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Abril 2011
Compromiso colectivo con el desarrollo sostenible
Cuatro claves para un nuevo modelo: empleo verde, ahorro, eficiencia y sostenibilidad
Concluye la II Semana de la Sostenibilidad
Radiografía del empleo verde ‘Se puede vivir de la tierra’
Ciudades Inteligentes La eficiencia, en manos de los ciudadanos
Alternativas
Comienza otra etapa del compromiso de Rivas con su futuro
Decrecimiento, movimientos de transición y otras iniciativas para cambiar el mundo
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Jornadas de Empleo Verde El miércoles 23 de febrero pasado en el marco de la II Semana de la Sostenibilidad celebrada en Rivas Vaciamadrid se desarrollaron las Jornadas de Creación de Empleo Verde Rural y Ecológico. Su cometido principal: dar a conocer el amplio espectro de oportunidades que encierra este sector.
Radiografía del Empleo Verde Hoy en día, cualquier cosa puede incorporar la etiqueta verde. Hay productos verdes, construcciones verdes… pero ¿existen los empleos verdes o, como otras muchas cosas, son fruto de una estrategia de marketing? Aunque con excepciones, el empleo verde es una realidad que ha crecido un 235% en España en tan sólo 10 años y que podría generar dos millones de puestos de trabajo en la Unión Europea para 2020. Esta es la radiografía del sector.
¿Qué es empleo verde? De forma oficial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) empezó a hablar de empleo verde en 1978. Veinte años después, a finales de los 90, los estados ya tenían más o menos clara qué categorías podían incluirse bajo esta marca pero quedaba un escollo: la creciente evidencia de los efectos del cambio climático chocaba con el argumento de las industrias que más emitían, que amenazaban con grandes pérdidas de empleo. En contrapartida, surgieron multitud de informes que avalaban que luchar contra el cambio climático genera trabajo. Superado este obstáculo, el empleo verde es una realidad que aglutina oficios ya existentes con profesiones emergentes como el turismo rural o el transporte sostenible.
Empleo verde en España Según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, en 1998, 219.382 personas trabajaban en empleos verdes, un 1,55% de la población activa. Los últimos datos públicos de 2009 dejan patente el empuje de este sector: más de 531.000 trabajadores, un 2,62% del total. Este crecimiento del 235% sitúa a España en la media europea.
En España, el empleo verde ha crecido un
235%
en tan sólo 10 años
219.382
personas trabajaban en empleos verdes El tratamiento de residuos supone más de
140.000 puestos
En 2020 se podrían superar los
2,7millones
de empleos verdes
El futuro Es difícil cuantificar la evolución del empleo verde pero las estimaciones son positivas. Según datos del Gobierno, en 2020 se podrían superar los 2,7 millones de empleos verdes. En todo el mundo, las energías renovables podrían generar más de 20 millones de puestos en 2030. La Unión Europea contabiliza 2,8 millones en este sector para 2020, si cumple con sus objetivos ambientales.
Amenazas y riesgos Sobre estos datos positivos penden varias amenazas según los analistas. La actual crisis económica es la más destacada, pero también cuenta la escasa concienciación de industria y ciudadanos y la escasez de recursos públicos. ¿Cuál es la solución? Desde los organismos internacionales se apunta que se puede salir de la crisis con un cambio de modelo productivo basado, precisamente, en el empleo verde: ecoinnovación y ecología industrial.
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en Rivas Se puede vivir de la tierra… Ecológica? El ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid lleva años fomentando el consumo de productos ecológicos. Junto a su ya tradicional mercadillo agroecológico de los últimos domingos de cada mes, el consistorio impulsa la creación de grupos de consumo y de huertos comunitarios en zonas como el Soto del Grillo. En sus terrenos ya trabajan cooperativas de agricultura ecológica. Sólo es el principio de una forma de vida que es viable.
