EDICIÓN ESPECIAL BOLETIN OFICIAL DE AMEC • CASA DE ALABANZA 7 de julio de 2019 • Volumen XIV • No. 699
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rancisco Javier Parrilla Sánchez nació en Canóvanas, Puerto Rico el 12 de mayo de 1950. Fue el menor de los 4 hijos de Pedro Parrilla y Carmen Belén Sánchez, y se crió y desarrolló en el Bronx, New York. En el año 1972 regresó a la calle Corchado en Canóvanas con una sola maleta como equipaje y un pasaje sin regreso. Jamás sospechó que a partir de ese momento su vida daría un giro de 180 grados. Conoció al Señor y comenzó un poderoso proceso de transformación en su vida. Dios rompió las cadenas del vicio, sanó su corazón de la culpa y el resentimiento, le dio vida nueva, y lo llamó a servirle.
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l 26 de abril de 1975, contrajo nupcias con Evelyn Quiñones junto a quien procreó tres hijos: Becky, Vanessa y Francisco Jr. En esos años como familia joven conocieron al Dios sanador, al Dios proveedor y cantaron juntos como familia las letras del himno “Dios usa gente simple. Escoge aquellos como tú y yo que desean hacer Su voluntad.”
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on el cierre de operaciones de la fábrica de zapatos “Converse”, y luego de 18 años de servicio, decidió reinventarse y cursar estudios en líneas aéreas y turismo. En ese tiempo el Hotel El Conquistador en Fajardo, PR reabría sus puertas. Dios le concedió una oportunidad de empleo y le dio sabiduría y gracia y llegó a escalar puestos en la gerencia. Allí se ganó el respeto de sus compañeros por sus capacidades administrativas, su integridad y su testimonio cristiano.
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l 26 de mayo de 1991, fue ordenado al santo ministerio de la Iglesia AMEC bajo el pastorado del Rvdo. Jacinto Esquilín. A través de los años, se desempeñó junto a su esposa Evelyn como maestro de escuela bíblica, Pastor de Jóvenes, Pastor de Matrimonios, Pastor de Células y Pastor Consejero.
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on muchos los frutos del ministerio del Pastor Frankie. Sus compañeros de ministerio pueden hablar de su sabiduría y humildad. Los que lo tuvieron cerca saben que usaba muy bien el poder del silencio y la mirada penetrante. Toda una generación de jóvenes puede hablar de sus consejos y cuidado paternal. Otros recuerdan el “chamaco”. Los caballeros pueden hablar del amigo y el hermano. Otros testifican de la llamada cuando se ausentaban, de la palabra sabia en una sesión de consejería, de su sonrisa, de su carácter pausado o del abrazo oportuno. Su esposa puede hablar del esposo fiel, proveedor y protector. Sus hijos y nietos recuerdan al hombre luchador, íntegro, amoroso, sabio y juguetón.
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ero probablemente, sus sermones más elocuentes los predicó sin palabras durante los últimos 12 años como paciente renal. Sometido a múltiples cirugías, incluyendo un transplante de riñón, con tratamientos semanales de diálisis y atravesando serias crisis de salud, glorificó a Dios en todo momento y no le atribuyó a Dios despropósito alguno. Siempre decía: “Dios me ha dado más de lo que merezco. Llegué a PR con una maleta y ahora tengo las manos llenas.” Suya también es la frase: “El milagro más grande no es la sanidad. El milagro más grande es que yo soy de Dios y Él es mío.” Fue ese entendimiento tan claro y real de la gracia de Dios lo que marcó su vida y ministerio. Derramó su vida como el perfume del frasco de alabastro y amó mucho porque sabía que se le había perdonado mucho. El 3 de julio de 2019, a las 5:30 pm escuchó una voz que le dijo: “Chamaco ven, entra en el gozo de tu Señor.” Y él dijo: “Diré sí Señor a tu voluntad.” Le sobreviven su esposa, sus hijos y sus respectivos cónyuges, sus 8 nietos, sus tres hermanos y muchos otros hijos e hijas del alma. El Pastor Frankie ya experimenta plenitud de gozo y sanidad eterna en la presencia del Salvador.
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or siempre estaremos agradecidos de su vida y legado. En palabras del Pastor MJ, él fue como ese árbol del Salmo 1:3, “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo,” ... Un árbol silencioso, pero que aún en tiempos de sequía, mantuvo sus hojas verdes y dio mucha sombra.
