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Hugo Chordá Corbatón, Clavario 2020
Hugo Chordá Corbatón Clavari 2020
LA MAJORALIA D’ENGUANY
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DESDE AQUEL 3 DE MAYO DE 1989
Podría comenzar diciendo que formo parte de la Cofradía de la Sangre desde el día en que nací porque es un hecho, pero mi sentimiento no es ese; verdaderamente es la Cofradía la que forma parte de mi vida desde el momento mismo de mi nacimiento.
La Semana Santa, a través de la Cofradía, constituye parte importantísima de mi infancia y también de mi adolescencia. No consigo echar la vista atrás y encontrar un año de mi existencia en el que ella no esté presente y ahora, en la edad adulta lo hace de tal manera que, junto con mi mayoralía, he asumido la responsabilidad de llevar a cabo la “Fiesta”. Esta responsabilidad la ejerceré con humildad como clavario al lado del presidente de la Cofradía, mi padre. El destino generosamente nos ha brindado la oportunidad de compartir momentos de sustancial intimidad y recogimiento. Para los dos va a ser un año muy especial.
La pasión con la que se vive la Semana Santa en Sagunto tiene mucho que ver con la manera en la que la Cofradía de la Sangre se entremezcla en nuestras vidas incrustándose en nuestra cotidianidad. Pero no es menos cierto, que esta pasión tiene sus cimientos en una fe cristiana de hondas raíces transmitida por abuelos, padres, tíos, padrinos, párrocos, catequistas, maestros, cofrades… Esta fe es un tesoro precioso que hace aflorar lo mejor de cada uno de nosotros en todos los momentos del año pero que en este tiempo Pascual, nos invita a considerar la Semana Santa como un camino interior de acercamiento a Jesús.
Dicho esto, si alguien me pidiera que le describiera la Semana Santa de Sagunto, creo que no sería capaz de hacerlo con justicia. Y es que la Semana Santa no es cosa que pueda únicamente contarse. La semana Santa se ve, la Semana Santa se huele, la Semana Santa se toca y hasta incluso, la Semana Santa se come.
La Semana Santa inunda tus sentidos y te posee.
Quedas atrapado por su luz al amanecer en la madrugada de Viernes Santo y por su penumbra al besar la Vera Cruz en la ermita; atrapado por el desgarrador grito de “Purissima Sang de Jesucrist del plegador y por el sordo ritual del toque del tambor desfilando; atrapado por el olor sagrado del incienso en los oficios y por los efluvios de las hachas ardiendo al visitar monumentos; atrapado por el tacto de la cera derritiéndose sobre el guante y por el tacto del suave roce de las vestas al caminar; atrapado por el sabor fraternal de las cenas de Jueves Santo y por el sabor reconfortante del chocolate caliente en la madrugad…Y todo ello, por si no fuera suficiente, envuelto en una atmósfera de sublime yuxtaposición de lo terrenal y de lo divino.
Pero para que esta magia ocurra, cuando llega el momento todo debe estar preparado. Cabe poco espacio para la improvisación. Hasta el más mínimo detalle tiene que haber sido estudiado, valorado y percibido en su justa medida. Y no
solo importantes aspectos externos de cumplimiento para la mayoralía como son la puntualidad, el silencio, el rigor y el acatamiento del compromiso adquirido, sino, fundamentalmente, el cultivo de la vida interior mediante la participación en los actos litúrgicos como expresión de la identidad cristiana.
Presiento que son días, los que vamos a vivir, llenos de contrastes, de emociones, de palabras importantes, de gestos, de personajes inéditos, de luces y oscuridades; son días, paradójicamente, de silencio y de fiesta. Siete días tan intensos como fugaces en los que la Mayoralía del 2020, mi mayoralía, intentará dar lo mejor de si misma para hacer posible una digna conmemoración pública de la Historia más grande jamás contada y cuyo relato se extiende más allá de los milenios
Nuestra Cofradía, al igual que el resto de las Cofradías de Semana Santa o de Pasión, nace para contemplar la Pasión y Muerte de Cristo e imitarla mediante actos penitenciales.
Somos los responsables de testimoniar y transmitir la fe en Cristo muerto y resucitado; por ello, también somos conscientes de que algo habremos hecho mal si los que nos contemplan durante este el año de nuestra “Fiesta”, únicamente se quedan con la vistosidad de un paso, el solo de una trompeta o la relevancia pública de alguna figura interviniente. Pero cuando los actos vayan sucediéndose y llegue el final de nuestro compromiso para con la Cofradía y como no, con la ciudad de Sagunto que tan alta implicación observa con todo lo relacionado con la Fiesta, quedará mi eterno agradecimiento a este grupo de amigos que forman mi mayoralía. Gracias por vuestro trabajo, gracias por vuestro tesón, gracias por vuestra buena voluntad, gracias por vuestro compañerismo, gracias por vuestra comprensión, gracias por vuestra humanidad, gracias a todos y cada uno de vosotros por ser como sois. Gracias de verdad; sin vuestra paciencia y vuestro empuje hubiera sido imposible arribar a buen puerto. Habéis sido mi faro.
Los mejores deseos para que todos los saguntinos podáis vivir una Semana Santa que colme vuestras expectativas y muy especialmente a todas las familias de la Mayoralía 2020 pues esta, también es vuestra Fiesta.