Principales sectores En estos años, la ecoindustria ha tomado fuerza. Los sectores de gestión del agua y de los residuos han multiplicado por cuatro su número de trabajadores. Basta un ejemplo para atestiguar su peso en el sector: el tratamiento de residuos concentra la cuarta parte de los empleos verdes en España, más de 140.000 puestos. Por debajo, se sitúan los crecimientos que han experimentado los servicios ambientales a empresas y las tareas de educación e información ambiental. Las energías renovables también han sido grandes generadoras de empleo, multiplicando por treinta sus servicios. Por el contrario, la evolución ha sido más moderada en el sector primario, donde la agricultura y ganadería ecológicas sólo han visto duplicada su presencia. En la parte baja de la tabla también se encuentra la gestión de zonas forestales, que ha crecido un 50%; y el sector público ambiental.
Tres ejemplos lo demostraron en la
Semana de la Sostenibilidad: ECOSECHA Trabajan desde 2005 en la Comunidad de Madrid como sociedad cooperativa. Aseguran que, a pesar de los esfuerzos, es posible vivir de la agricultura ecológica y que el público madrileño poco a poco responde. Mantienen 14 de las algo más de 17 hectáreas dedicadas a agricultura ecológica en la región, ubicadas en Chinchón y Rivas. Distribuyen su producción, que completan con compras a otros agentes, a grupos de vecinos organizados.
http://ecosecha.blogspot.com/
LA GENT DEL CAMP
Nuevos yacimientos de empleo verde Las tecnologías de la información, la rehabilitación de edificios, la movilidad… son muchos los campos que comienzan a abrirse en el sector. El más destacado es el turismo: el personal empleado en alojamientos rurales creció un 148% entre 2001 y 2008. De mantener este ritmo, el turismo verde podría dar trabajo a 45.000 personas en 2020.
En 2020 el turismo verde podría dar trabajo a
45.000 personas
Radicada en Tarragona, este colectivo asambleario se compone de 30 agricultores autónomos con producciones tan dispares que van desde los frutos secos a la cerveza artesana. El sello común es la certificación ecológica. La distribución de sus productos también es diversa: ferias, agrotiendas, grupos de consumo… o colegios. Los comedores escolares son uno de los proyectos que más les ilusionan. El objetivo es enseñar que se puede y se debe vivir del entorno.
http://www.productesdelcamp.cat/agroecologia/ agrupacions-de-defensa-vegetal/adv-gent-del-camp/
GALLESC A 15 kilómetros de Barcelona, otro colectivo de agricultores y sus familias trabajan para recuperar un espacio rural de más de 700 hectáreas por medio de la gestión sostenible de los recursos. Entre otros muchos proyectos, realizan producción ecológica y labores de educación ambiental. También recuperan especies tradicionales como la espelta o la judía del ganxet, todo un baluarte para el movimiento slow food.
http://www.aegallecs.cat/
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Ciudades inteligentes
De Rivas a Ámsterdam: un paseo por las ‘smart cities’ Ciudades cercanas a su ciudadanía, ciudades inteligentes que pongan el ‘vivir bien’, ‘una vida que merezca la pena ser vivida’ y la gobernanza en el centro y que utilizan la última tecnología para conseguirlo. Rivas Vaciamadrid y Ámsterdam son dos buenos ejemplos de smart cities en diferentes contextos, con propuestas diversas y un denominador común; poner las tecnologías e infraestructuras al servicio del usuario, al servicio del ciudadano.
Smart Ámsterdam Cuando uno piensa en Ámsterdam, evoca una ciudad en la que sus habitantes respetan el medio en el que viven, haciendo un gran uso de la bicicleta y los transportes públicos. Frans-Anton Vermast, representante del ayuntamiento de esta ciudad, viajó hasta Rivas para contarnos cómo intervienen las tecnologías en el entorno actual de la ciudad holandesa.
Redes hacia los barcos: Los botes privados y de ocio que navegan por la multitud de canales de la ciudad sólo pueden ser recargados con energía eléctrica, lo que elimina las emisiones de CO2, la contaminación del aire y mucha de la contaminación acústica.
