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Antonio Villar Ramírez, Majoral 2020

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Col·laboradors

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Antonio Villar Ramírez Majoral 2020

LA MAJORALIA D’ENGUANY

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¡POR FIN! LO BUENO SE HACE ESPERAR

Parece ayer cuando mi abuela Rosalía me llevaba de la mano a ver las procesiones de Semana Santa. Ella fue la que me introduzco la semilla que este año estoy a punto de recoger con la responsabilidad de participar en la realización de los actos de la Semana grande de los saguntinos.

Aún recuerdo la admiración que me causaban los capuchinos con sus hachas y sus vestas todas negras. Poco a poco fui creciendo hasta el punto en el que al final me planteé el formar parte de esta tradición y de esta fiesta que tanta importancia tiene en la ciudad y en nuestras familias.

“Como Mayoral afronto la Festa con mucha ilusión y con la máxima energía para poder llegar a todo lo que representa”

Los años han ido pasando, y el hecho de arrastrar banderolas ya fue el prolegómeno de lo que se me avecina, una gran responsabilidad y una sucesión de momentazos para los que hemos trabajado mucho como Majoralia, y que ahora ya casi los estamos saboreando. Me han hablado en cantidad de veces de lo que supone llevar la Veracreu, de lo especial que es ver la ermita vacía cuando salimos en la procesión del Santo entierro, o de lo que esperamos sentir con la subasta, o incluso con la imposición de medallas, cuando ya desfilemos como la Majoralia de l’any.

Como Mayoral afronto la Festa con mucha ilusión y con la máxima energía para poder llegar a todo lo que representa. Personalmente estoy convencido que es una oportunidad única para tomar contacto con la ciudad y sus gentes. Hacer los cartones y participar en la replegà son cosas que sólo pasan una vez en la vida. Seguro que tendremos mil y una anécdotas que contar después de estos actos, y esas son las cosas que hacen grande, humana y cercana a una celebración que va muchísimo más allá de una semana. A veces pienso que hay tantas semanas santas como gente que quiera vivirla. Cada uno tiene unos motivos, unos estímulos o un sentimiento para ello.

En definitiva, es un momento en el que importa tanto mirar hacia atrás recordando como entró la Semana Santa Saguntina en mi vida, como para delante con todo el trabajo que estamos realizando para conseguir estar a la altura de una celebración, que es sin duda la más arraigada en la ciudad, y la que mejor conserva el peso de la historia desde el siglo XV. Los recuerdos y las ilusiones se me agolpan en mi mente ahora que por fin ya está aquí.

Una vez más entiendo que en la vida lo bueno siempre se hace de esperar.

PURÍSSIMA SANG DE JESUCRIST!

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