? Mis abuelos fueron maestros y creyeron en la educación a través del arte. Supongo que por eso me habitué a no distinguir entre las diferentes disciplinas. No me considero ni ceramista, ni escultora, ni pintora. En el trabajo que hago todo forma parte de lo mismo, solamente varían las circunstancias. Ahora pienso en vídeo y en la imagen en movimiento, pero quizás en un futuro tenga que volver de nuevo al principio.
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Los últimos años trabajas desde la geometría y lo concreto. ¿Cuándo aparecieron las líneas rectas y el uso del compás para la creación de obras? Un día en la Facultad de Bellas Artes, un profesor del taller de grabado me habló de las diferentes líneas rectas y de cómo la línea blanca continua e infinita del trazado de una carretera es también una línea. Tal vez entonces comencé a interesarme por la geometría, cerrando la serie anterior de explosión de válvulas, aortas y corazones. Unos años después, paseando por Madrid con un amigo, encontramos unos círculos de madera abandonados. Este encuentro casual me llevó a comenzar una serie de bastidores, sin ángulos ni líneas rectas, una nueva superficie de trabajo para romper con todo lo anterior. Algunas de tus obras parecen estar en su formato idóneo, pero otras parecen bocetos para proyectos a gran escala o artes aplicadas como la arquitectura o el diseño textil. ¿Percibes eso en tu trabajo? Intento alejarme del concepto de obra cerrada y única. En mis piezas, en ocasiones me sirvo de las variaciones o de la repetición de una misma imagen y de la composición modular. ¿Por qué no un elemento que se repita infinitamente en una trama textil o que se integre en el espacio de una arquitectura?
"En el desarrollo de mi trabajo, la idea es solo un inicio que se concreta con pruebas, errores, repeticiones y libertad."
La serie Alicatados fue un proyecto en el que, partiendo de la idea de baldosa hidráulica, realicé una serie de baldosas de papel que en vez de suelos recorrían paredes. Al cabo de los años, esta serie la transformamos en Combi-nations, un proyecto para alfombras en colaboración con el estudio de arquitectos Moneo-Brock. Normalmente trabajas en series, como si decidieras investigar sobre unos elementos concretos. ¿Cómo inicias y cuándo das por acabada una serie, por ejemplo Plutón no es un planeta enano? ¿Está cerrada esa serie? El trabajo que realizo no es científico pero sí obsesivo, e intento exprimir al máximo una idea. Para mí es la única forma de darle sentido. En la serie de Plutón quise rasgar el lienzo, aunque fuese con un círculo perfecto. El hecho de agujerear Plutón era una forma de destruir la pieza, de alejarme del cuadroobjeto. Continué perforando las piezas para iluminarlas con fluorescentes y ahora pienso en cómo seguir buscando la forma de sustituir pigmentos por luz. Trabajas previamente con collages, haces bocetos con el papel. ¿Qué peso tienen el azar y la improvisación? En el desarrollo de mi trabajo la idea es un inicio que va concretándose con pruebas,
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errores, repeticiones y libertad. El azar y la improvisación hacen siempre que el resultado final sea muy distinto al imaginado En estos collages es donde permito todas las variaciones posibles; en la pieza por lo general no hay improvisación, solamente es la traslación a una escala mayor de alguna de las series de estos primeros bocetos en papel. La improvisación vuelve a aparecer en el diálogo incontrolado que surge entre los elementos de una misma serie. Hay algo muy compulsivo en tu proceso de trabajo, la compulsión de hacer y manipular manualmente. ¿Podrías hablarnos de tu proceso? Construyo para descargar ideas; esta es mi forma de estar en el mundo. En muchas ocasiones lo hago de forma compulsiva. Una vez terminado el proyecto, me desprendo de él: no tengo ningún interés en acumular piezas en el estudio. La mayoría de las veces no recuerdo dónde han terminado, e igual que construyo me produce placer destruir lo construido. La primera exposición en la que participé fue en el Centro Cultural Galileo de Madrid. Llevé unas vainas de porcelana que eran contenedores para bolas de moler esmalte, un ejercicio de la Escuela de Cerámica a partir de una propuesta sobre contenido y continente de Bruno Munari.