En el corazón de Europa, Ámsterdam es una ciudad muy conectada. Su ayuntamiento ha tratado de repensar las comunicaciones aéreas, portuarias y las de internet, para minimizar las emisiones de CO2. En el 2009, se fijaron unos ambiciosos objetivos para la ciudad: reducir un 40% de las emisiones de CO2 y disminuir el consumo de la energía en un 20% para 2025 sobre los niveles medidos en 1990. “En lugar de reducir las emisiones de CO2, se han aumentado en un 20% sobre los niveles de 1990, lo que significa que nuestros consumos no tienen en cuenta su repercusión sobre el cambio climático”, apuntó Vermast. Con estos objetivos en el horizonte, comenzaron una ‘transición energética’. En Ámsterdam, entendieron que smart city, la ciudad inteligente, significaba la colaboración de la ciudadanía, el sector público y el privado para gestionar los recursos disponibles de la mejor manera posible. Las claves en este proceso: energía, movilidad y el acceso a la información.
Controla la energía en tu cole Para implicar a los más pequeños, han puesto en marcha un proyecto piloto en diez colegios, a los que proporcionan medidores de la energía. “Si desde la escuela se educa a los niños en el uso eficiente de la energía, llevarán esa conciencia de por vida e incluso educarán en casa a sus propios padres”, piensa Vermast.
“Al principio nuestro proyecto era lineal, pero nos dimos cuenta de que estábamos equivocados porque los usuarios, los ciudadanos, no entendían ni conectaban con lo que queríamos hacer, de modo que lo que se hizo en el ayuntamiento de Ámsterdam fue preguntarle al usuario qué necesitaba”, narra Vermast. Se acercaron al usuario y midieron el impacto que podría tener su concienciación en las emisiones y el cambio climático.
ECOMAP Desarrollado por primera vez en San Francisco. A modo de Google Earth, se pueden buscar los consumos de energía y las emisiones de CO2 en áreas específicas, divididas por códigos postales, que en la práctica compiten por ser los más eficientes.
Centro de empleo inteligente La calle del clima El primero se creó en Ámsterdan: un espacio público acondicionado para trabajar, tener acceso a internet y realizar videoconferencias, con espacios de ocio, cafeterías e incluso guarderías y gimansios. En la actualidad hay 108 centros de este tipo en Holanda.
Renovación de una calle con criterios ecológicos, con la colaboración del ayuntamiento y la empresa privada. Los leds y la bajada del tono de la luz supusieron un 15% de ahorro.
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El sector público y el sector privado se alían para aumentar la calidad de vida de la gente en ciudades que han de ser más sostenibles de la mano de la tecnología.
Rivas inteligente Cuando en 2004 decidieron conectar todos los centros municipales con fibra óptica y crear una infraestructura de red con una plataforma multiservicios para facilitar el trabajo cotidiano del municipio en diferentes ámbitos, les acusaron de realizar un despliegue desmesurado de medios. Carlos Ventura, jefe del Departamento de Telecomunicaciones del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, desgranó en la IV Jornada Ciudades Abiertas integrada en la II Semana de la Sostenibilidad los resultados de esta apuesta, en un municipio con una población muy joven y muy exigente con las nuevas tecnologías. Aquí os trasladamos una muestra. - Un total de 80 centros municipales (colegios, centros de salud, centros administrativos) se encuentran conectados con fibra óptica. - Los servicios de emergencia del Ayuntamiento (bomberos, policía, ambulancias, etc.) cuentan con una alta disponibilidad gracias a su conectividad.
80
centros municipales conectados con fibra óptica
24 instalaciones
públicas controlan en tiempo real sus consumos energéticos
40%
Un de energía se ahorra con la regulación de las luces de la Plaza Ecópolis
- La unificación de los sistemas de acceso a edificios públicos ha facilitado un mantenimiento eficaz. El sistema de telefonía IP integrado permite abrir puertas, y activar y desactivar alarmas desde el teléfono. - 24 instalaciones públicas controlan y evalúan sus consumos energéticos (eléctrico, de agua...). El sistema Escada permite realizar auditorías sobre los consumos, conocer on line cuáles son los diferentes gastos en tiempo real y lograr un consumo eficiente de los edificios públicos del municipio. - Las luces led de las farolas de la Plaza Ecópolis se regulan en función de que haya presencia o no de gente en el recinto, con lo que se llega a ahorrar un 40% de energía.
