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¿MI HIJO SERÁ EMPRENDEDOR?
“Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”, es una cita bíblica que me gusta mucho. El emprendimiento en un niño ayuda a fortalecer su autoestima, les permite echar a volar su imaginación, proponer ideas innovadoras, ser escuchados, y sobre todo, les genera mucha autoconfianza.
En mi caso, no sé si mis papás lo hicieron a propósito o no, pero desde muy chica recuerdo que en casa siempre estuvo presente el negocio, ya sea en una reunión, en una comida o en cualquier momento del día. Pienso que de manera voluntaria o involuntaria se fue formando el espíritu emprendedor en mí, por ello, quiero dejarte cuatro consejos que me sirvieron mucho:
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1. Enséñale el valor de las cosas: Algo que me enseñaron es que todo en esta vida tiene un valor y si quiero algo tengo que ganármelo, como dicen: “con el sudor de mi frente”. Enséñales a tus hijos que nada es gratis, que nadie les regala una propina, estas se ganan. Dales una tarea y diles que como recompensa tendrán un pago. Desde muy pequeños puedes incentivarlos a trabajar por lo que quieren.
2. Que haga preguntas: A mí me decían “la preguntona” en la clase. Enséñales a no sentir miedo de preguntar, ni a amilanarse porque le digan el “preguntón” de la clase. Es importante cuestionarse todo, le ayudará a aprender a tomar sus propias decisiones.
3. Que aprenda a ahorrar: En el ahorro podemos enseñarles a manejar sus finanzas. Enséñales a guardar un poco para alguna eventualidad o para algo que deseen, que no gasten todo su dinero. Siempre hay que guardar un poco.
4.Enséñale a ser perseverante y a nunca rendirse: La constancia hará que ellos logren lo que se proponen. Tú también sé perseverante. Educar a un hijo no es tarea fácil, pero por amor a ellos tenemos que seguir y hacerlo.
Por último, incentívalos a soñar sin importar lo descabelladas que sean las ideas con las que puedan salir. Si quieren crear el auto que vuela, no lo desanimes diciéndole que es imposible, en lugar de ello, cómprale un libro de ciencia, inscríbelo a un curso, alimenta sus ideas e imaginación. Quién sabe si tu hijo es el próximo genio emprendedor. Comprar al por mayor, vender al mejor precio, buscar buenos precios, diferenciar un buen servicio de uno malo o jugar al monopolio son algunos ejemplos de actividades cotidianas para que puedas inculcarle a tu hijo el espíritu emprendedor.