No encontré sentido dejarlas ahí en un pedestal, así que preferí quemarlas para, simbólicamente, devolverlas al horno del taller. ¿Consideras unas obras finalizadas y otras en proceso? La mayoría de las piezas forman parte de un conjunto, sin una posición ni dirección determinadas dentro del espacio. Un juego sin fin de combinaciones ilimitadas, de elementos que giran y varían de posición de forma infinita. Cuando el proyecto se convierte en algo controlado y mecánico, busco el camino para iniciar otra idea; a veces algo que pensaba terminado puede transformarse de nuevo en un experimento. Tus cuadros remiten a ciertas vanguardias: Los Concretos, la Bauhaus, etc. ¿A qué movimiento o artista debe más tu obra? Admiro el proyecto pedagógico de los miembros de la Bauhaus. La utopía de un arte total a partir de la unión de las diferentes disciplinas artísticas. Oskar Schelemer en el taller de teatro creó el ballet triádico o la danza de los palos diagonales, que son pura geometría en movimiento. Del grupo Still me interesa cómo fueron capaces de trasladar la geometría a la arquitectura: Piet Mondrian en su estudio de la rue Départ, y, sobre todo, Gerrit Rietveld y
"Construyo para descargar ideas, esta es mi forma de estar en el mundo."
su proyecto de casa-cuadro cerca de Utrecht. Y admiró también la propuesta radical de Kazimir Malévich llegando al límite de la abstracción en Blanco sobre blanco. ¿Cómo sabes cuándo pueden servir de inspiración y cuándo no? ¿Cómo te apropias de lo que te inspira? ¿Podrías poner un ejemplo del proceso que va de la inspiración a una de tus obras? Del bombardeo de imágenes diario surgen ideas que a veces guardamos en la memoria y se usan, se transforman o se olvidan. Lo importante es aprender a ver lo que nos rodea para integrarlo en nuestro mundo. Las ideas solo pueden surgir cuando somos libres para mirar e interpretar, esa es la única manera para que la inspiración funcione en el futuro. ¿Hacia dónde va a evolucionar tu obra? En 2010, junto a equipos de músicos y una diseñadora gráfica, hicimos un primer intento de dar movimiento a la serie de Plutón no es un planeta enano, y más tarde a la serie Cuesta-bajo, transformando estos proyectos en vídeo. Pienso ahora en continuar con estas piezas creadas a partir de la proyección de luz, color y sonido. Obras para proyectar, ver y apagar. Propuestas cada vez más inmateriales para invadir de forma temporal un espacio.
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"Todo verdadero artista se ha inspirado mĂĄs por la belleza de las lĂneas y el color y las relaciones entre ellos que por el tema concreto de la imagen. Piet Mondrian
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LO EVIDENTE Y El AZAR José Ignacio Abeijón
atalia Pintado es un caso curioso, extraño, diferente a todos los que podemos encontrar en la actualidad en el mundo del arte. En una primera aproximación tenemos la sensación de estar frente a una artista al uso, una pintora más dentro del panorama español: una artista que se mueve dentro de una estética geométrica, tendencia de gran tradición artística que surgió en la segunda década del siglo XX, de la mano de unos artistas necesitados de plasmar plásticamente un nuevo pensamiento revolucionario y utópico. Este pensamiento rechazaba una sociedad caduca y decadente, que amparada en unos valores corruptos, había llevado a la muerte a millones de jóvenes en las trincheras y a defender una nación basada en el totalitarismo, el feudalismo, la desigualdad y la opulencia de unos pocos sobre en el hambre de otros muchos. Estos artistas partieron de estructuras geométricas, libres de toda relación con lo antiguo, y llenas de una
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pureza que fuera el punto de partida de una nueva civilización. En las décadas de 1920 y 1930 esta corriente estética continuó fiel a un compromiso inherente, a veces con objetivos diferentes, pero igual de profundos. Sin embargo, con el discurrir de los años y en un nuevo contexto histórico, gran parte de la pintura geométrica pasó a convertirse en una experiencia puramente estética, para volverse a la larga en la mayoría de los casos un fenómeno decorativo. La banalización de algo que nació con compromisos tan fuertes, hace que el desprestigio sea mucho mayor. Natalia Pintado trabaja dentro de este contexto y crea en apariencia una pintura geométrica que no está motivada por