Smart city y el ecosistema empresarial al servicio de las ciudades Gildo Seisdedos Club de Innovación Urbana IE Business School Gildo.Seisdedos@ie.edu Paralelamente a la profunda depresión del ladrillo, la ciudad se ha convertido en el nuevo mantra de la estrategia de desarrollo de negocio de muchas compañías. Las Livable Cities de Philips, el Smart Planet de IBM o los Servicios Ciudadanos de FCC son sólo algunos ejemplos de que hoy en día toda organización que se precie ha de envolverse en la bandera de smart city. La buena noticia es que, tras años de ostracismo y exotismo, estamos de moda, hemos salido del armario. La mala es que este tipo de iniciativas todavía es más una estrategia de comunicación corporativa que una unidad de negocio. Cuesta encontrar a los responsables de este negocio emergente que a veces está todavía incubando bajo el ala de los Directores de Innovación si no es territorio de los de Comunicación y RC. Y cuando finalmente los encuentras, todavía no lo llevan escrito en su tarjeta y te lo añaden sobre la marcha con un bolígrafo. Hoy, las empresas usan el concepto smart city (o asimilados) en una doble dirección. Una, como un paraguas bajo el que agrupar lo que ya se están haciendo: si ya trabajo agua, energía, infraestructuras y su financiación, en la web lo pongo todo bajo la pestaña de Smart City y a correr. Y la segunda como una línea de comunicación corporativa que busca asociar la imagen de la compañía con este territorio de moda, que se percibe con potencial de manera unánime. Hoy en día, en torno al concepto de smart cities conviven en las empresas dos perfiles: los Power Rangers y los Hare Krishnas. Para los Hare Krishnas, el concepto de smart city es una vía espiritual de acceso a una humanidad mejor. Basta con conseguir una vez, en un sitio, la ciudad del sol, la nueva Atlántida, la ciudad soñada para que el mundo se convierta en el paraíso terrenal. De hecho, no es casualidad que la utopía sea, esencialmente, ciudad (de Dios) en san Agustín o, como mucho, isla en Tomás Moro pero nunca se aplique a un territorio más amplio. En cambio, para los Powers Rangers, smart city es una etiqueta nueva para vender lo de siempre, una moda que sólo es bienvenida si sirve para vender. Los hombres de verdad cierran contratos de infraestructuras, venden máquina o gestionan servicios de residuos sólidos urbanos. Bastante difícil es hacer que lo que está funcione (y que nos paguen) para, encima, andar con adornos.
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¿Tener o SOS-tener? La gente en acción Hay gente que no se conforma con aceptar las cosas tal y como están e interviene para cambiarlas. Diferentes organizaciones sociales trabajan por la sostenibilidad de la vida y el planeta.
Alternativas para otro mundo Cuatro iniciativas para cambiar el mundo. La II Semana de la Sostenibilidad de Rivas Vaciamadrid quiso ir más allá de la crítica y el análisis de la situación actual para hablar de los proyectos que desde diferentes organizaciones sociales plantean alternativas en el presente y podrían transformar de forma sustancial el futuro.
Movimiento de transición Estar preparados para enfrentarse al pico del petróleo y al cambio climático es el objetivo de las transition towns o las comunidades de transición. Si bien este movimiento tuvo su origen en Irlanda e Inglaterra, en la actualidad existen comunidades de transición en países de todo el mundo que se organizan desde abajo para caminar hacia un modelo no dependiente de los recursos fósiles. La organización de la producción en lo local , los bancos de tiempo o los servicios de trueque son iniciativas comunes de este movimiento propositivo y pragmático.
