S U P L E M E N T O
E S P E C I A L Número 25
POR
A I F A D E S D E L O S C I M I E N T O S H A S T A E L D E S P E G U E
www.obras.expansion.mx
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DESDE LOS CIMIENTOS HASTA EL DESPEGUE Durante dos años, Expansión siguió de cerca el desarrollo del aeropuerto de Santa Lucía, la primera gran obra inaugurada de la actual administración.
POR DIANA ZAVALA
FOTO PORTADA: JESÚS ALMAZÁN
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a primera frase con la que Andrés Manuel López Obrador se refirió al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) fue en noviembre de 2015, cuando era presidente del Consejo Nacional de Morena. “El actual aeropuerto [el entonces AICM] tiene 700 hectáreas y el aeropuerto de Santa Lucía tiene 3,000 y sólo una pista”, dijo. Luego de siete años, lo que comenzó como un discurso político se materializó en una terminal aérea que inició operaciones el 21 de marzo. En el trayecto pasó por las elecciones presidenciales, una consulta ciudadana, el uso del Ejército como la gran constructora de México, más de 140 amparos, cuatro meses de retraso en la construcción y poca transparencia en el proceso, para en 2022 develar la placa de inauguración en medio de una veda electoral.
El inicio como discurso Acabar con todo lo pasado para iniciar una cuarta transformación fue el mensaje que López Obrador daba en todos sus discursos cuando buscaba sentarse en la silla presidencial. Y no se refería sólo a ideologías, sino que también buscaba cambiar instituciones, programas sociales y cancelar obras de infraestructura. La más relevante de acuerdo a su discurso era el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Su costo $186,000 millones de pesos—, la zona en la que se desarrollaba en el Lago de Texcoco, atrasos y acusaciones de corrupción fueron las razones que el presidente dio para impulsar su cancelación y echar en marcha el proyecto de construcción en Santa Lucía, en donde desde la década de los 50 se encontraban las instalaciones de la Base Aérea Militar No.1. FOTO: JESÚS ALMAZÁN POR
CONEXIÓN ENTRE LA TERMINAL DE PASAJEROS Y PLAZA LA MEXICANA.
La propuesta llegó del ingeniero José María Riobóo, ingeniero autor de obras como el segundo piso de Periférico, en la Ciudad de México, y quien fue miembro del comité asesor del periodo de transición del presidente, quien planeaba agregar dos pistas aéreas a las instalaciones de la Base Aérea Militar No. 1, a lado de la que ya utilizaba el Ejército. Con este plan en mente, se llevó a cabo el mecanismo para que el proyecto sustituyera al NAIM.
De la cancelación al inicio de obras El primer paso para cancelar el proyecto de Texcoco fue la consulta ciudadana, un proceso de más de 1.5 millones de pesos (indican datos de la Auditoría Superior de la Federación), llevada a cabo entre el 25 y 28 octubre de 2018 y en la que el resultado fue detener la edificación de la terminal en Texcoco y dar inicio a las obras del AIFA (69.95% de las 1,067,859 personas que votaron). FOTOS: JESÚS ALMAZÁN
Un mes después, Riobóo dijo que los estudios para el aeropuerto estarían listos en cinco meses y que los ya realizados por la francesa NavBlue eran suficientes para determinar que la terminal aérea era factible, con un costo estimado en 70,342.1 millones de pesos. En diciembre de 2018, el presidente anunció que el Ejército sería el responsable de construir la nueva terminal aérea en el Estado de México. “Tiene capacidad para hacerlo y se están asignando ya recursos en el presupuesto, que está por aprobarse. Con este propósito, estamos confiando al Ejército la construcción de las pistas y de la terminal, y todo”, dijo López Obrador. En enero de 2019, a pesar de las voces empresariales y políticas contra la cancelación del NAIM, se hizo oficial. Se programó que la construcción del aeropuerto se frenaría de manera paulatina en los siguientes seis meses para concluir los trabajos que podrían ayudar a la preservación. Mientras, Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), empresa concesionaria, cancelaba los contratos de las constructoras de manera anticipada, entre las cuáles se encontraba ICA, Hermes, Prodemex, GIA+A, Cocona, Aldesa y Sacyr. El costo de la cancelación, estimado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), fue de entre 100,000 millones 120,000 millones de pesos. Dos meses después, el proyecto antes llamado Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL), tuvo su primera gran modificación. “Uno de los principales problemas detecEN LOS TERRENOS tados en la planeación para la ubicación de las pistas lo DEL AIFA TAMBIÉN constituye la presencia del Cerro de Paula, cuya elevaSE CONSTRUYÓ UNA CIUDAD ción máxima es de 2,652 metros sobre el nivel del mar, MILITAR. para la ubicación de la pista sur”, dijo la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). POR
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AEROPUERTO INTERNACIONAL FELIPE ÁNGELES, AIFA Con una inversión de más de 100 mil millones de pesos en su construcción, una de las obras emblemáticas de la actual administración comenzó a operar.