ningún impulso utópico. Incluso, a primera vista, muchas de sus series dan la sensación de ser algo ya visto, y pueden parecer sendas ya recorridas por otros artistas. Pero en realidad estas obras están muy lejos de adolecer de este defecto, paradójicamente, bajo esa apariencia de cosa ya conocida, hay algo absolutamente innovador. Natalia sorprende precisamente por eso, porque más allá de esa supuesta normalidad, se revela una personalidad muy peculiar que se mueve con una mecánica insólita y trascendente. No es fácil de comprender ni de explicar este concepto. Nos hallamos en un caso similar, salvando las enormes distancias, con el que se encontraron los físicos que, a principios del siglo XX, comenzaron a estudiar el comportamiento de los átomos, y se dieron cuenta de que los paradigmas utilizados hasta entonces no eran válidos. En ese momento y para resolver esta problemática, surgió la física o mecánica cuántica, que ha revolucionado el mundo más que ninguna otra cosa en los últimos 100 años. Sin querer ser pretencioso, yo tengo la misma sensación cuando me aproximo a la pintura de Natalia Pintado y pienso que la única manera de entender y valorar su trabajo es mirarlo desde una perspectiva cuántica. Cuando nos intentan explicar la mecánica cuántica, nuestra primera reacción es pensar que nos están tomando el pelo. Es algo tan sumamente raro, que escapa a nuestro entendimiento cartesiano. Los mundos microscópicos se rigen por unas normas que nada tienen que ver con las vigentes en el mundo visible y con las que estamos educados a utilizar. Tanto es así que los investigadores se dieron cuenta que tenían que trabajar con una serie de valores hasta enton-
ces considerados opuestos a la ciencia, como son el azar y la incertidumbre. Si miramos la obra de Natalia Pintado con algunos de estos valores, creo que podremos comprenderla mucho mejor. En la actualidad, la mecánica cuántica ha dejado de ser patrimonio exclusivo de la física, y su visión se ha aplicado a varios campos del conocimiento. Esta nueva perspectiva basada en el azar y la incertidumbre nos plantea un nuevo cambio abierto a millones de posibilidades antes inauditas, posibilidades coexistentes hasta el punto de poder existir superpuestos muchos universos paralelos con realidades opuestas, pero igualmente válidas. Lo primero que llama la atención cuando uno se acerca a la trayectoria de Natalia Pintado, es su capacidad para generar nuevos lenguajes, desarrollados en las numerosas series que ha venido realizando sucesivamente a lo largo de su carrera: Líneas rotas, Arquitecturas, Rascacielos, Microcosmos, Alicatados, Cuadratura del círculo, Plutón es un planeta enano, Plutón en partículas, Juego de partículas, Cuesta abajo… No es una creadora dogmática, que defiende una sola idea que prevalezca. No es como muchos artistas -gran parte de ellos muy reconocidos- que se caracterizan por perpetuar, prolongar, exprimir y jugar a lo largo de toda su carrera con un hallazgo estético, hasta llevarlo a sus últimas consecuencias. Ella está embarcada en el mundo de la incertidumbre, del riesgo, es decir en el crecimiento personal continuo y en la perpetua voluntad de crear algo nuevo y vivo. Lo inamovible es síntoma de parálisis, de degeneración y a la postre de muerte. Ella, al igual que la mecánica cuántica, vive en el mundo de las posibilidades en el que todo vale, aunque no sea coherente según la visión tradicional. Lo coherente hubiera sido crear una estética fácilmente identificable y legible por el público, a la vez que encasillable por el crítico. Este último sin duda hubiera interpretado estos continuos cambios como una indefinición por parte de una artista que abre mil y un caminos que no llevan a ninguna parte, pues ninguno ha sido capaz de conseguir prevalecer sobre el anterior. Tanto Natalia Pintado como las situaciones descritas por la mecánica cuántica no pueden ser explicadas siguiendo patrones intelectuales ortodoxos. La visión cuántica sostiene que no existe la materia ni la energía en el universo, y que todo lo que la física anterior consideraba como tales es sólo información. Una información que existe sólo porque 35
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La multitud de lenguajes desarrollados por Natalia Pintado nos revelan una artista a la que no le gusta ni lo trillado ni lo lógico. Su lógica es otra, la de la sorpresa, la de la incertidumbre y la del azar.