Decrecimiento Con el lema vivir mejor con menos, el movimiento decrecentista gana adeptos en los países más ricos donde la utopía del crecimiento ilimitado en un planeta finito se va resquebrajando. En Decrecimiento Madrid plantean para la transición hacia un modelo sostenible la redistribución de la riqueza y el reparto del tiempo de trabajo, la relocalización de la producción y la toma de decisiones, la regulación de los capitales financieros internacionales, el rediseño de las ciudades y el fomento de un menor consumo, entre otras propuestas.
Amor a la Tierra La soberanía alimentaria, la salud y la sostenibilidad constituyen las guías de este proyecto agroecológico local de Rivas Vaciamadrid. En la media hectárea cedida por el ayuntamiento en el Soto del Grillo, este colectivo pone en práctica los consejos de aquellos agricultores que han trabajado tradicionalmente la tierra, conservando así la historia agraria local y las semillas de especies autóctonas.
Participación ciudadana Las propuestas de cambio fueron acompañadas en la II Semana de la Sostenibilidad de una reflexión sobre el fomento de la cultura de participación ciudadana en las instituciones: las dificultades y oportunidades que surgen cuando se logra acabar con la desconfianza de los políticos en los procesos participativos para generar estos espacios de encuentro y discusión con la ciudadanía dentro de la Administración.
Custodia del territorio Esta iniciativa aboga porque la protección del patrimonio natural, cultural e histórico se realice con la implicación de varios agentes sociales, de modo que se pueda integrar a la sociedad civil, las empresas y los propietarios, además de a la Administración. Decenas de proyectos de custodia agraria, fluvial, forestal, marina, de humedales, de especies y de patrimonio histórico y cultural se reparten por todo el mapa español.
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Sostenibilidad y mucho arte Durante la inauguración del espacio que constituyó el corazón de la II Semana de la Sostenibilidad de Rivas Vaciamadrid, el recinto ferial, el alcalde del municipio, José Masa, entregó los premios de los concursos sobre arte y medio ambiente ‘Deja tu huella’ y ‘Sintoniza con la Semana’. Las raíces de la vida, que arraigan la fertilidad de la tierra y las mujeres, inspiraron a Patricia Fridman Chernitsky para realizar la escultura Árboles de Mujer, ganadora del concurso sobre arte y medio ambiente ‘Deja tu huella’ en la II Semana de la Sostenibilidad de Rivas Vaciamadrid, con un premio en metálico de 1.000 euros. Los accésit de material, de 500 euros cada uno, recayeron en la pintura/escultura Naturaleza Verde, de Manuel Espino Hurtado, sobre cómo el ser humano es responsable de reparar el entorno que degrada, y Se vende, de Coral de Rus Quero, una escultura realizada sobre la temática de la especulación. Ambas obras fueron creadas con materiales reciclados. En el concurso ‘Sintoniza con la Semana’, 18 sintonías de 12 autores compitieron por convertirse en la sintonía oficial de la II Semana de la Sostenibilidad. Ecosounds, de Álvaro Martín García, consiguió finalmente sonar en todos los actos y espacios de la semana, además de obtener los 1.000 euros del primer premio. Por detrás quedaron Smiling, de José Manuel Cariñena; Stupid song, de Fernando Toledano; El curso del agua, de Manuel Donoso y Lamento, de José María Augusto. Esperanza de Clara Donoso consiguió el premio del público, dotado de 300 euros en material. La orquesta Athanor de Rivas interpretó durante la inauguración todas las sintonías presentadas.
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Reducción de la velocidad máxima permitida, incentivos al transporte público… la actualidad ha puesto sobre la mesa un concepto barajado por numerosos colectivos desde hace tiempo: la sociedad puede y debe circular de una forma más sostenible. El 25% de las emisiones de CO2 de los españoles provienen del transporte. Nuestro parque de coches privados consume el 15% de la energía total del país. Son cifras que se puede atajar: el 75% de los trayectos urbanos son de un solo ocupante y la mayoría podría realizarse a pie o en bicicleta. O en motocicleta eléctrica. O en un coche híbrido. O simplemente en transporte público. La II Semana de la Sostenibilidad quiso mostrar, una vez más, que otros vehículos son posibles con un ecorally de vehículos sostenibles.