Los amigos del campo

Page 1

“LOS AMIGOS DEL CAMPO”

Magda

r
C e r t a m e n L i t e r a r i o O E G 2
Vega Vega P r i m e
L u g a r
0 2 3

Todo sucedió una vez en una granja durante un día de verano espectacular. Había aves, conejos, cerdos, vacas, caballos, cabros, y gatos. También habían manadas de cabros, vacas, caballos, entre otros. De cada manada había un líder dentro de ellos que tenían un rol en particular; y podían salir de su entorno a realizar diferentes faenas.

Estos animalitos eran líderes con privilegios, y se llevaban muy bien. Eran amigos desde pequeños, nacieron y se criaron en la granja. Se llamaban: Vee (era una cabra), Muu (era una vaca), guau (era el perro) y Ballo (era un caballo). Guau era el perro de la granja llamada Campo Alegre, el único perro que fungía de vigilante.

Ballo, el caballo, era a su vez el presidente de una asociación que ellos crearon para mantener el orden en la granja. Ballo se encargaba de ir al pueblo con su dueño a buscar alimentos para todos en la granja. También se encargaba de transportar todo lo que había que llevar de un lugar a otro, siempre y cuando pudiera hacerlo. De los demás animales, aunque eran muchos, sus líderes no estaban unidos a la Asociación de Animales de la Granja Campo Alegre, solo contaban con un animal de su especie que lo representaba al momento de repartir los alimentos.

La asociación de animales de la granja estaba compuesta por: Vee, una cabra muy alegre que se pasaba corriendo de lado a lado y era la secretaria. Muu, una vaca tranquila que se pasaba comiendo y descansando todo el tiempo, y era la tesorera. Guau, el vigilante, y a su vez coordinador de áreas de la granja. Y Ballo, el líder entre ellos, y quien estaba a cargo de la granja y de todos los animales que vivían allí desde su nacimiento. Estos animalitos, líderes con privilegios, eran tan amigos que se defendían mutuamente ante cualquier situación. En la granja lo más importante era ser leal. Ese era su código para cumplir con el propósito de ser líder en la granja. Tenían libertad para tomar decisiones, pero tenían que pedir permiso para realizar lo que deseaban hacer. Aunque eran diferentes, ellos sabían que su rol en la granja era de gran importancia. Esto fue, hasta el día de la gran aventura en su viaje por el campo.

Vee y Muu decidieron ir al campo para salir de la rutina, pero acordaron no decirle nada a nadie, mucho menos a Ballo. Guau, quien estaba escuchando sin que Vee y Muu se dieran cuenta, se enfureció ante la impotencia de no saber si debía decirle a Ballo o quedarse callado. Lo que sí sabía Guau es que constituía una falta de respeto, y una acción desleal, salir sin el permiso de Ballo quien se encontraba buscando alimento para todos en la granja. La idea de Vee y Muu era comer de lo que encontraran en el campo sin decir nada de lo que comieron e hicieron.Entonces Guau decidió enfrentarse a Muu y a Vee. Les dijo que no se fueran sin permiso de Ballo, que si el regresaba se podían buscar un problema ya que no debían salir sin su consentimiento. Pero Muu era imponente y siempre tenía el control sobre Vee, por lo que no hicieron caso a su advertencia y se marcharon. Pero ser desobedientes les costó no volver a salir al siguiente día, ya que Ballo les dio un castigo.

-Muu, ponte cómoda que ya vamos de salida.- Le dijo Vee a Muu.

-¡Claro! buscaré mí sombrero de manchas y mi saco de viajes para guardar lo que encuentre en el camino.- Comentó en respuesta Vee.

Entonces Vee y Muu estaban listas para su travesía, y empezaron su viaje al campo cada una a su ritmo. Y mientras iban de camino, se toparon con Guau.

-¡No! ¡No se vayan sin permiso! ¡Regresen!- Les gritaba Guau.

-¡No! Y esperamos no te atrevas a decir nada.- Vee le contestó. A lo que Muu añadió: -confiamos en tu lealtad amigo, no nos defraudes.-

-¡Recuerden nuestro código! ¡La lealtad es con la verdad no con la mentira y engaños!