la percibe el individuo, y en el momento que la hace suya, se convierte en su propia realidad. Por ello no existe una sola verdad, sino que conviven muchas verdades, las de cada individuo. Y más aún, hay infinidad de verdades que cada uno puede construir en base a lo que su cerebro consigue integrar de toda las percepciones que recibe. La mente de cada uno elige entre todo lo que le llega y crea su entorno. Por ello, Natalia ha creado su propio medio a su gusto y pensamiento personal. Un universo muy suyo, que cambia y evoluciona libremente, en un modo ordenadamente caótico, sistemáticamente ilógico, compuesto por diferentes series o galaxias que coexisten en su obra total, creadas en diferentes años y en modo jalonado, pero en las que no se observa un progreso lineal. Pocas veces encontramos que una serie sea una evolución lógica o una consecuencia de la anterior. La mecánica cuántica rompe la conciencia de tiempo lineal. ¿Por qué podemos conocer el pasado y no el futuro? ¿Por qué podemos trabajar para condicionar el futuro, mientras el pasado es intocable? Está probado que en los mundo microscópicos esta regla no existe, y se puede concebir el tiempo no como una sucesión pasado- presente- futuro. Al trabajar Natalia en series independientes entre ellas, podríamos hacer un experimento y aplicar estos planteamientos cuánticos a su trayectoria, con el fin de ver sus series en paralelo, libres de cualquier condicionamiento cronológico. La percepción de la obra se enriquece al comprender que se compone de diferentes universos todos ellos válidos, buenos e independientes, pero pertenecientes a la misma artista. Olvidemos si una la realizó en Madrid o en Montauban, o que si situación vital era una u otra. Veremos que su producción no tiene una sola cara ni una sola verdad dogmática, sino múltiples verdades paralelas de igual valor. Si el supuesto crítico antes mencionado lo viera así, puede que dejara de menospreciar su obra, porque al no existir paso del tiempo, no echará en falta la lógica evolutiva. La mecánica cuántica desarrolla tesis que funcionan, aunque no tengan cabida dentro del raciocinio colectivo. Consecuentemente se nos presentan como propuestas absurdas, pues esta rama del conocimiento no trabaja con la apariencia, sino las estructuras microscópicas que subyacen bajo ella. Es una ciencia anti-newtoniana, y por tanto
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opuesta al raciocinio imperante. Así, Natalia Pintado, fuera de toda lógica, nunca ha sacado partido de las amistades y personas que conoce, gran parte de ellas muy bien ubicadas para promocionar su obra. Su arte no tiene una circulación que llamaríamos newtoniana y no se valora en su justa media si la enfocamos desde ese punto de vista. La pintura de Natalia discurre por otros caminos, alejados de las salas de exposiciones, marchantes, comisarios y demás gente del mundo del arte. Funciona muy bien dentro de su ámbito, equivalente al microscópico de la física cuántica, es decir en el que ella controla y domina: su estudio, espacio de creación, donde mejor se ve su obra y donde ha sido más apreciada. Ella se mueve con una sutileza inaprensible en la marabunta y que no tiene cabida en ambientes tan ruidosos y poco aptos para la recapacitación como el mercado del arte. La multitud de lenguajes desarrollados por Natalia Pintado nos revelan una artista a la que no le gusta ni lo trillado ni lo lógico. Su lógica es otra, la de la sorpresa, la de la incertidumbre y la del azar. Detrás de todo ello hay una persona muy joven, para la que el tiempo no pasa. Al estar en continuo movimiento, está siempre oxigenada. No se apoltrona. El tiempo no tiene valor, porque es aún una niña que se divierte inventando nuevos juegos Cuando termina uno, comienza otro nuevo. A veces hace construcciones, otras veces hace girar un aro, o hace un puzzle o superpone bloques de madera. Recorta papeles y los pega, hace móviles…No hay pausa, como en los movimientos de las estructuras de los átomos. Esto no se queda sólo en su manera