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Josep Martínez Rondan
¿QUÉ ROSAS LLEVÁIS Y ESPINAS…?
Qué rosas lleváis y espinas, en la frente del Señor, que parecen azucenas esmaltadas de dolor? ¿Qué lleváis, si vais enjutas y no dais ninguna flor, de dónde rosas tan rojas, de dónde tanto color? ¿De dónde sacáis la vida, de dónde tanto esplendor, si sólo tenéis tormentas para la sien de mi Amor? Espinas, ay, tan agudas, tenedle, ay, compasión, vosotras le dais tormentos y Él os llena de candor, vosotras rompéis la carne y en vosotras sale el sol de un crepúsculo tan vivo que el cielo nunca olvidó para la tarde del Viernes, para el Viernes de mi Amor cuando coronado reina por su oveja el Buen Pastor. Florecillas de los campos, arrebol del ruiseñor, mirad a Dios coronado con la flor del ababol, decidle a las espinas de dónde tanto esplendor, que son flores nunca vistas, de dónde las flores son… Son del Hijo de María hechas de sangre y sudor, son del prado del Edén donde nunca muere el Sol, son flores del Paraíso que bajó la Encarnación y lo dio la Nazarena en canto virgen de amor. Y coronado el Amado con espinas, ay, en flor, brotan rosas redentoras, ¡sangre de su Corazón!
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