Elias Carranza, Designación de República Dominicana como Centro de Excelencia Penitenciaria

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Elías Carranza,Director del ILANUD Designación de República Dominicana como Centro de Excelencia Penitenciaria, Santo Domingo, agosto 16, 2010 El Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente ILANUD, y yo personalmente, compartimos la alegría y el entusiasmo por la acertada decisión de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito UNODC, de designar a la República Dominicana Centro de Excelencia para la Reforma Penitenciaria y la Reducción de la Demanda de Drogas. Hace siete años, con una situación de sobrepoblación en el sistema penitenciario de densidad del 400% y todos los horrores que ello implica, no hubiéramos apostado a que el milagro penitenciario que hoy constatamos habría de producirse en República Dominicana. Pero el milagro –con la ayuda de Fray Arístides Jiménez Richardson – se produjo, y hoy República Dominicana no solo ha superado la grave situación penitenciaria que tenía, sino que se convertido en el ejemplo para los países de América Latina y también de otras regiones del mundo respecto de la estrategia que hay que seguir para salir del pozo de ignominia en el se han convertido nuestras cárceles. Claro que se trata de un milagro que se produjo como resultado del amor, la vocación, la humanidad, el profesionalismo, y el esfuerzo sostenido de un grupo de personas que, sin claudicar, trabajaron intensamente día y noche, durante siete años, para que el milagro tuviera lugar. El excelente equipo humano que trabajó y trabaja en el programa penitenciario hizo todo lo que había que hacer para alcanzar los objetivos de una de las más difíciles funciones de gobierno. Y lo hizo de manera sostenida, y con una sola directriz bajando directamente desde el señor Procurador General de la República por intermedio de la Dirección de Capacitación. El resultado de este programa del Gobierno dominicano es importantísimo, no solo para República Dominicana, sino para todos los países hermanos de la región, y, repito, en este momento de globalización, también es muy importante para todos los países similares, de medianos y bajos ingresos de


las otras regiones del mundo, porque muestra una estrategia exitosa para salir adelante en una materia tan difícil y de tanta importancia. Lo que hizo República Dominicana con su sistema penitenciario es mucho más que una ¨buena práctica¨ -como se desea en la terminología actual de la cooperación internacional – mucho más que una experiencia exitosa o un proyecto piloto. Es una realidad concreta, realizada, y verificada durante siete años en un país de América Latina con similares problemas y también con similares potencialidades que los treinta y cinco países de la comunidad de América Latina y El Caribe. Y si República Dominicana lo hizo, también podrían hacerlo otros países de la región. Esa es la importancia. Y más aún, ya hay países que solicitaron y realizaron visitas de conocimiento y estudio para aprender cómo producir también ellos el milagro. Hace solamente dos días regresó a su país un contingente de penitenciaritas del Uruguay que estuvo capacitándose en la Escuela Nacional Penitenciaria durante quince días; y hace algo más de un mes estuvo en el país un contingente de penitenciaristas salvadoreños, enviados por su Gobierno, para conocer los secretos del sistema dominicano. Y hay varios otros países que están planificando visitas, tal el caso de panamá. Por eso las Naciones Unidas, concretamente la Oficina Contra la Droga y el Delito y el ILANUD estamos tan entusiasmados. Porque el mandato del ILANUD como dice textualmente el artículo primero de su acuerdo de creación es justamente colaborar con los gobiernos en el desarrollo económico y social equilibrado de los países latinoamericanos, mediante la formulación e incorporación en los programas nacionales de desarrollo de políticas e instrumentos de acción adecuados en el campo de la prevención del delito y la justicia penal. Y ONUDC e ILANUD cumplen esta tarea primordialmente intermediando entre países para contribuir a trasladar de unos a otros las políticas, estrategias, y acciones que resultan exitosas. El milagro penitenciario dominicano ha comenzado a extenderse a otros países que confrontan los mismos problemas que República Dominicana. Las actas de los dos últimos foros anuales de la Comisión sobre Prevención del Delito y la Justicia Penal de las Naciones Unidas que se reúne en Viena, y el reciente XII Congreso Mundial de Prevención del Delito y Justicia Penal que tuvo lugar en el mes de abril en Brasil dan testimonio de ello.


El ILANUD tuvo la suerte de participar a lo largo de este proceso y de poder cooperar en pequeña medida con República Dominicana, y con los países de la región instándolos a visitar el sistema, que es realmente un sistema de excelencia como bien lo expresa la designación de UNODC, cuyo mérito corresponde por completo al pueblo y al gobierno dominicano. Termino mis palabras felicitando una vez más al señor procurador general de la República, don Radhamés Jiménez Peña, por esta magnifica obra. A Fray Arístides, fuente de inagotable impulso espiritual en el programa penitenciario, y a todo el equipo de colaboradores del señor procurador general de la República representado en la persona de don Roberto Santana. Felicitaciones en el nombre del ILANUD y de los países de la región.


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