de trabajar, sino que también se refleja plásticamente en sus obras, pobladas de partículas, líneas, círculos, pelotitas, satélites, que juegan, saltan, rebotan, se mueven, giran, se combinan, se sobreponen, movidos por el azar del mismo modo que lo hacen las partículas atómicas. Por otro lado sus obras de pequeño formato- pequeños papeles recortados, pintados o encolados- circulan de mano en mano, se distribuyen entre sus amigos o conocidos, se combinan unos con otros, como parte de un todo, pero que individualmente forman parte de un juego extraño, pero asimismo muy logrado. Visto desde este punto de vista y más allá del puro formalismo, se descubre una obra muy rica muy acorde con toda la mecánica creativa de la artista. Yo creo que todo este discurso va más allá de la metáfora o de la paradoja, pues pienso que entre Natalia Pintado
y la física cuántica hay mucha más relación que lo escrito en estas páginas. Yo siento este vínculo como algo inherente y profundo. No se si he conseguido explicarlo con palabras. Tampoco aspiro a más, ya que todo lo que se escriba desde una óptica cuántica (y perdón por mi falta de modestia) parece siempre raro o ridículo, y yo no voy a ser menos.
Shöji,2006. Esculturas. 37
2009/2010
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Partículas imantadas. 2009. Juego compuesto por 16 cuadrados perforados. El tablero está imantado, las fichas de colores se añaden y se suprimen. Las partículas sin posición fija, pero siempre dentro de la geometría de la retícula creada.
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Claro verde. 2010. Serie de fotogramas para crear imĂĄgenes en movi-
miento. Las cartulinas son sustituidas por la infinidad de colores de la pantalla del ordenador. Un espacio verde y una telaraĂąa de tensores verticales blancos por los que suben y bajan esferas de colores.
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Sol de tarde. 2010. Secuencia de imágenes para una película todavía no
realizada. El sol gira, cambia y entra por los ventanales de Montauban. La esfera roja y caliente crea un espacio en el que giran círculos y aros en movimiento.
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Cuesta-bajo. 2010. Un espacio circular dividido por la línea del horizonte. El negro que se complementa con el vacío del blanco. Las líneas diagonales son rampas por las que se desplazan esferas de colores. El equilibrio se rompe cuando alguna de estas bolas empieza a rodar y destruye la composición. Serie utilizada para las secuencias del vídeo realizado posteriormente. Ver video
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“Los templos dóricos y las catedrales góticas son matemática petrificada” O. Spengler
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CUANDO EL TODO ES MÁS QUE LA SUMA DE LAS PARTES Helena Herrera Feduchi
propósito de su serie Plutón no es un planeta enano, Natalia planteó esta colaboración porque conozco de cerca su trabajo después de nuestros treinta años de amistad y, aunque sorprenda a propios y a extraños, puede tener gracia contar que también lo propuso porque le gustan los astros y porque a ciencia cierta yo redactaba horóscopos para Harper’s Bazaar. Desde la cercanía tiene sentido dar unas cuantas pinceladas más para terminar su retrato profesional y, a ser posible, aportar indicios sobre su futuro artístico o el tiempo inmediato que esté por llegarle a su actividad, a pesar de que Natalia Pintado Casas está en el ecuador de su vida y de que la suya es una carrera de fondo. A decir verdad resulta más fácil deducir cuestiones presentada su obra y las diversas facetas que jalonan su trayectoria, predecir influencias vistas sus caras y demostrada su vocación creadora, o hacer un vaticinio consideradas sus expresiones artísticas y el recorrido multidisciplinar. Quedó claro que existe todo un universo creativo y que es una autora polifacética, y entiendo que por naturaleza toda
