a la vanguardia literaria

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Sábado 10.11.12 EL CORREO

8 TERRI TORIOS LECTURAS

La re-escritura colectiva, a la vanguardia literaria REPORTAJE

ELISABETH G. IBORRA

n libro en forma de blog que los lectores pueden manipular a su antojo, en una sala de remezclas? ¿Un wikilibro sobre el 15M al que cualquier indignado puede aportar su experiencia y visión? ¿Un libro en el móvil con experiencias de Realidad Aumentada? ¿Un libro con personajes a partir de los cuales puedes inventar tus propias historias? Pues sí, todo eso ya existe y existen personas que lo están haciendo, en España, no en Marte. El primero es de Bernardo Gutiérrez y se llama #24H; el segundo es del colectivo que maneja la web www.15M.cc; el tercero es de Ethel y César, fundadores de la editorial Dpr-Barcelona; y el cuarto es un libro autoeditado de Silvia Nanclares y se titula ‘El Sur. Instrucciones de uso’. ¿Por qué a esta gente le ha dado por salirse del típico libro al que estamos acostumbrados? Pues porque los tiempos están cambiando e Internet y las redes sociales han abierto todo un mundo de posibilidades con un público al que dirigirse. ¿Y qué pretenden? Colectivizar la literatura, ponerla a disposición de todos los lectores para que intervengan y aporten sus conocimientos, fomentar la escritura colectiva y, en último (o primer) término, darle la vuelta al sector editorial. Bernardo Gutiérrez es el más guerrero, como autor de ‘#24H’, que considera bloglibro-relato; como periodista y columnista del blog Código Abierto, y como fundador de la consultora Futura Media: «Este libro nació en este formato de una forma intuitiva. Si lo hubiera escri-

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to en el siglo XVIII tendría formato de Diccionario Enciclopédico, si lo hubiera escrito en mayo del 68 sería una novela existencialista. En 2011 sólo puede tener este formato de blog-libro. Cierto que hay ciertas intenciones de dinamitar los formatos ya existentes o, mejor, de mezclarlos». Fuera la linealidad de los relatos, bienvenida la fragmentación de los textos. Ahora se apuesta por el «usoremix-creación colectivos» y por el relato multimedia, es decir, el que conjuga textos, vídeos, sonidos, fotos, etc. para darle un sentido completo. Eso más o menos fue lo que hizo Gutiérrez. Iba colgando en su blog alfacentauro.info textos que escribía para el libro y luego reincorporaba los comentarios que le hacían en el blog. Eso es la remezcla, que, según el autor, ha llegado tarde a la literatura. «Duchamp o Picasso aplicaron la inspiración-remix del pasado al vuelo. La música –a pesar de la industria, SGAE y demás– ya entendió qué es la remezcla. La literatura parece que vive endiosada, allá en una altura de

musas y creadores inaccesibles». Por eso quería cuestionar todo ello: «La industria que basa su lucro en la venta de productos, en la elite de intelectuales endiosados y el mito de la creación individual como algo ajeno a la sociedad y al colectivo. También considero que el copyright es un velo talibán para una obra creativa».

Fuera vanidad

Estas fórmulas experimentales buscan dar salidas diferentes al sector editorial tradicional «La percepción de que ‘todo el mundo’ está en Internet y del mismo modo es errónea»

Contra el endiosamiento de escritores y editoriales juegan todos, a la cabeza Silvia Nanclares, que se ha autopublicado y es co-fundadora de la web de bookcamping.cc, compartiendo obras sobre todos los temas que se debaten en el movimiento 15M. Bajo su punto de vista, «en la literatura, no sé si por ser el producto cultural más antiguo (en cuanto a comercialización y distribución tal y como lo conocemos) se percibe la obra y a la figura del autor con mucho respeto, como algo inamovible, sagrado, que no se puede tocar. Mucho más que en la música o el audiovisual, me da la impresión». Que libros como ‘El Sur, Instrucciones de uso’ o ‘#24h’ sean sólo la lanza de

la vanguardia literaria «depende mucho de cómo la gente decida hacer suyos estos textos y se creen finalmente puentes de intercambio entre productores y lectores. Que se desmorone un poco el estatus del autor clásico. Y también en la medida en que seamos capaces de hacer sostenible este modo de distribución, claro. Está por ver...». Desde luego, todo está por ver. Todo está en el aire. Ahora se trata de experimentar. Como ha hecho Gutiérrez en este ‘#24H’ que define como «un experimento de marketing, formato, distribución y licencias». Por ahí van los tiros.

Los formatos Bernardo Gutiérrez y la editorial Dpr-Barcelona han habilitado gracias a la herramienta booki.cc (http://www.booki.cc/24h/_info/) una sala para que cualquier persona pueda hacer un remake, una nueva versión de libro. Que pueda mejorarlo, cambiarlo. O sea, que tú mismo puedes ser lector-autor sin que el autor primigenio se sienta ofendido. La propia editorial apuesta por los híbridos, sobre todo en obras sobre arquitectura: «Estamos experimentando con experiencias de Realidad

Aumentada que expanden los contenidos del medio impreso. También tenemos una línea de publicación para teléfonos móviles». Esa es otra de las tendencias que apuntan, en la distribución. Gutiérrez cree que «tendemos a un modelo de minifábricas con impresoras 3D basado en la demanda y no en la oferta, en vez de producir miles de ejemplares y tirarlos si luego no se venden». Por eso, continúa, «la industria cultural tiene que olvidarse de los soportes y buscar un camino que aúne crowdfunding, patrocinios, colaboración y dinero público». Por su parte, desde Dpr aclaran: «Como editorial imaginamos un escenario apasionante en el que seamos comisarios de contenidos según nuestra línea editorial, pero en el que los lectores puedan agruparlos, recopilarlos e imprimirlos a demanda, convirtiéndose en editores de una obra con sello editorial, pero impresa con huella personal». Tu libro a medida pero profesional, vamos. En esa misma onda va el proyecto Madrid.15M.cc, que consiste en un documental y en un libro que pretende utilizar diversos textos, que, como el propio proyecto, tienen una licencia Creative