Insistía gritarles Guau, ya entristecido al darse cuenta de que no pudo evitar que sus amigas, la cabra y la vaca, se fueran. Entonces Vee y Muu pasan varias horas en el campo, y, de repente, Guau, quien estaba recostado, siente a lo lejos unos pasos de galope. Se asoma por la pendiente y ve a Ballo que viene a lo lejos. Guau comienza a temblar de susto al ver que se acercaba Ballo y no sabía cómo iba a reaccionar. Guau trata de tranquilizarse, pero a medida que sentía los “taca taca” de Ballo se ponía más nervioso.

-¿Dónde están los demás animales?- Le pregunta Ballo a Guau. Guau trató de ignorarlo haciéndose el dormido, pero Ballo le vuelve a pregunta: -¡oye, amigo, te pregunté dónde están todos?Guau, abriendo sus ojos negros y sumamente grandes, con voz temblorosa y con su lengüita por fuera, traga profundo y le contesta a Ballo: -están descansando.-

-¿Qué te ocurre amigo?- Preguntó Ballo a Guau al verlo tan tembloroso.

-¡no es nada amigo!- Le ripostó Guau.

Pero Ballo ya estaba muy preocupado, -¡no, amigo, algo te ocurre porque tú no eres así! Confía en mí, ¿qué ocurre?- Guau le confesó a Ballo que temía que Vee y Muu se enojaran con él.

-¿Por qué Guau? ¡Si solo tienes que decir la verdad! Uno nunca debe decir mentiras.

-Está bien-, comentó Guau entristecido -ellas se fueron a pasear al campo.-

-¿Viste?, si solo tienes que decir la verdad.- le contestó Ballo.

-Sí, es cierto, pero hay algo que no te he dicho. Ellas fueron para comer de todo lo que encontraran en el campo y regresarían sin traer nada. Ese era el plan que ellas idearon.- aun tembloroso, comentó Guau.

Ballo, relinchando de furia le dijo a Guau: -¡que egoístas son, porque yo he salido temprano a traerles sus alimentos y ellas salen sin permiso y regresan sin nada!- Guau, todo tembloroso decidió por preguntarle a Ballo qué haría al respecto.

-No te preocupes Guau, no te pongas nervioso, ya verás cuando Vee y Muu lleguen, que se atengan a las consecuencias después de querer pasar un día de diversión a cuesta de mentiras.- contestó con firmeza Ballo.

Cuando Vee y Muu ya venían de regreso a la granja, desde lejos divisaron a Ballo hablando con Guau.

-Mira quienes están allá. ¿De qué hablaran?- increpó una nerviosa Vee.

-Espero que Guau no se atreva a decir lo que hicimos, porque me va a escuchar. - aseguraba una determinada Muu.

Entonces llegaron Vee y Muu bien despreocupadas y contentas. Inmediatamente, Ballo les reclama y les pregunta en dónde estaban que se veían tan alegres.

-Jugando a escondidas en el valle.- Contestaron al unísono ambas. Ballo le recrimina, y les dice, -mentira, ustedes salieron sin mi permiso a comer de todo lo que encontraran en el campo y ni siquiera pensaron en sus amigos de la granja y ni traen nada de lo que comieron-.

Vee y Muu se miraron asombradas. Ballo les informó que al día siguiente no podrían salir para ningún lugar, y que se quedaría con ellas todo el tiempo. Vee y Muu se sintieron muy decepcionadas con Guau por decir su secreto. Por lo que, Muu le recrimina a Guau que no esperaba eso de él.

En su defensa, Guau les recuerda su pacto de lealtad. Aclarándoles que ante la pregunta de Ballo, no podía contestarle con una mentira. Muu, dijo Guau, yo soy un perro guardián y le debo mi lealtad a mis dueños. En esos momentos Vee le interrumpe -sí, pero nosotras solo queríamos divertirnos y pasarla bien, no le hicimos daño a nadie.-

-Ballo molesto les dice -Ya basta. Les he dicho que mañana se quedaran aquí y no se dice más.-

Vee u Muu se ponen muy tristes. Guau le pregunta a Ballo quién traería los alimentos del próximo día; y este le responde que por ser tan leal, humilde y honrado podrías salir a dar un paseo; y de regreso traer los alimentos.