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su obra seguirá en expansión igual que el cosmos. Con tan buena perspectiva, en adelante voy a descifrar algunas claves de su vida, pensar cosas positivas para que luego sucedan, y anticipar su suerte. A simple vista se puede detectar el repertorio de elementos con que Natalia seguirá trabajando. Y conociendo sus inquietudes, genes, observaciones, búsquedas o reflexiones, etc., también parece sencillo anunciar los designios de su motivación. Sin mirar al cielo, percibo que más allá de Plutón… quedan muchos hallazgos por descubrir en su obra artística. Porque al venir equipada de fábrica con sus destrezas, dotada de habilidades, y estar provista de capacidades, es como si estuviera predestinada para encontrar nuevos mundos, investigar múltiples enfoques de la realidad o considerarlos desde todos los ángulos. Si el universo no tiene límites es posible que el arte tampoco los tenga; y mirando a las estrellas puedo reconocer infinidad de objetos que están por exprimir y que ella podrá centrifugar con los cinco sentidos y el buen hacer que le caracteriza. En esta misma dimensión de futuro es probable que sigan siendo prioridades cuestiones que le conmueven y que dan sentido a su forma de ver, pensar, y estar en el mundo. Un ejemplo oportuno es la inversión personal que defendió y, aunque distinta, viene al caso manifestar aquí porque es otra verdad que contar y ¡toda una declaración de principios! Por trascendencia de su constelación familiar, Natalia emprendió una misión que debía estar escrita en las estrellas… Con vocación de historiadora, se tomó la libertad de investigar el drama y sacar a la luz la sentencia del consejo de guerra que imponía la pena capital a su abuelo paterno. Sidonio Pintado fue maestro y pedagogo; escritor y ateneísta; traductor, esperantista, redactor y difusor de las corrientes educativas del momento, y formó parte del Consejo de Instrucción Pública que presidía don Miguel de Unamuno. Terminada la guerra civil española fue condenado y fusilado. Por fortuna, este ignominioso capítulo quedó pacíficamente cerrado para los Pintado. Y viene a cuento decir que de su empresa salió fortalecida toda la familia, pero a ella no le faltaron ganas de alejarse temporalmente del panorama español. Le salió la viajera que lleva dentro, se expatrió, y se instaló en Toulouse haciendo además
un sueño realidad. A lo mejor el francés era su asignatura pendiente pero, más allá de apariencias, quiso imaginar el exilio y experimentar el suyo; comprobadas las hipótesis, en virtud de las evidencias resultó un proceso de aprendizaje y crecimiento personal. Y bajo ese manto de estrellas... ¡Misión cumplida! Por suerte, con la fuerza que producen las ideas, de esta etapa volvió renovada. Ahora se abre un nuevo periodo que trae tiempos de cambio en general, y veo con optimismo su futuro profesional porque se presentan circunstancias favorables desde que se le ha cumplido otro deseo. Porque lo pidió, porque le tocaba, porque ha buscado mucho. Con nuevos puntos de vista y sin cambios de dirección, se ha topado con una casualidad: ha encontrado una luminosa, amplia, y silenciosa nave, bajo el cielo sur y protector de Madrid. No parece un zigurat babilónico de los que le inspiraban ni es un observatorio astronómico pero, abierto al firmamento, también tiene presencia y se va a convertir en su estudio. La conquista de este nuevo espacio es un giro copernicano en su vida y como sus anteriores lugares de trabajo será otro hito en su carrera. Cierto es que en la actualidad está manos a la obra. Ha llegado la hora de materializar sus anhelos y llevar a cabo los proyectos que ha estado madurando últimamente. Cumplidos sus deseos podrá integrar energías, dar amplitud a sus impulsos y alas a la imaginación. En firme ahora advierto el porvenir de su proyecto individual y afortunadamente tiene más de media carrera por ejecutar. Ni bola de cristal ni otras artes adivinatorias, el futuro ya está aquí y ella anda dando los pasos que le corresponden. Lo he visto con mis ojos, y, con su intuición y ese arte que tiene para poner orden al caos, Natalia está optimizando todo para ejercer con plenos poderes. Coincido con Alan Kay en que “la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo” y… con aciertos o desaciertos, ¡en eso estamos! Solo habrá que esperar a que llegue un cambio de estación para apreciar las propuestas. En su caso es posible que estas maniobras también parezcan quimeras cuando en realidad hay un planteamiento cabal, bien trazado y delineado. En su justa medida, dentro de ese (viejo) almacén que lo tiene todo para resultar paradigmático,