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Costo de construcción en millones de pesos La separación de 1,600 m entre ambas pistas permite realizar operaciones simultáneas
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Laborarán en ella 30 especialistas (controladores, despachadores, meteorólogos e ingenieros). INFOGRAFÍA: OLDEMAR GONZÁLEZ
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Plantas de agua potable Tratamiento de aguas grises
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Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios (SSEI) categoría 9
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Equipada con sistemas de comunicación, navegación, seguridad y de control de tráfico aéreo (ATC), radares de cizallamiento, sistema de aterrizaje instrumental categoría 3 y tiras electrónicas
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Mantenerse en operaciones en sismos de magnitud 9
Son las pistas más largas del país.
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TORRE DE CONTROL 600
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Cancún, 97 m
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TRASLADO Los proyectos carreteros y de transporte público estarán listos entre 2023 y 2024. El tiempo promedio de traslado desde la CDMX es de 2 hrs
Terminal de carga Terminal de combustibles
CIUDAD AEROPORTUARIA
Base aérea militar No.1
Es una urbanización que considera hoteles, centros comerciales, oficinas, hospitales, comercios, gasolinera, parques lineales, andadores y paradas de transporte público
Estacionamiento y terminal intermodal
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Posiciones con capacidad para recibir dos aeronaves de menores dimensiones
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23,818.05 m2 de área comercial
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Posiciones remotas
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6,500 m2 para uso gubernamental 1,312.50 m2 de salas de espera VIP 100 mostradores convencionales 20 mostradores de auto documentación 86 quioscos de autoservicio 22 bandas de inspección rayos X
Tiene siete accesos:
TERMINAL DE PASAJEROS 14,951.9
cuatro sobre el eje troncal y tres hacia la Plaza Mexicana, la cual está conectada con el estacionamiento para usuarios y una estación de autobuses foráneos
7 carruseles de reclamo de equipaje 5,087 asientos en salas de espera 42 núcleos Sanitarios
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Después de determinar el riesgo para la aeronavegación, del proyecto propuesto por José María Riobóo quedó poco, ya que se tuvieron que relocalizar las instalaciones militares por completo. La modificación representó un incremento al presupuesto planteado para la obra en 11.7%, para llegar a los 78,557 millones de pesos. Para determinar el nuevo diseño del presupuesto, al equipo consultor se sumó Aeropuertos de París. En agosto, también el arquitecto Francisco González Pulido fue invitado de manera directa por la Sedena para trabajar en el plan maestro.
La primera piedra El 29 de abril de 2019, Andrés Manuel López Obrador colocó la primera piedra del aeropuerto en Santa Lucía. Fue un acto simbólico, ya que para entonces las obras no podían arrancar de manera formal porque no había un plan completo para construir la terminal aérea, además de que debían resolverse 140 recursos legales interpuestos por el colectivo #NoMásDerroches. El 17 de octubre, el presidente regresó a los terrenos en Zumpango para dar inicio, ahora sí, a las obras. “Yo creo que nunca había sucedido una cosa parecida en lo que corresponde a una obra pública, y se cumplió legalmente con todo el procedimiento hasta que el día de ayer ya la autoridad judicial nos permitió iniciar esta obra. Como había un grupo interesado en que no se llevara a cabo esta obra, al cual, por cierto, no lo vemos como enemigo… Nosotros no tenemos enemigos ni queremos tenerlos, tenemos adversarios; siempre ha sido así en la historia de México y en la historia del mundo”, dijo AMLO. La meta era construir una terminal aérea para casi 19.4 millones de pasajeros, dos pistas comerciales, una militar y la reubicación de instalaciones y viviendas para el Ejército, así como sus amenidades, todo en menos de tres años. La persona al mando para lograr el objetivo fue el general Gustavo Vallejo.