-Me has demostrado a lo largo de los años que puedo confiar en ti ya que nunca haces las cosas a tu manera y sin avisar.-

Guau, conmovido, le dice: -pero si tú eres el líder y aquí en la granja el líder es quien busca los alimentos siempre.-

Pero Ballo conocía de la importancia del trabajo en equipo. Así que le aclaró a Guau que no necesariamente porque fuese el líder le correspondía siempre salir a buscar los alimentos.

-Yo puedo delegar en cualquier otro animal de la granja que sea leal y que sea honesto. - le dijo a Guau.

Vee y Muu, confundidas, le preguntan a Ballo quién vigilaría la granja mientras Guau estuviese fuera.

Ballo le contesta -Yo, el que no sea un perro vigilante no quiere decir que yo no pueda vigilar la granja como lo hace Guau. Yo no ladro, pero relincho y fuerte.-

Vee se empezó a sentir culpable y triste por haberle fallado a Ballo y a sus compañeros de la granja, se queda pensativa y luego comenta:

-Ballo, quiero que me disculpes por haberme ido sin tu autorización para el Valle, solo era por diversión.-

Muu, confundida, le reclama a Vee el por qué arrepentirse ahora, si ya lo habían hecho y la pasaron súper. Pero Vee había aprendido su lección.

-No seas insensata, Muu, cómo puedes ser tan fría y no aceptar que lo hicimos mal.-

-Muy bien Vee, siempre que uno comete un error debe reconocer que uno ha fallado, disculparse y proponerse no volver hacerlo. Así hizo Guau y por eso lo he premiado con una salida al pueblo de los animales.- Le comentó un reflexivo Ballo.

Gracias Ballo - comentó Vee- de ahora en adelante no hare nada que afecte nuestro pacto y compromiso con la asociación de animales de la granja.

Ballo aceptó las disculpas de Vee; y Guau comenzó a mover su colita de alegría porque Vee reconoció su error. Mientras Vee le pide a Muu que se disculpara en honor al pacto que mantenían en la granja y su obligación en cumplirlo.

-Está bien, Vee, me disculparé-. Comentó una entristecida Muu. -Ballo, tienen razón, sé que fui la responsable de que Vee y yo hiciéramos el viaje al valle, estoy arrepentida, nuestra lealtad debe ser primero que cualquier capricho-. Continuó Muu.

Ballo aceptó las disculpas, a la vez que explicaba que es una virtud reconocer siempre que estamos mal y no echarle la culpa a nadie. Guau entonces empieza a brincar de felicidad porque Muu finalmente reconoció que fue su culpa. Ballo, muy contento, dirigiéndose a Vee y a Muu, comenta:

-Me siento feliz, ya que ustedes amigas, reconocieron que fallaron, me place decirles que seguimos siendo amigos todos.

Entonces Ballo, relinchando, llama a todos los animales de la Granja, convocándolos para una reunión de emergencia:

-Compañeros de la asociación de animales de la Granja de Campo Alegre la cual con mucha honra me complace dirigir hasta el presente, nunca será cancelada por errores cometidos, sino que todo lo que acaba de ocurrir sea motivó de enseñanza y además de que sea para fortalecer nuestros lazos de amistad y lealtad. La lealtad es la razón que nos mueve para seguir unidos y trabajando por el bienestar de nuestro hogar la Granja Campo Alegre. ¡Qué viva nuestra granja, y nuestros amigos los animales!- Puntualizó Ballo.

Y así fue como al día siguiente de la reunión hicieron una gran fiesta de fin de verano. Se saludaron cada uno según su forma de vida animal. Y siguieron su vida acostumbrada ejerciendo sus funciones como lideres de cada grupo de animales del campo y siendo siempre unidos, fortaleciendo su compromiso de lealtad con la asociación que ellos mismos establecieron. La Granja Campo Alegre, paso hacer ejemplo entre todas las demás granjas del campo. Ganándose la admiración y respeto de todos y así al finalizar la fiesta todos fueron felices y contentos por siempre.

Moraleja del cuento:

La lealtad es un valor que todos debemos cultivar en nuestro caminar por la vida, no importa donde estes y lo que hagas.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.