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cuadran los cálculos y todo cobra sentido. ¡Providencial! ¡Ni que se hubiera previsto para culminar sus expectativas y que le salgan los planes! A todas luces parece el escenario ideal para apostar por retos, rescatar propósitos y alcanzar metas marcadas. Sin ir más lejos, presumo que sus operaciones son viables y que desde estas nuevas coordenadas podrá desarrollar muchas más acciones. Me parece fascinante saber que hay utopías posibles, que en ese espacio ya orbitan pensamientos, que también habrá un taller y un laboratorio de ideas, y que cabrá un mundo feliz. Levantado por el arquitecto Vicente Eced en los pasados años cincuenta, ese es un local funcional y coherente. Insólito. En mitad de Carabanchel reina la unidad y el orden. Es un búnker contemporáneo, urbano; pero atemporal y ajeno al mundanal ruido; es existencial, trascendente, cósmico; sublime para reflexionar y trabajar; un despliegue de armonía y consonancia. Se vuelve emblemático al contener todos los elementos de composición que para ella secundan su forma de existir; porque evocan belleza, la sensibilidad y los patrones aprendidos de su padre, y el gusto por los cuidados y el estilo, heredados de su madre. Al fin y al cabo, son su ética y su personalidad; sus maneras de entender, vivir, y disfrutar la vida. ienso que este refugio tan particular se va a transformar en un mañana estelar y generacional. Porque tiene ambiente vanguardista, nace con vocación colaborativa, y se nutrirá de compartirlo con compañeros y colegas de otras disciplinas; con su hermana Patricia, arquitecta como su padre y con la que además se compenetra muy bien profesionalmente; con Jörg Graumann, músico experimental y el copiloto de sus viajes; ¡con nuevos tripulantes para su nave espacial! Y en la medida en que se desarrollen y progresen las distintas líneas de trabajo, y lo que esté por venir, ese sitio seguirá evolucionando. En la atmósfera de esa cápsula la puedo descubrir gravitando a sus anchas, sideral, abarcando todas las ramas del arte, navegando creativamente por otras galaxias; pero disciplinada y organizada como siempre, pulcra y rigurosa, con los pies sobre la tierra, sin pretensiones. Con su transbordador en marcha y la mirada puesta en espacios interestelares puedo verla volar alto y adivinar sus piezas
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en órbita, destinadas a poblar otros mundos, refinando los nuestros. Y la creo pilotando su astronave por libre y eventualmente compartiendo cohete con los otros aeronautas. Llegan vientos propicios; intuyo que falta poco para el despegue. Es evidente que ahora el lanzamiento será hacia el nuevo mundo virtual. Con esa claridad, y quedando vida más allá de internet, seguiré vislumbrando a la Natalia artesana junto a la Natalia artista. De una vez puedo divisarla junto al contenedor de obra de un edificio recuperando materiales de derribo con los que producir manualmente algún ingenio, y puedo visualizarla trabajando en el interior de un museo como una directora de orquesta que sabe conducir el concierto y que sin batuta se hace escuchar; porque conoce la instrucción, la técnica, tiene experiencia, coordina los instrumentos, y dirige sabiendo cuál es la interpretación correcta para que sea un éxito. Como solista es buena profesional tocando lo que toque y proyecta todo su potencial al tiempo que desarrolla otras ocupaciones. Natalia es con seguridad un satélite del mundo del arte y brilla con luz propia.