Escrita por: Rdo. Mizraim Ezer Esquilín Carrero, Pastor Asociado AMEC: Casa de Alabanza
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s difícil poner en palabras lo que significa Tío Frankie, porque son muchas, muchas las cosas que se deben mencionar de él. El Pastor Francisco Javier Parrilla representa esa primera generación de hombres y mujeres valientes a quienes Dios llama a formar el ministerio que hoy conocemos como AMEC Casa de Alabanza. Él perteneció a esa “fuerza de choque” que se movía por toda la isla evangelizando.
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nivel profesional y secular alcanzó los máximos honores dentro de las empresas en las cuales trabajó. Muchos recordarán que por años fue el gerente a cargo de atender a la más alta clientela del hotel “El Conquistador”. Logró esto sin muchos estudios, solo con la gracia de Dios y con ese sentido de responsabilidad y esfuerzo que le colocaron en esas esferas; siempre dando un testimonio de altura.
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omo compañero en el ministerio, el Pastor Frankie era un ministro de una sabiduría extraordinaria, siempre con un consejo atinado, siempre con una palabra correcta, siempre con una disposición para servir, recibir y abrazar a todos los que se acercaban. Él tenía un don extraordinario como maestro y educador de la Palabra y fungió junto a su esposa Evelyn como Pastor de Jóvenes, Pastor de Matrimonios, Pastor de Células y Pastor Consejero.
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ero en su carácter personal era todavía más extraordinario. Un abuelo modelo, que sembró mucho en sus nietos, un papá sabio y protector que supo dirigir a tres hijos con unas capacidades extraordinarias y que supo esculpir en sus corazones el amor de Jesús. Fue un esposo incansable que durante 44 años se dio en alma, vida y corazón por su amada esposa. El Pastor Frankie sirvió como figura paternal para muchas personas. Él era como ese árbol grande, de mucho fruto, al que muchos se acercaron para recibir bendición. Él fue una perfecta descripción de lo que dice el Salmo 1:3, “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo,Y su hoja no cae;”...
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l Pastor Frankie fue un hombre al cual Dios transformó por completo. Aquellos que conocemos lo impresionante de su testimonio nos maravillamos de que nunca vimos un destello del viejo hombre en él. Pero que esto pueda ser testificado por su familia íntima, aquellos que vivían a su lado todo el tiempo, es sencillamente sorprendente. Nunca salió de sus labios una palabra
descompuesta, nunca tuvo una recaída, nunca sintió deseos de regresar al lugar de donde Dios le sacó. Dios le hizo completamente nuevo. Un vivo testimonio de lo que dijo el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
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ún como paciente en el hospital se convirtió en un sermón sin palabras. La cantidad de cuidadores, enfermeras, médicos y personal de apoyo que deseaban estar a su lado en sus últimos días era extraordinaria y todos testificaban de la presencia de Dios que reflejaba, aún en sus momentos de enfermedad. Pero si fuera a describir a mi Tío Frankie en una sola oración lo describiría así: Un hombre que nunca perdió el primer amor. Mi Tio Frankie siempre vivió en ese mismo primer amor por Dios, constantemente, como el primer día. Y esa manera de vivir era lo que destilaba a flor de piel. Cualquiera que pasaba un tiempo con El Pastor Frankie, el amigo Frankie, el papá postizo, tío, consejero Frankie salía de su presencia con ese deseo de vivir en el primer amor de Dios. Creo que hay mucho que aprender, mucho que emular, mucho que alcanzar en base al legado que nos dejó. Pero si al menos eso último lográramos imitar, nunca perder esa pasión por vivir en el primer amor, definitivamente nuestras vidas cambiarían, nuestro mundo cambiaría.
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erca de las 5:30 pm fue su partida a las moradas celestiales, en medio de alabanzas y clamor. Recuerdo haber salido de aquel hospital y chocar con el más hermoso de los atardeceres. Dios había pintado un cuadro espectacular entre las nubes y aquel sol poniente. ¡Qué detalle hermoso! Es como si el mismo cielo se hubiera abierto para recibir a un verdadero siervo fiel. El Pastor Frankie hoy descansa en la presencia de su amado Salvador, pero su legado y testimonio será imborrable por muchas generaciones. “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Apocalipsis 2:10)
Nuestras condolencias a nuestra Hna. Evelyn Quiñones Esquilín, hijos y familiares por el fallecimiento de su esposo y Pastor Francisco J. Parrilla Sánchez ¡Reciban la paz y fortaleza del Señor Jesús!
Mayo 12, 1950 - Julio 3, 2019