Quién construyó De formación militar e ingenieril, Gustavo Vallejo fue elegido por el presidente López Obrador para hacer realidad la que se convertiría en su primera obra emblemática inaugurada. Antes de pasar más de 884 días sin despegarse de los terrenos de Santa Lucía, el militar fungió como ayudante del general del alto Mando del Ejército durante el periodo en el que Guillermo Galván fue titular de la dependencia, entre 2006 y 2012, luego de haberse preparado en la Escuela Militar de Ingenieros, la Escuela Superior de Guerra y haber obtenido títulos como una Maestría en Defensa y un diplomado de Estado Mayor.
EL AIFA SE CONSTRUYÓ EN
884 DÍAS.
FOTO: JESÚS ALMAZÁN POR
Entre 2017 y 2019 fue director de la Escuela Militar de Ingenieros, hasta que lo llamaron a cumplir uno de los retos más importantes de su carrera: la construcción del AIFA, no sólo por la dimensión del proyecto, sino por los reflectores. “Como obra de infraestructura de gran tamaño, es un pararrayos político por la gran cantidad de actores involucrados, por la necesidad de grandes terrenos, la inversión pública y los múltiples factores que participan”, dijo en entrevista con Obras en agosto de 2020.
La construcción El tiempo siempre fue uno de los elementos prioritarios en la edificación de ésta y todas las obras de la actual administración. También es el reto principal, por lo que el Ejército, en el caso de Santa Lucía, tuvo que hacer todo al mismo tiempo para lograr lo prometido. “Nos obligó a superponer todos los procesos secuenciales de la construcción de la obra, de manera que se intersectan. Es decir, la fase de planeación, en donde están todos los estudios previos. Después hay una fase de diseño de estas instalaciones, terminando el diseño viene la fase de construcción, y terminado el procedimiento de construcción viene una fase de preparación operacional del aeropuerto”, explicó Vallejo. EN LA CIUDAD MILITAR SE CREÓ UN CORREDOR CULTURAL CON ACCESO A TODO EL PÚBLICO.
FOTO: JESÚS ALMAZÁN
Y agregó: “Hoy estas cuatro fases no son secuenciales, están superpuestas. Pero también la propia ley lo contempla. Las grandes obras de ingeniería pueden iniciarse aún con los estudios mínimos necesarios para realizarse durante el tiempo determinado, cosa que nos está sucediendo. Lo más delicado han sido precisamente esos estudios previos, saber que estamos haciendo lo correcto. No nos podemos permitir, por el tiempo que tenemos y por los recursos que disponemos, cometer errores de ingeniería, de hacer edificaciones en donde no van, tener que modificar instalaciones, alcances o reducir estos”. En el campo, se optó por crear 20 frentes que llevaran a cabo la obra al mismo tiempo. Es decir, la gran tarea de construir un aeropuerto se dividió en pequeñas secciones (torre de control, terminal de pasajeros, pista central, campus escolar, entre otros), todas a cargo de un ingeniero militar diferente que calculaba los recursos y trabajadores que requeriría para terminar en lo establecido. La tercera estrategia para cumplir con el tiempo fue contar con la mayor cantidad de proveedores posibles para garantizar el abastecimiento de la construcción. “Estamos trabajando al interior del campo militar, tenemos suministros simultáneos de cada insumo y las obras avanzan sin contratiempos, aún con afectaciones por concepto de lluvia, sobre todo”, explicó entonces Gustavo Vallejo, en entrevista. En el caso del cemento (sólo las pistas necesitaron tres millones de metros cuadrados de concreto hidráulico), el gobierno buscó a Cemex, Holcim, Fortaleza, Moctezuma y Cruz Azul. La segunda prioridad del gobierno federal para hacer el AIFA fue el costo. Se buscó que su edificación fuera lo más económica posible, por lo que, para ahorrar, se usaron materiales del NAIM. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su cuenta pública 2021 indicó que en total se utilizaron 6,012 millones de pesos en recursos provenientes de Texcoco. De lo usado en 2022, se contaron 102,533.2 toneladas de acero estructural, 7,019.1 toneladas de acero de refuerzo y 3,8000,000 metros cúbicos de material pétreo. POR
LA TORRE DE CONTROL ES LA SEGUNDA MÁS ALTA DE MÉXICO CON 88 METROS DE ALTURA.