Seguir sus pistas ha sido emocionante y es para contarlo; revelarlo y compartirlas ha sido otra suerte. En confianza podría seguir hablando de lo divino y de lo humano hasta el infinito porque me gusta la cosmogonía y porque en el tintero se quedan referentes, modelos, imágenes, detalles, mitos, símbolos, representaciones, opiniones,… ¡todas las anécdotas! Pero es cuestión de espacio, tiempo y… A razón toca cerrar este círculo. Concluyo en términos fractales y acabo con el lenguaje de las estrellas y el doble sentido de las palabras. En el futuro el destino siempre será una verdad y, así pasen los años, en realidad el porvenir de Natalia Pintado seguirá estando en sus manos.
Tengo una corazonada y presiento que seguirá felizmente dedicada a lo suyo. Dibujará, grabará, tallará, cincelará, moldeará, fotografiará, pintará, soldará… Diseñará o ensamblará collares, creará instalaciones o cuadros transitables, intervendrá espacios... Trabajará con materiales naturales e incorporará tecnologías y soportes digitales. Innovará, alternará, continuará; nos regalará tan buen material como siempre. Todo lo que lleve su marca personal seguirá distinguiendo las identidades de muchos y por supuesto las de sus amigos. N. P. es una creadora hoy y una artista para el futuro. Es ilusionante saber que llegará lejos, que se comprometerá, que llevará a cabo todas las tareas y que ampliará horizontes; porque, más allá de Plutón…, donde vaya seguirá siendo inteligente, culta, urbanita, una esteta; y esa amiga artista que tiene talento, mundo, y buena educación. Con los cielos despejados y la claridad del sol, la luna y las estrellas, que todo sea para bien. Y como esto no es una crítica de arte, dicho queda que la suya es una historia transparente, razonable, convincente; se puede prever que Natalia tiene una carrera y una vida interesante.
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2011/2012
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Círculos vacíos. 2011. Juego de cartones de 21 x 21 cm. El espacio ordenado a través de bandas horizontales troqueladas, el vacío del troquel y las fichas que se desplazan por las cintas en un movimiento horizontal y continuo.
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Noche de puntos. 2011. Serie de bocetos a partir de los Ăşltimos foto-
gramas de Cuesta-bajo. Uniones inconexas en un equilibrio inestable; hay piezas que comienzan un movimiento pendular, tocan a otras bolas y producen desequilibrios y cambios de color. Se inician los movimientos en espiral, en zigzag, sin control ni orden.
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Mecanos. 2011. Construcci贸n de intersecciones y montajes. Bandas mecanizadas en un espacio negro y cerrado: es el azar el que produce la conexi贸n de los diferentes elementos contrapuestos.
Part铆culas en negro. 2011. Serie de 28 cuadrados de 14 x 14 cm.
El desorden crea un orden en un espacio lleno de oscuridad. Bocetos de papel para una lluvia de puntos de luz de colores a los que hay que a帽adir el movimiento y el silencio de la noche.
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Combi-nations. 2013. Un proyecto para alfombras con el estudio de arquitectura Moneo-Brocks. El tamaño y la forma definitiva pueden variar, igualmente la combinación de colores elegidos. Una plantilla de cuadrados y círculos a rellenar. Ver catálogo
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ABCD. 2012 Puzle de cuadrados de 10 x 10 c. Las composiciones de pa-
pel se multiplican en la pantalla del ordenador; podr铆an ser la impresi贸n para un papel continuo. Los azules y amarrillos son los fondos de color que Diego Figari utiliz贸 en su serie de ni帽os vendados.
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MENORCA 6
El estudio de la calle Menorca, 6 (Madrid) fue durante más de diez años, además de lugar de trabajo, punto de encuentro de colegas. En las fotos, los pintores Diego Figari, Sandra Rein y Luis Salaberría, el diseñador Baruc Corazón y amigos.
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nataliapintad1.wix.com/natalia-pintado
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