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Se pretende poner la creación a disposición de todos los lectores para que intervengan y aporten sus ideas. Para conseguirlo las redes sociales son la clave

Commons para poder compartirlos libremente con solo citar la fuente. Y, según Patricia Horrillos, «pediremos a la comunidad que se anime a escribir en la versión de wikilibro», es decir, un libro colaborativo que puede ser editado con las aportaciones y correcciones de todos los usuarios, como la famosa Wikipedia. Horrillos asegura que sus compañeros y ella se mantienen con sus «trabajos, prestaciones, ahorros, patrimonio y/o familiares, como todo

el mundo. El proyecto lo financiamos tres personas que ponemos tiempo, equipo técnico y dinero. No es nuestra intención hacer dinero, por eso definimos 15M.cc como sin ánimo de lucro, pero no renunciamos a recuperar lo invertido. El uso de licencias libres no implica renunciar

a derechos de explotación; por ejemplo, se puede usar una licencia no comercial que proteja la obra. Y estamos en ello. Sí sabemos cómo no vamos a ganar dinero: vendiendo copias». La lógica que aducen los propios autores es que, según Gutiérrez, «la obra tiene que

fluir, es un derecho de la humanidad. Cuantas más personas la lean, mejor. Queremos dignificar mi trabajo y el trabajo de la editorial, venderemos la obra digitalmente y en papel. Pero pensamos que la circulación de la obra beneficia a todos. Será bueno incluso, comercialmente hablando». En la editorial Dpr están de acuerdo, pero «eso sí: olvídate del ‘trabaja y sólo cobra dinero’. Estamos en un proceso de nueva economía en el que algunos encargos se pueden generar a través de otros sin compensación económica inmediata, o que se realizan fragmentariamen-

te (ganas menos pero llegas a más sitios) o que incluso pueden retribuirse a través de trueque. Todo suma». Nanclares lo ha hecho, y se muestra satisfecha: «No solamente regalamos la obra, permitimos su libre descarga online. El libro se vende en papel (y se está vendiendo independientemente o quizá mejor gracias a la vida que tiene en las redes). El libro genera riqueza en tanto que permite obra derivada y comercialización de la misma. Y, sobre todo, está vivo más allá de la exigua vida de la mayoría novedades en las librerías. En mi caso, al autoeditarme, estoy recuperando la inversión que hice en su día». En DpR apostillan que, «al autor estas licencias le van a permitir llegar a nichos afines en donde pueda encajar, desarrollar y retribuirse material e intelectualmente. Una de las cosas que nos motiva a buscar nuevas vías es la escasa retribución para el autor dentro los sistemas de publicación convencionales que, con suerte, ronda el 6% o 8% del precio que paga el público. Buscar nuevas vías que pongan en contacto directo al creador con el usuario y que le revierta económica e incluso creativamente saltando pasos intermedios que, en definitiva, no aportan al trabajo creativo». En otras palabras, si el autor se promociona entre su público más afín y acepta la retribución no sólo en forma de anticipo y de royalties, «el panorama que se dibuja aún no tiene límites».

Cultura libre Ahora bien, ¿está el lector español preparado para tanta innovación y tanta vanguardia relacionada con Internet, aparatos tecnológicos como el tablet y las redes sociales? Bernardo, como consultor, afirma que «en España hay una cultura libre, copyleft, fortísima. Es uno de los países del mundo más activos y fuertes en cultura libre y nos miran con mucho respeto. Los jóvenes, todo lo que está alrededor del 15M, están a la vanguardia de muchas cosas, quien no está preparado para #24H es la industria».

Patricia Horrillos se muestra más cauta: «Aunque nosotros estamos acostumbrados a movernos en redes sociales, en el cómputo total de la población, al menos en España, el porcentaje de gente que usa Internet de forma preeminente es todavía reducido. La percepción de que ‘todo el mundo’ está en Internet y del mismo modo es errónea. No hay más que salir a la calle para observar que, cuando se dice en los medios que algún tema ‘arde en las redes sociales’, lo normal es que muy poca gente en la calle se haya enterado del mismo». Asiente Patricia Nanclares: «Desde luego, nos movemos en pequeños guetos, pero lo interesante sería que la cosa se contagiara, se fuese implantando. Como un juego... Internet nos aporta un espacio de relación nuevo: de conocimiento y también de ruido muy interesante y sin el que yo ya casi no me imagino la vida y por tanto la escritura». Nanclares reconoce que «en cualquier caso, son una herramienta de contacto directo entre autor y lector desconocida hasta ahora. Y lo mejor: bidireccional».

La red es el boca-oreja En ese sentido, según para los responsables de la editorial Dpr, las redes «aportan sobre todo la capacidad de conectar directamente autores y lectores e incluso generar retroalimentaciones inmediatas, aporta la posibilidad de enriquecer tu trabajo con puntos de vista y experiencias a las que antes era muy difícil tener acceso». Creen que afecta a la forma de contar historias «en la medida que sepas escuchar las historias de otros y permite a personas afines conocerte a través de tus inquietudes y tu trabajo. Eso profesionalmente tiene mucho más potencial del que hemos podido experimentar hasta ahora. El efecto boca-oreja supera limitaciones temporales y geográficas, pero también puede crear una sensación de ‘viralidad’ que no siempre ocurre».


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