SIN LIMITES X AV I P O R R A S : A T L E T I S M O I M PA R A B L E El atleta ciego Xavi Porras ya comenzó sus entrenamientos para clasificar a los Juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro en septiembre de este año. Representó a España en Atenas, Beijín y Londres. Ahora busca traer a Barcelona una nueva medalla. Por Eugenia Iglesias
Xavi Porras practica saltos en longitud en Hospitalet de Llobregat. Su entrenador, Miguel テ]gel Torralba lo guテュa a travテゥs de la voz para que salte en el momento indicado.
¨Pónganse de pie y cierren los ojos. Manténganlos cerrados y cuenten hasta diez. Uno, dos, tres… Ahora ábranlos. En ese tiempo y sin ver se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo, correr 100 metros¨ dice Xavi Porras, atleta paralímpico de 34 años, ante un aula repleta de estudiantes.
quien es su entrenador hasta el día de hoy. Juntos han llegado a participar en tres Juegos Paralímpicos, seis Mundiales y seis europeos, y sumaron un total de 18 medallas entre oros y platas. Sin embargo, su favorita es el bronce que conquistó en los Juegos de Beijín 2008.
¨Todos tenemos una historia¨, continúa Xavi. La de él es como la de cualquiera, salvo por el hecho de que logró cumplir el sueño de convertirse en deportista de alto rendimiento. Cuando Xavi era pequeño sus padres detectaron, en su Olot natal, que algo en la visión no iba bien. ¨Retinosis pigmentaria¨ fue el diagnóstico, y el pronóstico era la ceguera. Una patología de origen genético y de carácter degenerativo que hizo que a los 16 años perdiera la visión por completo. Sin embargo, estas noticias no impidieron que Xavi llevase adelante una infancia tradicional. Inquieto como siempre, pasó sus años de colegio con un balón entre los pies y muchos amigos, como cualquier chico de su edad. Una vez diagnosticado, se puso en contacto con la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), que supo brindarle a la familia más información sobre la enfermedad y acompañar la evolución del adolescente con una profesora particular.
Por su grado de ceguera, Xavie entra dentro de la categoría de deportistas que necesitan de un guía para participar en las carreras. Esto significa que los que corren son dos: Xavi y Enric unidos con un lazo en las muñecas y cada uno en un carril. Para las competencias de salto en longitud, su entrenador lo guía a través de la voz. “Nuestra relación influye mucho en el deporte. Un día discutimos antes de una carrera y eso se notó en el desempeño”, dice Enric. Aunque para muchos el atletismo es un deporte individual, en este caso ellos forman un verdadero equipo. Deben estar muy concentrados para correr a la misma velocidad y hacer casi los mismos movimientos. Tantos años de entrenamiento forjaron su amistad, además de una imprescindible coordinación.
En la historia de Xavi hablan muchos personajes. Son las 9 de la mañana de un sábado de enero. En el piso que tiene en Hospitalet junto a su mujer Rosalía Lázaro, las actividades comenzaron desde temprano. Egara, su hija de cuatro años, juega en el salón y Enric Martín, su guía, toma el café que preparó Rosalía. Se apuran a terminar el desayuno y parten a entrenar. Todo parece muy ordinario, salvo por el hecho de que las paredes de la casa están colmadas de trofeos y medallas. Esta familia no tiene nada de ordinario. Se trata de una pareja de atletas que tienen en su haber competiciones en juegos paraolímpicos y mundiales representando a España. Luego de perder la vista, Xavi cambió el balón por el tartán. En un principio tardó en encontrar un lugar, hasta que dio con Miguel Ángel Torralba,
El equipo que se prepara para Río de Janeiro 2016 está compuesto además por el guía Enric Martín y el entrenador Miguel Ángel Torralba.
Xavi trabaja como teleoperador en la Caixa. Va y vuelve a su casa todos los días en metro.
En la vida de los deportistas profesionales no todo es placer: horas y horas de entreno, dietas estrictas, constancia en el gimnasio. Pero en el caso de Xavi, también tiene que compatibilizar su vida deportiva con el trabajo y la familia. El día comienza temprano cuando va desde Hospitalet hasta la torre que la Caixa tiene en Avenida Diagonal donde Xavi se desempeña como teleoperador. A las tres de la tarde toma el metro de nuevo hacia Hospitalet donde cinco días a la semana entrena. También cuida de su pequeña hija, que suele acompañarlo en el ejercicio. La agenda siempre está llena. “Mira papa, estas son de mi color favorito, el lila. Tócalas”, dice Egara mientras pasa la mano de su padre por dos pequeñas pesas que hay en el gimnasio. La niña está de vacaciones por las fiestas y acompaña a su padre mientras este repite su rutina de ejercicios de memoria. Es que las pruebas mínimas de marzo están a la vuelta de la esquina, y Xavi no puede saltear ningún día si quiere clasificar para los Juegos de Río de Janeiro 2016. El nivel es alto y la ilusión de participar es enorme. ¨No hay ninguna otra competencia que se compare con los Paralímpicos. Ni por el nivel, ni por el público, ni por la difusión¨, explica Xavi. Este año se van a desarrollar por primera vez en Sudamérica, a partir del 7 de septiembre. La organización espera recibir a más de 4350 deportistas que competirán en 22 deportes. Xavi está nervioso, con las pruebas mínimas cada vez más cerca. Pero está animado, y listo para un nuevo desafío. Para Xavi la carrera ya comenzó.
Xavi complementa sus entrenamientos con largas horas en el gimnasio. Suele ir solo, aunque a veces lo acompaña su hija de cuatro años Egara.
“En diez segundos sin ver se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo, correr 100 metros� Xavi Porras