FOTOS: JESÚS ALMAZÁN
LA CONSTRUCCIÓN DEL AIFA SE LLEVÓ A CABO EN 20 FRENTES SIMULTÁNEOS PARA TERMINAR A TIEMPO.
Los documentos de la Auditoría indican que el monto de los bienes fue estimado por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), empresa que era propietaria, no por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dependencia a cargo del proyecto, quienes registraron las donaciones con valor a cero. “Lo anterior implicó que la Sedena no reconociera algún valor real o estimado de los bienes donados que pueda considerarse como ahorro en la determinación del costo total de la construcción del AISL”, dice el documento. Es decir, el precio no se incluye en el presupuesto total de la obra. De contabilizarse, como recomendó la ASF, se sumaría al precio total presupuestado. Para llevar el material de Texcoco a Santa Lucía, se usó un transporte con un costo de 2,375 millones de pesos (aunque no incluye el traslado de material pétreo, ya que no fue reportado por la Sedena).
LA TERMINAL DE PASAJEROS TIENE CAPACIDAD DE ATENDER A 19.4 MILLONES DE PASAJEROS AL AÑO.
FOTOS: JESÚS ALMAZÁN
Llegar a la meta El 21 de marzo se estrenaron las pistas comerciales del AIFA (la militar se inauguró un año antes), a pesar de haber veda electoral y de que las obras de conectividad, así como el transporte público para llegar, aún no estuvieran listos. Al interior de la terminal aérea, la premura se hizo evidente en los locales sin terminar, los baños sin agua y los enchufes que no tenían electricidad. Sin embargo, el día de la apertura, durante la ceremonia de inauguración en la que participó el gabinete de Andrés Manuel López Obrador, se trasladó a 2,020 pasajeros en 20 operaciones entre vuelos comerciales de Aeroméxico, Volaris, Viva Aerobús y Conviasa, aerolíneas EL PRIMER DÍA que han continuado operando. DE OPERACIÓN Pero el gran problema de Santa Lucía lo encontraron ATENDIERON 2,020 los usuarios fuera de la terminal: la conectividad con PASAJEROS.
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la Ciudad de México no está terminada. Aunque desde 2019 se desarrollaron 14 proyectos para acercar el aeropuerto a la Zona Metropolitana del Valle de México, cuyo costo total, de todas las obras, asciende a 41,907 millones de pesos, sólo uno de los paquetes carreteros y el Mexibús del AIFA a Ojo de Agua estuvieron listos. Las obras se dividieron en tres: las correspondientes al gobierno del Estado de México, las de la Ciudad de México y las de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Las que funcionaron el día de la apertura fueron el camino a San Jerónimo, construido por la empresa Idinsa, con conexión a Tonanitla y el entronque a la zona militar y de carga. El acceso principal, al que se llega por la conexión con el Circuito Exterior Mexiquense, operará hasta julio. El Tren Suburbano, el medio de transporte público por el que apostó el gobierno federal para movilizar a la mayor cantidad de personas, estará listo hasta finales de 2023. Como opción a la personas que no pueden ir al AIFA en auto particular, se habilitaron recorridos a través de las empresas de autobuses ADO y Estrella Roja, pero las corridas son limitadas. El día de la inauguración, sólo hubo un horario de ida a las 7:30 de la mañana, la mayoría con camionetas Sprinter de poca capacidad. El escenario dejó un sabor de boca agridulce: sí, ya se pueden operar vuelos desde el AIFA, pero llegar a él de manera sencilla aún está por verse.